Si en el anterior número de TS destacaba la película Alcarrás y su retrato del drama que supone la paulatina desaparición del campo catalán por la presión de los latifundistas y las energéticas, en As Bestas, se retrata las presiones de los pueblos gallegos por el impacto de la producción energética «verde» que condena a la desaparición de los modos de vida tradicionales.
Este «western» ibérico está extraordinariamente dirigido por Sorogoyen e interpretado por los actores y actrices protagonistas, entre los que destacaría un inconmesurable Luis Zahera.
As Bestas refleja dos realidades que hoy conviven: la de una parte de la población que huye de las ciudades y de la sociedad de consumo para regresar al campo y vivir de su esfuerzo de forma sostenible, y la gente del campo, empobrecida por la competencia desleal a los que les somete la
agricultura y ganadería intensivas que les lleva a malvivir de su trabajo y a la desesperación, ante la cual, aparece como única alternatva, la de malvender sus tierras al especulador de turno, disfrazado en este caso de empresa de producción energética.
Una excelente película cargada de tensión dramática que ejemplifica el buen momento del cine español y que le ha llevado a ser la gran triunfadora de los premios Goya.
Aprovecho para destacar de la ceremonia de entrega de premios de estos premios Goya para saludar el compromiso de todos los participantes en su continua alusión a la necesidad de defender la Sanidad Pública y el llamamiento a participar en las manifestaciones en su defensa.
El pasado viernes se cumplió un año desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania. 1 año que ha destruído la vida de millones de ucranianos, y que también ha trastocado la vida de millones de rusos, y de europeos.
Mientras los líderes Zelensky, Putin, Biden y los jefes de Estado de los países de la Unión Europea no cejan en animar el conflicto bélico y mientras la escalada bélica pone en riesgo la seguridad nuclear del mundo entero, centenares de miles de personas toman las calles en toda Europa para exigir el alto el fuego.
En Madrid y Barcelona: «Ni Putin ni OTAN»
En el caso de Madrid, distintas organizaciones se han congregado para reclamar el fin de la guerra, bajo la premisa «ni Putin ni OTAN». En la marcha por la paz se ha condenado «los presupuestos guerreristas» del Gobierno y el envío de los tanques Leopard a Ucrania, También en Madrid, unas cincuenta personas de nacionalidad rusa se han concentrado en la plaza de España para protestar contra la invasión “cruel e injusta” por parte de Rusia a Ucrania, expresar su apoyo al pueblo ucraniano, y manifestar su rechazo al presidente ruso, Vladímir Putin, a quien acusan de ser “un criminal de guerra”.
Los ciudadanos, pertenecientes a la comunidad de rusos en Madrid que se oponen a la guerra de Ucrania, han mostrado pancartas con lemas como ‘rusos contra la guerra’, ‘stop Putin’, ‘esta es la guerra de Putin’ o ‘victoria para Ucrania, libertad para Rusia’.
En Barcelona: Unas 1.200 personas se han concentrado en la plaza de Sant Jaume bajo el lema «Ucrania. Por un alto el fuego inmediato». En el acto, los actores Enric Majó y Pepa Arenós leyeron un manifiesto conjunto en el que se pide «el regreso a la mesa de negociación y la prohibición de todas las armas nucleares».
El viernes 24 de febrero se convocaron concentraciones en todos los ayuntamientos para exigir el Alto a la guerra.
Concentración en el ayuntamiento del Vendrell para exigir el Alto a la guerra
Berlín: Más de 50.000 personas se manifiestan contra la guerra
La convocatoria original de la dirigente del parti- do La Izquierda Sahra Wagenknecht y la activis- ta por los derechos de las mujeres Alice Schwarzer han reunido a más de 50000 manifestantes contra la guerra, En su discurso, Wagenknecht ha reiterado la necesidad de que cese el suministro de armas a Ucrania y haya negociaciones. Se trata de «poner fin al terrible sufrimiento y la muerte en Ucrania» y hacer a Rusia una oferta de negociación «en lugar de munición para una interminable guerra de desgaste con más y más armas nuevas».
Bruselas y París
Las concentraciones fueron igualmente multitudinarias en Bélgica, donde la protesta, fue convocada por la organización Promote Ukraine, la Asociación de Mujeres Ucranianas en Bélgica y la Red Europea de Solidaridad con Ucrania, se enmarca en la semana de acciones internacionales contra la guerra y exigió la «retirada inmediata de las tropas rusas de todos los territorios ucranianos», así como «el freno incondicional de los bombardeos».
