Sin novedad en el frente

El ¡Alto a la guerra! llevado al cine

La novela antibelicista de Erich Maria Remarque, publicada en 1929, recogía su experiencia como soldado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y recogía el horror y el terror que sufrieron todos los soldados que van participar en ese conflicto y que los traumatizó durante muchos años después de su final.

Ante los estallidos de violencia limitada en el tiempo y en el espacio de las batallas que caracterizaron los conflictos anteriores, en la Gran Guerra se impuso la potencia letal de armas nuevas, el terror de los gases asfixiantes, la aparición aviación como herramienta de destrucción y de los blindados.

El conflicto se eternizó y se enquistó en una ida y vuelta continua de millones de hombres a lo largo de un frente de miles de kilómetros de largo, pero únicamente con cientos de metros de una anchura cubierta de trincheras, alambre, minas antipersonas y francotiradores. Remarque tuvo el talento de captar la brutalidad y la falta de sentido de un conflicto que transformó a los soldados en máquinas programadas para matar y sobrevivir, que luchaban por no perder totalmente su humanidad.

Se trata de la tercera adaptación al cine de la novela antibelicista de Erich M. Remarque y retrata con brutalidad y crudeza el absurdo de la guerra, alejada de la épica de las películas de guerra más popularesy de la precisión aséptica e impersonal de los video-juegos.

Producción alemana de 147 minutos de duración, dirigida por Edward Berger, adaptación de la novela homónima de Dan Simmons; y protagonizada por Felix Kammerer y el actor hispano-alemán Daniel Brühl.

La película se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto y posteriormente pasó a Netflix, donde se estrenó el 28 de octubre de 2022. La cinta fue una de las ganadoras de la última edición de los premios Oscar con los galardones a mejor película extranjera, mejor fotografía, mejor banda sonora y mejor diseño de producción.

También recibió el premio a mejor película y mejor director en los premios BAFTA. La novela antibelicista de Erich Maria Remarque, publicada en 1929, recogía su experiencia como soldado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y recogía el horror y el terror que sufrieron todos los soldados

que van participar en ese conflicto y que los traumatizó durante muchos años después de su final. Ante los estallidos de violencia limitada en el tiempo y en el espacio de las batallas que caracterizaron los conflictos anteriores, en la Gran Guerra se impuso la potencia letal de armas nuevas, el terror de los gases asfixiantes, la aparición aviación como herramienta de destrucción y de los blindados. El conflicto se eternizó y se enquistó en una ida y vuelta continua de millones de hombres a lo largo de un frente de miles de kilómetros de largo, pero únicamente con cientos de metros de una anchura cubierta de trincheras, alambre, minas antipersonas y francotiradores. Remarque tuvo el talento de captar la brutalidad y la falta de sentido de un conflicto que transformó a los soldados en máquinas programadas para matar y sobrevivir, que luchaban por no perder totalmente su humanidad.

Im Westen nichts Neues forma parte de la mejor tradición del cine antibelicista, como las adaptaciones anteriores de la misma novela y otras obras maestras como Apocalypse Now de Francis Ford Coppola.

Baltasar Santos
TribunaSocialista

As Bestas

Si en el anterior número de TS destacaba la película Alcarrás y su retrato del drama que supone la paulatina desaparición del campo catalán por la presión de los latifundistas y las energéticas, en As Bestas, se retrata las presiones de los pueblos gallegos por el impacto de la producción energética «verde» que condena a la desaparición de los modos de vida tradicionales.

Este «western» ibérico está extraordinariamente dirigido por Sorogoyen e interpretado por los actores y actrices protagonistas, entre los que destacaría un inconmesurable Luis Zahera.

As Bestas refleja dos realidades que hoy conviven: la de una parte de la población que huye de las ciudades y de la sociedad de consumo para regresar al campo y vivir de su esfuerzo de forma sostenible, y la gente del campo, empobrecida por la competencia desleal a los que les somete la

agricultura y ganadería intensivas que les lleva a malvivir de su trabajo y a la desesperación, ante la cual, aparece como única alternatva, la de malvender sus tierras al especulador de turno, disfrazado en este caso de empresa de producción energética.

