¡La amnistía es necesaria para la mayoria social!

El proyecto de ley de amnistía fue rechazado el martes 30 de enero en el Congreso de los Diputados con el voto en contra a última hora de los 7 diputados de Junts. La Comisión de Justicia del Congreso decidirá cuando se volverá a presentar el Proyecto.

El riesgo de que no haya amnistía pondría en serio riesgo la legislatura, al romperse la mayoría que votó la investidura de Pedro Sánchez. Flaco favor se hacen a si mismos los diputados de Junts al votar lo mismo que PP y VOX y dar alas al franquismo político y judicial.

Por su parte, el juez García -Castellón – incapaz de averiguar quién era un tal M. Rajoy en el caso Gurtel, incapaz de no ver nada de lo que sucede en Marbella, y que ha organizado más de 20 procesos e investigaciones contra Podemos (todos archivados), se ha dedicado las últimas semanas a intentar acusar de terrorismo a Carles Puigdemont y otros dirigentes.

Otro juez, Joaquín Aguirre acusó en la TV pública alemana, las presuntas conexiones rusas del Procés (operación Voloh) saltándose a la torera el secreto del sumario, dando argumentos y opiniones esperpénticas, y dictando el mismo día un auto acusando a Puigdemont de alta traición.

No son unos pocos jueces politizados. Es la cúpula judicial, el CGPJ que lleva 5 años caducado quien encabezan la ofensiva. No quieren que se hable de Lawfare, pero, la confabulación del aparato judicial más rancio y la política de PP y VOX no parece una casualidad. No es casual que en la manifestación del 28E, el PP ensalzara a estos jueces como héroes nacionales. No es casual tampoco que el PP exija que la elección del CGPJ corresponda a los propios jueces y no al parlamento votado por el pueblo. De esta forma, podrían bloquear todas las decisiones del Parlamento y del gobierno contrarias al ideario político de estos jueces.

El Rey, Felipe VI tampoco es neutral en este tema. Lejos de cumplir con su obligación de arbitrar y moderar “el funcionamiento regular de las instituciones”, el día 14F, en Barcelona, en el acto de entrega de despachos a los nuevos jueces, Felipe VI ha apelado al «respeto» a las resoluciones del Poder Judicial porque tiene atribuida, en exclusiva, la función de juzgar como poder «independiente y plenamente separado» de los demás. A pesar de que sus resoluciones excedan de las funciones democráticas que tienen atribuídas los jueces y a pesar de que la cúpula del CGPJ lleve más de cinco años usurpando el cargo. De hecho, en el mismo acto, el presidente del CGPJ elevó su voz para gritar a los políticos «dejennos en paz», ante la connivencia del monarca. Por tanto, el Rey, en nombre de quien se firman las sentencias, también forma parte del problema.

Es necesario restablecer la fraternidad entre los pueblos y su unidad ante un enemigo común, la herencia del franquismo que atenta contra la igualdad, contra el medio ambiente, contra la libertad y contra los derechos de los trabajadores y los pueblos. Por eso es necesaria la amnistía.

Espero que la amnistía sea aprobada. Espero que la apuesta por la convivencia, la política y los derechos de trabajadores y pueblos se abra camino. Que la política se normalice, y que podamos tener una legislatura de avances sociales, económicos y democráticos avalada por la mayoría parlamentaria que votó a favor de la investidura de Pedro Sánchez.

Carles Arroyo
Militante PSC

Redoblar la lucha por la Amnistía

Getafe 8 de febrero

El debate sobre la Amnistía se ha instalado en la sociedad, sin que eso signifique que este sea un tema de máxima preocupación del conjunto de la ciudadanía. Según el barómetro del 17 de enero, realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), solo al 2,3% de los encuestados sitúan la amnistía como uno de los tres principales problemas del país.

                En el acto que tuvo lugar en Getafe el pasado día 8, en el que tuve el honor de compartir mesa de debate con Gloria Elizo, Ana González y Jesús Béjar, pudimos debatir sobre a quién y por qué le preocupa la amnistía, y qué beneficios puede tener para el conjunto de la sociedad.

                Una cuestión previa que se planteó fueron los antecedentes del conflicto en Cataluña. Se señaló que no se puede olvidar que en septiembre de 2005 el Parlament de Catalunya aprobó democráticamente la reforma del Estatut. Este documento fue enviado a las Cortes para su aprobación, lo que ocurrió en marzo de 2006. Una vez aprobado, también democráticamente por el poder legislativo, se procedió a convocar un referéndum en Cataluña en junio de 2006, siendo aprobado por los y las votantes. Hasta aquí todo normal.