En París cientos de personas, han salido a la calle con banderas ucranianas y pancartas, en las que se podían leer mensajes como «Parar a Putin».
El pleno municipal del Ayuntamiento de Sant Boi en su sesión ordinaria del 23 de febrero, aprobó por unanimidad una moción de apoyo al pueblo peruano, moción que reproducimos en este número con la intervención del compañero Luis Castañeda en nombre del colectivo de peruanos.
Intervención del compañero Luis en el pleno municipal.
Señora alcaldesa, señores/as regidores/as del ayuntamiento de Sant Boi, en primer lugar hago llegar el saludo y agradecimiento del colectivo de residentes peruanos en Cataluña por permitirnos hacer uso de la palabra y hacer de conocimiento a este ayuntamiento, la lamentable y dolorosa situación que vive el pueblo peruano.
El 7 de diciembre del año 2022 el presidente Pedro Castillo, legítimamente elegido en elecciones democráticas, fue derrocado por el congreso, infringiendo reglamentos, leyes y la constitución política del Perú, y se nombró como presidenta a Dina Boluarte.
Ante este atropello a la constitución y a la voluntad popular, la población salió a las calles a protestar, demandando la puesta en libertad de Pedro Castillo, la disolución del parlamento y Asamblea Constituyente, como expresión de rechazo a este gobierno usurpador, la respuesta del gobierno ha sido una brutal y sangrienta represión, que ha traído como consecuencia la muerte por bala y otros medios de represión, la muerte de más de 70 personas incluidos niños, además de miles de heridos, perseguidos, encarcelados y enjuiciados acusados de terrorismo.
Por lo expuesto solicitamos al pleno del ayuntamiento haga un pronunciamiento de solidaridad con las víctimas de esta sangrienta represión y un rechazo al gobierno usurpador, igualmente que el estado español no venda armas i instrumentos de represión al gobierno peruano.
Vuelvo a reiterar nuestro agradecimiento por atender nuestra petición.
Todas y todos los trabajadores de Stef-Madrid debemos estar para recuperar el Poder Adquisitivo perdido
Una vez finalizada la vigencia del último convenio colectivo sectorial, ahora toca que, los sindicatos, nos sentemos frente a la patronal a negociar el “V Convenio Colectivo de Logística, paquetería y actividades Anexas al Transporte de Mercancías de la Comunidad de Madrid”.
La UGT, en la última reunión sectorial que se celebró el pasado 20 de enero en Madrid, para la elección de los miembros que formarán parte en la Mesa Negociadora del Convenio, informó a los delegados asistentes de las más que previsibles dificultades que se esperan encontrar a la hora de las negociaciones que se mantendrán con la patronal. No será una negociación fácil, nunca lo han sido, como tampoco ha sido fácil aguantar estos dos últimos años la brutal subida de los precios de los alimentos y de los productos básicos, y que aún seguimos sufriendo. Por eso mismo, los trabajadores tenemos que tener clara nuestra posición, que no puede ser otra que, como mínimo, la de RECUPERAR EL PODER DE COMPRA PERDIDO.
Los incrementos salariales que se pactaron en convenio, para los años 2021 y 2022: el 1% y del 1,75% respectivamente. La buena fe de los trabajadores, al aceptar incrementos salariales moderados para esos años de pandemia, no ha sido tenida en cuenta, por la patronal ni la dirección de las empresas, ante la ola inflacionaria actual. El empobrecimiento es la consecuencia para los trabajadores y a sus familias. El dato que nos proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE) al cierre del año 2022 ha sido de un IPC del 5,7% al que debemos sumar el IPC del 6,5% en 2021. En dos años los trabajadores de STEF-Madrid hemos perdido 9,35% de poder adquisitivo.
El empobrecimiento es una lacra que está afectando a la mayoría de la clase trabajadora; afecta a todas las generaciones, desde los más jóvenes, que sufren las dificultades para la emancipación que les permita poder labrar su futuro, como a la generación de los trabajadores mayores que están cerca de la jubilación y se ven con cotizaciones bajas que, supondrán unas pensiones insuficientes para el resto de su vida. Del mismo modo afecta a los trabajadores de media edad que ven como sus salarios no dan para llegar a fin de mes, provocando en muchos casos no poder cubrir las necesidades básicas de sus familias: pagos de alquileres e hipotecas, calefacción, luz, gasolina, alimentos, ropa, productos de higiene, material escolar, salud dental de los hijos e hijas, etc. El último informe publicado por el INE, en junio de 2022, señala que el riesgo de pobreza en España se ha incrementado hasta el 27,8% en 2021, casi un punto más respecto a 2020, cuando el riesgo era del 27%.
