Noticias de la campaña internacional

¡Alto a la Guerra! ¡Alto el fuego inmediato, sin condiciones!

Próximos actos:
  • 31 de mayo, en Madrid, el Club de Amigos de la Unesco (CAUM) organiza una Mesa Redonda sobre la necesidad de alcanzar la paz y el desarme nuclear, en relación con la guerra de Ucrania. A las 19:00 en C/ San Bernardo, 20 – 2ª planta (Puerta 5). Habrá una participación de Tribuna Socialista. Acto pendiente de concretar.
  • 8 de junio, el CATP de Madrid y la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto, organizamos un acto de presentación del Manifiesto internacional ¡Alto a la Guerra! Acto pendiente de concretar.

Otras noticias:

El manifiesto por la paz lanzada por Sahra Wagenknecht y Alice Schwarcer, publicado en el Boletín Informativo de la campaña internacional ¡Alto a la Guerra!, ha superado las 800.000 adhesiones.

La lucha en defensa de las Pensiones Públicas continua

El 25 de mayo ha tenido lugar una concentración de pensionistas frente al Congreso de los Diputados. Una movilización más de las muchas que se han llevado a cabo desde 2013, cuando el Gobierno de Rajoy impuso la devaluación de las Pensiones Públicas, al revalorizarlas durante años con un ridículo 0,25%.

Las movilizaciones de pensionistas han motivado algunos avances para las pensiones públicas, como la revalorización del 8,5% que el actual Gobierno decidió para este año 2023 (decisión que se tomó una semana antes de la gran manifestación de pensionistas del 16 de octubre de 2022, en Madrid). Las movilizaciones de los pensionistas también han conseguido que la Ley 21/2021 obligue al Gobierno a encargar una Auditoría a las cuentas de la Seguridad Social:

La exigencia de realizar una Auditoría a las cuentas de la Seguridad Social comenzó siendo una reivindicación del movimiento de Pensionistas, a partir del informe que en 2020 hizo público el Tribunal de Cuentas del Estado en el que, tras estudiar el periodo 1989 a 2013, se establecía que el Estado ha utilizado de manera sistemática e indebida más de 103.000 millones de euros. Recientemente, el ministro Escrivá ha dicho en la prensa que la deuda del Estado con las Pensiones Públicas asciende a 140.000 millones de euros.

La Ley 21/2021, en su disposición adicional sexta, obliga al Gobierno a encargar una Auditoría que estudie el periodo 1967 a 2021. El Gobierno debería haber encargado la Auditoría en enero de 2022 y haber presentado el Informe de Auditoría antes de final de junio de 2022. El Gobierno no ha cumplido aún con esta obligación legal, mientras que sí ha cumplido con la condición que le imponía la UE de realizar una nueva reforma de las Pensiones Públicas.

Si el Gobierno admite que el Estado le debe, como mínimo, 140.000 millones de euros a la caja de las Pensiones ¿qué necesidad había de realizar una nueva reforma de las Pensiones, aunque fuese para incrementar los ingresos?

Si el Tribunal de Cuentas del Estado ha detallado en su informe de 2020 que los distintos gobiernos, en el periodo 1989 a 2013, han utilizado indebidamente más de 103.000 millones, y ahora el ministro de Seguridad Social admite que ya son 140.000 ¿cuántas decenas de miles de millones le debe el Estado al Sistema Público de Pensiones para el periodo 1967 a 2021?

¿Por qué se insiste en la falsedad de la insostenibilidad del Sistema Público de Pensiones?

Basta de alimentar los beneficios de las grandes corporaciones privadas con los derechos fundamentales: Pensiones, Sanidad, Educación y Dependencia.

En la concentración estaba convocada para exigir, entre otras, las siguientes reivindicaciones:

  • Auditoría a las cuentas de la Seguridad Social, ¡Ya!
  • Pensión mínima igual al SMI: 1.080 € (La pensión mínima en 2023 se sitúa en 783 €).
  • Pensión de viudedad al 100% de la Base Reguladora del finado/a (hoy es del 52%).
  • Revalorización de las pensiones con el IPC, por ley, para todos los años.

Las intervenciones en el cierre de la concentración de pensionistas de esta mañana han dejado claro que la lucha por la Defensa del Sistema Público de Pensiones continuará tras el verano de este año.

