4 y 5 de octubre de 2025

En el marco del Comité para la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP), en el que participa ASTRADE/Tribuna Socialista desde hace años, informamos de la Conferencia y el Mitin que se han celebrado en París los días 4 y 5 de octubre, respectivamente.
Ambos eventos se han celebrado en París y el eje ha sido el rechazo a la Guerra en Ucrania y sus consecuencias y al Genocidio que Israel está perpetrando en Gaza. Una iniciativa que parte del debate iniciado el mes de mayo pasado, cuando militantes franceses del Partido Obrero Independiente (POI), que forma parte de La Francia Insumisa que lidera Jean-Luc Mélenchon y militantes ingleses de Stop the War, cuando se reunieron y acordaron reunir al mayor número posible de fuerzas que luchan contra la guerra; contra los presupuestos para la guerra que nos impone Estados Unidos de América, con su herramienta: la OTAN.

En la conferencia participaron 150 delegados y delegadas, en representación de diversos colectivos de 18 países europeos, además de delegaciones de EE.UU. Palestina e Isreal. Los participantes coincidieron en el rechazo a esta guerra que va camino de cumplir su cuarto año y en la necesidad de luchar con los presupuestos militares que vienen a poner en peligro los servicios públicos que, desde la crisis de 2008 sufren un recorte tras otro en los presupuestos. Coincidieron en rechazar el suministro de armas para alimentar las masacres que están teniendo lugar en Gaza y en Ucrania. Coincidencias en los sustancial, desde la perspectiva plural de las formas y ritmos que en cada país toma la guerra social con contra los derechos de la clase trabajadora.
La Conferencia comenzó sus trabajos pocas horas después de que la flotilla internacional Global Sumud fuese interceptada, y detenidos sus tripulantes e integrantes, por fuerzas marítimas israelíes, de forma ilegal al haberse producido la detención en aguas internacionales; frente a las costas de Gaza. Encarcelados, maltratados y acusados de querer romper el bloqueo humanitario que inhumanamente ejerce el Estado sionista de Israel desde hace meses. Entre los detenidos, estaba José Nivoi, portavoz del colectivo autónomo de estibadores de Génova (Italia) que tenía prevista su participación en la Conferencia de París.

De entre la amplia delegación de compañeros y compañeras del Estado español, participaron y tomaron la palabra en la conferencia: Jordi Salvador, de ERC; Marylin Dos Santos, de Podemos; Vicente Garcés, de Izquierda Socialista; y Pablo García, de CC.OO. todos ellos a título individual; excepto la compañera Marylin que lo hizo en nombre de su Partido.
Jordi Salvador aludió al barómetro del Real Instituto Elcano, del pasado mes de julio, según el cual el 82% de la población del Estado español califica de genocidio lo que Israel lleva dos años cometiendo en Gaza.
Denunció el aumento del gasto militar de los países integrantes de la OTAN y la carrera armamentística a la que nos abocan.
Por el contrario, los pueblos claman por la paz y la justicia y se muestra ajenos a unos conflictos bélicos que les son ajenos; guerras que se niegan a pagar y a morir en ellas.
Faltan médicos, profesores, la juventud no ve la posibilidad de hacer realidad su emancipación, por culpa del desorbitado precio de la vivienda y la escasa o nula oferta de vivienda pública, cada día recibimos amenazas sobre la sostenibilidad del Sistema Púbico de Pensiones, pero no hay problema en destinar miles de millones a satisfacer a los fabricantes de armas.
Lanzó una pregunta a los presentes ¿Por qué sí hay dinero para la guerra y no para la vida?
En España, según distintos indicadores, la pobreza infantil se sitúa entre el 29% y el 34% ¿Qué “seguridad” tiene una familia que no puede garantizar comida o calefacción a sus hijos?, se preguntó.
Finalizó haciendo un llamamiento a la unidad, la solidaridad y a la necesidad de organización internacional por la paz, con el lema de la Conferencia: ¡Ni un céntimo, ni un arma, ni una vida humana para la guerra!
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Marylin Dos Santos comenzó su intervención haciendo un reconocimiento a la valentía, la resistencia de tantos y tantas activistas que se sienten de izquierdas, feministas, antirracistas, antifascistas, y por supuesto antisionistas, en un momento geopolítico marcado por una guerra imperialista en Ucrania y por un genocidio en Palestina, y una ocupación que dura ya más de 70 años.
