8 de marzo: Día de la mujer trabajadora

Homenaje a Olga Tareeva

Olga Tareeva Paulova (Moscú, 1899-Nueva York, 1980), fue una militante marxista que se enfrentó al régimen de Stalin y que militó en la Internacional Sindical Roja y en el POUM. Aunque se la conoce por ser la viuda de Andreu Nin, no hay que referirse a él para destacar la prodigiosa fuerza de una mujer con una vida de lucha. Lucha por salir de Rusia y venir a Cataluña con Nin; lucha por encontrar los restos de su cuerpo, una vez asesinado y lucha por salvaguardar la legalidad del POUM de los ataques orquestados desde Rusia y lucha por la honorabilidad de los militantes del POUM.
Olga fue bailarina de El Bolshoi, militante bolchevique del soviet de Moscú y mecanógrafa en la Internacional Sindical Roja donde conoció a Andreu Nin. En 1922 se casaron en Moscú. Como militante obrera vivió de primera mano las complejidades de la Revolución Rusa, y las discrepancias y distanciamiento entre las ideas que defendían Lenin y Trotski, de las que se declaraba partidaria, y las de Stalin. Estas discrepancias de Nin y Tareeva hacia el régimen del miedo instaurado por Stalin, provocaron la expulsión de la URSS de Nin y una huelga de hambre de Olga y sus hijas, hasta que pudo marcharse de la URSS a reunirse con Nin.

un papel decisivo en el Proceso contra el POUM celebrado en Barcelona en 1938, poco antes de que Barcelona cayera en manos de las tropas franquistas.
Los dirigentes del POUM encarcelados comparecieron ante el Tribunal contra el Espionaje y Alta Traición. Entre los encausados estaba el propio Andreu Nin, que obviamente no podía estar presente porque había sido asesinado. Ocupando la silla vacía reservada a Andreu Nin, Olga puso un retrato suyo que nadie se atrevió a retirar. Finalmente, el Tribunal condenó a los dirigentes del POUM procesados como revolucionarios, no como fascistas como habían pretendido el PCE y el PSUC.
Olga se fue a vivir a Estados Unidos con sus hijas, y en 1970 ya anunció su deseo de volver a El Vendrell. Antes de su muerte, en Nueva York, dejó dicho que sus restos, una vez muerto, tenían que descansar en el cementerio de El Vendrell, donde algún día deseaba que si se podían recuperar los restos de Andreu Nin, pudieran reunirse. En el año 2013, los restos de Olga Tareeva vinieron al cementerio de El Vendrell, donde aún esperan a los de Nin.
El homenaje y reconocimiento que los y las socialistas hacemos a Olga Tareeva en este 8 de marzo, es un homenaje a todas las mujeres trabajadoras y a todas las mujeres que han contribuido y contribuyen a la democracia y a la lucha obrera.

Viva el día de la Mujer
Vivan las mujeres trabajadoras

Baltasar Santos
Primer secretario del PSC del Vendrell

8 de marzo: Día de la mujer trabajadora

Hace un año, el llamamiento al 8 de marzo del colectivo «Republicanas» comenzaba denunciando el asesinato de 8.190 mujeres y 12.000 niños en Palestina.

Hoy la cifra oficial proporcionada por el Ministerio de Sanidad de Gaza sobrepasa los 47.000 muertos, un 70% de los cuales eran mujeres y niños.

La actual tregua (que no alto el fuego) nos deja las terribles imágenes de miles y miles de familias avanzando a pie, con sus hijos y enseres a cuestas, hacia las ruinas de lo que fue su hogar.

Más aún que hace un año, no hay 8 de marzo sin apoyar a las mujeres palestinas, sin exigir el fin del genocidio, al alto el fuego permanente y la ruptura de relaciones diplomáticas del gobierno de nuestro país con el Estado sionista de Israel.

Hoy vivimos en todo el mundo bajo la amenaza de terribles retrocesos en los derechos y condiciones de vida de los trabajadores a todos los niveles. Y las mujeres trabajadoras, como sector especialmente explotado de la clase obrera, sufrirán con particular saña esos retrocesos si no los paramos.

El día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, porque así lo decidió en marzo de 1911 la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, para honrar a las mujeres que lucharon y luchan por la emancipación de los trabajadores y, por tanto, por su propia liberación de la doble opresión que sufren.