Gobierne quien gobierne, las Pensiones se defienden.

Roberto Tornamira Sánchez
Miembro del Comité de Redacción de Tribuna Socialista

Derechos sociales. Servicios Públicos y de calidad

Bajo este lema tuvo lugar el pasado día 20 de mayo otra gran manifestación en Madrid, a una semana de las elecciones municipales y autonómicas. Una Manifestación convocada por distintos colectivos vecinales, pensionistas… a la que nos sumamos como Comité para la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP).

Una vez más, miles de personas recorrieron las calles de Madrid para pedir respeto a los servicios públicos y exigir:

  • que se deje de privatizar la Sanidad Pública, dotándola de recursos económicos que eviten la precariedad y la infra remuneración del personal sanitario.

Que se termine con la colaboración público-privada, vía por la que se trasvasa dinero público al negocio de la salud y se deteriora lo público.

Que se dé marcha atrás a todas las políticas privatizadoras hospitalarias y que se reabran todos los centros de Atención Primaria, con personal suficiente.

El desastre de la gestión sanitaria del Gobierno del PP en Madrid ha llevado a que los nuevos médicos que terminan su periodo de formación (MIR) no quieran trabajar en Madrid en la Atención Primaria, concretamente en las especialidades de Medicina de Familia y Pediatría. Ya son dos años consecutivos en los que la Comunidad, que preside Isabel Díaz Ayuso (IDA), no consigue cubrir el 16% de las plazas ofertadas.

  • una Educación Pública de calidad a la que se destinen todos los recursos económicos que hoy se desvían a la educación concertada (en un 80% en manos de la Iglesia, en muchos casos para segregar a niños y niñas). Que se acabe con la Educación concertada, un negocio en el que predomina el beneficio sobre la enseñanza.

La Educación Pública está siendo “descapitalizada”: los fondos públicos para la educación concertada crecieron diez veces más que los destinados a la educación pública en el decenio 2010 a 2020. Esta descapitalización provoca que no haya profesorado suficiente para cubrir bajas, con la consecuente pérdida de horas lectivas para el alumnado en los centros públicos.

  • la desprivatización de las Residencias, para que el dinero público vaya a una alimentación digna para nuestros mayores y la dotación de personal profesional suficiente, en lugar de a la cuenta de beneficios de las empresas y fondos buitre que las gestionan.

Los manifestantes no olvidaron a los 7.291 fallecidos en las Residencias de Madrid, como consecuencia del protocolo criminal del Gobierno de Ayuso; por el que se les negó la asistencia hospitalaria en la pandemia.

  • la realización de la Auditoría a las cuentas de la Seguridad Social, para el periodo 1967 a 2021, cumpliendo de una vez con la Ley 21/2021 que hasta hoy está incumpliendo el Gobierno.

Hay que terminar con la utilización indebida del dinero de las Pensiones Públicas. Las Pensiones son sostenibles, lo insostenible es su saqueo. El Tribunal de Cuentas del Estado emitió un informe en 2020 en el que asentaba que el Estado ha estado haciendo un uso indebido del dinero de las pensiones públicas, por lo que la deuda del Estado con la caja de las Pensiones ascendía a más de 103.000 millones de euros (para el periodo 1989 a 2013). Recientemente, el ministro Escrivá elevaba esa deuda a los 140.000 millones de euros. Por tanto, las pensiones sí son sostenibles, lo insostenible es el saqueo al que el Sistema Público de Pensiones viene siendo sometido, por todos los gobiernos, desde los franquistas años 60 de siglo XX.

Basta de incrementar los presupuestos para alimentar la Guerra; dinero para matar, mientras se escatima en los presupuestos para curar, para educar y para vivir con dignidad.

Tras las elecciones del 28 de mayo continuará la lucha por la defensa de la Sanidad, la Educación, las Residencias, las Pensiones y de todos los servicios públicos.

Gobierne quien gobierne los servicios públicos se defienden
Crónica de Roberto Tornamira, para Tribuna Socialista

MANIFIESTO ¡¡ALTO A LA GUERRA!!

Si aún no eres firmante, súmate

Envía un mensaje con tu adhesión a:
manifiesto.altoalaguerra@gmail.com

El Manifiesto cuenta con 876 adhesiones del Estado español.