Una excelente película cargada de tensión dramática que ejemplifica el buen momento del cine español y que le ha llevado a ser la gran triunfadora de los premios Goya.

Aprovecho para destacar de la ceremonia de entrega de premios de estos premios Goya para saludar el compromiso de todos los participantes en su continua alusión a la necesidad de defender la Sanidad Pública y el llamamiento a participar en las manifestaciones en su defensa.

Baltasar Santos

Alcarrás

Cada vez que la directora de la película Carla Simón ha recogido un premio, ha querido recordar expresamente no solo la virtud de los miembros del reparto (actores no profesionales) sino también al pequeño agricultor, que como decía Josep Pla es «tozudo y valiente».

Además de ser una magnífica película que sobresale ante la mediocridad del cine actual. Al carrás nos deja una profunda reflexión sobre el campo que es de plena actualidad. En la cinta se trata el debate entre la actividad agraria del pe queño campesinado, y las alternativas actuales: convertir el campo en plantaciones eólicas, o de placas solares o convertir la agricultura tradicional en monocultivos latifundistas.

El debate en el campo hoy es o «entre todos generamos riqueza en el territorio» o «hay un rico en el territorio». Parece ser, por lo que nos cuentan los pequeños agricultures que es la se gunda de las altenativas la que está triunfando para mal de la mayoría social.

La falta de relevo generacional, los precios ba jos que se paga por la fruta mientras crecen los costes de producción, el cambio de modelo de explotación agraria y, en definitiva, el futuro del campesinado, son algunos de los retos que pone en riesgo el futuro del campo y de los campesinos.

Cerca del comienzo de la película, los Solé reciben la noticia de que los terratenientes tienen la intención de expulsarlos, arrasando los huer tos para dar paso a una planta de energía solar, el devastador golpe final para un medio de vida que ya estaba luchando por competir con la agricultura industrial. El abuelo, el padre de familia, los jóvenes, los niños… todos viven a su manera una época de cambios que les conduce a un futuro incierto lejos del campo.

Una excelente película para disfrutar. Por cierto, cuando vean la película es recomendable tener a mano unos cuantos melocotones. Te entrarán ganas de comer.

Baltasar Santos

Canciones con poder: “La Hoguera”

Las sentencias a muerte por ahorcamiento en Irán impiden que este año no finalice la sección cultural de Tribuna Socialista: Canciones con Poder, sin traer la canción de Javier Krahe “La hoguera”.

Este es un tema que formó parte del álbum “La Mandrágora”, lanzado en 1981, en el que, junto a Krahe, participaron Alberto Pérez y Joaquín Sabina. Con su característica ironía y retranca, Javier Krahe denuncia y rechaza, a su manera, la pena de muerte. Hacía tan solo 6 años, el 27 de septiembre de 1975, que se había ejecutado en España a los últimos 6 condenados a muerte por el franquismo.

Si bien es cierto que la Constitución de 1978 no contempla la pena de muerte, España, hasta 1985, no ratifica el Convenio nº 6 de la Convención Europea de Derechos Humanos, por el que se abolía la pena capital, excepto para tiempos de guerra. Y se mantendrá la pena de muerte hasta 1995, en el Código Penal Militar. Por tanto, la creación de Krahe se enmarca en el contexto histórico en el que se puede decir que la pena de muerte en nuestro país se va extinguiendo, pero no se extinguirá del todo hasta 14 años después de editada esta canción.

Por desgracia para la humanidad, la pena de muerte continua en vigor en muchos países. Según datos de Amnistía Internacional, en 2021 se registraron en el mundo 579 ejecuciones, en países como Arabia Saudí, China, EE.UU., Egipto, Emiratos Árabes Unidos (Abu Dhabi, Dubai…), India, Irán o Japón… y así hasta 92 países. Esta cifra representa un 20% de incremento en ejecuciones respecto a 2020, año en el que tan solo en los Estados Unidos se ejecutó a 17 personas.

