El rearme de la Izquierda, una necesidad real

La izquierda necesita espacios de debate y reflexión, donde con libertad de expresión se puedan plantear las respuestas y propuestas que hacen un gobierno de izquierdas, desde su defensa de las libertades y derechos pasando por sus políticas económicas y sociales, que sean para la mayoría de la ciudadanía.

Hoy,  con el relanzamiento de los fascismos, vía populismos de derechas, VOX y, Liga, etc… Debemos generar opinión para confrontar con  esos planteamientos  neoliberales y arrasadores del Estado de Bienestar, unido a la negación de derechos políticos y sociales, restricciones de voto o exclusión de grandes bolsas de población por diversos mecanismos.

Es fundamental para su supervivencia, que la izquierda se renueve o reinvente, pues se enfrenta a un capitalismo que ha mutado en este mundo cambiante y globalizado; no sólo estamos hablando de grandes corporaciones, localizadas y focalizadas, hablamos de compañías transnacionales, planetarias y con capitales desconocidos, vía fondos de inversión, sin sentido creativo y social, solo especulativos que están marcando el ritmo de un mundo que han pintado adaptado a sus necesidades y en ese escenario, el rearme ideológico es imprescindible y el único modo de subsistencia.

Todo lo anterior acompañado de un mundo donde las FAKE NEWS imponen sus verdades, donde la capacidad de reflexión y explicación de la idea ha sido desplazada por los 280 caracteres, donde el titular enmascara la realidad y con una creciente pérdida de la realidad en la que vivimos;  ante la inmediatez y los continuos flases informativo… es por lo que espacios como Tribuna Socialista tienen Razón de ser, hay que explicar, que dotar de líneas permanentes la noticia, la reflexión, lo hecho y desarrollado…sirva como ejemplo ilustrativo : Las medidas del Gobierno del PSOE actual.

El próximo día 28 de abril, nos enfrentamos en España a unas Elecciones trascendentales, este país se  juega mucho, no solo que gobierne la izquierda socialdemócrata, sino el futuro democrático y social, el modelo construido desde la transición política de finales de los 70 hasta la crisis económica de 2008, que han supuestos los mejores de la historia en desarrollo económico y social. Esto es lo que está en juego, unas derechas que pretende implantar modelos neo liberales y excluyente y un izquierda que intenta mantener el proyecto socialdemócrata y avanzar en una mejor redistribución de la riqueza, una izquierda que está recuperando sus raíces ideológicas después de un periodo donde sus coqueteos con el social liberalismo le han hecho perder apoyos de sus bases sociales permitiendo abrir espacio a populismo de izquierda, ideologizados pero sin un proyecto político real, muchas veces un proyecto cortoplacista y fácilmente adaptado por otros populismos demagógicos de signo semifacistoides.

Para completar este análisis de la realidad política actual, debemos analizar la situación de los trabajadores y las trabajadoras de nuestro país, unos trabajadores-as  que han caído en la sociedad de consumo y en el encantamiento de las ideologías que venden los que nos son, ni emprendedores, ni autónomos ni liberados de explotación.

Las ideologías neoliberales han jugado con el lenguaje, ha utilizado esos términos para romper la fuerza de los trabajadores, los sindicatos de clase han sido injuriados y se ha usado contra ellos campañas de desprestigio con el fin de acabar con el único reducto que queda a los trabajadores y trabajadoras contra la explotación;  junto a este desprestigio, la creación de sindicatos gremiales y que diferencia a los trabajadores, unos de otros, funcionarios y obreros, especialistas y manuales, urbanos y agrarios…  los trabajadores, todos desde especialistas y cualificados hasta lo menos cualificados necesitan sindicatos fuertes, vinculados a partidos socialdemócratas y de izquierdas, para poder defender sus derechos, sus condiciones de trabajo, de vida, ante la globalización y la creciente  explotación que se está produciendo en este mundo global.