Firmas de militantes políticos y sindicales de 17
países de Europa: Alemania, Austria, Bélgica,
Bulgaria, Dinamarca, España, Francia, Gran Bretaña,
Grecia, Irlanda, Italia, Moldavia, Portugal, Rumanía,
Serbia, Suecia y Suiza


También hay firmantes de otros 18 países de
diferentes continentes: Argelia, Azania-Sudáfrica,
Brasil, Burkina Faso, Chile, Colombia, Costa de Marfil,
Ecuador, Estados Unidos, Ghana, Guadalupe, Líbano,
Mali, Méjixo, Niger, Togo, Senegal y Uruguay.

Apoya el Manifiesto 30 colectivos y organizaciones de
distintos países:

Estado español
  • Promueve: Comité para la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP)
  • Asociación Civil, Milicia y Republica (ACMYR)
  • Asociación Trabajo y Democracia (ASTRADE)
  • Butroi Bizirik en Transición
  • Colectivo de militares demócratas “ANEMOI”
  • Colectivo de Mujeres Republicanas
  • Comissió Gent Gran 15M
  • III Congreso de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA-Euskadi)
  • Hemen, salida por la izquierda.
  • Herriak Bizirik. Plataforma ciudadana en lucha contra las empresas altamente contaminantes en
  • el Polígono Industrial de Goiain (Álava)
  • Información Obrera
  • Munizipalistok Gasteiz
  • Orquesta y Coro “La Solfónica 15m”
  • Plataforma Galega por la Tercera República
  • Reunir Canarias
  • Reunir la Laguna
  • Reunir Santa Cruz de Tenerife
  • Tribuna Socialista
  • Unidad Cívica por la República
Colombia
  • Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia (COMOSOC)
  • Grupo de investigación GIDPAD – UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA Medellín
  • Grupo de Investigación y Editorial Kavilando
  • Fondo de Empleados Universidad de San Buenaventura Medellín
  • Mesa por el Derecho a la Salud y la Seguridad Social de Antioquia (MESSSA)
  • Mesa Ecuménica por la Paz (MEP)
  • Red Interuniversitaria por la Paz REDIPAZ
Italia
  • Collecttivo Autónomo del Porto di Génova
  • Unione di Base del Porto di Génova (USB).
Portugal
  • Colectivo Andorinha (Frente democrática brasileira em Lisboa)
  • Diáspora Sem Fronteiras

Proximas actos por el Alto a la Guerra:


Mayo 2023
  • 23 de Mayo: Tarancón (Cuenca). Presentación del manifiesto ¡Alto a la Guerra!
    A las 18:30 en la Casa de las Asociaciones, en la Plaza de la
    Constitución

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Ultima actualización: Manifiesto
Boletines:

2ª reunión de firmantes del Manifiesto

El 17 de abril se ha celebrado la segunda reunión de firmantes del Manifiesto ¡Alto a la Guerra!, en la que han participado casi 50 militantes y activistas del Estado español. También participó el compañero Joaquín Pagarete, coordinador de los firmantes de Portugal.

Se hizo balance de los actos realizados desde que el 11 de enero se hiciese público el Manifiesto, ante el Congreso de los Diputados: más de 1.822 firmantes de 35 países del mundo -de ellos, 839 del Estado español- 16 actos para presentar el Manifiesto, en distintos territorios del Estado; hemos participado en al menos 6 movilizaciones contra la guerra; y se han editado 9 boletines, informando de toda esta actividad.

Los participantes de la reunión debatieron sobre el horizonte temporal más próximo, en el que dar continuidad al trabajo contra la guerra. En este sentido, es muy importante la reunión abierta que el CATP prepara para el día 6 de mayo, en la que la campaña ¡Alto a la Guerra! ocupará un lugar prioritario en el orden del día, junto a la defensa de la Sanidad Pública y a dar continuidad a todo el trabajo realizado en defensa del Sistema Público de Pensiones, destacando la exigencia de la Auditoría a la Cuentas de la Seguridad Social. Estas reivindicaciones son necesarias para combatir los efectos de la guerra social contra los derechos de los trabajadores, guerra que se despliega en paralelo a la barbarie desatada en Ucrania desde la invasión llevada a cabo por las tropas de Putin hace 14 meses y por la obstinación de los USA en que la guerra no pare.

