Hace unos días se conmemoraba (yo lo celebraba) el aniversario de la proclamación de la II República. Los hechos fueron bien simples; después de las elecciones democráticas del 14 de abril de 1931, los partidos republicanos ganaron por amplia mayoría, ello supuso que el Rey Alfonso XIII huyera de España … igual que hizo su nieto … e igual que hicieron otros Borbones.
Algunas veces, demasiadas pienso yo, cuando en una reunión de amigos sale algún tema de política de Estado y digo que soy Republicano, me miran como si fuera una cosa rara, de muy izquierda, un tipo de siglos pasados.
Algunas veces, demasiadas pienso yo, cuando en una asamblea de mi partido planteo que es necesario señalar claramente el posicionamiento republicano del PSOE, me dicen que “ahora no es el momento”.
Pero a mí me da igual, reunión de amigos, de partido o escribirlo cada vez que puedo, sí, soy Republicano y a mucha honra.
Es más, es que no entiendo cómo podemos aceptar en el siglo XXI un modelo de Monarquía Parlamentaria, donde según nuestra Constitución “El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español …”, añadiendo además que “La persona del Rey es inviolable”, es decir que puede robar, violar o lo que dé la gana y no tiene responsabilidad penal alguna (a las pruebas del anterior Rey me remito).
La Constitución Republicana señalaba que “España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo. La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones”, añadiendo además que “Todos los españoles son iguales ante la ley”, es decir, que no hay nadie inviolable.
En definitiva, que un Estado republicano solo es nuestro Estado sin la figura del “Rey”.
Y un “Rey” es un tipo, de carne y hueso, que por vía espermatozoidal va pasando de padres a hijos (todavía a varones). Estos desde su nacimiento tienen previsto convertirse en los jefes de nuestro Estado por tener la sangre azul (aunque todavía no se ha demostrado) … exactamente igual que en la época feudal.
En esta Monarquía Parlamentaria, eres súbdito/a, no elegimos al jefe del Estado, siendo esta una figura hereditaria y vitalicia, además de ser inviolable ante la ley.
En una República, eres ciudadano/a, elegiríamos al jefe del Estado, se renovaría democráticamente en las urnas y sería responsable de sus actos ante la ley.
Esa es la diferencia, tú eliges, yo lo tengo muy claro.

Rafel Fuentes
Militante Socialista y Republicano de Málaga
Nota de redacción
Declaración TS 14 abril 2022
El pasado 14 de abril, el Comité de Redacción de TS lanzó una declaración para commemorar el aniversario de la proclamación de la II República. Podeis recuperar el texto en el siguiente enlace:
https://tribunasocialista.com/2022/04/14/la-monarquia-heredada/