Realizó alusiones a la imagen engañosa que transmite el Gobierno de coalición progresista de España, el cual, a pesar de llamar genocidio al genocidio, no pasan de ser gestos a modo de anuncio. Pone de ejemplo que el Gobierno se limitase a enviar un patrullero de la Armada para hacer de testigo del atropello al Derecho Internacional sufrido por la misión humanitaria de la Global Sumud Flotilla.
Mencionó la paralización de la etapa final de La Vuelta ciclista a España, el 14 de septiembre, por miles de madrileños y madrileñas. Dijo que este hecho supuso un hito por el que el Gobierno se vio obligado a decretar el embargo de armas; embargo que, en su opinión, no servirá para nada.
Destacó que su organización política, Podemos, pide el embargo y la ruptura total de relaciones con Israel.
Acabó apelando a la resistencia del pueblo palestino y de la gente decente movilizada en todo el mundo, y especialmente en el corazón de la bestia (Occidente), frenarán este genocidio y harán caer las estructuras que lo sostienen.
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Vicente Garcés inicia su intervención denunciando el genocidio que el Estado de Israel está cometiendo sobre el pueblo palestino en Gaza.
Manifiesta que los EE.UU. son un imperio que se resiste a reconocer la realidad multipolar del mundo de hoy. De ahí que considere a China como un “desafío sistémico” y a Rusia como “la amenaza más significativa y directa para la seguridad de los Aliados”.
Menciona que en distintos ámbitos se afirma que la III Guerra Mundial ya ha comenzado, por lo que las diferenciadas intervenciones militares en Palestina y en Ucrania serían expresión de este conflicto mundial en desarrollo, al que contribuye la acelerada carrera armamentística existente.
De ahí la necesidad de fortalecer todos los movimientos sociales contra la guerra, pues la humanidad ya conoce los efectos devastadores de las políticas de resolución de conflictos por la vía de las armas.
Se debe insistir en las vías de resolución de los conflictos a través del derecho internacional y mediante las instituciones basadas en la Declaración de los Derechos Humanos.
Terminó llamando a la solidaridad entre los pueblos, a impulsar la mejora de las condiciones de vida de las personas, para lo que es imprescindible preparar y organizar la resistencia popular frente a las fuerzas que fomentan la destrucción de la vida.
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Pablo García empieza comentando las macro manifestaciones que estaban teniendo lugar en ciudades como Madrid y Barcelona, mientras se estaba desarrollando la Conferencia de París.
Echa de menos una mayor implicación de los sindicatos de clase españoles para organizar la movilización de la mayoría social. Del mismo modo que se debería exigir al Gobierno que preside Pedro Sánchez la ruptura completa de relaciones con el Estado genocida de Israel.
Lo anterior, contrasta con el combate que muchos responsables sindicales están dando en el seno de las organizaciones. Para poner un ejemplo de ellos, informa de la resolución por la paz que fue aprobada en el congreso de la Federación estatal de Industria de CC.OO., que dice no al aumento de los gastos militares. Vincula este hecho a la convocatoria que UGT y CC.OO. han realizado para el 15 de este mes, en forma de Jornada de lucha.
Puso fin a su intervención llamando a que los participantes en esta conferencia y en el mitin organicen conjuntamente en sus respectivos países, conjuntamente, actos para informar de todo lo que aquí se ha explicado y para continuar realizando iniciativas que amplíen la movilización, pues es necesaria la unidad y la implicación de las grandes organizaciones sindicales, sociales y políticas, para decirle a nuestros gobiernos que ¡Ni un euro para la Guerra!
Los y las participantes en la Conferencia, participaron también en el Mitin del domingo día 5, que se celebró en Dôme de París. Intervinieron: Maurizio Coppola, de Pottere al Popolo (Italia); Medea Benjamín, de Code Pink/Mujeres por la paz (EE.UU.); Andrew Basta, de Democratic Socialists of America DSA (EE.UU.); Zarah Sultana, diputada de Parlamento británico (Gran Bretaña); Jérôme Legavre, diputado de La Francia Insumisa (Francia); Mahaseen Abed, sindicalista (Palestina); Orly Noy, periodista y activista israelí por los derechos humanos (Israel); Liza Smirnova, periodista y activista contra la guerra (Rusia); Andréi Konovalov, activista contra la guerra (Ucrania); Amara Eniya, de Back Lives (EE.UU.); Fran Heathcote, secretaria general del Sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (Gran Bretaña); Arnaud Le Gall, de La Francia Insumisa (Francia); y John Rees, de Stop the War (Gran Bretaña).