La solicitud a la empresa de anticipos, peticiones de las prorratas de las pagas extraordinarias, entre otras cosas, han sido en estos últimos años, la práctica de muchos de nosotros para llegar a fin de mes. La empresa es conocedora de la situación por la que pasan los trabajadores, lo deja claro cuando de forma benéfica y paternalista, decide dar tarjetas regalo para consumo, para “ayudar “a los trabajadores a soportar el incremento de los precios de los alimentos. Estas medidas están muy bien, pero no sería necesario si los salarios fuesen más altos y se revalorizasen acordes como mínimo a la inflación. Nuestro bienestar no debe depender de gestos caritativos con esos obsequios o regalos. La responsabilidad social de las empresas debe conllevar una retribución, y su correspondiente revalorización más justa.
Que paguen salarios dignos y ya nos encargaremos nosotros de gestionar nuestra economía y cubrir nuestras necesidades y las de nuestras familias.
Lo que queda muy claro, en esta serie de crisis que venimos sufriendo desde 2008, es que siempre pagamos los mismos, es indignante. En 2008 la crisis económica, en 2020 la pandemia y en 2022, la guerra en Ucrania, y que aún continua, con un incierto final.
Nuestra postura debe ser firme; ante la empresa y la patronal, Los trabajadores debemos participar en las asambleas, llevar nuestra voz, prioridades y reivindicaciones, para que sean, llevadas a la negociación. “Es peligroso normalizar la pérdida de poder adquisitivo, pues supone asumir el empobrecimiento”. Por lo tanto, luchar por salarios que como mínimo igualen el IPC no es el techo al que debe aspirar el trabajador, sino el umbral, el punto de partida de la negociación, ya que igualar salarios a IPC, supone que la subida real sea igual a cero. El objetivo es ganar por de compra.
¡Luchemos por salarios justos!
¡No al continuo empobrecimiento de los trabajadores!
En mi opinión, los momentos sociales por los que el mundo esta atravesando, no son los más fáciles de gestionar desde hace muchos años, especialmente en lo que se refiera a nuestro país, mas aun, por nuestro carácter cainita, que por la sucesión de crisis mas o menos graves, por las que atravesamos en los últimos años, los españoles, somos capaces al mismo tiempo, de ser los mas solidarios ante las catástrofes, como de piratear todo lo que podemos a nuestros conciudadanos, con todas las ruindades que se nos ocurran, aprovechando cualquier ocasión que se nos presente.
Véase, la brutal subida de precios que ocasiona la guerra contra Ucrania, por todas las razones que ocasionan la escasez de productos energéticos, que nos someten a una cruel dependencia, pero que los “Mercaderes del templo” capitalistas sin escrupulos, aprovechando el rio revuelto de esa circunstancia, han subido los precios, de los artículos que se relacionaban con esa subida, pero también los que no tenían razón de ser aumentados, al menos tan escandalosamente.
Parece, como que no pudiéramos evitar el más mínimo resquicio, para corrompernos con cualquier cosa, jamás nos conformamos, con una situación económica personal, por acomodada que esta sea, siempre queremos más, aunque sea quitándoselo al vecino de al lado, con tretas y estratagemas de dudosa ética.
Milito en un partido, que siempre nos hemos destacado por la defensa de los mas desfavorecidos y por el respeto mutuo para tratar de conseguir los fines, respeto, ética y moral, que hasta hace unos años, se manifestaba en las cámaras de representación, en las que se mantenía por parte de casi todos, pero que a día de hoy, no se si totalmente pero se ha perdido en gran medida.
Yo, desde la llamada “Ejemplar Transición Democrática” no he visto una legislatura, con el nivel tan bajo en sus señorías como en esta, me refiero al nivel ético moral y de respeto, que se aprecia en la mayoría de ellos, que en mi opinión es debido a la falta de vocación política, ya que creo, que son cada vez mas los que ven en la política, una forma fácil y muy rentable de asegurarse su futuro sin trabajar, pues aunque trabajo si quisieran sus señorías tienen y mucho, solo dedican su tiempo y esfuerzos, en despellejarse mutuamente sin sentido, abandonando las cosas realmente importantes para la sociedad, a quien dicen representar.