                Este proceso legítimo fue rechazado por la derecha españolista, el PP principalmente, y por los “hombres de Estado del PSOE”, esos que acompañan a la derecha siempre que tienen ocasión. El PP, judicializó el Estatut llevándolo al Tribunal Constitucional, alto tribunal que, en 2010, cercenó 14 y modificó 23 de los artículos de la ley aprobada por el legislativo autonómico y estatal.

                Este proceder, con prácticamente los mismos protagonistas: PP, Ciudadanos, VOX y la corte de Felipe González, la hemos visto en 2006 y 2007, cuando Zapatero aceleró el proceso de paz en el País Vasco, que devino en fin de la violencia, o cuando en 2021 Pedro Sánchez procedió a indultar a los presos políticos catalanes del “procés”.

                Tanto los protagonistas de la refracción como los contenidos refractados delatan a un nacionalismo hegemónico que lleva muchas décadas camuflado detrás de la rojigualda, a nombre de “salvar España”.

                Solo el 2,3% de la ciudadanía ve en este asunto una preocupación prioritaria. Porcentaje este que debe ser coincidente con quienes en 1978 se consignaron para dar continuidad al franquismo. Los que, en enero de 1977, por el real Decreto Ley 1/1977 le cambiaron el nombre al Tribunal de Orden Público y lo rebautizaron con el de Audiencia Nacional.

                Están preocupados muchos del estamento armado, quienes se consideran un Estado dentro del Estado, cuyo jefe en la cadena de mando es el jefe del Estado, como el dictador. Siempre han dicho que la institución monárquica es “decorativa”, pero se pongan como se pongan ostenta la jefatura del Estado, y así lo han demostrado los dos borbones de la democracia, la última en el discurso del 3 de octubre de 2017, en el que echó gasolina al fuego.

                A mi modo de ver, los ciudadanos y ciudadanas de los pueblos que componen el Estado español, en su inmensa mayoría, no se consideran nacionalistas: ni vascos, ni catalanes ni gallegos, menos aún quienes hemos nacido en cualquiera de los demás territorios del Estado. Asistimos a la confrontación de intereses de las minorías privilegiadas que pugnan por controlar el dinero de los impuestos y los resortes del poder en los distintos territorios. De entre esos grupos destaca el nacionalismo español, heredero del nacionalcatolicismo franquista, que fue el nacionalismo imperante durante los cuarenta años de dictadura y que ahora continua siendo excluyente hacía los demás nacionalismos. En su pugna, estos grupos de interés, no dudan en utilizar los símbolos, como la bandera, o la lengua, como elementos de confrontación.

                Los ciudadanos y ciudadanas que componemos la pluralidad de pueblos del Estado español, necesitamos una convivencia pacífica y no de confrontación permanente, para avanzar en los retos comunes a todos los pueblos del Estado.

                Según el aludido último barómetro del CIS, las principales preocupaciones de la sociedad son la Economía, la Sanidad y el Empleo.

                Efectivamente, necesitamos que el Gobierno gobierne para que la especulación inflacionaria deje de esquilmar sueldos y pensiones. Especulación que toma su forma concreta en el conflicto de los agricultores, con los diferenciales entre los precios en origen y los precios de venta a los consumidores.

                Necesitamos que los gobiernos: central, autonómicos y municipales, cumplan con lo establecido en el artº 43 de la Constitución:

                “Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios”.

                La privatización de la Sanidad Pública ha llevado el sistema de salud a una situación que, lejos de “prevenir” asegura el caos cada vez que la situación se tensa. Esto fue brutal en la pandemia y acaba de ser nuevamente evidente en la epidemia anual de gripe invernal. Es por ello fundamental derogar los artículos 66, 67 y 90 de la Ley General de Sanidad, de 1986 y la ley 15/97, que habilitan a las comunidades autónomas a poner la Sanidad Pública en manos de las empresas privadas, trasladando el objetivo de “la Salud de los ciudadanos” a “los Beneficios de los accionistas”.

                Necesitamos que las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores y trabajadoras deje de precarizarse, por lo que es preciso que el Gobierno derogue de verdad las reformas laborales de 2010 y 2012, las que han destruido y precarizado el empleo en este país, facilitando el despido, desregulando las condiciones laborales y abaratando los salarios.

                Por estos motivos, la amnistía debe servir para cerrar la brecha de convivencia que la política represiva del Gobierno de Rajoy abrió con Cataluña. No es una cuestión formal, es una necesidad democrática.

Roberto Tornamira
Miembro de la Junta Directiva de ASTRADE

Declaración de blanquerna

Redoblar la lucha por la Amnistía

Reunidos en Madrid el 27 de noviembre en la Librería Blanquerna de Madrid a iniciativa del Comité por la Alianza de los Trabajadores y los Pueblos (CATP), con el objetivo de redoblar el combate por obtener una verdadera ley de amnistía que afecte a «todos los perseguidos por el Proces» y para acabar con toda la legisla- ción represiva de herencia franquista, en particular la Ley Mordaza.

Hemos considerado que para conseguir esta ley es necesaria la implicación y movilización de todas las organizaciones obreras y democráticas, que no podemos confiar en los meros mecanismos parlamentarios e institucionales.

Que la consecución de estos objetivos, así como la defensa de las organizaciones, los militantes y elegidos del pueblo que luchan por ellas, exige que en todo el Estado, en todos los pueblos de este país, se desarrolle un amplia campaña al respecto con el objetivo de vencer a la reacción impulsada por los franquistas amparándose en la instituciones heredadas de la dictadura.

La lucha por la amnistía es inseparable de la lucha en defensa de todas las libertades y los derechos sociales.

Amnistía para el entendimientoo para la confrontación

El pasado día 9, en el Ateneo de Madrid, se celebró un acto bajo el título “Amnistía para el entendimiento o para la confrontación”, organizado por la Asociación Trabajo y Democracia. ASTRADE decidió iniciar el año sometiendo a debate la ley de Amnistía que propone el Gobierno de Pedro Sánchez, en continuidad con otras iniciativas habidas este pasado año, como el “Documento impulsado por Tribuna Socialista” firmado por 300 militantes del PSOE y dirigido al Grupo Parlamentario Socialista y a la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, entregado a los destinatarios el 4 de octubre, coincidiendo en el tiempo con la feroz campaña de Felipe González, y otros, en contra de un proceso para la resolución del conflicto con Cataluña por la vía de una Amnistía. O el documento “Redoblar la lucha por la Amnistía”, producto del debate mantenido el 27 de noviembre en la librería Blanquerna, en Madrid, promovido por el Comité para la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP), al que ya se han adherido más de 160 militantes políticos y sindicales de distintas organizaciones. El acto del Ateneo fue muy concurrido, llenando la sala Úbeda, y en él pudieron tomar la palabra los asistentes que así lo decidieron.

Quienes intervinieron desde la Mesa abordaron el tema desde una doble óptica: jurídica y política, exponiendo argumentos a favor y en contra del proceso de Amnistía, si bien, el sentir mayoritario, tanto entre los ponentes como entre los asistentes, fue de apoyo a la ley de Amnistía que está en su inicio del trámite parlamentario.

La Amnistía ha llegado como fórmula para desatascar la investidura. Feijóo no pudo convencer a Junts, ni a PNV para que lo apoyaran, pues en el paquete iba VOX amenazando con disolver los partidos nacionalistas y representando, tanto VOX como PP, a lo más profundo del franquismo no erradicado en nuestro país, buen ejemplo de ello es Manuel García- Castellón, juez de la Audiencia Nacional y digno heredero del TOP. Por su parte, Pedro Sánchez ha encontrado en la Amnistía una fórmula para poner de acuerdo al resto de partidos parlamentarios en iniciar la marcha de la legislatura e intentar resolver el conflicto derivado de las represivas políticas del PP en la década pasada, pues, parafraseando al Secretario General de la ONU, Antonio Guterres: “El conflicto en Cataluña no surge de la nada”. No debemos olvidar la brutal campaña de la derecha contra el Estatut de Catalunya que aprobaron las Cortes, el Parlament y un referéndum en Cataluña, pero que fue truncado en 2010 por el Tribunal Constitucional. Esta es la antesala del conflicto de octubre de 2017, que se quiso resolver “echando gasolina al fuego”, alentando el “A por ellos”, sin decirlo expresamente, por Felipe VI en su lamentable discurso del 3 de octubre y con la respuesta policial del Gobierno de Rajoy, respuesta complementada por los magistrados afines a la derecha.

La Amnistía, por tanto, tiene que servir para reparar las tropelías democráticas del Gobierno del PP entre 2012 y 2018 contra miles de ciudadanos en Cataluña, no solo para los políticos catalanes que sufrieron cárcel o sobre los que aún pesan encausamientos judiciales.

Además, en mi opinión, es una puerta que se abre para avanzar en dar encaje y normalizar la pluralidad del Estado español en su composición y no un concepto cerrado de nación española, es decir un país sometido a una ideología nacionalista centralizadora y excluyente, anclada en el “España, Una Grande y Libre”, siendo la grandeza y la libertad más que discutibles, tal como las continúa interpretando la derecha de nuestro país.

La clausura del acto corrió a cargo del presidente de ASTRADE, Eduardo Hernández.

Roberto Tornamira
Miembro de la Junta Directiva de ASTRADE
En los siguientes enlaces, añadimos tres artículos que resumen la posición ante la amnistía, que a fecha de cierre de esta edición nos han hecho llegar tres de los intervinientes en el acto:

Gloria Elizo Serrano

Enrique del Olmo García

Safira Cantos Salah