El catálogo de formas que describe Krahe en su canción está muy vivo, si se me permite la ironía:

  • EE.UU., utiliza principalmente la silla eléctrica y la inyección letal.
  • China, Corea del Norte, Somalia o Vietnam se decantan por el fusilamiento
  • Japón, Singapur y los países musulmanes, en los que hay pena de muerte, prefieren la horca.
  • En el caso de Arabia Saudí se utiliza, junto a la horca, la decapitación.

El Estado teocrático de Irán, donde la religión dictamina la política, vive una ola de represión contra su pueblo. Todo comenzó el 13 de septiembre de este año con la detención y agresión brutal a la joven Masha Amini, por parte de la policía guardiana de la moral; por llevar el velo mal colocado. Su muerte no cuenta en la estadística de ajusticiados, pero el resultado de la detención y la brutalidad fue la muerte.

Tres meses después, hay 28 condenados a muerte, varios de ellos ya han sido ahorcados, sin contar los más de 300 muertos en la criminal acción de los cuerpos represivos del Estado.

Estoy convencido de que Javier Krahe hubiese entonado “La hoguera” ante estos hechos y ante la despreocupación social general al respecto.

Roberto Tornamira, Comité de Redacción de Tribuna Socialista

Sugiero escuchar la irreverente versión de Whenpacovenga

Canciones con poder: “Cuervo ingenuo”

Javier Khahe nace el 30 de marzo de 1944 y muere el 15 de julio de 2015. Este letrista madrileño fue a contra corriente hasta para nacer, pues lo hizo en el barrio de Salamanca aunque su hábitat natural era el de Malasaña, con permiso de su querida Zarhara de los Atunes, en Cádiz. Decía de sí mismo que él era «anarquista de cinco a seis y media, que es cuando duermo la siesta«.

Cuervo ingenuo” es una sátira al giro que dio el PSOE de Felipe González respecto a la ratificación de la pertenencia de España en la OTANFelipe González se había manifestado, ambiguamente, el “OTAN de entrada No”. Sin embargo, durante la campaña del referéndum en el que debía decidirse la cuestión, el PSOE y Felipe González fueron girando hasta posicionarse a favor.

Krahe ya se había manifestado en contra de la pertenencia de España a la OTAN en su canción «Me internarán», retransmitida en RTVE en 1984. Canción que entre otros versos dice:

«Quizá sea digna

de alabanza

pero yo no pienso firmar

ninguna bélica alianza,

tendrá mi huella dactilar»

El giro copernicano del líder del PSOE, acarreó que se instalase, en la conciencia colectiva, que fue el Gobierno del PSOE el que metió a España en la OTAN, idea que aún perdura. Lo cierto es que fue el Gobierno de UCD, presidido por Calvo Sotelo, quien el 2 de diciembre de 1981 comunicó a la Alianza su intención formal de adherirse al Tratado de Washington; recibiendo de forma automática la invitación del Consejo del Atlántico Norte (CAN) para iniciar el proceso de adhesión. El 30 de mayo de 1982, España se convirtió en el miembro número dieciséis de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Un mes antes de la celebración del referéndum para la ratificación de España en la OTAN, que se celebró el 12 de marzo de 1986, Joaquín Sabina grababa en directo, en el teatro Salamanca de Madrid, su disco “Joaquín Sabina y Viceversa en directo”. Javier Khahe, que estaba invitado a participar, interpretó “Cuervo ingenuo”.

En la retransmisión del concierto de Sabina, cuando Krahe se disponía a interpretar su canción, RTVE dio paso a publicidad, por lo que “Cuervo ingenuo” está considerada como la primera canción censurada en España después de la Transición.