Todo esto, sin contar con el complicado reparto de colores políticos de los hemiciclos, pues como suele ocurrir en nuestro país, nos resulta casi imposible a las gentes progresistas, poner nuestros esfuerzos en común, para tratar de conseguir una sociedad Justa, pues nuestros absurdos y particulares egos nos lo impiden, como decía mi abuelo:, “no nos juntamos ni pa apañar pesetas”
Es evidente, que sería más fácil un gobierno monocolor en nuestro país, pues no resulta sencillo programar un proyecto político, teniendo que contentar a los que te apoyan no por intereses generales, sino por aprovecharse indigna e inmoralmente de la necesidad, para conseguir aquellas prebendas exclusivas, aun sabiendo que serán restadas de otras necesidades mas urgentes, pero es lo que hay, es el camino que nuestra sociedad nos ha marcado.
El progresismo, con cada generación se está convirtiendo cada vez más, en una suerte de conservadurismo ilógico, pues ¿qué es lo que queremos conservar?, ¿para qué?, quizás intentemos, que en nuestros sarcófagos introduzcan lo que conservamos, yo creo que seria mucho mejor dedicar nuestros esfuerzos en común, para conseguir una sociedad justa, en la que todos, tengan las mismas oportunidades de ser, lo que quieren ser y que eso, sirva para cubrir las necesidades suficientes que mantengan nuestra felicidad, es tan sumamente corto, el tiempo que estamos en el universo, en la forma de seres humanos pensantes, que es absolutamente absurdo acumular cosas, riquezas y poder, cuando solo necesitamos esas pocas cosas que todos sabemos y que generalmente nos igualarían, si realmente quisiéramos ser iguales, en una Sociedad Justa.
Quizás esto os parezca utópico, pero es que yo no tengo ningún interés en ser el mas rico del cementerio.
La historia no la escribe ningún caudillo carismático, sino las capas populares cuando movilizadas por sus intereses de clase saltan a la arena pública y se ponen en movimiento.
El Gobierno de coalición progresista y el bloque histórico
El electorado tiende a una polarización en dos sectores claramente diferenciados: por un lado, las fuerzas progresistas constituidas por una constelación de partidos y de fuerzas sociales cuyas bases son mayoritariamente republicanas; por el otro, las fuerzas reaccionarias, fragmentadas en dos partidos, uno de ellos de ultraderecha, furibundamente franquista.
La mayor parte de las fuerzas de izquierda sostienen condicionalmente al actual Gobierno de coalición, pues no se vislumbra alternativa alguna de progreso al llamado bloque de investidura, en una próxima confrontación electoral, frente a la rancia derecha española.
Por el contrario, de movilizarse las bases de izquierda que sostienen al Gobierno de coalición progresista, se produciría un avance sustancial del movimiento republicano, contrario al régimen de la Monarquía, con el correspondiente fortalecimiento de un bloque histórico capaz de afianzar y profundizar las conquistas democráticas arrancadas a la oligarquía, en beneficio de las clases populares.
Sin embargo, nunca habrá capacidad de cambio social allá donde la mayoría esté condicionada emocionalmente por una minoría dominante. Algo que los medios, transformados en poderosos resortes de alienación de masas, consiguen de forma implacable en sociedades sometidas a la influencia invasiva de las cadenas de televisión. La mayoría, si no todas, controladas por la oligarquía financiera nacional e internacional.
No pocos profesionales de la información, cuando no son descaradamente fascistas, están sometidos a la irresistible presión jerárquica, instrumento opresor de los que realmente mandan en los medios. Lo que conduce a un estancamiento del activismo, creando un caldo de cultivo para la emergencia de toda clase de gurús que acaban asfixiando el impulso democrático popular, conduciéndolo de nuevo al redil o, simplemente, a la pasividad y la abstención en los procesos electorales, cuando no a engrosar las filas de la ultraderecha.
La historia no la escribe ningún caudillo carismático, sino las capas populares cuando movilizadas por sus intereses de clase saltan a la arena pública y se ponen en movimiento.
Epílogo
La principal consecuencia de la caída de la Monarquía será un cambio en la correlación de fuerzas entre trabajo y capital. Así fue en la historia reciente de nuestro país. La monarquía fue sustituida en dos ocasiones por una República, sin que ninguna de ellas supusiese una amenaza real para un cambio en el modo de producción capitalista; sí, por el contrario, el inicio de una etapa en la que hubiese sido posible construir una sociedad más democrática, justa y solidaria.
Ambas Repúblicas fueron derribadas por un acto de fuerza militar al servicio de la reacción.
El asesinato sistemático de militares leales a la República, durante la Guerra de España, que se prolongó tras la feroz represión que siguió al final de la contienda, transformó al Ejército español en el ejército de Franco, cuya ideología pervive en la actualidad bajo el mando supremo del Rey, jefe de la dinastía impuesta por el Dictador mediante sus Leyes de Sucesión.