En 1975, la Asamblea General de Naciones Unidas decidió hurtar el carácter obrero de esa fecha, eliminando la palabra «trabajadora», en aras de una supuesta transversalidad en los problemas que afectan al conjunto de las mujeres. Lamentablemente, las direcciones de las organizaciones sindicales y políticas en todo el mundo han aceptado ese disparate, que sitúa en un mismo plano a burguesas y proletarias. Y no, no estamos en un mismo plano. De hecho, estamos en planos opuestos en la batalla por la emancipación y por la igualdad.

En nuestro país hay un claro escollo en esa batalla: la Monarquía y las instituciones heredadas del dictador.

Baste repasar la actuación de la judicatura en todas aquellas cuestiones que afectan al derecho de las mujeres a la vida y a la protección. Burlas, humillaciones, cuando no directamente culpabilización de las víctimas.

La lucha por la República ha de formar parte de este 8 de marzo. Pero no solo por la flagrante negación de democracia que supone el sistema monárquico, aunque también por eso. La lucha por la República tiene un contenido muy concreto. Es la lucha por parar los gastos militares y dedicarlos a las necesidades sociales.

La lucha contra las reformas laborales que han hecho proliferar los contratos a tiempo parcial, que afecta en especial a las mujeres manteniendo y aumentando la brecha salarial.

La lucha por los convenios colectivos, por salarios que permitan cubrir las necesidades vitales dignamente, por convenios que recojan sin ardides el principio fundamental «a igual trabajo, igual salario».

La lucha por la defensa del sistema público de pensiones.

La lucha por el reconocimiento pleno de enfermedades profesionales en los sectores donde hay una mayoría de mujeres.

La lucha por servicios públicos que permitan liberarse de la esclavitud doméstica. La emancipación no será posible mientras no se aseguren los medios suficientes para acceder al mercado de trabajo en condiciones de igualdad. Recordemos que las grandes luchas obreras consiguieron no solo guarderías públicas, sino también comedores y otros servicios incluso en los propios centros de trabajo.

La lucha por que se concrete en leyes el derecho a la vivienda, exigiendo, por ejemplo, la expropiación de las viviendas en manos de los fondos buitre. Prohibiendo los desahucios por imperativo legal. El derecho a la vivienda está por encima del derecho a la propiedad privada y a su explotación.

La lucha por mantener el derecho al libre uso del propio cuerpo, cuestionado hoy por las derechas franquistas (y conculcado en demasiados lugares del mundo). Por la salud reproductiva, por el aborto libre y gratuito sin restricciones y en centros públicos.

La lucha por la separación de Iglesia y Estado. Por la escuela pública y laica. Por una educación igualitaria, libre de prejuicios y estereotipos, con fondos suficientes, fondos públicos exclusivamente para la escuela pública, por una educación basada en el método científico, que incluya la educación para la libertad sexual.

La lucha en defensa de las libertades y derechos. Por la derogación de las leyes represivas, como la Ley Mordaza.

Por todo ello, en este régimen no cabe la emancipación de la mujer trabajadora, como no cabe el conjunto de reivindicaciones del movimiento obrero.

Los derechos duramente conquistados por la más que centenaria movilización de las mujeres nunca han estado asegurados. El capital y los gobiernos e instituciones a su servicio no cejan en su empeño por recortarlos, arrebatarlos incluso. Miramos con horror lo que está sucediendo en Estados Unidos, donde peligra hasta lo más elemental. Pero no hay que mirar más allá de Europa para ver esa misma dinámica. El dinero que se gasta en más y más armas no sale de las piedras, sale de nuestros bolsillos, de lo que aportamos para mejorar nuestras condiciones de vida, no para promocionar la muerte.

Por eso, de nuevo este 8 de marzo, las mujeres trabajadoras estaremos en la calle por nuestras reivindicaciones y, para realizarlas, no hay otro camino que la lucha contra la guerra y contra la guerra social. En nuestro país, esa lucha pasa por la República.

Silvia Martínez
Miembro del Colectivo Mujeres Republicanas

La Brecha Salarial entre mujeres y hombres, la gran discriminación.

El pasado 8 de marzo, como cada año, celebrábamos el Día de la Mujer Trabajadora, un día lleno de simbolismos que nos recuerda las diferencias existentes entre mujeres y hombres en todos los ámbitos, también en lo laboral.

