2024: un año para luchar contra la desigualdad creciente en todo el mundo.

El banco mundial, fiel representante del capital financiero, cerraba el año 2023 con una afirmación devastadora:

«Si 2022 fue un año de incertidumbres, 2023 es el año de la desigualdad. Para los países que esperan recuperarse de las devastadoras pérdidas provocadas por la pandemia de COVID-19, la batalla se ha vuelto más difícil debido a las amenazas combinadas del cambio climático; la fragilidad, los conflictos y la violencia, o la inseguridad alimentaria, por nombrar solo algunas, que dificultan la plena recuperación de todas las economías»

Un año en el que ha crecido la desigualdad y que ha afectado a la clase trabajadora en el mundo entero. Una clase trabajadora que aspira a vivir de un trabajo digno, a disponer de una alimentación saludable, a tener acceso a vivienda, a sanidad, a la educación, a la cultura, al transporte, al ocio…nada que no se pueda financiar si el beneficio de la fuerza del trabajo repercutiera en las fuerza del trabajo y no fuera a engrosar (más) el beneficio del capital financiero.

La realidad muestra el panorama de la desigualdad: más de 800 millones de personas padecen hambruna; más de 200 millones de personas están sin empleo; más de 2000 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de agua y saneamiento; se calcula que unos 1800 millones de personas no tienen techo o viven en infraviviendas; casi 800 millones de personas adultas carecen de competencias básicas de lectoescritura.

Hablamos de la desigualdad en el mundo entero. No solo en las economías subdesarrolladas, También en occidente, también en España, donde hay 2,7 millones de personas sin trabajo, por no hablar del subempleo y

de la pobreza laboral. Según UGT, la parcialidad involuntaria en la contratación asciende al 47,9% de los contratos. Es decir, que hay una buena parte de la población trabajadora que está empleada a tiempo parcial únicamente porque no encuentra un trabajo a tiempo completo. UGT señala que esto se traduce en un sueldo inferior, que en la mayoría de casos se sitúa por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI) y que es una de las principales razones para que en España haya un 11 ,6% de personas trabajadoras en riesgo de pobreza o con pobreza laboral (ingresos por debajo del 60% de la mediana).

Por su parte, la empresa Bloomberg anunciaba que el patrimonio neto de los 500 mayores multimillonarios aumentó 1 ,5 billones de dólares en 2023, es decir, que se apropian del equivalente a un 1 ,5% más de toda la producción mundial. Según UBS, el 1 % más rico de la población mundial dispone del 44,5% de toda la riqueza .

El crecimiento de la desigualdad en el mundo busca culpables. La clase trabajadora desinformada cae en las redes demagógicas de los Milei del mundo, que reclaman «libertad» para hacer frente a la desigualdad. Libertad que para ellos no es otra cosa que liberalizar todos los sectores, reducir el papel del estado a su mínima expresión, eliminar todo aquello que permita tener un mínimo colchón para las personas que atraviesan más dificultades. Libertad para el capital financiero pero no para la clase trabajadora.

Pero además de las tesis de la extrema derecha en el mundo, la desigualdad se acrecenta cuando se nos rebaja el poder adquisitivo de los salarios por mor del aumento de precios; la desigualdad se acrecenta cuando se debilita la negociación colectiva de los convenios; cuando se detraen fondos de las partidas para educación, para sanidad, para pensiones o para seguros de desempleo.

Y esa es la lucha que los socialistas en todo el mundo tenemos más vigente que nunca. La lucha por defender los derechos y conquistas laborales en todos los países del mundo, la lucha por el salario, la lucha por las pensiones, la lucha por una educación y una sanidad públicas, la lucha contra la guerra y el comercio de armas, la lucha por una democracia plena, en España, en occidente y en el mundo entero.

No existe un capitalismo bueno y un capitalismo salvaje. El capitalismo conlleva la acumulación de la riqueza, y esa guerra la estamos perdiendo la clase trabajadora. Toca remontar. Toca socialismo.

Por un 2024 sin guerras, con mayor justicia social, libertad, fraternidad entre los pueblos y democracia.

Baltasar Santos
Miembro del Comité de Redacción de TS

La Sra. Pérez y el Sr. Smith

Llevo unos días leyendo a algunos/as que nos dicen que Estados Unidos es el país de las oportunidades, que es donde debemos mirarnos, que es el Estado al que debe aspirar cualquier otra sociedad, que el sistema neoliberal es el mejor de todos … y me acordé de la Sra. Pérez y del Sr. Smith.

La Sra. Pérez es española, el Sr. Smith es estadounidense.

La Sra. Pérez es camarera, el Sr. Smith cajero en un supermercado.

La Sra. Pérez llega a fin de mes con mucho sufrimiento, el Sr. Smith también.

La Sra. Pérez tiene dos hijos, el Sr. Smith también.

La Sra. Pérez no tiene seguro de salud privado, el Sr. Smith tampoco.

La Sra. Pérez tiene un incipiente cáncer, el Sr. Smith también.

A la Sra. Pérez, la Seguridad Social española se hará cargo de ella, todos los años que hagan falta, con todos los tratamientos y hospitalizaciones que le hagan falta, sin que tenga que pagar nada. El Sr. Smith deberá vender su casa, su coche y pedir un préstamo para poder pagarse el tratamiento y la hospitalización … si quiere salvar su vida.

Estoy orgulloso de vivir en un país donde la solidaridad en el sistema de salud público es financiado y utilizado por todos/as, independientemente de la riqueza que pueda tener, y estaría demasiado cabreado viviendo en un país donde solo puedan resolver sus problemas de salud, los que puedan pagarse un seguro privado.

Además, deben tener en cuenta esos teóricos neoliberales (digo teóricos, porque cuando llega un momento complicado siempre exigen al gobierno que los ayuden) que en Estados Unidos hay 40 millones de personas que viven debajo del umbral de pobreza. Sí, como si casi todos los españolitos/as viviéramos con unos ingresos por debajo de lo mínimo para subsistir dignamente. Y de ellos varios millones mendigando todos los días para poder comer y viviendo en la puñetera calle.

Además, también les recordaría que Estados Unidos está en el segundo lugar del lamentable ranking de los países más desiguales del mundo. En Estados Unidos hay algunas decenas de miles de habitantes con mucho dinero, pero también hay demasiadas decenas de millones de pobres sin nada, y lo peor de todo, sin ganas de vivir.

Así que, querido amigo, querida amiga, si esos neoliberales de la derecha rancia española te dicen que España debe seguir los pasos de Estados Unidos como el “país de las oportunidades, del esfuerzo y de no sé qué más”, podrías recordarle lo que le ha pasado al Sr. Smith, la pobreza en la que viven 40 millones de estadounidenses y la desigualdad absoluta entre unos pocos que tienen demasiado y demasiados que no tienen nada.

Rafael Fuentes

Militante socialista de Málaga