Noticias de la campaña internacional

¡Alto a la Guerra! ¡Alto el fuego inmediato, sin condiciones!

Próximos actos:
  • 31 de mayo, en Madrid, el Club de Amigos de la Unesco (CAUM) organiza una Mesa Redonda sobre la necesidad de alcanzar la paz y el desarme nuclear, en relación con la guerra de Ucrania. A las 19:00 en C/ San Bernardo, 20 – 2ª planta (Puerta 5). Habrá una participación de Tribuna Socialista. Acto pendiente de concretar.
  • 8 de junio, el CATP de Madrid y la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto, organizamos un acto de presentación del Manifiesto internacional ¡Alto a la Guerra! Acto pendiente de concretar.

Otras noticias:

El manifiesto por la paz lanzada por Sahra Wagenknecht y Alice Schwarcer, publicado en el Boletín Informativo de la campaña internacional ¡Alto a la Guerra!, ha superado las 800.000 adhesiones.

MANIFIESTO ¡¡ALTO A LA GUERRA!!

Si aún no eres firmante, súmate

Envía un mensaje con tu adhesión a:
manifiesto.altoalaguerra@gmail.com

El Manifiesto cuenta con 876 adhesiones del Estado español.


Firmas de militantes políticos y sindicales de 17
países de Europa: Alemania, Austria, Bélgica,
Bulgaria, Dinamarca, España, Francia, Gran Bretaña,
Grecia, Irlanda, Italia, Moldavia, Portugal, Rumanía,
Serbia, Suecia y Suiza


También hay firmantes de otros 18 países de
diferentes continentes: Argelia, Azania-Sudáfrica,
Brasil, Burkina Faso, Chile, Colombia, Costa de Marfil,
Ecuador, Estados Unidos, Ghana, Guadalupe, Líbano,
Mali, Méjixo, Niger, Togo, Senegal y Uruguay.

Apoya el Manifiesto 30 colectivos y organizaciones de
distintos países:

Estado español
  • Promueve: Comité para la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP)
  • Asociación Civil, Milicia y Republica (ACMYR)
  • Asociación Trabajo y Democracia (ASTRADE)
  • Butroi Bizirik en Transición
  • Colectivo de militares demócratas “ANEMOI”
  • Colectivo de Mujeres Republicanas
  • Comissió Gent Gran 15M
  • III Congreso de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA-Euskadi)
  • Hemen, salida por la izquierda.
  • Herriak Bizirik. Plataforma ciudadana en lucha contra las empresas altamente contaminantes en
  • el Polígono Industrial de Goiain (Álava)
  • Información Obrera
  • Munizipalistok Gasteiz
  • Orquesta y Coro “La Solfónica 15m”
  • Plataforma Galega por la Tercera República
  • Reunir Canarias
  • Reunir la Laguna
  • Reunir Santa Cruz de Tenerife
  • Tribuna Socialista
  • Unidad Cívica por la República
Colombia
  • Coalición de Movimientos y Organizaciones Sociales de Colombia (COMOSOC)
  • Grupo de investigación GIDPAD – UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA Medellín
  • Grupo de Investigación y Editorial Kavilando
  • Fondo de Empleados Universidad de San Buenaventura Medellín
  • Mesa por el Derecho a la Salud y la Seguridad Social de Antioquia (MESSSA)
  • Mesa Ecuménica por la Paz (MEP)
  • Red Interuniversitaria por la Paz REDIPAZ
Italia
  • Collecttivo Autónomo del Porto di Génova
  • Unione di Base del Porto di Génova (USB).
Portugal
  • Colectivo Andorinha (Frente democrática brasileira em Lisboa)
  • Diáspora Sem Fronteiras

Proximas actos por el Alto a la Guerra:


Mayo 2023
  • 23 de Mayo: Tarancón (Cuenca). Presentación del manifiesto ¡Alto a la Guerra!
    A las 18:30 en la Casa de las Asociaciones, en la Plaza de la
    Constitución

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Ultima actualización: Manifiesto
Boletines:

2ª reunión de firmantes del Manifiesto

El 17 de abril se ha celebrado la segunda reunión de firmantes del Manifiesto ¡Alto a la Guerra!, en la que han participado casi 50 militantes y activistas del Estado español. También participó el compañero Joaquín Pagarete, coordinador de los firmantes de Portugal.

Se hizo balance de los actos realizados desde que el 11 de enero se hiciese público el Manifiesto, ante el Congreso de los Diputados: más de 1.822 firmantes de 35 países del mundo -de ellos, 839 del Estado español- 16 actos para presentar el Manifiesto, en distintos territorios del Estado; hemos participado en al menos 6 movilizaciones contra la guerra; y se han editado 9 boletines, informando de toda esta actividad.

Los participantes de la reunión debatieron sobre el horizonte temporal más próximo, en el que dar continuidad al trabajo contra la guerra. En este sentido, es muy importante la reunión abierta que el CATP prepara para el día 6 de mayo, en la que la campaña ¡Alto a la Guerra! ocupará un lugar prioritario en el orden del día, junto a la defensa de la Sanidad Pública y a dar continuidad a todo el trabajo realizado en defensa del Sistema Público de Pensiones, destacando la exigencia de la Auditoría a la Cuentas de la Seguridad Social. Estas reivindicaciones son necesarias para combatir los efectos de la guerra social contra los derechos de los trabajadores, guerra que se despliega en paralelo a la barbarie desatada en Ucrania desde la invasión llevada a cabo por las tropas de Putin hace 14 meses y por la obstinación de los USA en que la guerra no pare.

Todos los intervinientes coincidieron en la importancia de la propuesta que se hace desde Alemania para realizar un Encuentro internacional de militantes y colectivos contra la guerra, y seguir en la línea de trabajo emprendida en el Encuentro Europeo que se realizó en Madrid el 24 de junio del pasado año, coincidiendo con la cumbre de la OTAN en nuestro país, para profundizar y avanzar en la necesaria coordinación entre militantes en aras de fomentar un movimiento europeo contra la guerra, pues sólo los pueblos, organizados, tiene la capacidad de exigir que pare la guerra.

