Porque llamar tragedia natural a un crimen de avaricia y usura

Inundaciones Bilbao de 1983: el pueblo se organizó para paliar el desastre

Antes de nada, quiero enviar un fuerte abrazo a todas las víctimas de la DANA no solo de Valencia sino también a las de Albacete, Aragón, Catalunya y Baleares. Periódicamente nos encontramos con supuestas catástrofes naturales con consecuencias cada vez más dramáticas tanto en efectos económicos como en destrozos de todo tipo y con cada vez más víctimas mortales.

A estas situaciones responde el sistema capitalista con sesiones de reality show y propaganda dirigida a hacer creer a la ciudadanía que son situaciones imprevisibles y desvían la atención de las causas adormeciendo a la población con relatos humanos dirigidos a no entrar al fondo de las responsabilidades. Los mass media del sistema tienen encomendada la función de crear cortinas de humo evitando en todo momento que las conclusiones de la ciudanía sean del tipo de la necesidad de acabar con este sistema para preservar la vida de todos.

Y lo hacen perfectamente. Se saca de paseo al rey y al presidente de gobierno, también al de la comunidad autónoma que toque al alcalde o alcaldesa. Pero jamás se presentan los informes técnicos en los que han basado la construcción de viviendas en zonas que corresponden por derecho y propiedad a los ríos, al mar o a los volcanes.

Los mass media del sistema tienen encomendada la función de crear cortinas de humo para que la ciudadanía no acabe pensando que hay que acabar con este sistema para preservar la vida de todos

Qué técnicos han avalado las construcciones en esas zonas, cuál fue su informe técnico, cómo evaluaron los cauces frente a potenciales riadas o erupciones volcánicas.

De esto no se habla jamás. Es el asunto que hay que esconder bajo mil llaves. Cuando vean la televisión fíjense en la forma en que las grandes cadenas desinformativas no hablan de este asunto y si aparece en escena la acción particular de algún técnico que había avisado del riesgo, que al final se ha convertido en realidad, y se le calló ignorándolo tendrá que hacerlo a través de medios alternativos dado que la consigna del poder es que los informes profesionales que frustran las operaciones inmobiliarias especulativas, no existen y si se hacen a la luz, no se les dé crédito o directamente, se les combata mediáticamente.


Es así siempre y hay que decir que esta política que viene de muchas décadas atrás ha permitido la construcción ilegal en todos los puntos del Estado español, sin excepción alguna. Si nunca debiera haberse permitido, por el riesgo evidente para la vida y los bienes, ahora con el cambio climático evidenciándose en hechos atmosféricos, están mucho más en riesgo puesto que los cambios de temperatura y otras variables que afectan a la seguridad y a la vida se han instalado de forma definitiva en estas partes del mundo que comienzan a padecer de manera reiterativa los efectos de fenómenos propios de otras latitudes, con efectos devastadores.

El mandamiento único de la Ley del capitalismo es ¡Enriquécete!

Y así obran los partidos institucionales en general allá donde logran el premio gordo de hacerse con el control de los presupuestos de las instituciones durante el tiempo que retengan el mandato.
Aquellos técnicos que trabajan con criterios profesionales y tratan de evitar que las construcciones criminales de gran pelotazo económico vean la luz son condenados al ostracismo cuando no son directamente objeto de persecución o de separación del servicio mediante expedientes. La mafia no admite que ningún titulado con prejuicios frustre sus pelotazos de sangre.

Así sucedió en Bizkaia en 1983. En Bilbao vimos una ciudad devastada al igual que toda su periferia. Las lluvias torrenciales coincidieron con la Aste Nagusia, Semana Grande festiva de la Villa, y ahí se produjo una reacción popular al desastre que pasó por encima de Protección Civil y de todas las instituciones, Ejército incluido.