Vivimos tiempo de guerra, y es por ello que me ha parecido que esta es la canción con poder adecuada para este mes. Sin embargo, Javier Krahe también es autor de “La hoguera”, que incluyó en su disco “Valle de lágrimas” en 1980. En verdadero alegato irónico contra la pena de muerte, que fue abolida dos años antes de que viera la luz esta canción, si bien, hasta 1995 permaneció en el Código Penal militar. Es un tema sugerido por la letra de Georges Brassens “La guerre de 14-18”, que el cantautor francés lanzó en los primeros años de la década de los 60.

Brassens ironiza en su tema con las grandes guerras de la historia, de entre las que se decanta por la primera guerra mundial. En ese paralelismo, Krahe centra su preferencia por la hoguera. Quizá en otro número de Tribuna Socialista tenga cabida.

Roberto Tornamira
Miembro del Comité de Redacción de Tribuna Socialista

Canciones con poder: “Blowing in the Wind”

ob Dylan grabó «Blowin in the Wind» (Flotando en el viento) en julio de 1962 y la incluyó en su segundo álbum, «The Freewheelin», publicado en mayo de 1963. La melodía, que no la letra, está inspirada en una canción que cantaban los esclavos negros en Canadá; tras huir de los Estados Unidos; canción que denunciaba la venta de esclavos negros «No more Auction Block» (No más bloques de subasta), haciendo referencia al bloque de piedra al que se hacía subir al esclavo o esclava para ser exhibido para su venta.

Quién popularizó «Blowin in the Wind» no fue el propio Dylan, sino el grupo de música folk «Peter, Paul and Mary»; Bob Dylan fue un desconocido en el mundo de la música, hasta que la interpretó en el Festival de Folk de Newport de 1963, junto al trio PPM.

Dylan siempre ha mantenido que no era una canción protesta, pero, en contra de la intención del nobel de literatura de 2016, esta canción se convirtió en un himno contra la Guerra, en la década de los años 60 del s. XX, en particular contra la Guerra de Vietnam, en la que Estados Unidos intervino, abiertamente, con la excusa del incidente del golfo de Tonkin, incidente provocado por un destructor de la Armada estadounidense, el USS Maddox, en agosto de 1964. Esta guerra, hay quienes sitúan su inicio en noviembre de 1955 y quienes lo hacen en 1959, no finalizó hasta 1975, con la toma de Saigón por parte de las fuerzas de Vietnam del Norte, aunque Estados Unidos se había retirado dos años antes, en enero de 1973.

Los siguientes tres versos, que forman parte consecutivamente de las tres estrofas de la canción, son la columna vertebral antibelicista de «Flotando en el Viento».

¿Cuántas veces deben volar las balas de cañón,

antes de ser prohibidas para siempre?

—- O —-

¿Cuántas veces puede un hombre girar la cabeza,

y fingir que simplemente no lo ha visto?

— OO —

¿Cuántas muertes serán necesarias,

antes de que él se dé cuenta,

de que ha muerto demasiada gente?

— OOO —

En 2004, fue elegida la 14ª mejor canción de todos los tiempos, según la revista Rolling Stone.

Con una guerra en curso en el continente europeo, me ha parecido que esta es la canción más apropiada para la sección de Canciones con Poder, en este número de Tribuna Socialista.

La respuesta está en el viento, para quien la quiera escuchar y tomar conciencia.

Proponemos el enlace a la versión de la joven cantante Katie Melua, nacida en Georgia, de donde tuvo que huir de la guerra en 1993.

Roberto Tornamira Sánchez
Miembro del Comité de Redacción de Tribuna Socialista

God Save the Queen

Por si alguien no se ha enterado (permítaseme la ironía), hace unos días que falleció la reina Isabel II. Incluso la han enterrado. Todos los medios de comunicación mundiales se han hecho eco de la noticia, que ha paralizado al Reino Unido, y que ha desatado los mensajes de condolencias de todos los jefes de Estado y primeros ministros del mundo.