En la reunión se informó del trabajo que se está llevan a cabo para continuar realizando acto de presentación del Manifiesto. Se instó a que el Equipo de Coordinación de la campaña se dirija a las 33 organizaciones y colectivos que apoyan el Manifiesto para que de forma coordinada y ofreciendo todo el apoyo desde este Equipo, estas asociaciones organicen actos.

Por último, se recalcó la necesidad de que el movimiento sindical participe de la campaña contra la Guerra. El 1º de mayo será un buen momento para hacer que nuestra campaña se visibilice, repartiendo información y participando de las manifestaciones.

Corresponsal

Primer año de Guerra

El 24 de febrero de 2022 es una fecha que pasará a la historia. Es el aniversario de la invasión de Ucrania, por parte del ejército de Putin. El balance en vidas es pura barbarie: 200.000 soldados muertos, 100.000 por cada bando, 40.000 civiles ucranianos, según datos del general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., dados el 10 de noviembre de 2022 a la BBC. Un país, Ucrania, está siendo destruido y casi 8 millones de ucranianos han tenido que huir de su país.

No quiero limitarme a describir las cifras del desastre. En este artículo quiero intentar entender por qué, unos y otros, parecen decididos a mantener esta locura en el tiempo. Decir que esta guerra es una guerra contra los pueblos es una expresión que se puede cuantificar; en las cifras de muertos ya señaladas y con los datos económicos que ya conocemos del pasado año. Veamos algunos de ellos:

Las multinacionales de los combustibles: BP (británica), ExxonMobil (estadounidense), Shell (británica constituida en Países Bajos), Chevron (estadounidense). Solo estas cuatro multinacionales, suman más de 150.000 millones de dólares de beneficio en 2022, año de guerra. Unos beneficios récord y exorbitantes.

El oligopolio de las cinco grandes compañías de la energía en España: Iberdrola, Repsol, Endesa, Naturgy y Cepsa, han obtenido 13.300 millones de euros, un incremento promedio del 49% de beneficio neto, más que en 2021.

Son los sectores de la energía y los combustibles los que iniciaron la espiral inflacionaria que recorre Europa. Unos incrementos de precios que, a la vista de los descomunales beneficios, no corresponden a las necesidades de la producción sino a la avaricia por el beneficio y el reparto de dividendos, a esa competencia absurda (salvo para la lógica del mercado) por la capitalización de las empresas.

La ola inflacionaria provocada por los grandes del gas, el petróleo, etc., ha sido la excusa para que otros sectores, como la banca, también se sumen a la fiesta de los beneficios récord. El oligopolio financiero conformado por: Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja, han ganado 20.850 millones de euros, un 28%, en promedio, más que en el ejercicio anterior.

Si el sector energético se está beneficiando de la guerra a corto plazo, el del armamento lo está haciendo en el corto, medio y largo plazo. Solo la industria del armamento estadounidense, ha experimentado un crecimiento del 49% en sus beneficios en 2022, al obtener 52.000 millones de dólares. La llamada a la compra de munición a las presiones a seguir abasteciendo al ejército de Zelensky hacen pronosticar pingües beneficios para los próximos años.

En la otra cara de la moneda está el empobrecimiento de las familias trabajadoras, en todos los países de Europa. El IPC medio en España se ha cerrado para 2022 en el 8,5%, pero el IPC de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, lo que llamamos normalmente «la cesta de la compra», ha alcanzado el 15,7%.

Frente al incremento de los precios, la subida salarial media en nuestro país ha sido del 3,24% (eso, para los 880 convenios colectivos registrados en 2022 y los 2204 que se firmaron en años anteriores con incrementos previstos para 2022). Esto afecta a unos 9 millones de trabajadores y trabajadoras, por tanto, hay otros 8,4 millones de asalariados por cuenta ajena que no han tenido incremento salarial, subida 0.

Hasta junio no sabremos la variación del índice del riesgo de pobreza y exclusión social. En 2021, el 27,8%, es decir 13,1 millones de personas en España, estaba en riesgo de pobreza y exclusión social. La pérdida brutal de poder adquisitivo presagia un incremento de este nefasto índice.

Estas son solo algunas cifras, positivas para la minoría y negativas para la gran mayoría, de lo que es la guerra y para qué es la guerra.

Ya sabemos que Putin no es demócrata. Los ciudadanos rusos lo saben bien; no pueden posicionarse contra la guerra, ello les puede costar la cárcel, como poco. A pesar del perfil antidemocrático y, si se quiere, criminal de Putin, no es verosímil decir que esta guerra se libra en nombre de la libertad y la democracia; no si quien lo dice mantiene relaciones y apoya a países como Israel, que tiene sometido a más de medio millón de personas en Gaza, y que, desde 1948, ha expulsado a más de 7 millones de palestinos (1,2 viven en campos de refugiados en Líbano, Jordania…). O con Arabía Saudí, donde la libertad es, solo, cosa de hombres. O, si quien lo dice es quién organiza y/o participa en un mundial de fútbol en Qatar, Estado-manantial de corrupción, véase el «Qatargate» en el Parlamento Europeo y se muestra insensible ante los miles de trabajadores muertos en la construcción de los estadios -según el diario “The Guardian” (29nov22), al menos 6.500 muertos-, en una absoluta indiferencia por la vida humana.

Esta es una contienda de intereses entre los oligarcas rusos protegidos por Putin, los descendientes de los sepultureros de la Revolución de octubre de 1917, esos que se apropiaron de los sectores estructurales del Estado que la revolución proletaria había colectivizado. Y por otra parte las multinacionales para quienes la OTAN, según el periodista de investigación Seymour Hersh (Premio Pulitzer en 1970 por su cobertura de la masacre de My Lai, en la guerra de Vietnam) ha reventado los gaseoductos que suministraban gas a Alemania y a otros países de Europa (Nord Stream 1 y 2), llevaron a cabo un sabotaje que ha posibilitado que los USA hayan aumentado sus exportaciones de gas natural licuado (GNL) en un 137%, en los 10 primeros meses de 2022.

