Respondiendo a lo que este acto plantea

Creo que lo primero que tenemos es que contestar a la pregunta de la convocatoria, la amnistía que se está planteando es para el entendimiento o para la confrontación. No es un tema de juicio de intenciones, es compartir el sentido profundo de la misma palabra Amnistía y para ello vamos a la definición que hace María Moliner y la misma RAE que tiene el mismo sentido: “Perdón decretado por el Gobierno para ciertos delitos particularmente políticos”. Ahí están todas las claves, es un perdón sobre un delito. Ello anula parte del griterío mediático y político que se ha establecido alrededor de la amnistía. Por supuesto, toda amnistía se realiza sobre alguien que ha delinquido: Marcelino Camacho era un delincuente para el TOP, los evasores fiscales son delincuentes económicos, Menahet Begin era un terrorista sionista y yo mismo que soy un amnistiado del 77, era un convicto y confeso delincuente.

La segunda cuestión es que estamos impregnados de la concepción judeocristiana del castigo y del perdón, del ojo por ojo y diente por diente, que es algo totalmente ajeno a la convivencia democrática en un estado de Derecho y apela a los elementos viscerales más primarios.

Pero la discusión de la amnistía hace aflorar algunos problemas profundos de nuestro sistema político. ¿Por qué en 45 años no se ha podido avanzar seriamente en el encuentro entre comunidades nacionales diversas?, ¿por qué siempre que se ha intentado una vía de dialogo y de confraternización, siempre surge la cantinela del España se rompe? cuando no se manifiesta una evidente catalanofobia que pervive desde hace más de 150 años, recordar el ¡ ¡ A por ellos, oe, oe!!!. Y ahí surge otro tema fundamental: el inmovilismo de nuestro sistema constitucional, en 45 años sólo ha

habido 3 reformas constitucionales, una por adecuación a Europa, otra la más reciente por corregir una aberración social respecto a la denominación de las personas con discapacidad y la otra el 135 para introducir las exigencias neoliberales en la Carta Magna. Ello refleja una incapacidad de nuestro sistema institucional en irse adaptando a las nuevas exigencias de los tiempos, mientras los países de nuestro entorno han acometido algunas decenas de cambios constitucionales. Y una de las claves de esta esclerosis es el inmovilismo de una derecha que no quiere ningún avance en materia social y democrática y que han sido los mayores creadores de independentismo.

Es evidente que el crecimiento del independentismo ha venido determinado por la incapacidad para asumir la realidad plurinacional del Estado Español, en lugar de discutir y demostrar a la población que la independencia no es una buena solución para el conjunto de los pueblos, la respuesta ha sido desconocer la voluntad del pueblo catalán manifestada en el referéndum del Estatut del 2012, acompañada de campañas contra los productos catalanes y recogidas de formas, y recursos al Constitucional.

El proyecto de Ley de Amnistía ni fractura el Estado social y democrático de derecho, ni rompe la separación de poderes, ni afecta a la igualdad de los ciudadanos y se desarrolla bajo todos los cauces legales pertinentes. El resto es ruido y agitación contra el Gobierno de coalición progresista que hoy será el tema de la amnistía y mañana el que surja para deteriorar el avance social y democrático. Es un momento para que el conjunto de la ciudadanía avance en el entendimiento democrático y profundice en los derechos y libertades en todo el país.

Enrique del Olmo García
Sociólogo Presidente de la Fundación Andreu Nin