                Y es que, en 2021, último año que tenemos datos en la actualidad, las mujeres ganaron 5.212.74 euros menos que los hombres, situándose la brecha salarial en el 18,36%.Estos datos apuntan además que ha sido tremendamente importante la subida del SMI, 15 euros de subida, para las mujeres, ya que lo datos apuntan 0,36 puntos menos que en 2020.

                El pasado 22 de febrero celebrábamos el Día por la Igualdad Salarial y es importante señalar para las y los  que aún tienen dudas que para acabar con la brecha salarial hay que tapar los agujeros negros que persisten en el ámbito laboral: pues las mujeres siguen ocupando peores empleos, están peor pagadas y ocupan mayoritariamente los contratos a tiempo parcial (un 70% de ellos, además el 52% trabaja en esta modalidad de jornada, de manera involuntaria, al no haber podido encontrar un trabajo a tiempo completo).

                Los datos que conocimos en esos días nos indican que los 3 millones de personas que cobraron como máximo 965 euros, el 69% eran mujeres y es que la brecha salarial se da en todas las edades, pero ser mujer y joven está doblemente penalizado. Una mujer entre 25 y 34 años cobra de media 3.364,17 euros menos que sus compañeros de la misma edad (a pesar de haber más tituladas universitarias que hombres) y 4.109 euros menos que la media de las mujeres trabajadoras en España.

                Pero cuando llega a su límite de injusticia la brecha salarial es cerca de la jubilación donde se dispara una vez las mujeres alcanzan la edad de jubilación, resultado de toda una vida de discriminaciones (la brecha salarial en pensiones se eleva hasta el 33,13%). Además, hay más mujeres que hombres trabajando más allá de los 65 años, en concreto unas 20.000 más y con una brecha salarial del 27,73%, si traducimos todos estos datos nos encontramos con que las mujeres no nos podemos jubilar a los 65 y por tanto tenemos que continuar trabajando.

                La discriminación salarial se da prácticamente en todas las ocupaciones y actividades e independientemente del nivel de cualificación.

                Por Comunidades Autónomas, la brecha varía de unas otras, pero ninguna se libra. Donde hay más brecha es en Asturias, Navarra y Murcia. Este es el peor caso porque tiene los segundos salarios más bajos de toda España y la tercera brecha salarial más elevada. Por el contrario, la Comunidad Autónoma donde las mujeres tienen los salarios más altos y están algo menos discriminadas en relación a los hombres es el País Vasco.

                Otro dato es que la brecha salarial se produce en contratos indefinidos y en temporales. Así las mujeres con contrato indefinido reciben una quinta parte menos de media de salario que los hombres con este tipo de contrato. Aún, así los salarios de las personas con contrato indefinido están por encima del salario medo bruto anual.

                Son muchas las medidas necesarias para acabar con esta situación de injusticia que afecta al 50% de la población, por eso es importante poner en valor las subidas del SMI porque impulsan la reducción de la brecha salarial, al ser las mujeres las principales perceptoras de los sueldos más bajos.

                Sin embargo, es el momento de decir que no basta, hay que abordar la contratación a tiempo parcial en nuestro país, porque penaliza a las mujeres como indica el dato de que 1 de cada 4 mujeres trabaja a tiempo parcial y sus salarios medios se sitúan en torno a los 11.650,36 euros.

                El 23,25% de las mujeres trabajan a tiempo parcial, en el caso de los hombres, este porcentaje se reduce hasta el 6,70% y aun así sus salarios siguen siendo mayores, casi 13.000 euros.

                Otra de las medidas necesarias para conseguir la igualdad salarial, es la de vigilar el cumplimiento, por parte de las empresas, de la normativa en materia de Igualdad Retributiva; convocar una mesa de diálogo social para trasponer la Directiva Europea de Transparencia Salarial a la legislación española para reforzar el principio de igual retribución por trabajos de igual valor; y establecer estadísticas desagregadas por sexo, que analicen la ocupación y el nivel de estudios.

                Y no podemos olvidar la importantísima labor de la Inspección de Trabajo, una inspección de trabajo que necesitarecursos y tener planes de actuación en materia de igualdad retributiva, para poder intervenir en aquellas empresas donde se infravalora el trabajo de las mujeres. Para ello son necesarios criterios claros sobre registros retributivos, valoración de los puestos de trabajo y auditorías retributivas.

