La IA, artificial pero poco inteligente

La primera dificultad de los mayores de 45 años (media de edad de la población española) pudiera ser entender de que diablos hablamos cuando oímos o leemos el término ese de Inteligencia Artificial.
Empeñado con entenderlo a mis 63 años he visto que casi todas las multinacionales tecnológicas, que son las que pintan algo en este asunto coinciden en algo parecido a esto:
« La inteligencia artificial (IA) es un campo de la informática que se enfoca en la creación de sistemas y tecnologías capaces de realizar tareas que, normalmente, requerirían inteligencia humana. Esto implica dotar a las máquinas de capacidades como el aprendizaje, el razonamiento, la resolución de problemas, la toma de decisiones, la comprensión del lenguaje natural y la creatividad »

La primera pregunta que podemos y debemos hacer para actuar inteligentemente es la de siempre cuando uno es un trabajador1, un estudiante, un ciudadano consciente de que vivimos en el capitalismo: ¿Esto es útil, me debo interesar en ello? Y mi punto de vista en ese sentido es radicalmente claro, SI, debes tenerlo en cuenta, y lo puedo argumentar.
¿Dejarías de utilizar el teléfono, el tren, la imprenta, las herramientas que los avances tecnológicos han proporcionado a la humanidad por el hecho de que sean utilizados para destruir el pueblo palestino, para exterminar a más de un millón de ucranianos y rusos, para incrementar hasta el paroxismo el beneficio capitalista llevando a miles de millones de personas al hambre física2? Obviamente, no, porque las herramientas, los avances tecnológicos, en la medicina, en la agricultura, en la industria, en el transporte, son la base de una futura sociedad basada en la búsqueda de la felicidad para la propia humanidad.3

La I.A. y su burbuja

No es solamente en los medios de comunicación donde puedes hablar e incluso debatir sobre si este campo de la informática va a sufrir una cosa llamada burbuja financiera, incluso te hablarán de ello en los infinitos cursos que te ofrecen empresas privadas, unos directamente y otros a través de cursos financiados con dinero público pero que serán organizados por esas u otras empresas privadas (sin ir más lejos, los del Servicio Público de Empleo Estatal [SEPE]).
¿Se refieren a eso cuando nos hablan de burbuja de la IA? Buscando con la ayuda de la propia IA (porque no te queda más remedio, porque ya los buscadores en internet la utilizan te guste o no), se encuentran algunas explicaciones, de las cuales amigo lector te dejo la que me ha parecido más comprensible.4

La IA y los despidos masivos

No es nada difícil encontrar sesudos economistas, políticos e incluso burócratas sindicales que explican los planes de despidos brutales de Amazón o las tecnológicas5.
Cualquiera puede preguntarse: si los beneficios empresariales de estas empresas son gigantescos incluso con la creciente aplicación de la IA, ¿porque despedir?.
Utilizando una aplicación de IA ligada a Google hemos preguntado:
¿Como justifican las empresas punteras en IA sus miles despidos cuando anuncian al mismo tiempo miles de millones en beneficios?Y entre otras cosas nos ha respondido:
(…) Existe un escepticismo considerable sobre si la IA es la causa real de todos los despidos o si se está utilizando como una «cortina de humo» conveniente para justificar recortes de personal por razones financieras más tradicionales, como la codicia corporativa o la subcontratación. Algunas empresas incluso admiten que la IA es solo uno de los factores, y no el principal, detrás de las decisiones de reducción de plantilla. (…)6

Una vez más, imprescindible el socialismo

Si, como la electricidad de la que no disponen en Gaza o en la Cañada Real de Madrid7 es imprescindible para la supervivencia de la humanidad también la inteligencia artificial puede ser un elemento de gran ayuda para el desarrollo de esta hacia un mundo pleno donde la libertad, la igualdad y la fraternidad sea una realidad que la burguesía cono clase social ha sido incapaz de implementar.
Por duro que parezca, aunque el escepticismo ataque una y otra vez, hay que mirar de frente, empezando por eso que llamamos estado y que supuestamente ahora nos llevaría en España a defender al Fiscal General, hombre de estado defenestrado por otros hombres de estado.
Usando IA nos resulta lo siguiente:
Pregunta:
¿Quien y cuando alguien definió al estado como destacamentos de hombres armados? Respuesta:
La frase de que el Estado consiste fundamentalmente en»destacamentos especiales de hombres armados» (o «cuerpos especiales de hombres armados») proviene de las obras de Vladimir Ilich Lenin. Lenin atribuye esta idea aFriedrich Engelsy la desarrolla ampliamente en su libro fundamentalEl Estado y la revolución. 