Esta dinámica de guerra es una irresponsabilidad de consecuencias históricas, y nada apunta a que vaya a parar. El Senado de los USA ha aprobado el mayor presupuesto militar de su historia, 858.000 millones de dólares. Putin por su parte ha decidido que el presupuesto para la guerra será ilimitado. Una de las derivadas en Europa es la presión para que los gobiernos envíen tanques, aviones de combate y que multipliquen la fabricación y compra de munición.

No tengo porqué tomar partido por una de las partes de esta contienda. Por eso, en favor del pueblo ucraniano, para que pare la destrucción y la muerte; en favor del pueblo ruso, para que dejen de llegar ataúdes con hijos, padres y hermanos, y en favor de todos los pueblos de Europa, contra quienes, de un modo u otro, se libra esta guerra, digo

¡Alto a la guerra!

Roberto Tornamira Sánchez
Miembro de la Coordinadora estatal del CATP

¡¡¡8 DE MARZO POR EL ALTO A LA GUERRA!!! ¡¡¡POR LAS REIVINDICACIONES!!!

Todo conflicto bélico abre una situación de inestabilidad política, ya que provoca hambre, muerte, paro, destrucción masiva… De manera brutal en los países implicados, en este caso Rusia y Ucrania, pero también en Europa y más allá. Utilizando la guerra como la pandemia, los Gobiernos de Europa intentan realizar la unión nacional y el consenso con la mentira de defender a Ucrania.

Es por ello que Mujeres Republicanas sitúa como una prioridad la lucha contra la guerra, contra los presupuestos de guerra (en nuestro país representan ya el 2,17 % del PIB) y contra las bases militares (que incluye el combate contra la ampliación de las bases de Rota y Morón), al servicio de la OTAN.

Nos indignamos frente al silencio o al cinismo de la dirección de las organizaciones que dicen defender los derechos de las mujeres y participan en la política de guerra.

Nuestra tarea se inspira en la tradición del movimiento obrero internacional que avanzó en paralelo con el combate por la emancipación de la mujer.

No somos neutrales, ni el Gobierno ruso, ni el de Ucrania, ni EE.UU., ni la OTAN, ni la ONU darán solución válida para la clase obrera. Solo puede darse a partir de la movilización de los pueblos y con la retirada de las tropas. Es por ello que para nosotras la posición del Gobierno del Estado español al lado de los intereses del imperialismo de EE.UU. se alinea con su política interna de frustrar los intereses de la clase trabajadora eliminando buena parte de lo que unos y otros incluso llevaban en sus programas electorales. Denunciamos su unidad en defensa de los presupuestos de guerra y en particular en defensa de las instituciones heredadas del franquismo.

No somos neutrales. Estamos del lado de las miles de mujeres rusas detenidas y muchas de ellas en paradero desconocido por manifestarse contra la guerra. Del lado de las cientos de miles que han huido o lo intentan, tanto compañeras ucranianas como rusas, y están en manos del gran negocio de la trata en los países de la «Europa libre». Del lado de las miles de desaparecidas a manos de torturadores. Del lado de las refugiadas. Del lado de las que, obligadas a quedarse, sufren la violencia en todas sus formas: física, mental, sexual y económica con total impunidad.

Estamos del lado de las miles de compañeras y compañeros que continúan manifestándose en Francia contra la reforma de las pensiones, del lado de las compañeras y compañeros que luchamos por defender nuestro sistema de pensiones también en nuestro país, del lado de las manifestaciones de los trabajadores alemanes contra la carestía de la vida, del lado de las manifestaciones en defensa de la enseñanza pública, del lado de las compañeras y compañeros sanitarios en las huelgas a lo largo y ancho de todo el Estado en defensa de la sanidad pública, del lado de las huelgas del sector del metal, de la industria, de las compañeras del servicio de ayuda a domicilio, de las trabajadoras de residencias, de todos los sectores en lucha por salarios dignos.

Aumentar el presupuesto militar va en detrimento de los gastos sociales y no hará otra cosa que destruir aún más los servicios públicos, recortar nuestros derechos y ahondar aún más en la explotación de la clase obrera y la de la mujer en particular. La posición del Gobierno, alineándose con los otros Gobiernos que están al servicio de los promotores de guerras, incluso apoyándose en la Iglesia católica, hace que nos reforcemos en la necesidad de mantener una posición enérgica de defensa de los derechos y las reivindicaciones. Lo que se avecina es profundizar en un ataque brutal a toda conquista social. También el mantenimiento de leyes como la Ley Mordaza, con la que pretenden mantenernos a raya en cualquier movilización.

Las mujeres somos víctimas de todo conflicto armado, y también las primeras en movilizarnos en contra.

ES POR ELLO QUE PARA NOSOTRAS LA LUCHA CONTRA LA GUERRA ES LA LUCHA POR LAS REIVINDICACIONES

Alto a la guerra, sin condiciones

Son muchas las razones por las que deberíamos decir “¡¡¡BASTA YA!!!”

No hay ninguna duda que la peor parte de este conflicto la está pagando la clase trabajadora; los pueblos ucraniano y ruso, que sufren las victimas mortales, refugiados, heridos graves y la violación de los derechos humanos desde hace 10 meses, en una injusta guerra, iniciada brutalmente por la oligarquía que lidera Putin y alimentada por los gobiernos de la coalición atlántica que forman la OTAN.

Los pueblos de toda Europa también están sufriendo esta guerra. Está afectando gravemente al Estado de bienestar social que la clase trabajadora ha conseguido, nadie se lo ha regalado, desde el final de la II GM. Está impactando con mayor dureza en los países subdesarrollados, donde las hambrunas, las enfermedades mortales se ceban particularmente en niños, niñas y personas mayores.