Los mass media tratan por todos los medios (nueva ironía) de difundir una imagen de unidad de los británicos en relación a su apoyo a la monarquía. Nada más lejos de la realidad.

Ya hace 45 años los Sex Pistols lanzaron God Save the Queen, una canción contra lo que consideraron el autoritarismo de la familia Windsor; es decir, la familia de la reina Isabel II, quien falleció hoy tras 70 años de reinado. En medio de la recesión económica, la falta de oportunidades para los jóvenes, el punk fue el movimiento que levantó la voz ante éstas y otras situaciones socio-políticas.

En mayo de 1977, Glen Matlock, Sid Vicious, Johnny Rotten, Steve Jones y Paul Cook, lanzaron el que sería su canción más conocida: “God Save the Queen”, incluido en el álbum “Never Mind the Bollocks, Here’s the Sext Pistols”.

El lanzamiento del tema coincidió con el jubileo de la reina Isabel II; es decir, en la celebración de los 25 años de ésta en el trono que asumió en 1952. La canción acusa directamente a la reina Isabel II y a su familia de encabezar un régimen fascista, algo impensable en la España actual sin que inmediatamente hubiera penas de cárcel. La letra de la canción dio voz a la juventud británica. principalmente de la clase trabajadora, contra una monarquía a la que consideraban causante de la situación de pobreza creciente de gran parte de la sociedad británica.

El 7 de junio de 1977, los Sex Pistols se embarcaron en el “Queen Elizabeth”, y navegaron por el Támesis rodeados de activistas contra los Windsor y contra la monarquía. Cuando llegaron a la altura del Palacio Real comenzaron a tocar “No Feelings” y “God Save the Queen”. ante el asombro de los monárquicos. Tras esta muestra de rebeldía, la policía los interceptó, y tras intercambiar insultos y amenazas, Johnny Rotten, Sid Vicious, Glen Matlock, Steve Jones y Paul Cook, junto a todos los que viajaban en el “Queen Elizabeth” fueron detenidos durante varios días.

God Save the Queen fue censurada no sólo por la BBC sino por otras emisoras de radio debido al contenido rebelde de la letra. Pese a ello, la canción se colocó en los primeros puestos de los listados de canciones más escuchadas, por lo que, pese a la censura, se pudo difundir y convertirse en un símbolo de la juventud obrera en el Reino Unido y en todo el mundo.

Baltasar Santos
Tribuna Socialista

Notas (que no importan), sobre unas notas para unas memorias que nunca escribiré (que sí importarían)

Por Martín Lozano

De todos mis cercanos es conocida la admiración y el respeto que siento por Juan Marsé, la primera de mis colaboraciones aquí, hace exactamente dos años, versó sobre él. No fue buscado, pero es curioso que abra y cierre mi colaboración en TS sobre la misma persona. Está vez quiero hacerlo sobre su última obra publicada (¿seguro que es la última?). Muerto como del rayo en Barcelona (su ciudad y la mía), un 18 de julio de 2020 (hizo dos años en la maldita onomástica de la paga veraniega franquista).

Publicada en marzo de 2021, pese a que el Depósito Legal y el ISBN son del 19, con él aún vivo. En las notas se advierte que Juan estaba trabajando de cara a su posible edición (pese a su título), por lo que no hay que considerarlas una publicación ni a escondidas, ni en contra de la voluntad del autor. Durante las anotaciones Marsé pone en duda la necesidad, la calidad y el interés que puede tener alguien en leer las dichosas notas. Para su tranquilidad personal, post mortem, he de decirle que por lo menos a mí me han interesado y me han gustado sobremanera; para tranquilidad de la editorial no hay más que ver las cuantiosas ventas. No incluyo en mis preferidas esas en las que dice: «…me pregunto una vez más que interés pueden tener estas anotaciones para un hipotético lector», del resto hay unas con las que me he reído no estando de acuerdo con ellas, otras que me han interesado por múltiples razones, otras que me han hecho reflexionar, otras me han despejado incógnitas sobre sus obras y otras me han hecho carcajear estando al cien por cien de acuerdo con él.

