
Premios y reconocimientos:
El 1909 fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad de Barcelona. En 1911 se le nombró miembro numerario del Institut d’Estudis Catalans y en 1916, Francia lo nombra Caballero de la Legión de Honor.
En su honor y desde 1923, el principal teatro de Santa Cruz de Tenerife lleva su nombre, igual que el teatro de el Vendrell. En la plaza del Pi de Barcelona, frente a la botica en la que Guimerá asistió a sus primeras tertulias literarias, se encuentra una estatua sedente de bronce de Ángel Guimerá, réplica fiel de la que se encuentra situada frente al citado Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife. Existe a su vez, otra estatua similar en el municipio de El Vendrell, en la provincia de Tarragona. Estas tres estatuas fueron realizadas por el escultor Josep M. Codina y Corona a partir de un molde realizado por Josep Cardona i Furró.
Con motivo de la commemoración del 100º aniversario de la muerte de Ángel Guimerá, la Generalitat de Cataluya ha dedicado el año 2024 a celebrar «el año Guimerá», con una serie de actos que se han celebrado tanto en la ciudad de Barcelona, como en Santa Cruz de Tenerife así como en el municipio del Vendrell.
La trascendencia de Guimerá sobrepasa los límites de la literatura, ya que su figura es un estandarte del catalanismo más integrador, firme en la defensa de la lengua y las instituciones catalanas, y al mismo tiempo defensor de una Catalunya que acoge a todo aquél que con distintas lenguas viene a trabajar y a vivir a Catalunya.
Breve biografía de Ángel Guimerá
Guimerá nació en Santa Cruz de Tenerife en 1845. Era hijo de padre catalán y de madre canaria. Con 7 años se trasladó a vivir a Cataluña, acompañado de su madre y su hermano Julio, residiendo en Barcelona, durante cuatro meses, hasta que sus padres se casaron el 3 de agosto de 1854 y se trasladaron a vivir a la localidad tarraconense de El Vendrell. Su amigo vendrellense Jaume Ramon y Vidales fue quien lo introdujo en la lengua catalana.
Desde bien temprano, combinó su inmensa trayectoria literaria con la política y la cultura catalana. Entró a formar parte de Jove Catalunya en el año 1874, donde reivindicaba la situación del gobierno de la época con letras patrióticas y poesías propagandísticas.
En el año 1877 se le otorgó el título honorífico de «mestre en gai saber” en poesía tras ganar tres Juegos Florales. Fundó la revista La Renaixença, de la que años después llegó a ser el director. Esta revista fue la impulsora de la literatura y la política catalana de finales del SXIX y principios del SXX. Murió en Barcelona en el año 1924 y su entierro en el Cementerio de Montjuic fue un evento que atrajo a multitud de personalidades y del público en general. En total más de 100.000 personas acudieron a su entierro.

Producción literaria de Guimerá
Se consagró en Barcelona como poeta, recopilando su obra en dos volúmenes: Poesies en 1887, y Segon llibre de poesies en 1920. Su poesía se caracterizaba por una amplitud de estilos, desde lo más romántico y coloquial a poemas políticos muy patrióticos. Pero no fue con poesía. sino con sus dramas para teatro, con lo que se dio a conocer en otros países y con lo que obtuvo un notable éxito entre público y críticos internacionales, convirtiéndose en el dramaturgo catalán más importante de su generación.
A fuerza de ser sintético en su extensísima obra, citaré sus obras de mayor éxito: Mar i cel en 1888, María Rosa en 1894 y Terra baixa en 1897, que se tradujo tanto al castellano como a más de diez idiomas diferentes y de la que se han realizado adaptaciones para ópera, para el cine, además de teatro.
Mar i Cel es una historia de amor y aventuras de una chica cristiana (Blanca), y Saïd, un corsario morisco, en un barco perdido en medio del Mediterráneo. Es un espectáculo de lucha entre dos mundos, dos culturas irreconciliables y es también una bella historia de amor que la intransigencia vuelve trágica.