El incremento presupuestario que se aprobaron en la cumbre de la OTAN, celebrada en Madrid el pasado mes de junio, y que apoyan y respaldan todos los gobiernos que la forman, acuerdan ampliar el gasto armamentístico hasta alcanzar el 2% del PIB; eso según las cifras oficiales asignadas al Ministerio de Defensa, porque la realidad es que sumando las partidas en industria, investigación… que también redundan en la carrera armamentística, el incremento de los presupuestos militares es mayor que el 2%. En esta línea de actuación presupuestaria, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la sesión plenaria de la 68 Asamblea Parlamentaria de la Alianza, celebrada a finales de noviembre en Madrid, ha dicho que “el esfuerzo económico que supone la Defensa no ha hecho más que comenzar. El 2% de inversión en Defensa no es el techo, es el umbral». Por tanto, unos y otros dan legitimidad a una guerra injusta, llevando a todos los pueblos a sufrir una situación de crisis muy preocupante.

En el otro lado de los pueblos están los inversores de la industria armamentística, fundamentalmente estadounidense, como es el caso de Loockheed Martin que en los últimos 12 meses acumula un rendimiento bursátil de más del 55% y de las multinacionales del gas de esquisto, en su práctica totalidad estadounidenses, cuyas cotizaciones en bolsa no paran de crecer. La revista digital de mercados MarketScreener publicaba el 7 de abril de este año:

Al menos una docena de ejecutivos de gas de esquisto de Estados Unidos se reunieron el miércoles con funcionarios europeos de energía para discutir la expansión de los suministros de combustible de Estados Unidos a Europa, en medio de la lucha por reemplazar las importaciones rusas”.

Este es el trasfondo de la guerra que sufren los pueblos, la lucha de las multinacionales de la energía y las materias primas, frente a los oligarcas rusos que se apropiaron de los sectores estratégicos del pueblo ruso.

la clase trabajadora europea tiene que organizarse y llevar a cabo sus reivindicaciones y protestas a la calle, pese a la represión que muchos gobiernos ejercen sobre los manifestantes que se oponen a apoyar el conflicto y a la presión de los medios de comunicación que ocultan dichas protestas, bajo el yugo de sus consejos de administración.

Nos encontramos a más de 3.700 km de distancia del lugar del conflicto, donde la destrucción de las bombas, las muertes, y las violaciones de los derechos humanos no cesan, pero no por ello debemos ser meros espectadores.

La guerra no se combate pidiendo medidas que topen los precios de productos básicos para la alimentación de las familias, aunque está bien o dando ayudas para el transporte, que también es positivo. Pero, estas medidas paliativas suenan, a dormidera, a que pretenden mantenernos callados y quietos ante esta guerra y las situaciones de precariedad que derivan de ella, aprovechando en shock que sufre la clase trabajadora, y la inmovilidad de las organizaciones de los trabajadores. En 2008 fue la crisis inmobiliaria y financiera, en 2020 y 2021 la pandemia y ahora la guerra. Parece que el sistema económico imperante solo es capaz de hacer beneficio a partir de la destrucción y del ataque permanente a los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

Todas las movilizaciones y reivindicaciones de la clase trabajadora que se han desarrollado y las que están pendientes de celebrarse deben estar bajo el lema “ALTO A LA GUERRA SIN CONDICIONES “, ya que todos los males que estamos sufriendo, como son los bajos salarios, incrementos de los precios de las energías, alimentos básicos, alquileres de viviendas, recortes en sanidad y educación, reformas en el sistema público de pensiones…son algunas de las consecuencias de esta guerra, o eso argumentan ellos.

Debemos, sin excusas, ejercer nuestro derecho de ciudadanía, para preservar y salvaguardar los intereses sociales y públicos, que requiere un sistema democrático y de derecho.

Es necesario que trabajadores, desempleados, estudiantes, organizaciones sindicales, movimientos sociales, pensionistas, familias enteras, salgamos a la calle en grandes manifestaciones por el ALTO A LA GUERRA INMEDIATA, SIN CONDICIONES, RETIRADA DE LAS TROPAS RUSAS DE UCRANIA, CONTRA LA POLITICA ARMAMENTISTICA. Es necesario un movimiento social contra la Guerra.

Tal vez este invierno pasemos frio, hay quienes ya lo han pasado en inviernos anteriores porque el sueldo no llega para todo, eso que llaman “pobreza energética”, pero no lo pasaremos callados, como desean quienes nos presentan la Guerra como si fuese un destino natural. Pretende legitimar tanto el conflicto como sus consecuencias. De este modo se busca un único culpable a la vista del inminente desastre social y ecológico.

Juan Fernando Díaz Mayordomo Martínez, Militante socialista y afiliado a UGT en Madrid
Silvia Font Jurado,
Militante de la UGT en Madrid

Editorial: La inflación también es un arma

Europa está revuelta no solo por la guerra en Ucrania, hay armas que matan de pobreza, como la carestía de la vida, que afecta a todos los países del continente. Nuestro país cerró 2021 con una tasa del riesgo de pobreza o exclusión social del 21,7%. Seis meses después, la cifra a cierre de junio ha crecido hasta el 27,8% (Fuente: INE). Esto significa que 13 millones de personas se encuentran en esta lamentable situación.

En otros países del continente las cosas no son diferentes, salvo en la resistencia activa de la mayoría social y en particular de los trabajadores y trabajadoras.

Estos meses atrás, en Gran Bretaña han ocurrido más cosas que la muerte de Isabel II y las fastuosas idas y venidas de su féretro. Incluso cuestiones que, aunque no se relacionan, están vinculadas con la grotesca situación que vive el partido conservador en el Gobierno. Nos referimos a la huelga del transporte ferroviario que tuvo lugar el pasado 21 de junio, la mayor de los últimos 30 años, seguida por más de 40.000 trabajadores. Boris Johnson dijo al sindicato de ferroviarios, RMT, que: “a pesar de la huelga, los planes de reforma del transporte ferroviario seguirían adelante”, además de amenazarles con contratar trabajadores de agencias (lo que en España conocemos como ETTs). Sin saber, en aquel momento, que quien no seguiría adelante sería él. A las movilizaciones se sumaron los trabajadores del Metro de Londres. La huelga afectó a las estaciones ferroviarias de Inglaterra, Escocia y Gales y a la capital del reino.

Se reivindicaba que los sueldos se incrementen en el mismo porcentaje que el coste de la vida, contra las reducciones de personal, la eliminación de las oficinas de expedición de billetes y contra la decisión del Gobierno de quitar la financiación de la red metropolitana londinense.