Todos los intervinientes coincidieron en la importancia de la propuesta que se hace desde Alemania para realizar un Encuentro internacional de militantes y colectivos contra la guerra, y seguir en la línea de trabajo emprendida en el Encuentro Europeo que se realizó en Madrid el 24 de junio del pasado año, coincidiendo con la cumbre de la OTAN en nuestro país, para profundizar y avanzar en la necesaria coordinación entre militantes en aras de fomentar un movimiento europeo contra la guerra, pues sólo los pueblos, organizados, tiene la capacidad de exigir que pare la guerra.

En la reunión se informó del trabajo que se está llevan a cabo para continuar realizando acto de presentación del Manifiesto. Se instó a que el Equipo de Coordinación de la campaña se dirija a las 33 organizaciones y colectivos que apoyan el Manifiesto para que de forma coordinada y ofreciendo todo el apoyo desde este Equipo, estas asociaciones organicen actos.

Por último, se recalcó la necesidad de que el movimiento sindical participe de la campaña contra la Guerra. El 1º de mayo será un buen momento para hacer que nuestra campaña se visibilice, repartiendo información y participando de las manifestaciones.

Corresponsal

La realidad social dista mucho de la que nos presentan

La realidad social, económica y política de nuestro país es compleja, contradictoria y cargada de promesas incumplidas, con peligros de derrotas o retrocesos.

Los pensionistas, en nombre de toda la clase obrera, han impuesto al gobierno un retroceso importante. En octubre del pasado año, forzaron el incremento del 8,5% para 2023. Después, a pesar de la exigencia del capital financiero y las instituciones, el Gobierno se ha visto obligado a frenar en los contenidos de la nueva reforma de pensiones, aunque somos conscientes de que han dejado los caminos allanados para continuar mutilando el Sistema Público de Pensiones. Escrivá se ha visto obligado a ocultar la existencia del pago de decenas de miles de millones de gastos impropios de la Seguridad Social con dinero de las Pensiones, por tanto, poniendo a la orden del día la exigencia de una VERDADERA AUDITORÍA a las cuentas de la Seguridad Social, incumplida hasta hoy.

La brutalidad del capital financiero no se ha modificado, exige al gobierno, a todos los gobiernos europeos, llevar a cabo una «economía de guerra», o sea:

  • Negar aumentos de salarios y pensiones, ni siquiera en función de la inflación.
  • Negar cualquier acción para bloquear los precios, facilitando los beneficios multimillonarios de las grandes empresas.
  • Seguir con la privatización de la Sanidad y la Enseñanza.
  • Mantener las leyes represivas y la negativa a los pueblos a decidir.
  • Multiplicar los gastos militares en detrimento de los gastos sociales.

La voluntad de la mayoría social para defender la Sanidad Pública ha quedado plasmada en las multitudinarias manifestaciones que se han venido produciendo en los últimos meses, de manera muy destacada las de los días 13 de noviembre de 2022 y la del 12 de febrero de este año en Madrid. Sin embargo, son las asociaciones de vecinos y barrios las que tienen que ponerse al frente de la reivindicación.

¿Por qué? No se trata de la buena voluntad de unos y otros. El hecho fundamental es que las instituciones del Estado heredadas del franquismo, con el Rey a la cabeza, son un OBSTÁCULO central para conseguir las reivindicaciones. Estas instituciones operan para enfrentar unos pueblos contra otros, para mantener los privilegios de La Corona, del aparato judicial represivo y la alta administración del Estado. En este contexto, el Gobierno de coalición cede en lo fundamental ante las instituciones.

En el año electoral se plantea el falso dilema de votar por el mal menor. Muchos trabajadores, jóvenes, pensionistas van a votar con los dedos en la nariz, otros se van a abstener, porque están hartos de las promesas incumplidas, cansados del chantaje de “nosotros o la derecha”, mientras nos endosan sucedáneos de soluciones para dejar to- tal o parcialmente incumplidos los compromisos.

En realidad, la mayoría social NECESITA UN REFERENTE político fiel a sus intereses, que no ceda ante el capital, la monarquía, las instituciones o la Europa supuestamente social, que no se presten a ejercer de “dique de contención” de las aspiraciones de la mayoría.

El CATP surgió para agrupar fuerzas en favor de las reivindicaciones, para apoyar la independencia del movimiento obrero frente al capital y el imperialismo, como hacemos ahora contra la política de guerra.

La UE está embarcada en una política de guerra, al servicio de los intereses del capital financiero y en particular de las necesidades económicas de la EE.UU.

Por ello, consideramos que, más que nunca, es necesario continuar con la lucha por el ¡Alto a la guerra! ¡Cese el fuego inmediato y sin condiciones!

Ni un euro para la guerra, No a la OTAN, fuera las bases, ¡
Ni OTAN, ni Putin!
Defensa de las pensiones AUDITORÍA cumpliendo la Ley 21/2021.
Contra la privatización de la Sanidad y la Educación públicas.

¡Alto a la Guerra!

¿Es posible un apocalipsis nuclear? ¿No es acaso prueba de ello la demencial estrategia militar llamada Destrucción Mutua Asegurada? ¿Renunciaría la Federación de Rusia, o cualquier otro Estado, a utilizar su poder de aniquilación total en cualquier circunstancia?

Estas reflexiones elementales me han llevado al convencimiento de que existen desequilibrios fundamentales en el cerebro de nuestra especie. Prueba de ello es su incapacidad para eliminar de la faz de la Tierra el peligro de aniquilación total, arrastrándonos ineluctablemente hacia una catástrofe mundial de proporciones definitivas.

El origen de las especies

Sabemos que la evolución biológica no busca un fin, no tiene un propósito. El origen y evolución de las especies es un proceso natural que no obedece a ninguna voluntad externa o causa divina que lo conduzca. El azar en las mutaciones del DNA, y la supervivencia de aquellas especies cuyas mutaciones estén más adaptadas al medio, son la causa que explican su origen y evolución, genialmente anticipado por el naturalista Charles Darwin (1809-1882).

El religioso jesuita Teilhard de Chardin (1881-1955), eminente paleontólogo, intentó conciliar su fe de creyente -un dudoso sentimiento- con su actividad investigadora, resultado de la aplicación del método científico. Para ello desarrolló una línea de pensamiento fundamentada en una hipótesis idealista -es decir, sin base material en la que apoyarse- que se concreta en lo que él denominó Cristogénesis.

Su afirmación -imposible de verificar- se basa en la constatación del proceso de evolución biológica sobre la Tierra, que hizo posible la aparición de la especie humana y, según él, la posibilidad de que Dios se hiciese hombre, encarnándose en Cristo, pues ese sería el propósito de todo el movimiento evolutivo.

La pulsión de vida y la pulsión de muerte

La evolución de los seres pluricelulares generó el fenómeno de la apoptosis; es decir, el “suicidio programado” de las células del organismo pluricelular; una ventaja evolutiva, pues reduce la probabilidad de que el organismo pluricelular muera como consecuencia de que una célula devenga cancerosa, por mutaciones malignas en su DNA, ya sea por causas internas o externas.

La apoptosis es, por tanto, un “suicidio” programado de la célula, tras un periodo de vida en el que es probable que se hayan producido mutaciones sucesivas no autocorregidas, peligrosas para el conjunto de células que constituyen el organismo.

Análogos procesos evolutivos dotaron a los seres vivos de mecanismos de ataque y defensa; los menos eficaces tenían menos posibilidades de supervivencia, siendo eliminados por el filtro del tiempo. Estos mecanismos de la conducta animal, impresos indeleblemente en el sustrato profundo del cerebro de los vertebrados, se transmitieron a lo largo de la evolución biológica hasta llegar a nuestra especie: la raza humana.

Albert Einstein (1879-1955), acosado por el nazismo en Alemania por su origen judío, mantuvo correspondencia con el también científico de origen judío Sigmund Freud (1856-1939), fundador de las teorías psicoanalíticas, asimismo huido del nazismo, cuyos libros fueron públicamente quemados por el III Reich. Esta correspondencia dio lugar a dos históricas cartas respectivas, en las que analizaron la implicación del instinto de vida y el instinto de muerte, teorizados por Freud, en el desencadenamiento de la guerra.