Un estudio sociológico de la actitud que pueda adoptar el Ejército ante un cambio de régimen, requiere tomar como punto de referencia el origen de las actuales Fuerzas Armadas, partiendo de su “instante fundacional”; es decir, el golpe militar de 1936 transformado en guerra de exterminio (1936-1939), con el apoyo militar inmediato de las potencias nazi fascistas.
El estudio de la evolución ideológica de las Fuerzas Armadas, posterior al golpe militar y la guerra civil -primero durante las cuatro ominosas décadas que duró la dictadura franquista, después durante las otras cuatro décadas que las trajo hasta nuestros días- requerirá el esfuerzo de investigación de un colectivo interdisciplinar independiente, constituido por especialistas en el campo de la sociología militar.
Del resultado de dicho esfuerzo podrá inferirse cuál pueda ser la actitud mayoritaria de las Fuerzas Armadas españolas ante el necesario cambio de régimen.
Bibliografía:
El gran error de la República. Editorial Crítica, 2021, de Ángel Viñas.
Casos verídicos del capitán Domínguez. Europa Ediciones, 2020, de Fidel Gómez Rosa
El Ejército de Vox. Ediciones Akal, 2020, de Luis Gonzalo Segura.
El libro negro del Ejército español. Ediciones Akal, 2017, de Luis Gonzalo Segura.
Los militares olvidados por la democracia. Vive Libro, 2013, de Fidel Gómez Rosa.
Cuando las derrotas otorgan la victoria. Destino, 2011, de Xosé Fortes.
Capitanes rebeldes. La Esfera de los Libros, 2002, de Fernando Reinlein.
Militares contra Franco. Mira Editores, 2002, de Javier Fernández López.
Las Fuerzas Armadas y la UMD. Argos Vergara, 1983, de José Fortes y Luis Otero.
El militar de carrera en España. Ediciones Ariel, 1970, de Julio Busquets.
Todo conflicto bélico abre una situación de inestabilidad política, ya que provoca hambre, muerte, paro, destrucción masiva… De manera brutal en los países implicados, en este caso Rusia y Ucrania, pero también en Europa y más allá. Utilizando la guerra como la pandemia, los Gobiernos de Europa intentan realizar la unión nacional y el consenso con la mentira de defender a Ucrania.
Es por ello que Mujeres Republicanas sitúa como una prioridad la lucha contra la guerra, contra los presupuestos de guerra (en nuestro país representan ya el 2,17 % del PIB) y contra las bases militares (que incluye el combate contra la ampliación de las bases de Rota y Morón), al servicio de la OTAN.
Nos indignamos frente al silencio o al cinismo de la dirección de las organizaciones que dicen defender los derechos de las mujeres y participan en la política de guerra.
Nuestra tarea se inspira en la tradición del movimiento obrero internacional que avanzó en paralelo con el combate por la emancipación de la mujer.
No somos neutrales, ni el Gobierno ruso, ni el de Ucrania, ni EE.UU., ni la OTAN, ni la ONU darán solución válida para la clase obrera. Solo puede darse a partir de la movilización de los pueblos y con la retirada de las tropas. Es por ello que para nosotras la posición del Gobierno del Estado español al lado de los intereses del imperialismo de EE.UU. se alinea con su política interna de frustrar los intereses de la clase trabajadora eliminando buena parte de lo que unos y otros incluso llevaban en sus programas electorales. Denunciamos su unidad en defensa de los presupuestos de guerra y en particular en defensa de las instituciones heredadas del franquismo.
No somos neutrales. Estamos del lado de las miles de mujeres rusas detenidas y muchas de ellas en paradero desconocido por manifestarse contra la guerra. Del lado de las cientos de miles que han huido o lo intentan, tanto compañeras ucranianas como rusas, y están en manos del gran negocio de la trata en los países de la «Europa libre». Del lado de las miles de desaparecidas a manos de torturadores. Del lado de las refugiadas. Del lado de las que, obligadas a quedarse, sufren la violencia en todas sus formas: física, mental, sexual y económica con total impunidad.
Estamos del lado de las miles de compañeras y compañeros que continúan manifestándose en Francia contra la reforma de las pensiones, del lado de las compañeras y compañeros que luchamos por defender nuestro sistema de pensiones también en nuestro país, del lado de las manifestaciones de los trabajadores alemanes contra la carestía de la vida, del lado de las manifestaciones en defensa de la enseñanza pública, del lado de las compañeras y compañeros sanitarios en las huelgas a lo largo y ancho de todo el Estado en defensa de la sanidad pública, del lado de las huelgas del sector del metal, de la industria, de las compañeras del servicio de ayuda a domicilio, de las trabajadoras de residencias, de todos los sectores en lucha por salarios dignos.