Estoy conforme al 100% con su juicio sobre la película ‘El Embrujo de Shanghai’ de la que dice: “los errores de casting” (Creo que no se refería solo a la contratación de Ariadna Gil. Actriz fetiche de Fernando Trueba, su futura cuñada, y de su hermano David, (fetiche, no cuñada) por la que han sido capaces de cambiar incluso el género y la orientación sexual de uno de los protagonistas de una novela para que lo hiciera ella, como ocurrió en ‘Soldados de Salamina’, por lo que algunos lectores del libro de Cercas nos sentimos ligeramente estafados. En esta ocasión tal vez solo haya sido por el rasgado, engañosamente oriental de sus ojos. Creo que solo Fernán Gómez y Aida Folch se defienden, Resines está pasado de fecha, Eduard se queda corto, no todos pueden hacer todo, Sanz está pasado de chulo (madrileño), «luego los actores mal dirigidos y después que con ese guion no se podía hacer nada (cambios innecesarios de la novela)», a Marsé le entusiasmó el guión que escribió Victor Erice al adaptar su novela, pero parece ser que el productor Vicente Gómez, íntimo de Trueba, prefirió que la dirigiera este, con un guión nuevo escrito por el propio Trueba, en lugar de Erice con el que tenía firmado un contrato por la escritura y estaba a falta de firmar el de la dirección de la película. Como se puede ver en todos los mundillos existen las covachuelas humanas, las preferencias, los intereses, las filias y las fobias. Marsé siempre expresó:

«que yo vendo los derechos de mis novelas, pero no mi opinión».

El maestro debía ser también tan gruñón como aparece a lo largo de las notas en las que reconoce que su palabra preferida y la más usada es: NO. Dejando constancia de ello en el número de veces que rechaza entrevistas, reportajes televisivos y de prensa, excepto cuando las entrevistadoras son jóvenes y bellas, o jóvenes y simpáticas, o solo atractivas. En otra de las opiniones vertidas a lo largo de sus notas con las que estoy de pleno acuerdo es con respecto al cine de Almodóvar. En la primera de ellas dice: «Por la noche veo la peli de Almodóvar ‘Hable con ella’. Primera mitad farragosa, sin nervio, aburrida. Luego mejora. Pero hay algo en las películas de Almodóvar que siempre acaba por dejarme indiferente,a pesar de la buena factura, el buen gusto y las buenas interpretaciones. Y es que lo que me cuenta no acaba de interesarme, me deja frío». En la segunda compara de manera rotunda todo el cine del manchego con una película: «’María de la O’, de Francisco Elías, 1935, con la gran Carmen Amaya (jovencita), Antonio Moreno (un galán madrileño afincado en Hollywood que intervinoen multitud de películas, por ejemplo en ‘Centauros del desierto’ donde interpreta al digno Emilio Figueroa) y Pastora Imperio. Es una peli curiosa, espectacular. Es mejor que todo el cine de Almodóvar». Vuelvo al 100%.

Yo con el cine del manchego estoy al borde de un ataque de nervios si me ha de volver a contar todo sobre su madre, no quiero que me hable de ella y sus madres paralelas, ni del honor y gloria de Julieta, es como oír un rumor continuo de tacones lejanos. La ley del deseo no puede atarme a su carne trémula, a sus abrazos rotos y dejarme la piel que habito y mi voz humana entre tinieblas, entrando en un laberinto de pasiones, para convertirme en un matador, enseñando la flor de mi secreto y mi mala educación para terminar preguntándome: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Porque Marsé es un gran aficionado al cine. Capaz de ver dos y tres películas al día, como todos los que hemos crecido atrapados en una butaca de los cines de sesión continua de nuestros barrios, envueltos en fragancias de ozono pino (o peores), en aquellas salas en las que nos enamorábamos por primera o por quinta vez, en las que fumábamos en la oscuridad y soñábamos con las aventuras que jamás tendríamos, viajando a los sitios que nunca visitaríamos, porque no saldríamos en la vida de aquellas cuatro calles que eran nuestra patria, salvo para ir a trabajar o a la mili al cumplir la edad reglamentaria. Yo que soy uno de ellos, he disfrutado casi cada una de estas notas.