El grito necrófilo ¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia! del fundador de la Legión española, general Millán Astray (1879-1953), es prueba evidente de la existencia de dicho instinto de muerte, sobre el que opera el fascismo y otros totalitarismos blanqueados por la propaganda, como es el caso de la OTAN; gigantesca organización terrorista, a la que el rey de España, Felipe VI, nos ata con entusiasmo criminal. Un rey que goza de una inviolabilidad feudal absolutista además de ser jefe del Estado español y jefe supremo de sus Fuerzas Armadas.

La Destrucción Mutua Asegurada

Al no estar guiado el proceso evolutivo por ninguna voluntad inteligente externa al Universo, nuestro cerebro, el cerebro humano, procedente de etapas evolutivas anteriores, está estructuralmente dotado de impulsos irracionales agresivos, resultado de los mecanismos de ataque y defensa desarrollados en la lucha por la supervivencia, a lo largo de la Historia Natural, que constituyen el instinto de muerte.

Hiroshima y Nagasaki, innecesariamente destruidas por un ataque nuclear el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente, son a mi juicio prueba evidente del citado instinto de muerte.

Las armas convencionales, pese a su potencia y a la ferocidad desplegada en los combates, no pusieron en riesgo la continuidad de nuestra especie. Aun así, provocaron decenas de millones de víctimas, incluidas las del único ataque nuclear efectuado hasta la fecha en la historia de la humanidad, ya citado. Sin embargo, la investigación y desarrollo de armas nucleares modernas, posibilita la Destrucción Mutua Asegurada, cuyo daño colateral sería la extinción de la humanidad y de todo ser vivo existente sobre el planeta.

La incitación a la guerra

Las noticias que inundan en estos días nuestros hogares, presentan la Guerra como si fuera un juego de ordenador, donde se matan seres ficticios; de modo que no parezca real. Así ocurrió con Irak, Libia… y ahora con Ucrania: esconden los ataúdes. La Guerra no es una película de Hollywood. La propaganda belicista la proyecta como si fuese un escenario de realidad virtual, con el abominable fin de adormecer conciencias.

La política criminal de incitación a la guerra, banalizando al mismo tiempo el evidente riesgo de escalada nuclear, es una grave responsabilidad de la que tendrán que responder algún día los dirigentes de uno y otro bando: la OTAN y el gobierno de la Federación de Rusia. La siniestra máquina de despedazar seres humanos, que es la Guerra, no puede dejarnos indiferentes. Puede que algún día, políticos, generales y almirantes sin escrúpulos, tengan su Juicio de Núremberg.

Frente al grito fascista ¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia! opongamos el ¡Viva la vida! ¡Abajo la muerte!

Este es el grave dilema ante el que se encuentra la Humanidad: socialismo o barbarie.

Recomiendo la lectura y adhesión al Llamamiento Europeo contra la Guerra

Manuel Ruiz Robles es militar retirado, portavoz del Colectivo Anemoi, fue miembro de la disuelta Unión Militar Democrática.

Manifiesto internacional

¡Alto a la guerra!

La guerra que se está desarrollando en Europa tiene ya sus consecuencias políticas y económicas en todo el mundo. Supone la amenaza de un peligro mortal para todos los pueblos de Europa y de todos los continentes.

Para preservar a la humanidad, hay que detener esta marcha hacia la barbarie. La guerra de Putin, como la de la OTAN a cargo de Zelenski, no es nuestra guerra. No estamos en guerra con el pueblo ruso ni con el pueblo ucraniano. Queremos la paz para el pueblo ruso y para el pueblo ucraniano.

Al invadir Ucrania, Putin se lanzó a una aventura criminal y sin salida para el pueblo ruso y el pueblo ucraniano. Putin no defiende al pueblo ruso. Exigimos la retirada de las tropas del ejército de Putin. Condenamos la escalada bélica de la OTAN y exigimos la retirada de las tropas de todos los países de la OTAN.

El Gobierno estadounidense, a la cabeza de la OTAN, no defiende al pueblo ucraniano, sino los intereses de los monopolios que quieren tomar el control de las importantes riquezas de Rusia, como lo hicieron en Iraq so pretexto de las armas de destrucción masiva, inexistentes.

No aceptamos que esta guerra sirva para enfrentar a unos pueblos con otros.

No aceptamos el rechazo una y otra vez afirmado por Biden, la Unión Europea y Putin a un alto el fuego inmediato y a parar la guerra.