El 31 de agosto fueron los trabajadores del servicio postal, Royal Mail, convocados por el sindicato CWU, quienes paralizaron la actividad. Estaban llamados a la huelga más de 100.000 trabajadores, y los motivos coincidían con los trabajadores ferroviarios en la reclamación de incrementos salariales iguales a la inflación.

Como los ferroviarios y los trabajadores del correo, los estibadores de Felixstowe: en el puerto de carga más grande de Gran Bretaña, el 26 de agosto se inició una huelga de 8 días, para exigir subidas salariales.

Otros sectores se echaron a la calle y pararon la actividad: los camioneros se aseguraron aumentos salariales del 20 %, los trabajadores del aeropuerto de Gatwick ​lograron el 21 % de incremento y los de la aerolínea British Airways, consiguieron el 13%.

Además de las bravuconadas del penúltimo jefe del Gabinete británico, el Gobierno reaccionó con cambios legales que significan el retroceso de, al menos, un siglo en los derechos de movilización y huelga de los trabajadores; facilitando a las empresas el uso de personal temporal (los llamados “esquiroles” en España), lo que hasta este año era considerado un delito. La represión contra los sindicatos toma su forma en la posibilidad de ser juzgados por “huelga ilegal”, con multas que podrían ser de 250.000 a 1 millón de libras (285.000 a 1.140.000 euros).

Al mismo tiempo que han tenido lugar estas expresiones de resistencia de los trabajadores y trabajadoras, se desarrolla en todo el país un potente movimiento contra la guerra, o sea contra la implicación directa del gobierno británico que se ha convertido, después de Estados Unidos, en el principal proveedor de armas y de entrenamiento de los soldados ucranianos. Estar en contra de la Guerra no es compatible con alimentar la guerra con armas.

La situación en Francia no es diferente, el pasado 16 de octubre tuvo lugar una manifestación en París, con cerca de 140.000 asistentes, que finalizó en la emblemática plaza de la Bastilla. ¿Los motivos? Son idénticos a los de las movilizaciones de los trabajadores británicos: contra la carestía de la vida, salvando las formas y ritmos de las movilizaciones.

Desde el 27 de septiembre se mantiene el conflicto en las refinerías francesas, con una huelga en la que los trabajadores exigen un 10% de aumento para compensar los efectos de la inflación.

La reacción del Gobierno de Macron ha sido similar a la de Gobierno británico: Obligación administrativa de retorno al trabajo, la requisición. O lo que es lo mismo: la anulación del derecho a huelga.

El martes 18, más de 150.000 personas se manifestaron en Marsella, Burdeos, Lyon, Montpellier, Reims, Rouen, Amiens, Lille, Poitiers, Orléans y Estrasburgo. No solo trabajadores de las refinerías. También trabajadores de la Enseñanza, del sector agroalimentario y los comercios por un reparto justo de la riqueza y un aumento salarial. Los manifestantes llamaron a respetar su derecho a la huelga. Quebrar este derecho, es lo que ha hecho el Gobierno finlandés en el mes de septiembre, como es lo que se hace en España, por la vía de los servicios mínimos abusivos o apelando al artículo 172 del Código Penal, una vez que el 315 fue derogado.

Podríamos poner otros ejemplos de movilizaciones en otros países de Europa, por los mismos motivos o parecidos, excepto en España. No porque la carestía de la vida en nuestro país sea más baja que en Francia o Gran Bretaña, ni en otros países de nuestro entorno; la media del IPC en la Zona Euro estaba en mayo del presente años en el 8,8%.

Tampoco se puede achacar a que no hay problemas sociales y laborales. De hecho, según datos del INE, las jornadas de huelga en España se han incrementado en el periodo enero/agosto en un 25,61%, comparado con el mismo periodo de 2021.

Los trabajadores de Vueling, compañía aérea con sede en Barcelona, irán a la huelga los viernes, domingos, lunes y festivos durante los tres próximos meses, hasta el 31 de enero, en demanda de incrementos salariales que revaloricen sus salarios por encima del IPC. Como ellos, los trabajadores de Renfe irán a la huelga los días 28 de octubre, 7 y 11 de noviembre. Otros sectores están en conflicto, como las trabajadoras de la limpieza en cuatro provincias de Castilla La Mancha; los trabajadores y trabajadoras de diferentes servicios sanitarios de Madrid, como los de las Urgencias de Atención Primaria, son solo ejemplos de los cientos de empresas y decenas de sectores en lucha.

Las movilizaciones en defensa de las Pensiones Públicas, el 15 de octubre o las del 22 del mismo mes, en defensa de la Sanidad Pública en Madrid, demuestran que hay motivos para la movilización y que los trabajadores y la ciudadanía en general tiene predisposición a luchar por defender sus derechos, solo falta la voluntad de organizar la movilización, por parte de quienes tienen capacidad para ello. Los groseros beneficios que están anunciando las principales empresas españolas justificarían por sí solos dicha movilización.

En la siguiente tabla y en la gráfica que la representa, podemos extraer, a simple vista, dos conclusiones, entre otras: una, que la inflación comienza su ascenso antes de que Putin invadiese Ucrania, por tanto, la guerra no lo justifica todo. Y la otra, que si en otros países la clase trabajadora está movilizada en defensa de su sustento, contra la vida cara, en España hay más motivos.

La inflación en buena medida provocada no solo solo favorece a las grandes empresas, sino que podemos decir que es la traducción de la política de guerra en el terreno social, como se dice popularmente es «el impuesto a los pobres».

Fragmentos de la entrevista a Ségolène Royal, sobre la guerra de Ucrania

Fragmentos, publicados en Informations Ouvrières (n.º 723, del 15 al 21 de septiembre de 2022), de la entrevista a Ségolène Royal, sobre la guerra de Ucrania, por Ruth Elkrief, emitida en la cadena de televisión francesa LCI el 6 de septiembre.