Hemos de recuperar el significado de las palabras que iniciaron el camino de la revolución  en el S.XVIII, Libertad, Igualdad y Fraternidad, palabras al que el socialismo añadió, Solidaridad.

Avancemos hacia una sociedad más Justas e Igualitaria, ante la creciente desigualdad, solo la izquierda y su ideología, pueden y son la respuesta al Capitalismo cada vez más salvaje.

Juan Gómez Colomera

Redacción Tribuna Socialista Andalucía

Involución o progreso

España está celebrando la Semana Santa inmersa en la recta final de una bronca y reñida campaña electoral como no se conocía desde hace muchos años. Con el agravante de que no se tiene ninguna certeza de los posibles resultados finales y, por lo tanto, sin ninguna seguridad sobre el signo y la composición del próximo gobierno, a pesar de la última macro encuesta del CIS y de la ventaja que otorga al PSOE.

En estas circunstancias, la influencia de Catalunya: referéndum, aplicación indefinida del artículo 155- CE, exhibición y defensa de la Bandera, la Unidad de España… está siendo menos importante de lo esperado (como pretendía Pedro Sánchez). El protagonismo que todavía tiene se debe más bien a que el “Procés” sigue abierto y los presos siguen en la cárcel. En todo caso, la impresión de muchos es que el problema no ha empeorado desde las últimas elecciones en Catalunya y que la actitud de Puigdemont y de los exilados voluntarios preocupan muy poco a los ciudadanos. Por otra parte, su partido (PxCat) está atravesando una profunda crisis de identidad y observa con preocupación el fuerte ascenso en las encuestas que está experimentando Esquerra Republicana (ERC) y su previsible mayoría electoral, el próximo 28 de abril, dentro del bloque independentista.

En relación al bloque de derechas, todo indica que las soluciones extremas que está presentando el PP (propias de un partido perdedor) están llamadas a fracasar, Ciudadanos no está cumpliendo con sus expectativas electorales y Vox continúa con sus manifestaciones extravagantes, cuando no absolutamente reaccionarias. Por otra parte, dentro del bloque progresista, Podemos no acaba de perfilar una política comprensible para el conjunto del Estado sobre el referéndum de independencia de Catalunya y sólo el PSOE, al ocupar el espacio de centro político, abandonado incomprensiblemente por Ciudadanos, espera mejorar los resultados electorales de las anteriores elecciones generales, lo que explica la campaña moderada de Pedro Sánchez. Todo ello al amparo de una política dialogante que reconoce el problema catalán y busca soluciones pactadas- en un futuro marco federal- respetando la Constitución y oponiéndose con firmeza al referéndum y a la independencia.

Al margen de Catalunya, la gran mayoría de las propuestas electorales de la derecha, en particular las del PP, carecen de rigor y son claramente electoralistas y regresivas, sobre todo las que tienen relación con la reducción de impuestos. Debemos recordar que España está 7 puntos por debajo de la media europea en recaudación fiscal; debe cumplir con las exigencias de la UE sobre el déficit  y pagar los intereses de la deuda; corregir las desigualdades, la pobreza y la exclusión social que sufren muchos ciudadanos; además de seguir financiando el Estado de Bienestar Social y, en particular, las pensiones, la dependencia, los servicios públicos, la vivienda social y las infraestructuras.

Por eso resultan más justas, creíbles y acordes con la realidad  económica y social, las propuestas del PSOE y de Podemos. La pretensión es avanzar en el desarrollo del concepto de justicia social y por ello  proponen desarrollar una fuerte actividad contra el fraude fiscal (dotando de medios económicos, técnicos y humanos a la Inspección fiscal), la evasión y los paraísos fiscales; en este último caso de acuerdo con la UE. Además de apostar por la progresividad y el establecimiento de un mayor impuesto a los que más ganan y a los que más contaminan.