¿A qué conduce esto?

A que la Unión Europea adiestre a 15.000 soldados ucranianos aduciendo que la guerra debería durar largo tiempo, sin alto el fuego, hasta la derrota de Rusia, con el resultado de los muertos, los heridos, los refugiados.

A que los dirigentes de nuestros Estados suministren armas que matan y hieren a cientos de miles de seres humanos de ambos bandos con su multitud de masacres, refugiados, destrucción, que nos remite a las peores imágenes de las guerras que desgarraron ya el continente europeo.

A «sanciones económicas» contra el pueblo ruso, exigidas por el Gobierno estadounidense, que se utilizan para disparar los precios, los beneficios récord de los trust y oligarcas del petróleo, la compra masiva de gas de esquisto, un inicio de colapso industrial en Europa.

A que en todos los países europeos los Gobiernos sometan a los Parlamentos unos presupuestos militares cada vez mayores que los Parlamentos votan liberando sumas descomunales para el ejército.

A que se utilicen miles y miles de millones para el rearme de Ucrania en beneficio de la industria de armamento y en detrimento de los pueblos trabajadores con recortes en todos los presupuestos públicos, hospitales, escuelas, etc.

En muchos países de Europa, hay manifestaciones por la paz, contra la guerra que expresan el rechazo de esta marcha hacia la barbarie para los pueblos de la vieja Europa, cuna ya de dos guerras mundiales.

Lanzamos un grito de alarma: esta escalada puede conducir a una catástrofe mundial. No seremos cómplices de ello. ¡Lanzamos un llamamiento a todos los trabajadores y militantes de Europa a unir sus fuerzas para detener este engranaje mortal y esta carnicería y por el cese de la guerra y un alto el fuego inmediato!

Este Manifiesto internacional cuenta ya con la firma de 1.837 militantes y activistas de 35 países. Si quieres sumarte, sólo tienes que enviar un mensaje con tu nombre y apellidos y cómo quieres aparecer en el Manifiesto, a:
manifiesto.altoalaguerra@gmail.com
https://tribunasocialista.com/2022/12/27/manifiesto-alto-a-la-guerra-2/

Primer año de Guerra

El 24 de febrero de 2022 es una fecha que pasará a la historia. Es el aniversario de la invasión de Ucrania, por parte del ejército de Putin. El balance en vidas es pura barbarie: 200.000 soldados muertos, 100.000 por cada bando, 40.000 civiles ucranianos, según datos del general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., dados el 10 de noviembre de 2022 a la BBC. Un país, Ucrania, está siendo destruido y casi 8 millones de ucranianos han tenido que huir de su país.

No quiero limitarme a describir las cifras del desastre. En este artículo quiero intentar entender por qué, unos y otros, parecen decididos a mantener esta locura en el tiempo. Decir que esta guerra es una guerra contra los pueblos es una expresión que se puede cuantificar; en las cifras de muertos ya señaladas y con los datos económicos que ya conocemos del pasado año. Veamos algunos de ellos:

Las multinacionales de los combustibles: BP (británica), ExxonMobil (estadounidense), Shell (británica constituida en Países Bajos), Chevron (estadounidense). Solo estas cuatro multinacionales, suman más de 150.000 millones de dólares de beneficio en 2022, año de guerra. Unos beneficios récord y exorbitantes.

El oligopolio de las cinco grandes compañías de la energía en España: Iberdrola, Repsol, Endesa, Naturgy y Cepsa, han obtenido 13.300 millones de euros, un incremento promedio del 49% de beneficio neto, más que en 2021.

Son los sectores de la energía y los combustibles los que iniciaron la espiral inflacionaria que recorre Europa. Unos incrementos de precios que, a la vista de los descomunales beneficios, no corresponden a las necesidades de la producción sino a la avaricia por el beneficio y el reparto de dividendos, a esa competencia absurda (salvo para la lógica del mercado) por la capitalización de las empresas.

La ola inflacionaria provocada por los grandes del gas, el petróleo, etc., ha sido la excusa para que otros sectores, como la banca, también se sumen a la fiesta de los beneficios récord. El oligopolio financiero conformado por: Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja, han ganado 20.850 millones de euros, un 28%, en promedio, más que en el ejercicio anterior.

