La esperanza está viva


Zohram Mamdani, el 26 de octubre en un mitin de campaña en el estadio Forest Hills, en Queens.
A su derecha el senador Bernie Sanders y a su izquierda la congresista Alexandria Ocasio-Cortez

“La esperanza está viva”, es una de las frases que Zohran Mamdani dijo la noche del 4 de noviembre, al ser proclamado vencedor en las elecciones municipales de Nueva York. Una esperanza que también revivió esa jornada electoral en otras grandes ciudades y estados; es el caso de Abigail Spanberger en el Estado de Virginia o de Mikie Sherill en el Estado Nueva Jersey. La última victoria demócrata ha sido la de la socialista Katie Wilson, perteneciente a la DSA, quien el 14 de noviembre ganó la alcaldía de Seattle -una ciudad con más de 800.000 habitantes-.

Esta oleada de derrotas del partido Republicado hay que atribuírselas a Trump y sus políticas destructivas, con todo el catálogo de agresiones de corte filofascista, pero no solo a eso.

No debemos obviar que también están siendo derrotadas las dinastías políticas en el seno del Partido Demócrata. El impulso que hace revivir la esperanza viene de los Socialistas Democráticos de América (DSA en sus siglas en inglés), que, no es un partido político, es una organización con 90.000 afiliados que actúa bajo el paraguas del Partido Demócrata. Esta organización política no es nueva; nace en 1982, tras la fusión de Democratic Socialist Organizing Committee (DSOC) y New American Movement (NAM). DSA celebró su último congreso en el mes de agosto pasado, en el que llegó a plantearse la posibilidad de separarse del Partido Demócrata y constituir un Partido de los Trabajadores; opción que no salió adelante.

Esta ola de entusiasmo y esperanza tiene dos elementos importantes en política: respuesta a las necesidades de la mayoría social y la renovación.

El eje de campaña de las victoriosas candidaturas demócratas ha sido, por ejemplo, por parte de Mamdani: crear una cadena municipal de tiendas de alimentación, congelar los alquileres, falta de protección social, transporte público gratuito, entre otras preocupaciones de la mayoría social. Y, en general, el Partido Demócrata pelea por dar continuidad a la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio –Affordable Care Act, abreviada (ACA)-, conocida como “Obamacuidados” (Obamacare), promulgada con carácter de ley el 23 de marzo de 2010.

El eje de campaña ha sido crear una cadena municipal de tiendas de alimentación, congelar los alquileres, falta de protección social, transporte público gratuito, entre otras preocupaciones de la mayoría social incluyendo la sanidad
(Obamacare)

En nuestro país, el 21 de diciembre se abre un periodo electoral con las elecciones autonómicas extremeñas que ha anticipado el PP, pensando que la debilidad de sus oponentes les dará una victoria contundente en Extremadura que ejerza de motor de arrastre para otras contiendas electorales. Como si el 13,56% de paro o el 32,4% de tasa de riesgo de pobreza y/o exclusión social no fuesen elementos de responsabilidad del gobierno de la señora Guardiola. Y como si los extremeños y extremeñas fuesen a olvidar las 50.000 hectáreas quemadas el pasado verano, con una gestión de los incendios más pensada como nicho de negocio para las empresas dedicadas a la extinción que una gestión pública con la prevención como objetivo; una óptica coincidente en Galicia y Castilla y León -el fuego ha devastado el pasado verano más de 330.000 hectáreas en la suma de las tres comunidades-.

Los problemas de la mayoría social en nuestras ciudades y pueblos no son muy diferentes a las de los y las estadounidenses: sanidad, carestía de la vida, vivienda inasequible, educación…Estos y otros problemas son los que se deberían abordar en los procesos electorales autonómicos, así como en los municipales y en las generales, cuando se convoquen.

En España: sanidad, carestía de la vida, vivienda inasequible, educación…son los problemas que se deberían abordar en las distintas campañas electorales que vienen en los próximos meses

La Sanidad pública en España está años luz, en positivo, de la red de mínimos que tiene la sociedad en los USA, pero eso no puede ni debe de ser un elemento para conformarnos e impedirnos ver que se está privatizando a marchas forzadas en favor de las grandes corporaciones que ven un negocio en la Salud de las personas, encarrilándonos hacia el modelo de beneficencia que le gustaría a la derecha. El trasvase de dinero público hacia las empresas privadas es una auténtica hemorragia en el Sistema Nacional de Salud: en 2024, las empresas privadas gestionaron 4.655 millones de euros públicos, un incremento del 4% sobre 2023, a través de los conciertos que consienten leyes como la 14/86 y la 15/97. Imaginemos que los candidatos no quemados de un partido propusiesen la derogación de estas leyes y la desprivatización de la Sanidad Pública.

En nuestro país. el trasvase de dinero público hacia las empresas privadas de salud es una auténtica hemorragia

Pensemos cuál sería la respuesta del electorado si esos candidatos propusiesen la creación de una red de supermercados municipales o autonómicos en los que poder adquirir productos alimenticios de proximidad y a precios no abusivos; haciendo frente a la especulación a la que se han entregado las grandes superficies de la alimentación.

Y si esos candidatos y candidatas abogasen por la creación de un banco público que nos salvase de los abusos de la banca privada, esa banca que ha tenido al cierre del tercer trimestre del presente año un beneficio récord, comparado con el mismo periodo de 2023, de 25.417 millones de euros, principalmente por el saqueo que nos hacen con las comisiones bancarias.

Supongamos que la campaña electoral de un partido estableciese la congelación de los alquileres, la construcción de 500.000 viviendas públicas anuales hasta 2030 y que las viviendas públicas fuesen públicas de por vida y que no puedan ser vendidas, jamás, ni por personas físicas ni administraciones.

Imaginemos que el candidato de un partido propusiese que los 7.500 millones de euros que en 2024 fueron a parar a los colegios concertados -el 60% de la oferta educativa concertada en España está en manos de la Iglesia-, se destinase a contratar profesorado en los colegios e institutos públicos, con el objetivo de reducir las ratios del número de alumnos en las aulas y a garantizar que ninguna alumna o alumno de FP se queda sin plaza -solo en la Comunidad de Madrid, más de 62.000 alumnos/as se han quedado sin plaza para estudiar en la Formación Profesional-.

¿Cómo respondería la clase trabajadora si nuestros candidatos defendieran una red de supermercados municipales o autonómicos como alternativa a la especulación de los precios de los alimentos…o un banco público…o la congelación de los alquileres y la construcción de vivienda pública…o destinar el dinero que se le da a la escuela concertada (el 60% en manos de la iglesia) a la educación pública?

En Extremadura, en Castilla y León, en Andalucía o en Valencia, y en el resto de comunidades cuando toque, así como en el Estado central, no olvidaremos a los 7291 de las residencias de Madrid, ni a los 229 de la DANA en Valencia, ni a las mujeres puestas en riesgo con la gestión de los cribados de cáncer de mama, ni a los muertos y damnificados por los incendios forestales… A la memoria hay que añadir la esperanza de que se aborden soluciones a los problemas que sufre la mayoría, en eso consiste la verdadera democracia.

Mamdani y sus compañeras y compañeros no lo han imaginado, lo han propuesto y el electorado se ha entusiasmado, por mucho que el depravado que ocupa la casa Blanca les llame socialistas y comunistas. La experiencia de estas victorias nos dice que con una plataforma de reivindicaciones claras y una organización vinculada a las masas se puede vencer a las derechas. Escuchar y atender sin defraudar, las reivindicaciones que están en la calle, es el giro deberían dar las organizaciones que se reclaman de izquierdas.

Comité de Redacción