1 de octubre: 92º aniversario de la aprobación del voto femenino.

Por Montse Salvatierra PSC el Vendrell

El 14 de abril de 1931 se proclamaba en España la II República que ponía fin a la monarquía borbónica, hasta que fue restaurada tras el golpe de estado militar, la guerra civil y 40 años de dictadura.

Uno de los aspectos más importantes de la Segunda República para las mujeres es que consiguieron entrar masivamente en la esfera pública, conquistando ciertos derechos como el sufragio, el divorcio y el acceso a la educación superior.

Una de las primeras leyes implementadas en la Segunda República tras la aprobación de una nueva constitución permitió a las mujeres votar y postularse para cargos políticos. Este quedó amparado por el artículo 36 del Capítulo III de la Constitución de la Segunda República, y entró en vigor el 1 de octubre de 1931. Las primeras mujeres en conseguir escaños en las Cortes fueron Clara Campoamor Rodríguez, Victoria Kent Siano y Margarita Nelken y Mansbergen. Obtuvieron estos escaños en junio de 1931, varios meses antes de que las mujeres pudieran ejercer el derecho al voto. A ellas se unieron en febrero de 1936 Matilde de la Torre, Dolores Ibárruri y Federica Montseny.

No fue una conquista pacífica, puesto que entre las propias mujeres se cuestionaba el derecho al voto. Nelken y Kent se habían opuesto a otorgar el sufragio femenino, argumentando que la mayoría de las mujeres votarían por los conservadores debido a la influencia de sus maridos y del clero, lo que socavaría la República española. Clara Campoamor, por el contrario, fue una firme defensora del sufragio femenino. El duelo entre Campoamor y Kent por el sufragio femenino ha sido uno de los más importantes de la historia parlamentaria en España.

Las tesis de Campoamor prevalecieron, y el 1 de octubre de 1931 se introducía el artículo 36 en la constitución estableciendo: «Los ciudadanos de cualquier sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales que determinen las leyes». A pesar de la oposición de Nelken al sufragio femenino, los miembros del PSOE apoyaron abrumadoramente el derecho al voto cuando llegó la votación con 161 a favor y 131 en contra. 83 de los 115 diputados del PSOE compañeros de Nelken apoyaron la moción. Con su aprobación, España se convirtió en el primer país latino en aprobar el sufragio universal. La inclusión fue respaldada por el artículo II de la nueva constitución, que establecía la igualdad ante la ley para ambos sexos.

Años después, Frederica Montseny se convirtió en la primera mujer ministra de España, ejerciendo como Ministra de Sanidad y Asistencia Pública desde septiembre de 1936 hasta mayo de 1937.

Campoamor, al defender el sufragio femenino ante las Cortes el 1 de octubre de 1931, manifestó que a las mujeres no se les otorgaba el derecho al voto como premio, sino como recompensa por luchar por la República. Las mujeres habían protestado por la guerra en Marruecos, las de Zaragoza por la guerra en Cuba, y un número aún mayor por el cierre del Ateneo de Madrid por parte del gobierno de Primo de Rivera.

Campoamor también defendió que la inclusión de la mujer era fundamental para salvar la República al tener una población políticamente comprometida, para que no se repitieran los errores de la República Francesa. En su discurso en las Cortes dijo:

«¡Mujeres! ¿Cómo se puede decir que cuando las mujeres den señales de vida por parte de la República se les otorgará como premio el derecho al sufragio?

Clara Campoamor

¿No han luchado las mujeres por la República? ¿Es que al hablar con elogios las mujeres trabajadoras y universitarias no cantan su capacidad?[…]¿Cómo se puede decir que las mujeres no han luchado y necesitan un período, largos años de República, para de mostrar su capacidad?«

Clara Campoamor