Movimientos sociales, movimientos vecinales

Cuando uno se aleja del ruido mediático afloran las verdaderas necesidades que las familias trabajadoras tenemos: un techo donde vivir, escuelas para llevar a nuestros hijos, centros de salud que atiendan nuestras enfermedades, equipamientos deportivos para que se formen los jóvenes, centros para nuestros mayores… etc. y, por supuesto, un salario digno que no limite el acceso a estas necesidades básicas. No estoy descubriendo la pólvora cuando pienso que es difícil hablar de democracia sin garantizar estos derechos.

Como relata la película “El 47”, el papel del movimiento vecinal fue decisivo para conseguir barrios dignos y habitables. En Madrid, los barrios de Orcasitas o El Pozo son también ejemplos de cómo los trabajadores mediante la movilización de sus vecinos consiguieron construir un barrio digno de ser llamado tal. El auge del movimiento vecinal en los años 70 fue un pilar fundamental en la lucha contra la dictadura. También, en el primer tercio del siglo XX, los vecinos asociados con los sindicatos se ocupaban de atender las necesidades de mobiliario y vivienda.

En los últimos años ha resurgido esa movilización vecinal, con fuerza en algunos casos, como la lucha del barrio Gamonal en Burgos o el Cabanyal en Valencia contra la especulación inmobiliaria. Tras la crisis de 2008 ha habido un fortalecimiento del movimiento asociativo, fundamentalmente por la falta o el encarecimiento de la vivienda que, paradójicamente, se le ha dado un carácter transversal cuando es un problema que afecta fundamentalmente a la clase trabajadora. Igualmente pasa con la defensa de la sanidad o la enseñanza públicas, cuyas víctimas son los trabajadores que ven limitado su acceso.

Desde hace unos meses participo en la asociación de vecinos de mi barrio, la Asociación Vecinal Puerta del Ángel en Madrid. Es una asociación independiente que se nutre únicamente de la voluntad de vecinas y vecinos para ayudar física y económicamente. En este periodo hemos conocido a través del vecindario todas y cada una de las necesidades que he enumerado.

La asociación trata de actuar de interlocutor con el Ayuntamiento, canalizando las reclamaciones concretas de los vecinos y vecinas, sin embargo, hay problemas que afectan al barrio en su conjunto. El caso de la vivienda, con fondos buitre que se hacen con edificios enteros, duplicando alquileres de un día para otro, encareciendo la compra o limitando el parque de viviendas, dedicándolas a usos turísticos. Es un problema que afecta a la clase trabajadora, un barrio popular convertido en un parque temático donde proliferan las franquicias de la hostelería y donde se abren calles peatonales para disfrute de los que vienen de fuera, en detrimento de la habitabilidad y en aras de una hospitalidad mercantilizada.

Aquí y allá surgen agrupaciones vecinales por aspectos reivindicativos concretos. Si, como es el caso, el Ayuntamiento recalifica las zonas deportivas para montar un negocio especulativo a favor de las grandes constructoras, los vecinos montan una asociación para defenderse. Si, como es el caso, un fondo buitre se hace con un edificio y pretende desahuciar a los vecinos, estos forman una asociación para defenderse. Si, como es el caso, la Comunidad pretende cerrar un centro de salud, vecinas y vecinos se agrupan y manifiestan por este motivo. A todos estos agrupamientos, además de parcelar los problemas, se les da un carácter transversal, cuando realmente afectan de manera agobiante y directa a la clase obrera. Desde la asociación del barrio apoyamos todos estos agrupamientos y de hecho en la reciente fiesta del barrio hemos dado cobertura y participación a todos los que han querido, pero ¿no sería más efectivo convocar a la vecindad en la lucha y defensa de nuestro barrio por todas y cada una de las reivindicaciones que defendemos?

Obviamente hay una responsabilidad en los partidos que dicen representar a los trabajadores. Esta forma de actuar es impulsada fundamentalmente por la abdicación de los partidos de izquierda en el terreno de las reivindicaciones a nivel de barrio o pueblo. Sin embargo, la fuerza y la experiencia del movimiento vecinal nos pide la unidad y dar un carácter de clase a las reivindicaciones.

Enrique Dargallo
Miembro de ASTRADE
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Autor: Tribuna Socialista

Tribuna libre de expresión. Fomentando el debate y las propuestas entre socialistas.

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