                Es el momento de pedir al Gobierno que destine fondos para la formación de las personas negociadoras de convenios colectivos y planes de igualdad, ya que, si queremos reducir la brecha salarial, de una vez por todas, hay que abordarla desde muchos puntos de vista y seguir trabajando en modificaciones legales para que la igualdad retributiva sea un hecho en las empresas.

La igualdad real no será una realidad mientras sigan existiendo diferencias fundamentales entre mujeres y hombres que les favorezcan siempre a nuestros compañeros,  es fundamental promover la corresponsabilidad para que los hombres, de una vez por todas, se impliquen en los cuidados y que cuando hablemos de permisos, no tengan cara de mujer y es que las  estadísticas demuestran que los permisos para cuidado de menores o mayores o las excedencias siguen siendo solicitados mayoritariamente las mujeres. Tan mayoritariamente, que los datos arrojan unos porcentajes del 80% de mujeres frente al 20% de hombres”.

                Y sin embargo, esas mismas estadísticas apuntan a que cuando los permisos son remunerados, como el permiso por nacimiento, el porcentaje se equipara y llega casi al 50% – 50% por eso es importante que los permisos sean remunerados para que los hombres también los vayan solicitando porque esto no es una cuestión de que ellos no los quieran solicitar, sino que tiene su origen en la brecha salarial que existe en nuestro país y en el hecho cierto de que, por regla general, los salarios de las mujeres son más bajos en nuestro país por lo que una pareja, a la hora de decidir quién reduce su jornada o solicita una excedencia, lo determinan por el que menos ingresos tiene. Hay que ir cambiando esta tendencia y que los hombres se vayan incorporando cada vez más a esos cuidados.

                Es necesario avanzar en la corresponsabilidad, en ese sentido, nos preocupa especialmente, el permiso de 8 semanas hasta que el niño o la niña tienen 8 años, que, en principio,no está remunerado por lo que mayoritariamente lo van a solicitar las mujeres, por eso la importancia de que ese permiso sea totalmente remunerado. Y es que España es uno de los países europeos con más permisos para el cuidado, sobre todo, en edades tempranas, pero que estos nuevos permisos, que son la trasposición de una directiva europea que entró en vigor el 1 de julio en nuestro país, tienen que tener un desarrollo reglamentario.

                La OIT calcula que invertir en la atención infantil universal y en los servicios de cuidados de larga duración permitiría generar 280 millones de empleos de aquí a 2030, aumentaría la tasa de empleo de las mujeres en un 78% y lograría que el 84% de estos empleos fueran formales’.

                Resulta alentador constatar la labor que los sindicatos están llevando a cabo en todo el mundo en favor de la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor, ya es hora de que todos los gobiernos del mundo hagan lo mismo.

                En España, a pesar de los avances legales en materia de igualdad retributiva, fruto del diálogo social y la brecha salarial se sitúa en el 18,4% una cifra aún demasiado alta que nos debe llevar a poner en marcha cuantas medidas sean necesarias para que las mujeres y los hombres seamos iguales de verdad, es de agradecer las medidas puestas en marcha como señalábamos antes como la subida del SMI pero tenemos mucho camino que recorrer y la seguridad de que sí no es este Gobierno quien las pone en marcha, tenemos pocas esperanzas.

María Iglesias Domínguez
Periodista, Tribuna Socialista

8M. Solidaridad con las mujeres palestinas

En la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague en 1910, Clara Zetkin propuso y se aprobó la celebración del «Día de la Mujer Trabajadora», que se comenzó a celebrar al año siguiente. Desde entonces, esta fecha, hoy llamada “día de la mujer” sirve para reivindicar la igualdad en todas las esferas de la vida, el fin de patriarcado y para denunciar la violencia y discriminación que todavía hoy sufrimos las mujeres.

Pero hoy, 8 de marzo de 2024 nuestra reivindicación se dirige al mundo para exigir el fin del genocidio en Palestina. Desde su inicio, el estado israelí ha asesinado a más 12.000 niños y niñas y 8.190 mujeres. De las 7000 personas desaparecidas, el 70% son mujeres, niños y niñas.

Nuestra solidaridad con las mujeres palestinas:

  • Mujeres que están siendo detenidas, vejadas o asesinadas.
  • Mujeres a las que han tenido que practicar cesáreas sin anestesia, curar heridas con vinagre doméstico, realizar operaciones sin luz al amparo de teléfonos móviles, mujeres que contraen infecciones y mueren por complicaciones. 60.000 embarazadas darán a luz en estas condiciones en los próximos meses.
  • Mujeres que trabajaban en un sistema educativo que está siendo bombardeado y que ha causado ya centenares de víctimas entre las mujeres docentes de universidades, escuelas e institutos.

Exigimos el alto el fuego inmediato y fin del genocidio.

Exigimos que cese la destrucción de cualquier recurso vital para el pueblo palestino: ambulancias, escuelas, hospitales, centros de salud, panaderías, tanques de agua, paneles de energía.

Las mujeres socialistas del Vendrell y el Baix Penedès mostramos nuestra solidaridad con la resistencia activa de las mujeres palestinas.

Su sufrimiento no debe seguir siendo ni ignorado ni silenciado.

Exigimos el alto el fuego inmediato y permanente y la ruptura de todas las relaciones con Israel.

Hoy no hay 8 de marzo sin apoyar a las mujeres palestinas.

Montse Salvatierra
Militante PSC el Vendrell
Mujeres socialistas del Penedés

Especial 8M Dia de la Mujer Trabajadora.

La mujer trabajadora es explotada por su pertenencia a la clase desposeída y oprimida por su condición de mujer.

“…si el proletariado sólo puede conquistar su plena emancipación gracias a una lucha que no haga discriminaciones de nacionalidad o de profesión, sólo podrá alcanzar su objetivo si no tolera ninguna discriminación de sexo.”

Clara Zetkin


Discurso pronunciado en el Congreso de Gotha del Partido Socialdemócrata de Alemania el 16 de octubre de 1896

Terminamos el primer cuarto del s. XXI, en el que la propaganda burguesa ha creado un imaginario de progreso que la tozuda realidad desvanece con solo pararse a pensar un poco, o a leer.

Se está celebrando como un hito histórico, y lo es, que la Francia de la V República haya dado el paso de blindar en su Constitución el derecho al aborto, para que el 51% de la población francesa, las mujeres, tenga la libertad de abortar, si así lo decide.

Nuestra II República, la que nos usurpó un golpe de Estado militar, planteaba en su Constitución la igualdad entre sexos. Legisló sobre el Divorcio, sobre el Matrimonio Civil, en febrero y junio de 1932, por citar dos ejemplos. Pero, claro, para “salvar a España”, el programa nacionalcatolicista de Franco y sus secuaces devolvió a la mujer la mujer a la vida doméstica.

La II República dio pasos que avanzaban sobre las tradiciones ancestrales que la clase acomodada se resiste a cambiar, pues a ellos ya les va bien. Cuando decimos que la realidad dispersa la fantasía del progreso, nos referimos a que las instituciones sociales que oprimen a la mayoría, hombres y mujeres, y a las mujeres doblemente, continúan aquí; por mucho que nos las pinten como simbólicas.

¿No es acaso el Rey el cabeza del Reino? ¿no son los papas, ayatolas, daláis lamas… los cabezas visibles de sus respectivas religiones? Para quienes defienden el concepto tradicional de “familia”, la de esa célula básica social, continúa siendo el “cabeza de familia”, el que manda y decide por el resto de los miembros de la unidad familiar ¿Alguien piensa que esto no tiene nada que ver con el concepto de propiedad que tiene el asesino machista, cuando considera que “su mujer es suya”, o no es de nadie? O simplemente con el concepto autoritario de la derecha sobre la sociedad. Pero aquí seguimos, avanzando por el siglo XXI, atascados y atascadas en conceptos medievales.

Sin embargo, la vida no es igual para las familias pudientes que para las menesterosas, no es igual para la clase explotadora que para la clase explotada: la reina, tanto la vigente como la emérita, la presidenta del Banco Santander, la presidenta de la Comunidad de Madrid… para ellas la realidad es otra, aunque también estén sometidas y acaten el orden patriarcal; la reina emérita bien lo sabe, y lo ha aceptado durante décadas.