Si el sector energético se está beneficiando de la guerra a corto plazo, el del armamento lo está haciendo en el corto, medio y largo plazo. Solo la industria del armamento estadounidense, ha experimentado un crecimiento del 49% en sus beneficios en 2022, al obtener 52.000 millones de dólares. La llamada a la compra de munición a las presiones a seguir abasteciendo al ejército de Zelensky hacen pronosticar pingües beneficios para los próximos años.

En la otra cara de la moneda está el empobrecimiento de las familias trabajadoras, en todos los países de Europa. El IPC medio en España se ha cerrado para 2022 en el 8,5%, pero el IPC de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, lo que llamamos normalmente «la cesta de la compra», ha alcanzado el 15,7%.

Frente al incremento de los precios, la subida salarial media en nuestro país ha sido del 3,24% (eso, para los 880 convenios colectivos registrados en 2022 y los 2204 que se firmaron en años anteriores con incrementos previstos para 2022). Esto afecta a unos 9 millones de trabajadores y trabajadoras, por tanto, hay otros 8,4 millones de asalariados por cuenta ajena que no han tenido incremento salarial, subida 0.

Hasta junio no sabremos la variación del índice del riesgo de pobreza y exclusión social. En 2021, el 27,8%, es decir 13,1 millones de personas en España, estaba en riesgo de pobreza y exclusión social. La pérdida brutal de poder adquisitivo presagia un incremento de este nefasto índice.

Estas son solo algunas cifras, positivas para la minoría y negativas para la gran mayoría, de lo que es la guerra y para qué es la guerra.

Ya sabemos que Putin no es demócrata. Los ciudadanos rusos lo saben bien; no pueden posicionarse contra la guerra, ello les puede costar la cárcel, como poco. A pesar del perfil antidemocrático y, si se quiere, criminal de Putin, no es verosímil decir que esta guerra se libra en nombre de la libertad y la democracia; no si quien lo dice mantiene relaciones y apoya a países como Israel, que tiene sometido a más de medio millón de personas en Gaza, y que, desde 1948, ha expulsado a más de 7 millones de palestinos (1,2 viven en campos de refugiados en Líbano, Jordania…). O con Arabía Saudí, donde la libertad es, solo, cosa de hombres. O, si quien lo dice es quién organiza y/o participa en un mundial de fútbol en Qatar, Estado-manantial de corrupción, véase el «Qatargate» en el Parlamento Europeo y se muestra insensible ante los miles de trabajadores muertos en la construcción de los estadios -según el diario “The Guardian” (29nov22), al menos 6.500 muertos-, en una absoluta indiferencia por la vida humana.

Esta es una contienda de intereses entre los oligarcas rusos protegidos por Putin, los descendientes de los sepultureros de la Revolución de octubre de 1917, esos que se apropiaron de los sectores estructurales del Estado que la revolución proletaria había colectivizado. Y por otra parte las multinacionales para quienes la OTAN, según el periodista de investigación Seymour Hersh (Premio Pulitzer en 1970 por su cobertura de la masacre de My Lai, en la guerra de Vietnam) ha reventado los gaseoductos que suministraban gas a Alemania y a otros países de Europa (Nord Stream 1 y 2), llevaron a cabo un sabotaje que ha posibilitado que los USA hayan aumentado sus exportaciones de gas natural licuado (GNL) en un 137%, en los 10 primeros meses de 2022.

Esta dinámica de guerra es una irresponsabilidad de consecuencias históricas, y nada apunta a que vaya a parar. El Senado de los USA ha aprobado el mayor presupuesto militar de su historia, 858.000 millones de dólares. Putin por su parte ha decidido que el presupuesto para la guerra será ilimitado. Una de las derivadas en Europa es la presión para que los gobiernos envíen tanques, aviones de combate y que multipliquen la fabricación y compra de munición.

No tengo porqué tomar partido por una de las partes de esta contienda. Por eso, en favor del pueblo ucraniano, para que pare la destrucción y la muerte; en favor del pueblo ruso, para que dejen de llegar ataúdes con hijos, padres y hermanos, y en favor de todos los pueblos de Europa, contra quienes, de un modo u otro, se libra esta guerra, digo

¡Alto a la guerra!

Roberto Tornamira Sánchez
Miembro de la Coordinadora estatal del CATP
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