La Coordinadora de Konparsas, coorganizadora de las fiestas, entonces populares, decidió el envío de Brigadas de Limpieza asignándose a cada comparsa la zona de trabajo, en mi caso fue El Peñascal, zona obrera de Bilbao situada sobre el histórico barrio de Rekalde. Cuando llegó el Ejercito las comparsas levábamos días de adelanto, éramos un ejército civil de miles de integrantes con sus responsables en la figura de los coordinadores de comparsa. Los militares mismo se extrañaron ante la organización y la efectividad enorme del trabajo de recuperación y limpieza que llevamos adelante. A la pregunta de ¿Qué podemos hacer? Se respondió al ejército «con armas nada» y sus miembros las ocultaron discretamente para comenzar su trabajo efectivo en la zona que asumieron. Fueron días duros, de terribles pérdidas económicas y vidas. Ver El Arenal, la zona del Ayuntamiento en aquellas condiciones nos hacía pensar que Bilbao nunca se recuperaría de aquella situación. Pero recuperamos Bilbao y Bizkaia, y zonas de Araba y Gipuzkoa. Es obvio que las instituciones tomaron nota del peligro político que suponía una organización ciudadana autónoma resolviendo la situación con el riesgo de que la ciudadanía llegase a la conclusión de que «los políticos institucionalistas» son absolutamente prescindibles. Esta es la clave. Llevamos décadas de institucionalismo del pelotazo y sabemos que con el cambio climático las arremetidas de la naturaleza para recuperar lo que la especulación le ha arrebatado, son tan inevitables como crueles.

Sabemos que con el cambio climático las arremetidas de la naturaleza para recuperar lo que la especulación le ha arrebatado, son tan inevitables como crueles

Hay que estar rematadamente loco para poner en manos de muchos de los elementos que pululan por las instituciones nuestras vidas y nuestra seguridad, al igual que el futuro económico común. En Bilbao padecimos unas terribles lluvias torrenciales en 1983. La ría no estaba preparada para una subida de las aguas como la que se produjo, La Peña se inundó hasta los tuétanos con varias personas ahogadas, casas que se derrumbaron, el Peñascal sobre Rekalde, vio como sobre el barrio se derrumbaba la cantera, en Rekalde hubo rescates en helicóptero, todo fue así. Pero en Bilbao existía y existe una auto organización festiva en forma de comparsas que nos permitió responder con celeridad a la terrible situación sobrevenida. La Coordinadora de Comparsas cogió el timón y miles de comparseras y comparseros, armados de palas, nos dirigimos cada una a la zona que la Coordinadora le asignó.

Las instituciones del pelotazo acusaron el golpe y el más necio de entre todos ellos, el entonces Gobernador Civil de Bizkaia, Julián San Cristóbal, ideólogo de los GAL de la mano de Felipe González, se refirió a quienes llevábamos días en tareas de limpieza y seguridad auto organizadas diciendo que «éramos todos unos hijos de puta que enseguida nos cansaríamos de las palas«. Como profeta no llegó muy lejos. Nosotros no nos cansamos de la pala y él tampoco de meter la mano al cajón del dinero. Nosotros limpiamos Bizkaia con toda la ciudadanía de los pueblos y barrios y él entró a la cárcel por terrorista de Estado y por lo que se le quedó entre los dedos del dinero de los contribuyentes. Bilbao y Bizkaia hoy es otra cosa. Se canalizó la ría, desviándose su cauce y creando uno de cemento que ha salvado a La Peña, mi barrio, de múltiples inundaciones dado su nivel a ras de la ría. Se tomaron en serio las obras porque temieron la respuesta política de una ciudadanía despierta, dispuesta a prescindir de los buscavidas que pululan por muchos cargos institucionales.

Cuando miro a Valencia, leo los informes de camaradas de militancia y observo que el PP pone al frente de la reconstrucción a un General, veo la diferencia de esa Comunidad con Euskadi. Aquí hacer eso hubiese supuesto una insurrección popular. No porque se considere que un militar no sirve para esa tarea, sino porque un militar ligado al Partido Popular se sitúa ahí para responder sin contemplaciones a la sociedad valenciana si se atreve a pedir explicaciones y responsabilidades. Para cubrir las espaldas de los criminales que gobiernan ahí, tras del descalabro humano y económico que se ha producido.

Creo que la más urgente de las necesidades para el Pueblo Trabajador valenciano es echar de las instituciones a quienes durante décadas les han gobernado arrebatando a los ríos unos terrenos que les pertenecen y que las Confederaciones Hidrográficas así lo establecen, frente a los hombres y mujeres del pelotazo que no se paran en barras para conseguir salir de los cargos políticos ilícita y fraudulentamente enriquecidos.

