A partir del primero de enero se abre un año que a buen seguro se verá atravesado por cientos de actos al cumplirse el 20 de noviembre próximo el cincuenta aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco. Con el título “España en libertad” –la libertad de vivir, la libertad de ser libres, la recuperación de ese término tan manoseado y adulterado por la derecha– así lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el fin de valorar la transformación de nuestro país en este medio siglo, a la vez que para homenajear a las personas y colectivos que lo han hecho posible. Conociendo el percal de la derecha patria, embebida sin remedio en esa “España Una, Grande y Libre” –que nunca fue una, ni grande y mucho menos libre durante los otros casi cinco decenios de muerte, exilio, represiones y miedos impuestos por el régimen fascista– emblema del criminal dictador, podemos imaginar la escandalera permanente de tanto vocero intransigente y falaz que inundará el día a día de los trescientos sesenta y cinco del 2025. Más si las actividades culturales y otros eventos se desarrollarán en universidades y escuelas, destinos necesarios y en gran medida tan alejados quizás por desidia política –inexplicable en determinados mandatos de gobiernos socialistas– de la enseñanza de nuestra historia reciente a adolescentes y jóvenes a lo largo del tiempo democrático abierto a la muerte del dictador.
Uno de los primeros disparates, si no el primero, que ya se ha lanzado advirtiendo al respetable de las barbaridades que aguardan es el aplicado por Isabel Díaz Ayuso –en realidad no se debe el desbarro a su menguado saber sino a la mano que la mece–, que aquí queda como reseña: “Para que no haya dudas: Pedro Sánchez ha enloquecido. Como su gobierno está en sus últimas horas, ha decidido quemar las calles y provocar violencia con grupos muy minoritarios, que últimamente salen justo cuando él lo pasa mal. La Comunidad de Madrid, garante de la Transición, la libertad y la Constitución, no se sumará a un solo de estos eventos e iniciativas promovidas por Sánchez. Madrid, con la democracia y contra el guerracivilismo.” Tal cual.
Tomando lo dicho por la presidenta de la Comunidad de Madrid, materia hecha carne de lo que ideológicamente representa el Partido Popular en todo lo ancho de España, ahora surge la segunda parte de lo que se puede abrir a primeros de año, que no concluye con el final de los protocolos de la efeméride citada y que de forma directa sí afectará a las voces provenientes del Partido Socialista de Madrid o PSM-PSOE, obligados a dar respuestas adecuadas a la insolencia e infamias de la derecha ultra madrileña en el presente y con vistas a las elecciones autonómicas y municipales de 2027. Acontecimientos ya suficientemente conocidos han devuelto al Partido Socialista de Madrid a donde solía, es decir, a la larga marcha por el desierto desde hace ya la friolera de casi treinta y seis años. Hechos siempre surgidos desde oscuros rincones de la política sitúan a los socialistas madrileños peor que en el último punto de partida, aquel en el que a través de unas elecciones primarias hoy quiméricas Juan Lobato fuera elegido para que pudiera acceder con derecho a la obtención de la confianza de los ciudadanos al cabo del tiempo que hubiera sido necesario en la oposición –llevaba tres años, una eternidad para algunos y un chiste para tantos que ven al PSOE en los gobiernos de Madrid como un apunte en una enciclopedia–. No fue posible, y él, Juan Lobato, tuvo su parte de responsabilidad al acelerar con una decisión torpe e irrespetuosa con los debidos procedimientos lo que ya era un canto general: la llegada de otra estrella que hiciera olvidar sus buenas maneras en la Cámara y fuera de ella. Ahora se ignora quién responderá con el reclamado ardor a Díaz Ayuso. Lo cierto es que la nueva estrella tiene luz, pero carece de voz donde debe expresarse en la defensa de los intereses madrileños: la Asamblea de Madrid. Por tanto, los truenos que hayan de sonar se oirán lejos de Vallecas.
Fernando Ruiz Cerrato
Militante Socialista PSOE
–Madrid-Fuencarral