Por su relevancia, reproducimos un resumen dManifestación en Madrid, jornada de lucha contra el Genocidio 15 de octubre de 2025.e las intervenciones conjuntas que realizaron la delegada palestina, Mahaseen Abed Alhadi y el delegado israelí, Orly Noy; y por otro lado la delegada ucraniana Liza Smirnova y el delegado ruso, Andréi Konovalov. Sería muy largo reproducir siquiera estratos de todas las intervenciones. Para quien tenga interés en un mayor detalle de las intervenciones de los compañeros y compañeras españoles que intervinieron en la Conferencia del día 4 y de las intervenciones en el Mitin del día 5, puede solicitarlo enviando un mensaje a: astrayde@gmail.com
Mahaseen Abed (Palestina) comienza mencionando el llamado plan de paz impuesto por el presidente estadounidense Trump, que sigue a la destrucción de Gaza, pero sobre todo en un contexto de escalada sin precedentes de protestas en todo el mundo y en una situación en la que el Estado de Israel se enfrenta a graves dificultades.
Con este plan, pasaremos de un genocidio mediante bombas a un genocidio mediante el aislamiento, con los palestinos recluidos en bantustanes dispersos. Muchos piensan que el plan de Trump y su discurso sobre Gaza no son más que una trampa destinada a sembrar el desánimo entre los palestinos.
Pero todo el mundo en Palestina quiere poner fin al genocidio y, por supuesto, esperamos que las cosas evolucionen en la dirección correcta. Lo que es seguro es que está a punto de comenzar una nueva fase y que las más altas esferas del imperialismo mundial no lograrán reprimir el ansia de libertad y de retorno del pueblo palestino.
Como sindicalista palestina, es importante para mí poner de relieve la cuestión de la clase obrera palestina y los estragos que esta guerra ha causado a las masas trabajadoras. Hasta el 7 de octubre de 2023, 125.000 trabajadores palestinos de Cisjordania y Gaza trabajaban en Israel con permisos de
entrada, y unos 80.000 trabajadores palestinos trabajaban sin permiso.El 8 de octubre, Israel retiró todos los permisos a los trabajadores palestinos. Según los testimonios y los informes recopilados por nuestro sindicato entre los trabajadores de Gaza, cientos de trabajadores que
no pudieron desplazarse a Cisjordania fueron detenidos en campamentos militares y posteriormente maltratados y torturados por los soldados de la ocupación. Decenas de ellos fueron asesinados en las prisiones israelíes.Cabe mencionar también la intensificación de las agresiones de los colonos en Cisjordania, la demolición de viviendas y las amenazas de anexión. La brutal guerra librada por Israel no se limita a los palestinos de Gaza y Cisjordania, sino que se extiende también a los árabes palestinos que permanecieron en su patria tras la Nakba de 1948.
Pero a pesar de esta represión y esta opresión, hemos resistido a Netanyahu y Ben Gvir, y seguimos manifestándonos y protestando. Ayer mismo tuvo lugar una manifestación masiva en la ciudad de Sakhnin, dentro de la Línea Verde, la más importante desde octubre de 2023.
Esta solidaridad nos hace, a nosotros los palestinos, más fuertes y más decididos a luchar por nuestro derecho legítimo al retorno, a la libertad y a la independencia en Palestina. En esta ocasión, quiero rendir homenaje a los héroes de la Flotilla de la Resistencia, que fueron detenidos por la policía israelí y varios de los cuales fueron liberados ayer en medio de una ola de ira popular que se extiende por todos los países del mundo.
También quiero saludar a todas las fuerzas judías y voces de izquierda en Israel que salen a la calle para exigir el fin de la guerra y la hambruna en Gaza.
Lo que se expresa en el movimiento de solidaridad mundial, que se está convirtiendo en un movimiento mundial contra los dirigentes cómplices, es la toma de conciencia de que mientras los palestinos vivan bajo el yugo de la opresión, no habrá libertad para los pueblos del mundo.
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Orly Noy (Israel) Nos reunimos en tiempos extraños. Tras dos años de aniquilación sistemática de una población civil, de hambruna infligida a niños indefensos, de genocidio retransmitido en directo ante los ojos del mundo, nos aferramos a la esperanza de que, tal vez, por fin, este horror esté llegando a su fin. No porque creamos en la pureza de intenciones de los dos criminales que están detrás de este acuerdo -ambos deberían comparecer en el banquillo de los acusados en La Haya-, sino porque la esperanza es una de las herramientas esenciales de nuestra lucha.