En relación con el empleo y la intolerable precariedad (la mayor preocupación de los ciudadanos), las propuestas de la derecha que se conocen son lamentables, cuando no profundamente regresivas, al reforzar y profundizar en las reformas laborales y despreocuparse de cambiar nuestro modelo productivo y de aumentar el tamaño de las plantillas de las PYMES, que es donde se pone más de manifiesto el desempleo y la escasa productividad de nuestro tejido empresarial. Por lo tanto, en esta importante materia, sólo cabe esperar un compromiso del PSOE y de Podemos en cuanto a derogar definitivamente las reformas laborales, luchar contra la temporalidad y el trabajo a tiempo parcial no deseado, cambiar nuestro modelo productivo y, finalmente, elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que responda a los cambios que se están produciendo en un mundo digital y globalizado.

Otros asuntos importantes tienen  relación directa con la igualdad de género, las migraciones (Vox desbarra proponiendo “muros en la frontera con Marruecos”) y el cambio climático. La derecha, sobreactuando en estos asuntos, está desnortada, sin propuestas y sin proyectos para abordar estos tres asuntos mayúsculos llamados a ocupar la atención de nuestros jóvenes, muy preocupados por su futuro y, en concreto, por la igualdad, la salud pública afectada por la contaminación y las libertades individuales. No es extraño que el bloque de derechas genere miedo con unas propuestas que nos remiten a un pasado rancio, intolerante y tabernario, lo que demuestra la baja calidad democrática de la derecha. En cambio, las políticas de la izquierda en estos puntos están bien argumentadas y son aprobadas por los ciudadanos, que las han valorado muy positivamente, sobre todo las propuestas medio ambientales elaboradas por la ministra Teresa Ribera.

Finalmente, en este somero recuerdo de los temas más acuciantes, que se deben tratar en la campaña electoral, no está de más recordar las propuestas que los sindicatos y el mundo de la cultura (representantes de la sociedad civil) han presentado a los partidos políticos progresistas. En concreto, hacen un serio llamamiento a la participación de los ciudadanos y plantean 10 grandes propuestas encaminadas a dar un profundo giro social a la política económica del próximo gobierno y a priorizar la centralidad del trabajo en el desarrollo de nuestra democracia.

. Modelo productivo. Plan estratégico para la industria, que desarrolle actividades de alto valor añadido y mejore la competitividad de las empresas. Incentivar una política de apoyo a la innovación, la investigación y el desarrollo. Establecer una banca pública y de calidad basada en las experiencias de la UE. Impulsar la transición energética y medio ambiental. Movilizar a las zonas rurales implementando la cohesión social y un Plan de regeneración y cuidado del entorno natural.

2º. Empleo de calidad. Derogar las reformas laborales de 2010 y 2012. Apostar por el diálogo social y la negociación colectiva. Combatir la precariedad laboral y recuperar la causalidad en la contratación, la ultra actividad y la prevalencia del convenio sectorial frente al convenio de empresa. Duplicar la dotación económica de las políticas activas de empleo. Establecer nuevas formas de organización del tiempo de trabajo. Luchar contra el fraude laboral, particularmente en las plataformas digitales.

3º. Recaudar más y de manera más justa. Apostar por una reforma fiscal que reduzca en la próxima legislatura a la mitad la diferencia que nos separa, en presión fiscal, de la UE.  Elevar la tributación sobre el capital, el IRPF de los salarios más elevados y el impuesto de sociedades de las grandes empresas. Recuperar  el impuesto de sucesiones y de patrimonio. Acometer un Plan de Choque contra el fraude fiscal y la economía sumergida, así como contra la elusión y los paraísos fiscales de las grandes empresas.

4º. Garantizar la igualdad entre hombres y mujeres. Reducir la brecha salarial. Implementar  el Pacto de Estado contra la violencia de género. Fomentar la conciliación de la vida laboral y familiar y el cuidado de las personas en situación de dependencia.

5º. Impulsar las políticas sociales y la lucha contra la pobreza. Establecer un suelo de gasto social en la Constitución. Derogar el artículo 135-CE (reforma de 2011). Establecer una prestación de ingresos mínimos de inserción. Reformar el sistema de protección por desempleo. Garantizar el derecho a la vivienda y apostar por el alquiler a un precio razonable. Acabar con los desahucios de primeras viviendas. Establecer un mínimo social de suministro que permita combatir la pobreza energética.

6º. Garantizar la sostenibilidad de las pensiones públicas. Recuperar el Pacto de Toledo. Derogar la reforma de 2013 (factor de sostenibilidad y revalorización del 0,25% de las pensiones). Garantizar la financiación del sistema de pensiones aportando si es preciso dinero vía impuestos. Completar la separación de fuentes  del Sistema.

7º. Garantizar unos servicios públicos de calidad. Incrementar los recursos públicos en sanidad, educación, vivienda y protección social. Aplicar y financiar la Ley de Dependencia. Derogar la LOMCE y sustituirla por una Ley asentada en un Pacto social y político por la educación.

8º. Garantizar         la salud integral de los trabajadores. Implementar planes y campañas de inspección. Promover en las empresas una correcta gestión de la prevención de la salud. Clasificar por su gravedad los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.

9º. Igualdad de trato y de oportunidades. Aprobar una Ley de trato y no discriminación para todas las personas. Extender a las personas extranjeras víctimas de explotación laboral la posibilidad de residir en España. Facilitar el retorno de los que emigraron al exterior y su incorporación al mercado de trabajo. Garantizar los derechos de las personas LGTBI en cualquier ámbito de la sociedad.

10º. Mejorar la calidad de nuestra democracia. Derogar la Ley Mordaza;  el artículo 315. 3 del Código Penal, que criminaliza facultades esenciales para ejercer el derecho de huelga; la Ley 10/2012 de tasas judiciales; y la modificación de la Ley de Extranjería que permite el rechazo de inmigrantes en frontera.

Estos puntos, relacionados con la Agenda Social, deberían incorporarse al ideario socialdemócrata y ser motivo de debate en la campaña. Su pretensión, sobre todo, es secundar las exigencias de justicia social que, particularmente, reivindican los jóvenes en sus aspiraciones de encontrar un empleo digno y con derechos, construir una familia y, como consecuencia, un futuro esperanzador e ilusionante. Por eso es muy importante la participación de los jóvenes en las urnas y, de la misma manera, que los numerosos indecisos perfilen definitivamente su voto, sobre todo los que tienen que acudir a las urnas por primera vez. El título de esta tribuna resume fielmente lo que nos depararán las elecciones del 28-A: involución o progreso; no hay más alternativas…

Antón Saracíbar   

Para que ganen los derechos y libertades, que no gane la derecha.

Haz que pase.
Haz que pase

Las elecciones del 28 de abril son de una trascendencia fundamental. Hay que terminar con la derecha franquista de una vez por todas.

Después de 8 meses con Pedro Sánchez en el gobierno y sin que se hayan cubierto muchas de las expectativas que generó la moción de censura, nos encontramos, seguramente, ante la campaña electoral en la que los electores desconfían más de las instituciones del Estado y de las candidaturas que tienen opción de gobernar. El 41% del electorado no tiene definido su intención de voto.

Corresponde a toda la izquierda diferenciarse con propuestas claras y sin ambigüedades de las propuestas que representan a los intereses de los poderes financieros, de sus planes económicos y de sus políticas de recortes de libertades.

El PSOE es, una vez más, la fuerza política de referencia que concentra las expectativas de la mayoría social. Detener a los partidos de la derecha es defender los derechos fundamentales de la inmensa mayoría. Los intereses que PP, C’s y VOX representan, son contrarios al mantenimiento del Sistema de Pensiones públicas y son incompatibles con el mantenimiento de la Sanidad y la Educación públicas. Por ello, debemos volcarnos en la campaña electoral, para conseguir el máximo de votos; esta es la principal tarea que tenemos los militantes socialistas.

Desde Tribuna Socialista contribuiremos para conseguir el triunfo necesario.

La precampaña se está librando en paralelo a los juicios contra los políticos catalanes, por donde están desfilando, policías y guardias civiles con declaraciones que carecen de la veracidad requerida en cualquier juicio que se precie de democrático, contando además con la complicidad de la presidencia de la sala del Tribunal Supremo, quien, como si de un director de escena se tratase, dirige a los actores para que el juicio parezca justo.

La campaña también coincide con el escándalo de la “policía patriótica”, eufemismo de “policía franquista”, que no ha cambiado ni un ápice las formas y modos mafiosos y criminales de la dictadura de la que provienen; las escuchas y audios de las conversaciones grabadas, sobre los espionajes a partidos en los que aparecen implicados el ex ministro Jorge Fernández Díaz y el mismísimo Mariano Rajoy y su Gobierno.

Hay una necesidad perentoria de cerrar el paso a las posiciones extremistas de las tres opciones de la derecha que se disputan la representatividad de los franquistas y que quieren imponer verdaderos retrocesos en derechos y libertades.

Todos quieren acorralar al PSOE para que no ofrezca ninguna resistencia a los planes de los poderes financieros y mucho menos se pueda ofrecer una salida democrática al “problema de Cataluña”.

No podemos desentendernos de nuestra responsabilidad; derechos y libertades están siendo cuestionados continuamente por PP, C,s y Vox. Quieren hacer retroceder e incluso derogar todas las conquistas y libertades conseguidas. La realidad demuestra que la defensa de los derechos y de las libertades es inseparable.

En estas elecciones generales no cabe la ambigüedad, y es por ello que desde posiciones socialistas cualquier acercamiento a C,s  significará abrir la vía a la crispación y el enfrentamiento entre pueblos; además de generar dudas y quiebras de confianza entre los votantes socialistas.

Debemos defender con firmeza el diálogo y la negociación como la seña de identidad socialista frente a los que impulsan el enfrentamiento entre los pueblos y la judicialización de la política.

La mayoría social sigue esperando que se deroguen las reformas laborales, que tanto daño sigue haciendo, mientras tanto repuntan de nuevo los expedientes de regulación que provocan la destrucción de miles de empleos. Derogar las reformas laborales de 2010 y 2012, para recuperar y garantizar los derechos laborales arrebatados a las trabajadoras y trabajadores tiene que ser un compromiso claro de los partidos de izquierda.

La defensa de la industria garantizando el empleo digno y con derechos, debe ser permanente para un gobierno socialista.

Establecer una política fiscal de forma progresiva que pague más el que más tiene y no exima a las grandes fortunas ni reduzca a su mínima expresión la presión fiscal sobre las empresas.

Es urgente la derogación del artículo 315.3 del código penal mediante el cual hay encausados más de 300 sindicalistas por ejercer el derecho de huelga para defender los derechos colectivos.

La defensa de los servicios públicos pasa necesariamente por la derogación del artículo 135.3 de la Constitución, por el que se da prioridad al pago a acreedores y entidades financieras que al mantenimiento de los servicios públicos. Hemos de volver a situar la economía al servicio de las personas y no al revés.

La derogación de la ley Mordaza debe ser un compromiso firme y sin ambigüedades, no hay país democrático que meta en la cárcel a raperos, artistas y titiriteros por expresarse libremente o aludir a la Casa Real, institución cada vez más desprestigiada al haberse hecho evidentes las corruptelas que todos sospechábamos. Una institución, La Corona, anacrónica, aparece cada vez más incomprensible ante las demandas de la mayoría social.

También ha llegado el momento de concretar nuestro compromiso en la defensa un estado federal en que podamos proponer y defender nuestro modelo de Estado, en un referéndum en el que la mayoría pueda elegir libremente entre Monarquía o República..

Comité de Redacción