Declaración Especial elecciones 12M en Cataluña

Por un gobierno catalán que le sirva a la mayoría social

A falta de conocer los resultados definitivos en detalle, en el momento de escribir esta declaración el PSC es el claro ganador de estas elecciones, con 42 diputados (nueve más que en las elecciones de 2021) por delante de Junts con 35 diputados; 20 diputados para ERC (-13) que se convierte en tercera fuerza y pierde la batalla independentista con respecto a Junts. ERC ha sido la principal castigada por el desgobierno de Catalunya. La bajada de En Comú Sumar y la CUP contrastan con la vuelta del PP (15) y la consolidación de VOX (11) y la irrupción de la ultraderecha independentista de Aliança Catalana.
Este crecimiento de los movimientos de ultraderecha es una consecuencia típica en situaciones de confusión política donde se refugian aquellos sectores de la sociedad menos formados cuando no se ven atendidas su necesidades sociales. El cuadro de las elecciones se completa con la desaparición de C’S del Parlament de Catalunya, cuyos votos han vuelto al PP mayoritariamente.
Tiempo habrá de analizar en profundidad los resultados, pero una de las primeras conclusiones es que la mayoría social de este país ha votado opciones políticas que han defendido la amnistía y que apuestan por no judicializar conflictos que nuca debieron estar judicializados. Un mínimo de 107/135 diputados electos están en esta posición.
Una segunda conclusión es que la mayoría de los votos ha ido a partidos de izquierda y deberían entenderse buscando aquello que nos une, sin que lo que nos diferencia sea un obstáculo insalvable.
Otra de las conclusiones es que la independencia ha perdido fuelle, lo que no es óbice para obviar las razones por las que una gran parte de la población no se siente atada a la monarquía española (indepes y no indepes).
La apuesta por los indultos, la amnistía y la vía del diálogo han recibido el respaldo mayoritario de la sociedad, y por ello deben establecerse acuerdos con el resto de fuerzas políticas no solo para gobernar Cataluña sino también para tejer alianzas con el gobierno de Pedro Sánchez que permita sacar a los franquistas de las instituciones y abordar la agenda social que necesita la clase trabajadora en el conjunto del Estado.
Es decir, el PSC vuelve a ganar las elecciones en Catalunya pero para formar gobierno tendrá que llegar a acuerdos que permitan mejorar los servicios públicos, las infraestructuras que la región necesita, y para que los derechos sociales vayan acompañados de los derechos nacionales

Por un gobierno de izquierdas que defienda y mejore los servicios públicos
Por un gobierno que defienda y avance en el autogobierno de Catalunya
Por un gobierno que mejore el empleo y potencie la industria
Por un gobierno que atienda las reivindicaciones de los agricultores
Por un gobierno que apueste por el diálogo y la convivencia
Por un gobierno que gobierne para que derechos sociales y derechos nacionales vayan de la mano.
Por un gobierno que haga todo lo posible por saca a los franquistas de las instituciones
Por un gobierno que se pronuncie por romper relaciones con Israel, por un alto el fuego indefinido, y que ponga todos los medios a su alcance para que el pueblo palestino pueda vivir en paz y dignamente en su tierra.

Alerta en Galicia

El voto a la izquierda aumenta pero el PSdG deja de ser su referencia

Los resultados de las elecciones gallegas han permitido que el PP renueve la mayoría absoluta aún perdiendo 2 diputados, ante una izquierda que en su conjunto suma casi tantos votos como la derecha, pero con una aportación muy desigual de los distintos partidos.

Mientras el BNG consigue el mayor número de escaños de su historia (25), los 9 diputados/as del PSdG representan el peor resultado de su historia. Podemos desaparece (solo votan su 2500 militantes y 1000 personas más), y SUMAR solo es capaz de recoger una parte del voto que cede el partido socialista.

Con una participación más de un 18% superior a la del 2020, el PSOE pierde 46059 votos, obteniendo 207691 (poco más de un 14% del electorado).

La culpa no es de la amnistía como algunos medios de comunicación pretenden, ya que el BNG también es partidario. La culpa no es de los acuerdos con Bildu. El BNG también tiene importantes coincidencias programáticas. Posiblemente, la pérdida de apoyo al PSdG se deba a la combinación de una serie de factores: el liderazgo, el programa, los problemas internos del PSdG o la influencia de la política estatal.

En cualquier caso, en 2020 hubo un retroceso importante del PSOE y de los partidos a la izquierda del PSOE.

En 2024 se alcanza el peor resultado de la historia del PSdG, la práctica desaparición de Podemos y un SUMAR que no ha sumado. Los nacionalistas de izquierdas del BNG cogen el testigo de convertirse en la referencia de izquierdas, alternativa al PP.

Probablemente, los problemas internos del PSdG sean una de las claves de la devacle. La gente queremos liderazgos naturales, basados en valores socialistas y de progreso y capaces de catalizar una respuesta clara a las necesidades de la mayoría social, y la participación de las bases del partido para debatir propuestas y elegir candidatos ha brillado por su ausencia.

La historia se repite. En Madrid, el PSOE sufrió el sorpaso de Mas Madrid. En Euskadi, Bildu concentra el voto de izquierda por encima del PSE;

La cuestión no es qué le pasa al PSdG, sino ¿qué le pasa al PSOE en estas regiones, dónde no solo no gana, sino dónde además hemos dejado de ser la referencia de izquierdas?


Xose Revestido. Ourense

Galicia 2024

Los socialistas nos hemos llevado un revolcón en las elecciones autonómicas gallegas, celebrada el domingo 18 de febrero. No nos puede extrañar en absoluto, pues entre otras cosas nuestras fratricidas guerras internas no dan pie a otra cosa, una vez más el candidato elegido es simplemente un aspirante a una poltrona que le permita vivir holgadamente hasta el final de sus días, cuando lo que se espera de un candidato al que se le suponen unos valores socialistas, es la vocación de construir una sociedad mejor, pero esa vocación desgraciadamente se está perdiendo en nuestro partido.

Es tan asqueroso el lodazal en que se ha convertido la política en los últimos tiempos, que resulta muy difícil que alguno de nuestros compañeros con valores, que los hay, quieran posicionarse y trabajar por una sociedad justa, porque los abundantes trepas se lo impedirán con las sucias maniobras a las que nos tienen acostumbrados.

Siento ser tan duro en mis apreciaciones, pero a mis 78 años no pienso callar mis opiniones, sobre lo que veo todos los días ya que soy demasiado mayor para otras cosas, al menos me desahogo diciendo lo que pienso, aun a riesgo de equivocarme con alguno que pueda que sí ejerza de político socialista.

Me resulta muy triste pero realmente necesario admitir, que muchos compañeros en estas elecciones emitieron su voto a favor del BNG, ya que nuestro candidato no nos ofreció ninguna confianza pues ni siquiera nosotros sabíamos lo que quería hacer si entraba en el gobierno de la Xunta, pues los mítines fueron estatalistas, sin ofrecer ninguna alternativa a las problemáticas autonómicas.

También me resulta triste y doloroso que mi nieta que hace unos días cumplió la mayoría de edad, con la evidente ilusión por emitir su voto por primera vez, no pudiera obtener el consejo de su abuelo a petición del mismo, ya que seguramente mi consejo no sería comprendido por ella.

Son muchas las ocasiones últimamente, que mis reflexiones me llevan a pensar una vez más, en que la única forma de que nuestro partido, que una vez fue socialista, vuelva a la senda de la justicia social, es la refundación, dejando al margen a los dinosaurios que nos han llevado a este conservadurismo encubierto. Por otra parte, esta enfermedad parece que está extendiéndose por toda la izquierda, haciendo misión imposible la unión de los partidos que se autoproclaman progresistas. Quizás sea porque el progreso que desean, es su propio progreso personal e individual y no tanto el de la sociedad.

Esta campaña, que debería haber sido autonómica, a mi al menos me ha puesto de manifiesto el deseo de estatalizarla, lo cual en mi opinión es una estrategia estúpida, o peor aún, que se consideró perdida de antemano y por lo tanto mejor emplear las energías de forma torticera, para esconder lo que algunos quieren mantener a la sombra, tan es así que nuestro querido partido en esta campaña, de forma incomprensible, ni siquiera ha presentado un programa, mediante el cual los votantes supieran lo que los socialistas teníamos pensado hacer.

Quizás se hizo así, porque ya sabíamos que una vez más nuestros diputados se mantendrán cómodamente en sus escaños, eso cuando asistan a los plenos, no vaya a ser que nos conozcan y que la gente sepa que el partido socialista nació para conseguir una sociedad justa.

Me da mucha pena, que no nos volquemos en ser nosotros la locomotora de la sociedad y que, por el contrario, siempre permanezcamos sometidos a los caprichos particulares, de quienes, sin moral, ni valores, ni la más mínima ética, nos exigen aberraciones, sin que la mayoría de las veces sirvan para potenciar el bien común.

No sé si el hecho o la intención de ayudar al BNG, pudiera haber representado un avance social para Galicia, yo quiero pensar que sí, por eso creo que con las cartas que el PSdG., tiene en las manos, es lo mejor que podemos hacer, mientras no nos concienciamos que la política es un arte, un medio para mejorar la vida de los ciudadanos en general y no la nuestra individual y si hacemos uso de las herramientas que nos da la filosofía socialista, podremos conseguirlo.

Paco ascón
Xares, 19 de febrero de 2024