Tarde o temprano, el genocidio en Gaza llegará a su fin, y solo entonces comenzaremos a calibrar la magnitud de la catástrofe que Israel ha infligido a esta franja de tierra. Debemos empezar a prepararnos
para ese día y para lo que exigirá de cada uno de nosotros.El día después exigirá una profunda introspección por parte de muchos, en primer lugar del público israelí. Tendremos que examinar en profundidad todos los procesos de deshumanización de los palestinos que la sociedad israelí ha atravesado a lo largo de las décadas, y rendir cuentas por el racismo, las leyes raciales, el robo de tierras, las limpiezas étnicas, las matanzas indiscriminadas, el bloqueo, la humillación, el borrado cultural y mucho más. No será posible ninguna nueva realidad sin este cuestionamiento, ni sin que los criminales sean llevados ante la justicia y castigados.
Pero los Gobiernos de todo el mundo también deberán rendir cuentas: por haber permitido que Israel estableciera, durante décadas, un régimen de apartheid manifiesto, al tiempo que seguían calificándolo de democracia; por haber apoyado la violencia inimaginable de Israel a lo largo de los años, haberlo armado y haberle otorgado un lugar de honor en el club de los Estados democráticos; y por seguir ignorando hoy en día la violencia institucionalizada y cotidiana contra los palestinos en Cisjordania, así como la discriminación racista y sistémica contra los ciudadanos palestinos de Israel dentro de las fronteras de 1948. La sangre de las víctimas del genocidio en Gaza también mancha sus manos.
La imaginación política es importante, como en el contexto del reciente reconocimiento del Estado de Palestina por parte de varios países. Tras dos años de aniquilación, la idea de que un gesto simbólico, sin alcance real, pueda considerarse un acto suficiente es un insulto y un vergonzoso intento de limitar nuestra imaginación política. No podemos aceptarlo. Todos estos Estados disponen de herramientas mucho más eficaces para detener la maquinaria de destrucción israelí. Exigimos que se utilicen esas herramientas.
Una imaginación política audaz y eficaz se niega a someterse a las líneas divisorias que aquellos que tienen intereses que defender intentan imponernos. Una de las cosas que más asusta al régimen de apartheid israelí es que se crucen las líneas que separan a los dos pueblos que viven en esta tierra. Por eso debemos redefinir estas líneas con precisión: no judíos contra palestinos, sino partidarios de la libertad y la igualdad contra opresores, supremacistas y racistas. Una lucha entre los que levantan muros y los que los derriban.
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Liza Smirnova (Rusia) ¿Han visto cómo ha cambiado Donald Trump en las últimas semanas? Prometió firmar un acuerdo y establecer la paz, y ahora llama a Rusia un tigre de papel y envía submarinos nucleares cerca de sus costas. Su ministro de la Guerra dice a sus generales: «Nos estamos preparando para la guerra y nos estamos preparando para la victoria».
Así pues, la estrategia del acuerdo ha fracasado. Es decir, la paz cínica e imperialista entre las grandes potencias, en detrimento de los pueblos, no ha funcionado. Las contradicciones son demasiado grandes.
Y ahora nos encontramos ante una guerra sin fin. Y los jóvenes en Rusia también lo ven así. Para ellos, la guerra ya dura 43 meses. Entre 250.000 y 300.000 personas han muerto y cientos de miles han quedado discapacitadas.
Las encuestas muestran que tres cuartas partes de la población rusa quieren negociaciones inmediatas y el fin de la carnicería.En el frente, el cansancio es aún más profundo. Los soldados están agotados, como lo demuestran sus diarios íntimos, sus cartas y las conversaciones que mantienen entre ellos. El número de desertores aumenta. Pero, ¿por qué este cansancio no se transforma en protesta contra la guerra?
Hay varias respuestas a esta pregunta. La primera es que las autoridades rusas han perfeccionado las técnicas neoliberales. Ahora, los pobres firman contratos con el Ejército que no pueden rescindirse y que prácticamente
los convierten en esclavos por dinero. Por la muerte de un soldado, su familia recibe más que el salario de toda una vida de un trabajador. La pobreza y las desigualdades no solo han convertido la vida humana en mercancía, sino también la muerte misma.El elemento central del sistema es su aparato represivo. Cualquier disidencia conduce a la cárcel. Cualquier intento de oponerse a la injusticia en el frente se castiga con tortura y, a menudo, con la muerte.
Por supuesto, el dinero es la base de la maquinaria militar de Putin. Pero sin esperanza de paz, es decir, de vida, ni siquiera el dinero funciona.
Al final, todas las esperanzas se centraron en Trump y su acuerdo con Putin. Cualquiera, con tal de acabar con esta pesadilla. Hoy, esa esperanza se ha desvanecido.