Mikel González, diseñador gráfico de oficio,
socialista revolucionario y aprendiz de IA

La revolución de la IA

El impacto que la Inteligencia Artificial (IA) tendrá sobre la actividad productiva hace prever una seria remodelación de la fuerza de trabajo cualificada. Esta nueva revolución tecnológica tendrá efectos adversos sobre el empleo, dada la pérdida masiva de puestos de trabajo que implica a medio plazo y que, muy probablemente, no será compensada por un incremento equivalente en el número de trabajadores cualificados.

Sin embargo, aun siendo muy seria esta amenaza para la clase trabajadora, la más grave es probablemente la que se deriva de la manipulación de las conciencias mediante las redes sociales y la adicción que ello conlleva, de especial gravedad por su evidente toxicidad psicológica sobre los menores.

A fin de ilustrar el impacto que tendrá, que está teniendo ya esta revolución tecnológica, puede ser de utilidad para su comprensión la realización de una prueba sencilla, planteando una tarea concreta a un chatbot; es decir, un sistema informático que basado en la IA permite mantener una conversación hombre-máquina, simulando las respuestas que daría una persona.

Por ejemplo:

“Escriba un texto de unas 1400 palabras que, desde una perspectiva marxista, analice los riesgos para las democracias de las redes sociales, las chatbots y la inteligencia artificial (IA); en particular, el riesgo de una evolución del capitalismo hacia formas de tecno-feudalismo y nuevos totalitarismos.”

El resultado ha sido la redacción totalmente automática del siguiente texto:

Introducción

En la actualidad, las redes sociales, los chatbots y la inteligencia artificial (IA) han transformado radicalmente la forma en que nos comunicamos, interactuamos y consumimos información. Sin embargo, desde una perspectiva marxista, es crucial examinar cómo estas tecnologías pueden amenazar las democracias y contribuir a una evolución del capitalismo hacia formas de tecno-feudalismo y nuevos totalitarismos. Este análisis se centrará en los riesgos inherentes a estas tecnologías, su relación con el poder económico y político, y las implicaciones para la lucha de clases.

1. Redes Sociales y la Manipulación de la Opinión Pública

Las redes sociales han emergido como plataformas dominantes para la comunicación y la difusión de información. Sin embargo, su estructura y funcionamiento están profundamente influenciados por intereses capitalistas. Las empresas que controlan estas plataformas, como Facebook, Twitter y Google, operan con el objetivo de maximizar sus beneficios, lo que a menudo se traduce en la manipulación de la información.

Desde una perspectiva marxista, esto puede verse como una forma de control ideológico. Las redes sociales no solo facilitan la comunicación, sino que también actúan como herramientas de propaganda. La información se filtra y se prioriza de acuerdo con algoritmos que favorecen el contenido que genera más interacción, lo que a menudo significa que las noticias sensacionalistas y polarizadoras reciben más atención. Esto puede llevar a la desinformación y a la creación de burbujas informativas, donde los usuarios solo se exponen a opiniones que refuerzan sus creencias preexistentes.

Además, la manipulación de la opinión pública a través de las redes sociales puede ser utilizada por actores políticos y económicos para desestabilizar democracias. La interferencia en elecciones, la difusión de noticias falsas y la polarización social son solo algunos ejemplos de cómo estas plataformas pueden ser utilizadas para socavar la voluntad popular. En este sentido, las redes sociales se convierten en un campo de batalla ideológico donde las luchas de clases se manifiestan de nuevas maneras.

2. Chatbots e IA: Automatización y Desigualdad

La llegada de chatbots e inteligencia artificial ha prometido aumentar la eficiencia y reducir costos en diversas industrias. Sin embargo, esta automatización también plantea serios riesgos para la fuerza laboral y, por ende, para la democracia. Desde una perspectiva marxista, la automatización puede ser vista como una extensión de la lógica capitalista que busca maximizar la producción mientras minimiza los costos laborales.

La sustitución de trabajadores por máquinas no solo genera desempleo, sino que también exacerba la desigualdad económica. A medida que las empresas se vuelven más dependientes de la IA, los trabajadores menos calificados se ven desplazados, mientras que aquellos con habilidades técnicas avanzadas se benefician. Esto crea una brecha creciente entre las clases sociales, donde una élite tecnológica acumula riqueza y poder, mientras que las clases trabajadoras enfrentan precariedad.

Además, la IA y los chatbots pueden ser utilizados para la vigilancia y el control social. Las tecnologías de reconocimiento facial y análisis de datos permiten a los gobiernos y corporaciones monitorear a la población de maneras sin precedentes. Esto plantea un riesgo significativo para las libertades civiles y la privacidad, elementos fundamentales de cualquier democracia. La posibilidad de un estado de vigilancia, donde la disidencia es reprimida y la oposición es silenciada, se convierte en una realidad tangible.

3. Tecno-feudalismo: Una Nueva Forma de Dominación

El concepto de tecno-feudalismo se refiere a una posible evolución del capitalismo hacia un sistema donde el control de la tecnología y la información se convierte en la base del poder. En este nuevo orden, las grandes corporaciones tecnológicas actúan como señores feudales, controlando no solo los medios de producción, sino también el acceso a la información y a los recursos digitales. Este fenómeno plantea serias implicaciones para la democracia y la lucha de clases, ya que la concentración de poder en manos de unas pocas empresas puede llevar a una forma de dominación que recuerda a las estructuras feudales del pasado.

En un sistema tecno-feudal, la mayoría de la población se convierte en «siervos» digitales, dependientes de las plataformas y servicios que estas corporaciones ofrecen. La falta de acceso a la tecnología y a la educación digital puede perpetuar la desigualdad, creando una clase de «excluidos» que no pueden participar plenamente en la economía digital. Esto no solo limita las oportunidades económicas, sino que también restringe la capacidad de los individuos para ejercer su voz en la esfera pública, debilitando así la democracia.

Además, el tecno-feudalismo puede dar lugar a una nueva forma de control social. Las corporaciones tecnológicas, al tener acceso a grandes volúmenes de datos sobre los usuarios, pueden influir en sus comportamientos y decisiones de maneras que son difíciles de detectar. La personalización extrema de la publicidad y la manipulación de la información pueden llevar a una ciudadanía pasiva, donde las personas son más susceptibles a la propaganda y menos propensas a cuestionar el statu quo. Este fenómeno puede ser visto como una forma de alienación, donde los individuos se sienten desconectados de su propia representación y de la capacidad de influir en su entorno político y social.

4. Nuevos Totalitarismos: La Amenaza de la IA y el Control Social

La combinación de redes sociales, chatbots e inteligencia artificial también plantea el riesgo de nuevos totalitarismos. A medida que los gobiernos y las corporaciones se vuelven más adeptos en el uso de estas tecnologías, la posibilidad de un control autoritario sobre la vida cotidiana se vuelve más real. La IA puede ser utilizada para la vigilancia masiva, la represión de la disidencia y la manipulación de la opinión pública, creando un entorno donde la libertad de expresión y los derechos humanos son sistemáticamente violados.

Desde una perspectiva marxista, este desarrollo puede ser visto como una forma de control de clase. Los regímenes autoritarios pueden utilizar la tecnología para mantener su poder y suprimir cualquier forma de resistencia. La historia ha demostrado que los regímenes totalitarios a menudo recurren a la propaganda y a la censura para controlar la narrativa y silenciar a sus oponentes. En la era digital, estas tácticas se vuelven más sofisticadas y efectivas, lo que plantea un desafío significativo para la democracia y la justicia social.

Además, el uso de la IA en la toma de decisiones políticas puede llevar a una deshumanización del proceso democrático. Las decisiones que afectan a la vida de las personas pueden ser tomadas por algoritmos que carecen de empatía y comprensión de las complejidades humanas. Esto puede resultar en políticas que favorecen a las élites económicas y marginan a las comunidades más vulnerables, perpetuando así las desigualdades existentes.