Aumentar el presupuesto militar va en detrimento de los gastos sociales y no hará otra cosa que destruir aún más los servicios públicos, recortar nuestros derechos y ahondar aún más en la explotación de la clase obrera y la de la mujer en particular. La posición del Gobierno, alineándose con los otros Gobiernos que están al servicio de los promotores de guerras, incluso apoyándose en la Iglesia católica, hace que nos reforcemos en la necesidad de mantener una posición enérgica de defensa de los derechos y las reivindicaciones. Lo que se avecina es profundizar en un ataque brutal a toda conquista social. También el mantenimiento de leyes como la Ley Mordaza, con la que pretenden mantenernos a raya en cualquier movilización.
Las mujeres somos víctimas de todo conflicto armado, y también las primeras en movilizarnos en contra.
ES POR ELLO QUE PARA NOSOTRAS LA LUCHA CONTRA LA GUERRA ES LA LUCHA POR LAS REIVINDICACIONES
Un año se cumple ya desde la invasión rusa de Ucrania. Un año en que más de 240.000 personas han muerto (40.000 de ellos civiles), según estima el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE. UU. Casi ocho millones de refugiados han tenido que huir del país, y cinco millones son refugiados dentro de la propia Ucrania.
Ucrania está siendo arrasada. El Banco Mundial calcula que en 2022 el país verá su PIB reducido en un 45%. Las tierras de cultivo han sido vendidas a multinacionales americanas. Los niños y las mujeres ucranianas refugiadas se ven sometidos a una durísima situación, mientras las mafias de la trata de mujeres se ceban en ellas como buitres. Toda Europa sufre las consecuencias de la guerra y las sanciones a Rusia. Los precios se disparan y la industria europea está en peligro de desaparecer. Pero los EEUU, con los países de la OTAN y la UE sumisamente tras ellos, insisten en que la guerra tiene que continuar, y la alimentan con entregas de armas cada vez más potentes a Ucrania, hasta la destrucción del país y el hundimiento de Rusia como competidora de los EE.UU. El gobierno de Putin responde a la escalada alimentada por la OTAN con una escalada simétrica.
Como señala un informe del Ministerio de Defensa español, “la contienda, sobre la que se proyecta la sombra de la amenaza nuclear rusa, apunta a un callejón sin salida”.
Mientras las sanciones arruinan a la población trabajadora de Europa, el dinero que necesitan desesperadamente la sanidad, la enseñanza, los servicios públicos, se desvía a los gastos militares, a enriquecer a la industria de arma- mentos. “Me gustaría gastar el dinero de los impuestos de los suecos en escuelas, hospi- tales y pensiones, pero desafortunadamente
ahora hay que gastar más dinero en defensa”, decía cínicamente la primera ministra sueca, Magdalena Andersson. Así, en España, el gobierno multiplica el gasto militar, interviene directamente en la guerra y permite que se amplíen las bases USA, sin ni siquiera debate en el parlamento. Producto de esta situación, los bancos, las petroleras, las industrias energéticas recogen fabulosos beneficios sobre la base del empobrecimiento de la población trabajadora.
En toda Europa, los pueblos se empiezan a levantar contra la guerra. Como los 50.000 que se manifestaron en Copenhague el pasado día 5, contra la propuesta de aumentar la jornada laboral eliminando un festivo para financiar el gasto de guerra. En distintas ciudades europeas se preparan movilizaciones alrededor del 25 de febrero por un alto el fuego inmediato, por el fin de las entregas de armas. Una campaña internacional ha reunido más de 1.200 firmas de diputados, concejales, responsables sindicales, militantes de distintos signos. Se basa en el Manifiesto titulado ¡Alto a la Guerra! ¡Alto el fuego inmediato, sin condiciones!
El CATP llama a participar en las movilizaciones convocadas en distintas ciudades del Estado para el día 25, a firmar y hacer firmar el manifiesto. Así como a participar en los actos de presentación de ese manifiesto que se van a celebrar en distintos lugares del Estado. Febrero: día 23; Sabadell; día 24, Bilbao; día 28; en Castellón. Marzo: día 1, Barcelona – Facultad de Economía‐; día 1,Getafe…
El CATP organiza una reunión estatal el 22 de abril, en la que la lucha contra la guerra estará en el centro. Os animamos a participar en ella.