Gracias por todo Maestro. Salud Compañeros. Epílogo: Esclarecedor su paso como jurado del Premio

Planeta y categórico su comentario sobre Aznar. Estoy buscando el guión posteriormente novelizado (La promesa de Shangai) de Erice.

Canciones con Poder: Vientos del pueblo me llevan

Miguel Hernández escribe este poema en 1937, en la etapa en la que pasa a la acción en todos los frentes: el intelectual, pues continua la obra poética que había comenzado en su Orihuela natal, siendo pastor; el bélico, formando parte del 5º Regimiento de Milicias Populares y en otros destinos, participando en los frentes de Teruel, Andalucía y Extremadura; y en el político, dando el paso de afiliarse al Partido Comunista en 1936, cuando se inició la guerra, a la edad de 25 años.

El poema “Vientos del pueblo me llevan” forma parte de su libro más combativo, con poemas dedicados a Federico García Lorca, al poeta y brigadista cubano Pablo de la Torriente y, por supuesto, a los sufrimientos del pueblo, como lo hace en “El Niño Yuntero”.

“Vientos del Pueblo me llevan” es un poema que el poeta convierte en arma contra la clase social privilegiada: “yugos os quieren poner, gentes de la hierba mala”. Esa minoría social que apoya al ejército que dio un golpe de Estado contra la República y la Constitución que habían prometido proteger.

Miguel Hernández fue una de las decenas de miles de víctimas del franquismo, con la guerra ya terminada. El 30 de abril de 1939, intentó viajar a Méjico o a Chile cruzando la frontera de Portugal, pero fue detenido en Moura por la policía del régimen fascista de Salazar Oliveira, quienes lo entregarían días después a las autoridades franquistas. El periplo, de represión, de Miguel Hernández lo relata muy documentadamente el periodista Rafael Moreno en su libro “Perseguidos”, hasta su muerte, a los 31 años de edad, el 28 de marzo de 1942, víctima de las enfermedades contraídas en las inmundas cárceles de Franco.

El poema ha sido interpretado y versionado por muchos artistas, grupos y cantantes. Os facilitamos el enlace(1) a la versión realizada por el grupo catalán de folk punk, Ebri Knight.

Roberto Tornamira
Tribuna Socialista de Madrid

Martínez de Pisón

Por Martín Lozano

Hace varios años mi compañera de vicisitudes, también en mi faceta literaria, que conoce mi vida de una forma bastante detallada, incluso la parte que no hemos compartido, me llamó y me dijo: «No te lo vas a creer. Te voy a llevar un libro y solo quiero que leas las treinta o cuarenta primeras páginas». Y en efecto, no podía dar crédito a lo que estaba leyendo en esas primeras páginas, allí de forma casi calcada se estaban describiendo las situaciones por las que yo había pasado en mi más tierna infancia, parecía contar pelo a pelo las circunstancias que había vivido mi madre a manos de mi padre. Los engaños, las infidelidades, las dobles y triples vidas que aquel cabrón le había hecho tragar a mi sufrida madre, incluso estaba reflejado tanto el carácter de aquel mentiroso compulsivo de la novela que parecía un remedo del de mi padre, como el mío, que también aparecía retratado. Lo que el protagonista (él o yo, no sé muy bien quién era el protagonista) sentía y pensaba se lo había contado yo a mi compañera cientos de veces.