5. Resistencia y Alternativas: Hacia una Democracia Digital

A pesar de los riesgos asociados con las redes sociales, la IA y el tecno-feudalismo, también existen oportunidades para la resistencia y la construcción de alternativas. Desde una perspectiva marxista, es fundamental que los movimientos sociales y las organizaciones de base se apropien de estas tecnologías para empoderar a las comunidades y promover la justicia social.

La resistencia y las alternativas hacia una democracia digital son temas muy interesantes y relevantes en la actualidad. La idea de una democracia digital implica utilizar la tecnología para fomentar la participación ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas. Sin embargo, también enfrenta desafíos, como la desinformación, la privacidad de los datos y la desigualdad en el acceso a la tecnología.

Las alternativas pueden incluir plataformas de votación en línea, foros digitales para el debate público y herramientas que permitan a los ciudadanos expresar sus opiniones de manera más efectiva. Es fundamental que estas iniciativas se desarrollen de manera inclusiva y ética, asegurando que todos tengan voz y acceso.

La resistencia hacia una democracia digital a menudo surge de preocupaciones legítimas sobre la seguridad, la privacidad y el control de la información. Muchos ciudadanos temen que la digitalización de los procesos democráticos pueda llevar a la manipulación de datos o a la vigilancia masiva.

Sin embargo, estas preocupaciones también han impulsado la búsqueda de alternativas más seguras y transparentes. Iniciativas como el uso de blockchain para garantizar la integridad de las votaciones, así como el desarrollo de plataformas de participación ciudadana que priorizan la privacidad, son ejemplos de cómo se pueden abordar estos desafíos.

Además, es crucial fomentar la educación digital para empoderar a los ciudadanos, permitiéndoles navegar de manera crítica en un entorno digital cada vez más complejo. En este camino hacia una democracia digital, la colaboración entre gobiernos, organizaciones civiles y el sector tecnológico será fundamental para construir un sistema que no solo sea accesible, sino también justo y representativo para todos.

Conclusión

El chatbot ha redactado el texto solicitado de 1400 palabras a partir de unas concisas indicaciones de 45 palabras. Esta tarea la ha realizado en un tiempo récord de 3 segundos, imposible de emular por un ser humano.

El impacto que tendrá la IA sobre las fuerzas productivas es evidente; probablemente muy superior al que tuvo la máquina de vapor en la segunda mitad del siglo XVIII, que impulsó la revolución industrial a lo largo del siglo XIX y parte del XX. La máquina de vapor sustituyó la fuerza de trabajo física por la fuerza de la máquina, multiplicando enormemente la productividad.

La capacidad de los algoritmos de aprendizaje automático, tratamiento de gigantescas cantidades de datos y enorme potencial de mantener conversaciones coherentes a través de las redes, indiscernibles de las de un ser humano, supondrá un cambio radical en la explotación de la fuerza de trabajo y en la estructura de los medios de producción.

La automatización de la fuerza de trabajo intelectual -que sustituirá en parte a la fuerza de trabajo humana- implica un crecimiento exponencial de la productividad, pero también una amenaza, junto a las redes sociales, por su posible utilización para el control totalitario de las poblaciones.

En efecto, los algoritmos de la IA pueden perpetuar o amplificar sesgos existentes en los datos utilizados para su entrenamiento y aprendizaje automático, representando una amenaza, junto las redes sociales, por su capacidad de manipular el sentido común de las poblaciones, en función de los intereses de una casta de ultrarricos propietarios de tales medios, ajenos al interés público; es lo que se ha dado en llamar tecno-feudalismo.

Por último, termino haciendo hincapié en la necesidad de que nuestro país no pierda una vez más la carrera de los grandes avances científicos y tecnológicos, que inexorablemente impulsará la IA. Para ello es esencial poner en valor el talento de nuestros jóvenes, dándoles las oportunidades que posibiliten el desarrollo de sus capacidades.

Por tanto, es de vital importancia que no se pierda el enorme talento potencial de la juventud, con especial atención a las capas sociales más desfavorecidas. El principal obstáculo sigue siendo la pervivencia de una estructura social profundamente injusta. Remover tal obstáculo es interés objetivo del conjunto de la sociedad.

Manuel Ruiz Robles, capitán de navío (r) del cuerpo de ingenieros de la Armada, Ingénieur Supélec por la Universidad de París (1970).