El 24 de febrero de 2022 es una fecha que pasará a la historia. Es el aniversario de la invasión de Ucrania, por parte del ejército de Putin. El balance en vidas es pura barbarie: 200.000 soldados muertos, 100.000 por cada bando, 40.000 civiles ucranianos, según datos del general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., dados el 10 de noviembre de 2022 a la BBC. Un país, Ucrania, está siendo destruido y casi 8 millones de ucranianos han tenido que huir de su país.
No quiero limitarme a describir las cifras del desastre. En este artículo quiero intentar entender por qué, unos y otros, parecen decididos a mantener esta locura en el tiempo. Decir que esta guerra es una guerra contra los pueblos es una expresión que se puede cuantificar; en las cifras de muertos ya señaladas y con los datos económicos que ya conocemos del pasado año. Veamos algunos de ellos:
Las multinacionales de los combustibles: BP (británica), ExxonMobil (estadounidense), Shell (británica constituida en Países Bajos), Chevron (estadounidense). Solo estas cuatro multinacionales, suman más de 150.000 millones de dólares de beneficio en 2022, año de guerra. Unos beneficios récord y exorbitantes.
El oligopolio de las cinco grandes compañías de la energía en España: Iberdrola, Repsol, Endesa, Naturgy y Cepsa, han obtenido 13.300 millones de euros, un incremento promedio del 49% de beneficio neto, más que en 2021.
Son los sectores de la energía y los combustibles los que iniciaron la espiral inflacionaria que recorre Europa. Unos incrementos de precios que, a la vista de los descomunales beneficios, no corresponden a las necesidades de la producción sino a la avaricia por el beneficio y el reparto de dividendos, a esa competencia absurda (salvo para la lógica del mercado) por la capitalización de las empresas.
La ola inflacionaria provocada por los grandes del gas, el petróleo, etc., ha sido la excusa para que otros sectores, como la banca, también se sumen a la fiesta de los beneficios récord. El oligopolio financiero conformado por: Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja, han ganado 20.850 millones de euros, un 28%, en promedio, más que en el ejercicio anterior.
Si el sector energético se está beneficiando de la guerra a corto plazo, el del armamento lo está haciendo en el corto, medio y largo plazo. Solo la industria del armamento estadounidense, ha experimentado un crecimiento del 49% en sus beneficios en 2022, al obtener 52.000 millones de dólares. La llamada a la compra de munición a las presiones a seguir abasteciendo al ejército de Zelensky hacen pronosticar pingües beneficios para los próximos años.
En la otra cara de la moneda está el empobrecimiento de las familias trabajadoras, en todos los países de Europa. El IPC medio en España se ha cerrado para 2022 en el 8,5%, pero el IPC de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, lo que llamamos normalmente «la cesta de la compra», ha alcanzado el 15,7%.
Frente al incremento de los precios, la subida salarial media en nuestro país ha sido del 3,24% (eso, para los 880 convenios colectivos registrados en 2022 y los 2204 que se firmaron en años anteriores con incrementos previstos para 2022). Esto afecta a unos 9 millones de trabajadores y trabajadoras, por tanto, hay otros 8,4 millones de asalariados por cuenta ajena que no han tenido incremento salarial, subida 0.
Hasta junio no sabremos la variación del índice del riesgo de pobreza y exclusión social. En 2021, el 27,8%, es decir 13,1 millones de personas en España, estaba en riesgo de pobreza y exclusión social. La pérdida brutal de poder adquisitivo presagia un incremento de este nefasto índice.
Estas son solo algunas cifras, positivas para la minoría y negativas para la gran mayoría, de lo que es la guerra y para qué es la guerra.
Ya sabemos que Putin no es demócrata. Los ciudadanos rusos lo saben bien; no pueden posicionarse contra la guerra, ello les puede costar la cárcel, como poco. A pesar del perfil antidemocrático y, si se quiere, criminal de Putin, no es verosímil decir que esta guerra se libra en nombre de la libertad y la democracia; no si quien lo dice mantiene relaciones y apoya a países como Israel, que tiene sometido a más de medio millón de personas en Gaza, y que, desde 1948, ha expulsado a más de 7 millones de palestinos (1,2 viven en campos de refugiados en Líbano, Jordania…). O con Arabía Saudí, donde la libertad es, solo, cosa de hombres. O, si quien lo dice es quién organiza y/o participa en un mundial de fútbol en Qatar, Estado-manantial de corrupción, véase el «Qatargate» en el Parlamento Europeo y se muestra insensible ante los miles de trabajadores muertos en la construcción de los estadios -según el diario “The Guardian” (29nov22), al menos 6.500 muertos-, en una absoluta indiferencia por la vida humana.
Esta es una contienda de intereses entre los oligarcas rusos protegidos por Putin, los descendientes de los sepultureros de la Revolución de octubre de 1917, esos que se apropiaron de los sectores estructurales del Estado que la revolución proletaria había colectivizado. Y por otra parte las multinacionales para quienes la OTAN, según el periodista de investigación Seymour Hersh (Premio Pulitzer en 1970 por su cobertura de la masacre de My Lai, en la guerra de Vietnam) ha reventado los gaseoductos que suministraban gas a Alemania y a otros países de Europa (Nord Stream 1 y 2), llevaron a cabo un sabotaje que ha posibilitado que los USA hayan aumentado sus exportaciones de gas natural licuado (GNL) en un 137%, en los 10 primeros meses de 2022.
Esta dinámica de guerra es una irresponsabilidad de consecuencias históricas, y nada apunta a que vaya a parar. El Senado de los USA ha aprobado el mayor presupuesto militar de su historia, 858.000 millones de dólares. Putin por su parte ha decidido que el presupuesto para la guerra será ilimitado. Una de las derivadas en Europa es la presión para que los gobiernos envíen tanques, aviones de combate y que multipliquen la fabricación y compra de munición.
No tengo porqué tomar partido por una de las partes de esta contienda. Por eso, en favor del pueblo ucraniano, para que pare la destrucción y la muerte; en favor del pueblo ruso, para que dejen de llegar ataúdes con hijos, padres y hermanos, y en favor de todos los pueblos de Europa, contra quienes, de un modo u otro, se libra esta guerra, digo
Un artículo de La Vanguardia del 23 de enero resumía con este título la situación de Francia, tras el levantamiento de la clase obrera francesa contra la reforma de las pensiones anunciada por el Presidente Macrón mientras, paralelamente, también anunciaba un aumento del gasto militar que llega a los 413 000 millones de euros (un aumento del 35%). Más de 2 millones de trabajadores participaban de la huelga y las movilizaciones. Sin embargo, a pesar de la resistencia de la clase trabajadora, la reforma se ha concretado en el aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años, aumentar de 42 a 43 los años para tener la jubilación al 100 por cien y empezar a desmantelar los regímenes especiales. La lucha en defensa de las pensiones continúa en Francia liderada por La Francia Insumisa haciendo tambalear al gobierno de Macron.
Pero, si en Francia se produce esta batalla, «cuando veas las barbas de tu vecino cortar…». Hace unos días, la Comisión Europea lanzaba una amenaza a España: la penalización máxima del Fondo de Recuperación si incumple con la reforma de las pensiones. ¿Y cuál es esta reforma de las pensiones que exige la UE para los españoles?
Cómputo de la pensión
La ampliación progresiva del periodo de cómputo de la pensión a 30 años, pero descartando los dos peores años cotizados. UGT y CC.OO piden. que, en líneas generales, se mejore el acceso a la jubilación porque «no hay ningún país en el que se exijan 15 años para cobrar una pensión».
Factor de sostenibilidad
Europa exige que España tenga un factor de sostenibilidad que automatice el equilibrio de las
pensiones, pero este sistema, aprobado por el PP en 2013, no lo quiere el PSOE. España quiere un Mecanismo de Equidad Intergeneracional para que las pensiones suban un 0,6 % de los cuáles el empresario se haga cargo del 0,5 % y el resto lo ponga el trabajador.
Aquí no se tiene en cuenta el aumento progresivo de la esperanza de vida y, por lo tanto, de cobro de pensiones durante más tiempo ni de otros aspectos demográficos como la natalidad o la inmigración.
Por la auditoría a las cuentas públicas
Mientras el debate sobre las pensiones cruza las fronteras para cernirse sobre nuestro país, sigue sin cumplirse la auditoría pública a las cuentas de la seguridad social, que demostraría la viabilidad del actual sistema de pensiones, y el expolio de la caja única de las pensiones cuyos fondos se han saqueado a lo largo de los años para trasladarlos a otros fines. Una vez más, desde Tribuna Socialista trasladamos la exigencia de cumplir con este compromiso.
Más presupuesto para misiles
Mientras se exige menor gasto en pensiones, por otra parte los compromisos adquiridos con la OTAN se van cumpliendo, produciéndose un incremento del gasto militar que este año está previsto en 12317 millones de euros.
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