Ahora en la distancia las vivencias de la novela y las mías propias se entremezclan y ya no recuerdo al detalle las semejanzas y las discordancias, quiero quedarme con aquella sensación de irrealidad que tuve cuando estaba leyendo mi infancia en aquellas hojas desconocidas. Leí la novela al completo y al cabo de ese medio centenar de páginas las dos vidas se separaban, por un lado seguían las de los protagonistas de la narración y por otro, muy distinto, había transcurrido la mía y la de mi familia

Pasado el tiempo y Martínez de Pisón sacó una nueva novela, ‘Fin de temporada’. Desde el descubrimiento, por mi parte, de sus obras estoy al tanto de sus novedades, he leído varias con desigual juicio. Por supuesto en cuanto la he visto en los anaqueles de la Biblioteca Pública de mi barrio la he cogido con cariño y con curiosidad. De siempre los apellidos dobles con ‘de’ en medio me imprimen un poco de lo que en la mili se llamaba poner el arma en ‘Prevengan’, pero con Ignacio Martínez de Pisón eso no me pasa, le considero casi de la familia, debemos tener algunas cosas en común por lo cercano que me parecen muchas de las que escribe y lo aún más cercano que me resulta el modo de escribirlas.

Y otra vez me ha vuelto a ocurrir, se ha vuelto a repetir lo de: «No me lo puedo creer», nada más caer en mis manos, miro la portada y doy la vuelta al libro, comienzo a leer el texto anunciador del contenido: «Una carretera junto a la frontera de Portugal, junio de 1977. Juan y Rosa, apenas adolescentes, acuden a una clínica abortista…». En mi caso no era la frontera portuguesa, era la francesa y no era junio de 1977, era septiembre, por supuesto no nos llamábamos Juan y Rosa, pero… Estoy convencido de que, como en la anterior ocasión, en la página 15, en la 25 o en la 50 la historia de la novela y la mía se separarán y no habrá sido más que otra mera coincidencia, pero me llama la atención. Lo achaco a la cercanía generacional, él en el 60, yo en el 59, pero quitando eso poco más encuentro en común, aunque conozco poco de su biografía. También compartimos mi mili en Zaragoza, su lugar de nacimiento, pero no sé si el CIR de San Gregorio o el Cuartel de Valdesparteras pueden generar paralelismos e imbricaciones argumentales o literarias. Quiero imaginarnos coincidiendo en alguna cafetería del Paseo de la Independencia o compartiendo barra en alguna tasca del Coso.

Me entusiasmó ‘Derecho natural’, no solo por las coincidencias aunque tuvo mucho que ver; me gustaron mucho ‘La buena reputación’ y ‘El día de mañana’; me llevó de la risa al llanto ‘Dientes de leche’, al igual que la llevada al cine ‘Carreteras secundarias’, que, como a la cabra, me gustó más el libro. Me pareció muy mala, pese a sus premios es una faena de aliño: ‘Filek. El estafador que engañó a Franco’, pero todos tenemos que comer e intuyo que fue un título alimenticio o de compromiso con la editorial, aunque dadas las esperanzas que puse en ella entendí al generalito.

Lo que más me gusta de Ignacio, creo que puedo tutearle después de tantas coincidencias, es que estoy seguro de que todo lo que cuenta en sus novelas le ha sucedido o lo ha tenido muy cerca. Pero no ha podido pasar su adolescencia en Zaragoza y además en África o acompañando a su padre por carreteras secundarias; su padre que es un mentiroso o un fascista italiano o un significado judío melillense. No se puede escribir nada de esa manera tan profunda, realista, sincera, conmovedora si lo que cuentas no te ha raspado las rodillas, rozado la mejilla o no te ha traspasado el corazón.

Gracias por todo Maestro. Salud Compañeros.

Epílogo. Terminada ‘Fin de temporada’ me ha parecido una novela que no está mal sin ser espectacular, ni haberme provocado esas sensaciones que Pisón me ha hecho sentir con alguna otra de las suyas.

A %d blogueros les gusta esto: