Las políticas liberales son el caldo de cultivo para la extrema derecha

Elecciones en Alemania

El resultado de las elecciones federales que se han celebrado el pasado día 23 de febrero en Alemania, confirma la teoría de que cuando económicamente las cosas van mal para la mayoría social, y no se da una salida de carácter socialista, de izquierdas, la derecha hace del cabreo general su caldo de cultivo.

Hablemos primero de los resultados:

La participación ha sido del 82,5%, la más alta de todos los comicios federales en lo que va de siglo, pero no más alta que el 91,1% de 1972, ni que el 90,7% de 1976. No obstante, una alta participación, para lo que estamos acostumbrados últimamente.

En el Parlamento alemán (Bundestag), la mayoría absoluta se sitúa en 316 diputados -sobre un total de 630 parlamentarios.

La CDU es el partido que agrupa democristianos y conservadores. En nuestro país hay quien lo compara con el PP, por el hecho de que comparten espacio en Europa en el PP-europeo, pero con la diferencia de que la CDU no tiene ningún vinculo histórico con el fascismo de Hitler, lo que no se puede decir del PP español y su genética franquista. Son los ganadores de las elecciones, al haber pasado de 197 a 208 diputados en el Busdestag, un incremento del 5,6%. En número de votos han pasado de los 11.178.298 de 2021 a los 14.158.432 de este mes de febrero, un incremento en votos del 26,66%.

La AfD (Alternativa para Alemania), partido que nace en 2013. Abiertamente de extrema derecha. Nace de una escisión de la CDU. Han pasado de 83 a 152 diputados, lo que significa un crecimiento del 81,93%. Han crecido en más de 5,5 millones de votos, al pasar de 4.803.902 a 10.327.148, un incremento del 115%.

El SPD (Partido Socialdemócrata Alemán), fue constituido en 1875. En su denominación define su ideología. Ha sido uno de los grandes perdedores de los recientes comicios. Ha perdido 86 diputados, lo que supone una caída del 41,26%, pasando de los 206 diputados de 2021 a 121 en la actualidad. Esto, en votos, significa que ha pasado de los 11.955.434 a los 8.148.284; una caída del 31,84%, al haberse dejado en esta legislatura pasada más de 3,8 millones de votos.

Alianza 90/Los Verdes, nace tras la unificación de las dos Alemanias, concretamente en 1993 por la alianza de Alianza 90, de la Alemania oriental y Los Verdes, de la Alemania occidental. Se define como de centroizquierda liberal, además de ecologista. Han perdido 1.090.730 votos, equivalente a un 15,92% de bajada en votos, lo que se ha traducido en pasar de 118 diputados a 85, una pérdida del 27,97% de peso parlamentario.

El FDP (Partido Democrático Libre), el partido liberal desde un punto de vista ideológico, aunque situado en el centro derecha, fue el socio de gobierno que provocó el adelanto electoral, aunque esto fuese decisión del canciller Scholz. Han desaparecido del Bundestag, al no alcanzar el mínimo requerido del 5%. Los liberales han perdido 3.171.074 votos de los 5.319.952 que obtuvieron en 2021, perdiendo la totalidad de los 92 escaños que tenían.

DIE LINKE (La Izquierda), Creado en 2007 por la unión del Partido Socialista Democrático (SED), proveniente de la Alemania oriental y Trabajo y Justicia Social-La Alternativa Electoral (WASG), una escisión del SPD. Die Linke ha resurgido, al pasar de 39 a 64 diputados, un crecimiento del 64,10%, pasando de 2.270.906 a 4.355.382 votos.

La primera y evidente conclusión es que el trompazo se lo han dado los tres partidos que formaban el Gobierno presidido por Olaf Scholz (SPD). Entre los tres han perdido el voto de 8 millones de electores.

Los socios de gobierno no se ponían de acuerdo en las cuestiones presupuestarias: los liberales del FDP proponían reducir el gasto público (menos servicios públicos) en paralelo a una negativa a subir impuestos, a lo que los otros dos socios de Gobierno (SPD y A90/LV) se oponían. Sin embargo, el Gobierno al completo ha estado de acuerdo con el incremento del gasto militar. Alemania destinó 54.500 millones de euros a defensa en 2022, incrementó esa cifra en el 20% para 2023 (1,52% del PIB) llegando a los 63.600. En 2024, Alemania acató las órdenes de la OTAN y destino a defensa el 2% de su PIB, gastando 90.600 millones de euros https://www.dw.com/es/gasto-en-defensa-c%C3%B3mo-se-financiar%C3%A1-la-seguridad-de-alemania/a-71550700 lo que supuso un incremento del 42,44% del gasto en esta partida.

Es difícil desvincular el rechazo de millones de alemanes y alemanas al incremento del gasto en defensa, por mucho que lo exija la OTAN o Trump, su verdadero comandante actual, particularmente si esto tiene como consecuencia el recorte de los gastos sociales que constituyen el Estado de Bienestar.

La encrucijada en la que las instituciones tienen metidos a los gobiernos, toma formas distintas, pero buscan el mismo objetivo en todos los países de la UE; España realizó una reforma constitucional express en 2011, al condicionar el gasto social al pago de la deuda del Estado (Artº. 135.3). En noviembre de 2023, el Tribunal Constitucional federal alemán dictaminó la inconstitucionalidad de una dotación presupuestaria de 60.000 millones de euros que hizo el Gobierno Scholz, bajo el principio de “freno al endeudamiento”.

Otro problema añadido es que los países de europeos se han desindustrializado, al haber deslocalizado gran parte de sus fábricas a países con mano de obra más barata, perdiendo los gobiernos el control de estas decisiones, incluso contribuyendo a ello. El resultado para Alemania es que además pierde peso industrial en relación al resto de países de Europa al haber pasado su industria sobre el conjunto de la UE del 40,5% en 2014 al 36% en 2023.

Y un tercer factor, consecuencia de la guerra en Ucrania, es el incremento del precio de los carburantes, al tener que pagar un 40% más caro el gas estadounidense frente al gas que compraba a Rusia.

Todo ello ha llegado a la economía real, a la clase trabajadora, que no percibe ni recibe criterios ni propuestas a sus problemas cotidianos. Es de la ausencia de políticas sociales, de izquierda, lo que está fomentando el auge de la extrema derecha, que se basa en identificar a supuestos culpables, como si los inmigrantes tuviesen culpa de que su gobierno decida gastar más en armamento y menos en sanidad, como si la inmigración hubiese decidido cambiar de proveedor de gas en el suministro al país.

Como se ve, estas circunstancias pueden ser aplicables a cualquier país en Europa. De modo que los partidos que se reclaman de la izquierda harían bien en dejar de competir en ver quién es el alumno más aplicado a la hora de gestionar la economía de mercado y dedicarse a recuperar los valores de la izquierda que nunca debieron abandonar.

Roberto Tornamira Sánchez
Militante socialista del PSOE en Madrid

Alemania: Elecciones anticipadas en febrero

El 7 de diciembre el gobierno alemán presidido por el socialdemócrata Olaf Schlotz perdió la moción de confianza que presentó ante el Bundestag (parlamento).

El gobierno de coalición, formado por el Partido Socialdemócrata, el Partido verde y los liberales hacía semanas que se había roto al ser expulsado del gobierno el Partido Liberal, que exigía más recortes sociales para equilibrar el aumento del gasto militar previsto para 2025

La antigua canciller Angela Merkel ha presentado su libro Libertad, en el que no solo defiende su legado, sino que viene a decir, que Alemania y su industria ya no podrían «beneficiarse» de la energía a bajo precio de sus vecinos (en particular, de Rusia) sino que tendrá que adquirir la energía para su industria a los Estados Unidos (a mucho mayor precio).

El nuevo orden mundial no es en realidad nuevo. EEUU lleva décadas intentando desmontar la «Europa social» y ahora, que se ha hecho con el negocio del gas licuado y por ende, de la energía, pretende acabar con la industria europea, de la que la alemana ha sido santo y seña.

Mientras Schlotz pretendía cumplir con los compromisos establecidos con lla UE y la OTAN de mantener y ampliar el gasto militar…lo quería aplicar aumentando la deuda pública y sobrepasando la regla del techo de gasto.

La derecha tradicional alemana (CDU/CSU) propone, en cambio, siguiendo los dictados de Merkel, un nuevo «austericidio» mediante el cual se aplicarían recortes en lo público y se adornaría con una rebaja de impuestos para reactivar la economía.

La situación económica de Alemania y el impacto de la guerra de Ucrania golpean con crudeza a la clase trabajadora. Volkswagen, BASF, Thyssenkrupp Steel, ZF Friedrichshafen, Schaeffler, Bosch, Ford, Continental, Bayerm Goodyear, Miele…Más de 40000 trabajadores serán despedidos, y otros tantos verán sus salarios mermados, y su resistencia se expresa en huelgas y movilizaciones, pero también en la búsqueda de un cambio en la dirección política del país.

En las últimas elecciones estatales de 2024, en la que estaban en juego 88 escaños, el SPD obtuvo 32; la extrema derecha de Alternativa por Alemania, obtuvo 30, y la Alianza Sara Wagenknecht (izquierda), que se presentaba a unas elecciones por primera vez obtuvo 14 de los 88.

Las elecciones al Bundestag han sido convocadas para el 23 de febrero próximo, y las primeras encuestas prevén una derrota aplastante a los partidos del gobierno, SPD Verdes y Liberales y el crecimiento de dos formaciones situadas en las antípodas del espectro político: la extrema derecha, la AfD, y la llamada extrema izquierda, la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW). Son las fuerzas que aparecen, para muchos sectores de la juventud y de la clase obrera, como los que se oponen al sistema y, en particular, son las que se oponen a enviar armas a Ucrania.

De hecho, la cuestión de la paz aparece como una de los elementos centrales en esta situación preelectoral.

Concretamente, el BSW, que recoge a militantes y dirigentes desencantados del SPD y de Die Linke, ha encabezado las principales manifestaciones contra la guerra, contra el envío de armas a Ucrania, contra la instalación de misiles en Alemania y contra el genocidio de Gaza, todo ello bajo el lema «sin paz, no hay justicia social»

«Prosperidad sin codicia»

Su lema defiende la paz al mismo tiempo que el respeto de los convenios colectivos y el fortalecimiento de los servicios públicos, con la defensa de la educación y sanidad pública como puntas de lanza.

La situación política y social en Alemania hace saltar todas las alertas en Europa. También en España donde toda la industria alemana tiene fábricas y miles de trabajadores.

Baltasar Santos
1er Sec PSC el Vendrell
Comité de Redacción de TS