Ségolène Royal, miembro del Partido Socialista francés, fue ministra de Ecología en el gobierno de Pierre Bérégovoy, entre 1992 y 1993. También Ministra Delegada a la Educación Escolar (1997-2000) y luego a la Familia, Infancia y Personas Discapacitadas (2000-2002) en el gobierno de Lionel Jospin. En 2004 ganó la presidencia de la región de Poitou-Charentes, el bastión del entonces primer ministro Jean-Pierre Raffarin.

Fue elegida la candidata oficial del Partido Socialista para las elecciones presidenciales de Francia de 2007, elecciones que finalmente perdió en segunda vuelta ante el candidato derechista Nicolás Sarkozy.

Ségolène Royal: “Creo que no debemos ir a ciegas hacia el desastre. Nosotros, nuestra generación tenemos la responsabilidad de dejar a nuestros hijos y a las futuras generaciones una Europa en paz y un planeta reparado. No tenemos derecho a permanecer inertes ante este conflicto y debemos exigir que comiencen las negociaciones de paz.

Ucrania está siendo atacada, eso es obvio. He tenido la oportunidad de repetirlo. Pero cuando pregun­tas por las razones por las que no hay proceso de paz, por qué Europa no pide a los protagonistas que se sienten alrededor de una mesa, es porque estamos asustados por lo que está pasando. Es muy importante, nunca he negado los bombardeos, todos los días hay muertes y por eso tiene que parar esta guerra.

La guerra es siempre un fracaso de la política. La guerra es siempre la victoria de las fuerzas del mal. La guerra no puede resolverse con más armamento. La guerra se resuelve mediante la negociación, la discusión y creo que todas nuestras fuerzas políticas deben orientarse hacia la búsqueda de la negociación con Ucrania sin premisas, porque el pueblo ucraniano es también el que más sufre y anhela la paz.

¿Qué pueblo no aspiraría hoy a la paz?

Ruth Elkrief: Ya sabes que los muniqueses, en 1938 decían: paz, paz.

Es todo lo contrario. El acuerdo de Múnich se basó en abandonar a los Sudetes. Hubo una cobardía horrible. Hoy sucede al revés, los que no quieren la paz son los cobardes, en cierto modo, porque hay muchos intereses económicos en esta guerra. Muchos participan ganando mucho dinero en esta guerra y en particular todos los que especulan con el precio de las materias primas, que están debilitando a los países más pobres. Porque lo que está ocurriendo con las materias primas es una especulación desvergonzada. Así, los que replican son fuerzas económicas que no quieren que la guerra se detenga. Pero yo apuesto positivamente porque todos los responsables políticos, incluso los que hoy están en guerra entre sí, quieren la paz. Y si no apostamos por ella, la paz no llegará.

R.E. En 1938, algunos dijeron que no vieron nada, que no vieron el avance de Hitler, y que ahora estaría pasando lo mismo mismo con Putin.

Pero 1938 fue la consecuencia de la guerra de 1914. Y cuando Jaurès pidió la paz, fue asesinado porque molestaba. La forma en que se cerró la guerra de 1914 provocó el ascenso de Hitler. Por tanto, ¿vale la pena detener la guerra? ¡Si no hubiera tenido lugar la guerra del 14, no habríamos tenido el ascenso de nazismo, no habríamos tenido el Holocausto, ni la Segunda Guerra Mundial!

R.E. En cuanto a las sanciones, Salvini, Le Pen, incluso Jean-Luc Mélenchon, coinciden en estar en contra, con diferencias, porque las sanciones son duras, deben ser detenidas. ¿Cuál es tu posición?

Mi posición es que las sanciones no son tan efectivas como nos hubiera gustado. No han conseguido llevar al gobierno ruso a la mesa de negociación. En segundo lugar, observamos hoy que el dólar sube y el euro baja. Mientras estamos hablando, cada minuto que pasa enriquece a las empresas norteamericanas y empobrece a las europeas, porque pagamos para comprar energía, que se paga en dólares. La degradación y el retroceso del nivel de vida de los europeos puede ir muy, muy rápido. ¿Qué queremos dejar a nuestros hijos? ¿Una Europa en que el nivel de vida haya bajado un 40% y en que todos los servicios públicos hayan sido destruidos? Porque en un momento dado el dinero que se da para armar a Ucrania, el dinero que se está dando a esta guerra es dinero de menos que va a los servicios públicos, como la educación. ¡Esto es lo que la gente ve! Y la gente ya no quiere seguir aceptándolo. Además, hay manifestaciones por la paz.