Cuando una mujer de la clase adinerada decide abortar no necesita leyes para hacerlo, tiene los recursos para hacer efectiva la decisión, no así las mujeres trabajadoras. Por eso es tan importante la senda que Francia ha trazado, al blindar un derecho legítimo de las mujeres en su Constitución.

El 8 de marzo celebramos el día Internacional de la Mujer Trabajadora de 2024, pero todos los días del año tenemos que reivindicar los derechos del 85% de la sociedad: asalariados y asalariadas, pensionistas, funcionarias y funcionarios, desempleados y desempleadas, y las hijas e hijos de la clase trabajadora, cuyo derecho al trabajo y sueldo dignos, a la Salud, la Educación, la Dependencia y las Pensiones son vulnerados y pisoteados cada día.

Y como este no es un problema aislado en nuestro país, no podemos olvidar mostrar nuestra solidaridad con las mujeres, niños y niñas que están siendo masacradas en Palestina. Por lo que exigimos ¡Alto al Genocidio!

Viva la Mujer Trabajadora

El Comité de Redacción

8M: Apoyar la resistencia palestina es preservar el significado del Dia Internacional de la Mujer Trabajadora

El exterminio en Palestina tiene rostro de mujer. Con los datos de febrero de 2024 se han asesinado 12.000 niños y niñas y 8.190 mujeres. De las 7000 personas desaparecidas, el 70% son mujeres, niños y niñas.

Mujeres que pierden a sus familiares, que son detenidas y víctimas de todo tipo de violencia. Muchas enviudan o pierden a sus hijos e hijas. Absolutamente todas enfrentan esta situación con actitud de resistencia activa. Su sufrimiento suele ser ignorado o directamente silenciado. Son detenidas e interrogadas, sometidas a violencia, tortura y vejaciones, lo que ha provocado hasta la muerte de algunas de ellas, trabajadoras de todos los ámbitos y sectores: periodistas, poetas, escritoras, artistas, médicas, deportistas, docentes… Mujeres de cuatro generaciones han sido asesinadas junto a sus hijas e hijos.

Mujeres a las que han tenido que practicar cesáreas sin anestesia, curar heridas con vinagre doméstico, realizar operaciones sin luz al amparo de teléfonos móviles, criaturas que nacen prematuras y con bajo peso, y mujeres que contraen infecciones y mueren por complicaciones. 60.000 embarazadas darán a luz en estas condiciones en los próximos meses.

Ya sea como enfermeras, cuidadoras, madres, hijas, espías o combatientes activas, las mujeres han sido parte de los conflictos a lo largo de la historia. Además de tener que velar por la alimentación y la supervivencia de sus familias, encontrando el sustento y la atención médica necesarias en una situación de pobreza, pérdida de trabajo y destrucción del hogar. Hoy 14.000 unidades familiares dependen de las mujeres palestinas.

Después de haber bombardeado las ambulancias, las escuelas, las panaderías, los lugares de culto, los tanques de agua y los paneles de energía, y luego de haber aislado a Gaza del mundo exterior cortando Internet y los medios de comunicación, 30 hospitales y 53 centros de salud quedaron fuera de servicio, 150 instituciones de salud fueron parcialmente atacadas por Israel, hoy en día los vemos bombardeando cualquier recurso de vida en Gaza.

Por otra parte está siendo atacado el sistema educativo, otro sector feminizado, por pertenecer al rol de cuidado atribuidos culturalmente a las mujeres, en el que están siendo asesinadas trabajadoras y que ha sido especial objeto del genocidio mediante la destrucción de todas las universidades, bombardeo de las escuelas e institutos asesinando centenares de docentes.

Las que tomaron la decisión de reunirse en los centros sindicales cuando miles de trabajadores fueron detenidos y enviados a campos de trabajo o asesinados directamente, fueron detenidas, torturadas, vejadas y asesinadas.

El día 8 de marzo se celebra el DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA porque en marzo de 1911 la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas así lo decidió, para honrar a las mujeres que lucharon y luchan por la emancipación de los trabajadores y por tanto por su propia liberación de la doble opresión y explotación. Explotadas como cualquier trabajador y oprimidas por el hecho de ser mujeres.

Nos indignamos frente al silencio o al cinismo de la dirección de las organizaciones que dicen defender los derechos de las mujeres y participan en la política de genocidio.