La más urgente de las necesidades para el Pueblo Trabajador valenciano es echar de las instituciones a quienes les gobiernan

Es necesaria la Unidad del Pueblo para exigir que se vayan y preparar el relevo bajo control popular de las instituciones, porque el cabrón, como la cabra, siempre tira al pelotazo. Duele ver a 100.000 personas voluntarias, la mayoría jóvenes, detenidas por la Policía bajo instrucciones de los corruptos para evitar que se visualice el estrago y ya es el colmo, que sea la Gendarmería Francesa la primera en llegar con medios, alimentos y agua a los pueblos anegados y destruidos con decenas de muertos, negándoseles la participación en las tareas de rescate y el reparto de las ayudas a las personas afectadas, cuando estas carecen de todo. Aquí nobleza obliga y toca decir merci beucoup.

Si lo que ha sucedido es un drama absoluto lo peor es que estos fenómenos se van a volver a repetir sin duda alguna. El calentamiento del agua de los mares combinado con el frío atmosférico produce Danas. La pregunta es dónde se va a producir el siguiente golpe. Y entre tanto, cuál va a ser la respuesta en términos de prevención de quienes dicen ser los responsables de la gestión económica y, por tanto, a ellos corresponde establecer la estrategia para evitar un ataque de la naturaleza que vuelva a arrasar otras zonas.
La cuestión no es recuperar cadáveres, coches apilados como muñecos, ni llorar amargamente, que también, la cuestión es realizar las obras necesarias para prevenir.

Que no nos cuenten que no existen recursos económicos, que para las guerras de la OTAN suben las aportaciones el 2% del PIB y más. Esta es la tarea que corresponde a toda la ciudadanía. Evitar entrar en los juegos de espejos de los medios de comunicación al servicio del aparato del Estado y del capital, al que antes se llamaba periodismo y ahora se ha convertido en Mercenarios de la Pluma que dice los que dicte el que paga la tinta. La otra es organizarnos para luchar y arrojar luz sobre las sombras que el capital crea para evitar que las clases populares contemplen su verdadero rostro psicópata y criminal. Dejó escrito Karl Marx que el Capital nació chorreando sangre y sin duda alguna necesita incrementar su dosis de vampiro elevando el listón desde el robo de los recursos de todos cada día, hasta subir la apuesta hacia una III Guerra Mundial. Para sus aventuras genocidas siempre hay dinero y si no es suficiente se eleva la aportación restándola del presupuesto civil para obras públicas de seguridad colectiva e individual, enseñanza, sanidad y transporte públicos.

Que no nos cuenten que no existen recursos económicos, que para las guerras de la OTAN suben las aportaciones el 2% del PIB y más

Creo no equivocarme al decir que entre lo más corrupto del sistema está el ínclito partido al que no mencionaré por sus siglas para evitar una querella criminal. Pero, como se dice en el Caribe, ya tú sabes.
No somos muchas las personas que apostamos por una política obrera desde un partido obrero, al servicio de nuestra clase totalmente desligado y enfrentado a los partidos del capital y a todas sus instituciones. Pero debo decir que cada vez somos más. Se lo debemos a las víctimas de Lorca, Tenerife, Bilbao, Albacete, Castellón, Aragón, de Galicia con sus exasperantes incendios, de Murcia, a tantas y tantas víctimas sacrificadas en ofrenda por la clase política institucional en el altar del Dios de la Corrupción y el Dinero.

A las lectoras y lectores de Tribuna Socialista como a todos los demás, corresponde dar un paso al frente. Como dejó escrito un gran dirigente obrero que nos precedió, se trata de Teoría y Práctica.
Y la gran tarea es Organización, Organización y Organización. Nos Coordinamos en el Comité por la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP), a la búsqueda de las respuestas que nuestra clase, la clase trabajadora, necesita cada vez con mayor urgencia frente al Imperialismo. Ni nos podemos equivocar en el debate y las tareas ni podemos retrasar la constitución de la organización que necesita la clase obrera. Ya no hay tiempo.

Joseba Izaga
Miembro de “Hemen salida por la izquierda”
y lector entusiasta de “Tribuna Socialista”.