Editorial

No es honesto guardar silencio

No podemos mirar para otro lado ni guardar silencio ante la barbarie. Tal cosa sería impropia de personas que dicen ser socialistas, progresistas, de izquierdas.
Lo ocurrido en la valla de Melilla el pasado viernes día 24 es un crimen, como los de guerra. Esta acción de la gendarmería marroquí no se puede justificar, bajo ningún concepto; por encima del respeto a la vida humana no se pueden poner las normas, las leyes ni la soberanía (en marruecos la soberanía no es precisamente del pueblo). De la misma manera que es injustificable la acción de la Guardia Civil española que, mientras los desesperados subsaharianos se amontonaban sobre las concertinas de la valla, se dedicaban a lanzarles pelotas de goma a bocajarro ¿qué acción violenta había que reprimir?, la misma violencia que ejercían los 15 muertos que el 6 de febrero de 2014 trataban de llegar a la playa del Tarajal en Ceuta, que tan solo nadaban para intentar salvar su vida.
Asombra escuchar las declaraciones del Gobierno español. Del Gobierno de Marruecos, sometido por una dinastía sátrapa no sorprende, aunque han pasado una línea que nunca se debería trasgredir; por el crimen cometido y por el desenlace de esconder los cuerpos en una fosa común, sin autopsia ni identificación. ¿Dónde ha quedado el respeto a los Derechos Humanos?
Este crimen se ha cometido a las puertas temporales de la cumbre de la OTAN en Madrid. Tribuna Socialista no somos neutrales ni tomamos posición por esta estructura militar que, con unas formas u otras, lleva en España, y España vinculada a ella, desde 1953, como ya explicitamos en la editorial del número 134 de Tribuna Socialista. Es un error caer en el frentismo. Nuestra posición está del lado de los pueblos; por eso exigimos la retirada inmediata del ejército de Putin de suelo ucraniano y decimos no a la Guerra, decimos no a cualquier guerra que se lleva por delante la vida de civiles y de soldados de ambos bandos, hijos de familias trabajadoras, en este caso rusos y ucranianos.
Pero la guerra contra los pueblos y los menesterosos toma muchas formas. Las “armas” económicas de los oligarcas, imperialistas y explotadores de toda laya tomaron la forma de reformas laborales en 2010 y 2012 y tuvieron como consecuencia la destrucción masiva de derechos y calidad de vida de los millones de trabajadores y trabajadoras de nuestro país; devaluaron y precarizaron el empleo, empujando a millones de ciudadanos a las puertas de la pobreza, cuando no a la pobreza misma: recordemos que hoy el salario más frecuente en España es de 1.357 € en 14 pagas, 357 € más que el SMI. Un 32% inferior al engañoso salario medio (que se halla contando salarios como el del Gobernador del Banco de España, quien en 2021 obtuvo un sueldo anual de 214.956,01 €).
En paralelo a la Guerra en Ucrania, recorre toda Europa una ola inflacionaria provocada por la especulación de los carburantes, la energía y los alimentos, entre otros productos de primera necesidad. La reacción de los gobiernos, de todos, no ha tenido ni por asomo la contundencia que los cuerpos de represión han ejercido en la valla de Melilla. La respuesta está siendo de parches. Respuesta que eso que llaman los mercados se está tomando a risa, pues tanto las rebajas fiscales como las subvenciones del Gobierno español han aplicado a los carburantes han sido absorbidas por los oligarcas de la luz, el gas, el petróleo…
Ante esta situación, en su conjunto, es llamativo el silencio de las organizaciones que se reclaman de la izquierda; políticas y sindicales. Han puesto sordina a sus quejas. Tienen la misma actitud que Podemos, IU y el PCE (miembros también del Gobierno) que se quejan, dicen no estar de acuerdo con esto o con aquello y punto. Los derechos sociales y laboral es no se consiguieron con cortes mediáticos y declaraciones de intenciones.
Lo que está ocurriendo e muy grave.Estamos en una etapa de crecimiento armamentístico muy peligroso. Es llamativa la docilidad con la que la Unión Europea se está subordinando a los intereses de los EE.UU.; el gran beneficiario con el incremento de los presupuestos para armamento y con las restricciones a la compra de gas y petróleo a Rusia es EE.UU., quien está incrementando exponencialmente sus ventas de gas licuado a España y al resto de países de Europa. ¿Tendrá estos relación con la maniobra de la Administración Biden para que España gire en su política respecto al Sahara?
¿a quién beneficia si Argelia corta o incrementa el precio del gas que consume España?
El hecho de que el Gobierno de Rajo y en 2014 aceptase incrementar el presupuesto en defensa al 2% del PIB, compromiso que el Gobierno actual está por la labor de cumplir a rajatabla, es una bomba para los servicios públicos del Estado español, ya de por sí muy deteriorados por la crisis económica de 2008 y por la pandemia de 2020/2021.
Los ataques se anuncian últimamente, pero parece que no escuchamos: los organismos internacionales dicen que los gobiernos tienen que reducir su deuda pública y que tiene que rebajar el déficit público. Es decir, que hay que amortizar deuda y que no se pueden endeudar más para cubrir las necesidades sociales. No olivamos la reforma constitucional del Artº 135.3. Todo ello a la vez que van a duplicar el presupuesto en Defensa para alcanzar los 23.000 millones de euros (el equivalente al 2% del PIB actual), desde los 9.700 de este año.Está claro de dónde va a salir el cuadre de las cuentas: de Sanidad, de Educación, de Dependencia y de Pensiones.
Pero no están dispuestos a cuadrar las cuentas exigiendo que la banca privada devuelva los 100.000 millones de euros públicos que se le dieron (65.000 en efectivo para el saneamiento + 35.000 de la Sareb). Como se resisten a cumplir el compromiso legal de realizar una Auditoría a las cuentas de la Seguridad Social, para saldar la deuda de más de 103.000 millones con las pensiones, por el uso indebido del dinero de las pensiones para otras partidas que debieran haber sido asumidas con dinero de los impuestos.
Lo ocurrido en la Valla de Melilla nos da la pauta de hasta dónde están dispuestos a llegar para defender sus intereses la minoría social que dirige el mundo. La pena es que esto solo es posible por la colaboración de los dirigentes.
La emigración, en este caso africana, es producto de la destrucción de estos países llevado a cabo por las potencias imperialistas europeas y sus multinacionales que explotan las riquezas de estos países, empujando a la emigración a su juventud y utilizan después a los emigrantes como mano de obra barata y sin derechos.

Comité de Redacción

Editorial

Ni un euro para la guerra

Puede que al Gobierno le llene de orgullo albergar la cumbre de la OTAN que se va a celebrar en Madrid los días 29 y 30 de junio. Sin embargo, para las personas y organizaciones de izquierdas, que se mantiene leal a sus valores y principios, es una vergüenza y motivo de rechazo. Es por respeto a uno mismo y porque los hechos, pasados y presentes, son irrefutables. Quizá la falta de respeto a los valores y principios sea lo que esté detrás del ascenso de la derecha en el mundo; no tanto por acierto de a la derecha como por la pérdida de apoyo de la izquierda.

Rechazamos con rotundidad la invasión que la Rusia de Putin está llevando a cabo desde hace tres meses en Ucrania. En distintos actos que hemos participado en nombre de Tribuna Socialista hemos dejado claro que la acción expansionista de, carácter militar, llevada a cabo por la OTAN no justifica la acción criminal de Putin. De la misma manera que la guerra iniciada por Putin no justica la aceleración de los planes de OTAN por tomar posiciones en el este de Europa. Nuestra posición está en defensa de los pueblos; del ucraniano en primer lugar, como del ruso y de todos los pueblos del continente europeo.