Sé que muchos de ustedes han sido calificados de idiotas útiles de Putin cuando se opusieron a la militarización de sus países. Después de todo, las clases dirigentes aquí, en Occidente, se comportan casi como la oligarquía rusa. Piden apretarse el cinturón para vencer al enemigo exterior. Y cuando no estamos de acuerdo, nos tratan como agentes extranjeros. Al igual que en Rusia, para Starmer, Macron o Trump, la guerra se convierte en un medio para conservar el poder, a menudo en detrimento de la democracia.
Queremos ofrecer a nuestro pueblo lo que sus dirigentes les niegan. Esa es la cuestión esencial, no la victoria, sino precisamente la paz, el fin de la carnicería. Y eso es lo que piensa la mayoría de los rusos, sobre todo en las trincheras.
Para nosotros, los rusos, hay una fecha especial, el 19 de enero, día en que se conmemora a los antifascistas asesinados y a las víctimas de la represión política. Hoy en día, las principales víctimas de la represión son los desertores. Y me gustaría decir con orgullo que uno de los desertores rusos se ha unido a nuestra coalición ruso-ucraniana. Hoy está aquí con nosotros, se trata de Ilya Zaripov. Podríamos hacer de este día un día de solidaridad con los desertores y los opositores a la guerra, víctimas de la represión. La solidaridad con ellos sería una contribución concreta al advenimiento de cambios en Rusia. Solo esos cambios traerán una paz verdadera.
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Andréi Konovalov (Ucrania) Según el Ministerio de Defensa de Ucrania, aproximadamente tres cuartas partes de los soldados en el frente han sido movilizados a la fuerza, y no por voluntad propia. Y tal y como informó la comisaria de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en noviembre de 2024, el mismo mes en que se
publicó este informe, los oficiales de reclutamiento recurrieron a la tortura, las palizas, la asfixia y la estrangulación en el marco de este proceso de movilización. Estos métodos dan lugar a escenas surrealistas.Casi todos los días, la sociedad ucraniana se ve sacudida por fotos de madres mostrando los cuerpos magullados de sus hijos, secuestrados por los reclutadores militares y posteriormente declarados falsamente muertos
por un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Y las peticiones de estas familias para obtener justicia quedan, evidentemente sin respuesta. El año pasado, entrevisté a una diputada del Bundestag alemán, miembro de la coalición gubernamental, sobre este informe que documenta estas torturas. Ella me miró directamente a los ojos, delante de varios testigos, y me dijo: «Sabemos y discutimos todo lo que está pasando en Ucrania, pero nunca lo haremos público».Estos políticos tienen razón en una cosa: las democracias están realmente en peligro en todo el mundo. Pero debemos decirlo claramente: la amenaza no proviene de una nacionalidad, una cultura o una religión en particular. La verdadera amenaza es la extrema desigualdad, el belicismo guiado por el lucro y la aplicación selectiva de los derechos humanos fundamentales. Y la única forma de resistir este peligro es rechazar las divisiones, dejar de demonizar a pueblos enteros y exigir el retorno a un diálogo realista, a una voluntad de compromiso y a la consideración de las preocupaciones en materia de seguridad de todas las partes.
Mi organización, nuestra organización, la Alianza de la Izquierda Post-Soviética, reúne a objetores de conciencia, desertores y exiliados políticos de Rusia y Ucrania, que mantienen un estrecho contacto con grupos clandestinos y perseguidos contra la guerra de ambos lados del conflicto. Recopilamos y sistematizamos las pruebas de las violaciones y represiones que desgarran nuestros países, y siempre estamos dispuestos, felices y agradecidos de apoyar a quienes comparten nuestra lucha. Y en cuanto a Ucrania, según el fiscal general de Ucrania, solo en los primeros seis meses de este año, Ucrania ha registrado 125.000 nuevos casos de deserción u objeción de conciencia.
Las entregas de armas, y esta guerra en sí, no tienen nada que ver con la libertad, no tienen nada que ver con la democracia, y no tienen nada que ver con los intereses del pueblo ucraniano, ni con los del Estado ucraniano.
Solo sirven a una cosa: los intereses de la camarilla neoconservadora transatlántica, mis queridos amigos.Y, por último, cuando afirman que apoyar esta guerra -o cualquier otra guerra- es defender a los europeos y sus derechos, quiero dejar muy claro que ningún europeo puede confiar verdaderamente en sus derechos mientras los derechos humanos y democráticos no se apliquen a todos.

La conferencia finalizó con el compromiso de todos los participantes de celebrar una nueva conferencia en Londres en junio de 2026, cuyos anfitriones serán los compañeros y compañeras de Stop the War.



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