HOY NO HAY 8 DE MARZO SIN APOYAR A LAS MUJERES PALESTINAS
EXIGIMOS EL FIN DE LA MASACRE Y EL EXTERMINIO

EXIGIMOS EL ALTO EL FUEGO INMEDIATO Y PERMANENTE
Y LA RUPTURA DE TODAS LAS RELACIONES CON ISRAEL

¡¡¡8 DE MARZO POR EL ALTO A LA GUERRA!!! ¡¡¡POR LAS REIVINDICACIONES!!!

Todo conflicto bélico abre una situación de inestabilidad política, ya que provoca hambre, muerte, paro, destrucción masiva… De manera brutal en los países implicados, en este caso Rusia y Ucrania, pero también en Europa y más allá. Utilizando la guerra como la pandemia, los Gobiernos de Europa intentan realizar la unión nacional y el consenso con la mentira de defender a Ucrania.

Es por ello que Mujeres Republicanas sitúa como una prioridad la lucha contra la guerra, contra los presupuestos de guerra (en nuestro país representan ya el 2,17 % del PIB) y contra las bases militares (que incluye el combate contra la ampliación de las bases de Rota y Morón), al servicio de la OTAN.

Nos indignamos frente al silencio o al cinismo de la dirección de las organizaciones que dicen defender los derechos de las mujeres y participan en la política de guerra.

Nuestra tarea se inspira en la tradición del movimiento obrero internacional que avanzó en paralelo con el combate por la emancipación de la mujer.

No somos neutrales, ni el Gobierno ruso, ni el de Ucrania, ni EE.UU., ni la OTAN, ni la ONU darán solución válida para la clase obrera. Solo puede darse a partir de la movilización de los pueblos y con la retirada de las tropas. Es por ello que para nosotras la posición del Gobierno del Estado español al lado de los intereses del imperialismo de EE.UU. se alinea con su política interna de frustrar los intereses de la clase trabajadora eliminando buena parte de lo que unos y otros incluso llevaban en sus programas electorales. Denunciamos su unidad en defensa de los presupuestos de guerra y en particular en defensa de las instituciones heredadas del franquismo.

No somos neutrales. Estamos del lado de las miles de mujeres rusas detenidas y muchas de ellas en paradero desconocido por manifestarse contra la guerra. Del lado de las cientos de miles que han huido o lo intentan, tanto compañeras ucranianas como rusas, y están en manos del gran negocio de la trata en los países de la «Europa libre». Del lado de las miles de desaparecidas a manos de torturadores. Del lado de las refugiadas. Del lado de las que, obligadas a quedarse, sufren la violencia en todas sus formas: física, mental, sexual y económica con total impunidad.

Estamos del lado de las miles de compañeras y compañeros que continúan manifestándose en Francia contra la reforma de las pensiones, del lado de las compañeras y compañeros que luchamos por defender nuestro sistema de pensiones también en nuestro país, del lado de las manifestaciones de los trabajadores alemanes contra la carestía de la vida, del lado de las manifestaciones en defensa de la enseñanza pública, del lado de las compañeras y compañeros sanitarios en las huelgas a lo largo y ancho de todo el Estado en defensa de la sanidad pública, del lado de las huelgas del sector del metal, de la industria, de las compañeras del servicio de ayuda a domicilio, de las trabajadoras de residencias, de todos los sectores en lucha por salarios dignos.

Aumentar el presupuesto militar va en detrimento de los gastos sociales y no hará otra cosa que destruir aún más los servicios públicos, recortar nuestros derechos y ahondar aún más en la explotación de la clase obrera y la de la mujer en particular. La posición del Gobierno, alineándose con los otros Gobiernos que están al servicio de los promotores de guerras, incluso apoyándose en la Iglesia católica, hace que nos reforcemos en la necesidad de mantener una posición enérgica de defensa de los derechos y las reivindicaciones. Lo que se avecina es profundizar en un ataque brutal a toda conquista social. También el mantenimiento de leyes como la Ley Mordaza, con la que pretenden mantenernos a raya en cualquier movilización.

Las mujeres somos víctimas de todo conflicto armado, y también las primeras en movilizarnos en contra.

ES POR ELLO QUE PARA NOSOTRAS LA LUCHA CONTRA LA GUERRA ES LA LUCHA POR LAS REIVINDICACIONES