No olvidamos que en septiembre de 1953, el Gobierno franquista firmó el vergonzoso “Pacto de Madrid” con la Administración de Eisenhower: los EE.UU., se comprometían a suministrar a la España de Franco material de guerra de segunda mano, concedía créditos (a devolver) al Gobierno de Franco por valor de unos 1.500 millones de $, a condición de comprar productos estadounidenses, y a cambio Franco y su Gobierno le cedían espacio en Rota, Torrejón, Zaragoza y Morón a los EE.UU., para que estableciese bases militares y el ejército franquista y la Guardia Civil ejercían de guardianes y protectores de dicha bases. Estos acuerdos se han ido ajustando y modificando a lo largo del tiempo, como cuando en julio de 1974 el actual Emérito suplió a Franco en funciones de jefe del Estado para ratificar estos acuerdos con la Administración Nixon.

¿Se puede decir que hoy la izquierda asume las decisiones políticas de los ilegítimos gobiernos franquistas?

La OTAN nace el 4 de abril de 1949, no por casualidad en Washinton D.C., bajo los auspicios de los EE.UU., con 10 países (hoy la conforman 30 países). Los Estados Unidos dirigen esta estructura militar que no ha parado de crecer hacia el este de Europa. Tienen en su historial la curiosa manera de “salvar vidas” bombardeando ciudades y causando miles de muertes; es el caso de la intervención de la OTAN en 1999 en la extinta Yugoslavia.

Fue el Gobierno de Calvo Sotelo quien, en mayo de 1982, hace ingresar a España en la OTAN. En la práctica, nada cambió respecto al periodo 1953/1982.

En enero de 1986, el Gobierno de Felipe González convocó un referéndum (que se celebró el 12 de marzo de 1986) para ratificar la permanencia de España en la OTAN. Un referéndum plagado de manipulación mediática, cuyo voto favorable solo obtuvo el 56,85%, con una abstención del 60%.

Nadie que se reclame de izquierdas puede asumir estos antecedentes: decisiones franquistas, decisión de un Gobierno salido de un intento de Golpe de Estado y el referéndum que avergonzó y avergüenza a tantos y tantas socialistas en el Estado español. Rechazar la OTAN es rechazar ser partícipes de una estructura militar al servicio de los intereses del mayor imperialismo del planeta, y sus consecuencias para los pueblos que componen el Estado español.

Siendo presidente de los Estados Unidos Barack Obama, en la cumbre de la OTAN celebrada del el 4 y 5 de septiembre de 2014, en Cardif, acordaron incrementar el gasto en defensa al 2% del PIB, hasta 2024. Estos acuerdos fueron asumidos por el Gobierno de M. Rajoy.

Según datos del Ministerio de Hacienda, en 2014, España destino 5.743 millones de euros a Defensa(1). El presupuesto ha crecido el 70,49% en estos 8 años, hasta los 9.791 presupuestados para este año 2022(2). El actual Gobierno ratificará, previsiblemente, el acuerdo de 2014 en la cumbre del próximo mes de junio. Esto significa que en los próximos dos años tendrán que aumentar el gasto militar hasta el 2% del PIB comprometido, es decir, llegar a los 24.000 millones de euros; teniendo en cuenta que el PIB español se situó en 2021 en 1,2 billones de euros.

Es políticamente importante señalar que las administraciones de Obama, Trump y Biden, mantienen exactamente la misma política expansionista y de fomento de la industria militar.

Es inaceptable este incremento en gasto militar mientras mantenemos un paro cronificado por encima de los 3 millones de trabajadores y trabajadoras sin puesto de trabajo, mientras la tasa de temporalidad duplica a la media de la UE, mientras 2021 cerró con 1.024.000 familias con todos sus miembros en paro, mientras la tasa de paro juvenil está, a cierre de 2021, en el 30,7%.

No aceptamos este brutal incremento del gasto militar para mantener la política imperialista de la OTAN y los Estados Unidos, en tanto que la Sanidad, la Educación y la Dependencia públicas continúen en franco deterioro por el recorte de los presupuestos en gasto social. Recorte del gasto que ya se anuncia, en base a las llamadas del FMI y de la Comisión Europea a rebajar deuda y a que en los próximos meses volverán las reglas, suspendidas por la pandemia, de control del déficit público.

En este contexto se pide un “Pacto de Rentas” a patronal y sindicatos. A lo que la patronal exige que los salarios se incrementen por debajo del IPC, lo que equivale a continuar devaluando los salarios. A la par que desde Bruselas se indica que las pensiones no deben revalorizarse por encima del IPC; ya en 2021 se han devaluado un 4% por debajo del IPC (subieron el 2,5% frente al IPC interanual del 6,5%).

Estos planteamientos los hacen cuando las 35 empresas del IBEX han batido récord de beneficios en 2021, más de 58.000 millones de euros, y se encuentran entre las principales responsables de que la inflación esté desbocada. Estos beneficios, en el caso de las empresas de la energía, demuestran que es falso que los costes de producción de la electricidad obliguen al alza del precio de la luz. Lo que obliga a subir el precio de la luz es la presión de los inversores por incrementar el reparto de dividendos multimillonarios. Esta es la interpretación que hacen los empresarios del “Pacto de Rentas”.

Por ende, rechazamos la política de sometimiento de nuestro Gobierno a los dictados de la OTAN o, lo que es lo mismo, de los USA, consistente en incrementar los presupuestos militares en detrimento de los gastos sociales. Poco ha cambiado en este aspecto desde 1953, quizá tenga que ver con que la jefatura del Estado no ha dejado de estar en manos de un militar desde 1939.

Tribuna Socialista participará y llama a participar en el Encuentro Internacional que se prepara para el 25 de junio en Madrid, así como en la Manifestación unitaria que recorrerá las calles de Madrid en la mañana del 26 de junio.

(1)https://www.defensa.com/espana/defensa-recorta-presupuesto-3-2-para-2014-gasto-defensa-espana

(2)https://www.europapress.es/nacional/noticia-espana-aumentado-20-presupuesto-defensa-ultimos-anos-sigue-lejos-pib-20220301134826.html

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