Esta obra fue popularizada como musical por Dagoll Dagom, y como peculiaridad, además de haber sido adaptada a diversos idiomas, se llegó a estudiar la posibilidad de llevarla al cine cambiando la religión de los personajes por palestinos y judíos, eso sí, esto fue antes del genocidio.
Guerra de religiones, venganzas y amor son los temas de esta gran obra.
En Terra Baixa, un humilde e inocente pastor que vive en la tierra alta apartado de la corrupción y el mal llamado Manelic se traslada, víctima de un engaño, a la tierra baja para casarse con Marta. El engaño fue instado por Sebastián un terrateniente de la Tierra Baja, que se aprovechaba de la pobreza y la necesidad de gente como Marta, con la que mantenía relaciones sexuales sin que Manelic fuera consciente…la tragedia está asegurada.
La obra se enmarca en un contexto político de finales del S XIX, época de la restauración borbónica, que va desde finales de la I República en 1874 hasta el golpe de estado de Primo de Rivera.
En este periodo nacía el movimiento obrero y tuvieron lugar muchos cambios políticos y sociales: entre ellos, revueltas sociales, el fin de los imperialismos y nacimiento de nuevos estados como Alemania o Italia, y en Cataluña, el nacimiento del catalanismo político, fruto del rechazo de las políticas centralistas y uniformadoras que estaba implementando el nuevo estado liberal español. Este incipiente catalanismo político vio nacer partidos como la Liga Regionalista, que como otros estados defendían el derecho de los pueblos a decidir su propio gobierno.
Como ven, Terra Baixa no solo es una historia de amor y venganza, sino también una historia de lucha contra la opresión de los terratenientes, que acaba con la famosa frase de Manelic «He mort el Llop!! (he matado al lobo). La realidad es que la importancia que tiene Ángel Guimerá como poeta y dramaturgo ha hecho que no se prestara la debida atención a su faceta como político
El Guimerá político: catalanismo no independentista
Cataluña está formada y ha sido construída por gentes venidas de todas partes. José Montilla, nacido en Iznajar (Córdoba) llegó a ser presidente de la Generalitat, lo que da una idea del catalanismo integrador que está presente en Cataluña, y que se rompió por causa del reto independentista pero también por la negación de los derechos nacionales por parte de los representantes del rancio nacionalismo español nostálgico del franquismo.
Angel Guimerá, nacido en Sta Cruz de Tenerife llegó a ser uno de los símbolos del catalanismo político y un gran defensor de la lengua catalana. De hecho, Guimerá en el fragmento final de su discurso al acceder a la presidencia del Ateneo Barcelonés describe su concepción de Cataluña como una tierra de acogida, que integra a gentes diversas. No fue el único discurso catalanista integrador de Guimerá: «Cuando Cataluña levanta la voz no es contra vosotros (en referencia al resto de España), ni ambiciona imponeros su lengua, ni sus leyes, ni haceros a su imagen. Sed como querais ser hasta la consumación de los siglos, pero en vuestra casa, y que se nos deje a nosotros ser tal como somos». Cataluña para Guimerá era una tierra de solidaridad con el resto de España: «gente de poniente (,,,) que en lugar de traer la muerte a Cataluña, han venido a buscar la vida empuñando las armas del trabajo para contribuir a nuestra prosperidad».
Para acabar este breve recorrido por el catalanismo que Guimerá defendió, simplemente recordar que fue una sardana escrita por Guimerá «la Santa Espina» la que llegó a constituirse en el himno de Catalunya, hasta que Franco la prohibió.
«Somos y seremos gente catalana, tanto si se quiere como si no» rezaba el estribillo de la canción. Con la restauración de la democracia, se eligió «els segadors» como Himno nacional de Catalunya, pero «la santa espina» continúa siendo una de las obras más representativas del catalanismo.
Como apreciarán, el catalanismo no tiene nada que ver con «Puigdemont». El catalanismo de progreso del que muchos socialistas en Cataluña nos consideramos partidarios es una forma de entender Cataluña como una nación integradora dentro de un estado plurinacional como es España al que no tenemos, sino que queremos contribuir.
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