Entrevista: Belén Guirao Segrelles

Secretaria General de RUGE-UGT

Belén Guirao es graduada en Derecho por la Universidad de Murcia y egresada del Máster en Derecho Internacional por la Universidad Complutense de Madrid. Desde el 11 de abril, es Secretaria General de la organización de jóvenes de UGT, RUGE – Revolución Ugetista.

Su trayectoria en RUGE incluye una sólida experiencia en la Comisión Permanente, donde fue responsable de las áreas de Internacional y Asociacionismo. Además, ha tenido la oportunidad de representar a UGT y RUGE en espacios de relevancia tanto a nivel europeo, formando parte del Comité de Jóvenes de la CES, como en ámbitos nacionales relacionados con la juventud.

Estas experiencias le han permitido defender con firmeza la lucha por la igualdad, la solidaridad antifascista internacional, así como un profundo compromiso con las causas sociales y laborales.

Pregunta.- El pasado mes de abril fuiste elegida responsable de la Asociación juvenil confederal de la Unión General de Trabajadores ¿Cuáles son tus tres principales objetivos al frente de RUGE – Revolución Ugetista?

Respuesta – Sí, efectivamente. El pasado 11 de abril, tuvo lugar la III Asamblea General de RUGE – Revolución Ugetista, la organización de jóvenes de UGT-. En, renovamos la Comisión Permanente Confederal, nuestro órgano interno de dirección y representación, y en el que salí elegida como Secretaria General para los próximos 3 años.

El nuevo equipo está integrado además por Juan Antonio Báez, como Secretario de Organización, Socioeconómica y Comunicación; Alejandro Braña, Secretaría de Administración y Memoria histórica; Sara González, Secretaría de Relaciones Internacionales, Igualdad y Transición Ecológica; Samuel Martín, Secretaría de Acción Sindical; Antoni Mestre, Secretaría de Empleo e Institucional; y Ana María Sánchez, Secretaría de Juventud Rural y Formación.

También aprobamos el Programa de Acción, en el que plasmamos como objetivo fundamental continuar el trabajo para mejorar las condiciones sociolaborales de las personas jóvenes. Desde la nueva Comisión Permanente, nos hemos propuesto trabajar, no solo dentro de los centros de trabajo, a través de la incorporación de la perspectiva juvenil en la negociación colectiva con la participación activa de jóvenes delegadas y delegados de UGT y de la formación continua de nuestros cuadros sindicales, sino también a nivel externo, superando las lacras socioeconómicas que tenemos que afrontar las personas jóvenes simplemente por nuestra edad, como es claramente el problema de la vivienda y la emancipación juvenil.

Pregunta.- En los países de la UE, en promedio, los y las jóvenes plantean emanciparse de sus padres a los 26,4 años. En España, este propósito no comienza a ser posible hasta los 30,3 años ¿Cuáles crees que son los motivos para que haya este desfase desfavorable para nuestra juventud?

Respuesta – Históricamente, en España, se ha achacado el problema de la emancipación de las personas jóvenes a una serie de factores, entre los que tenían más valor los factores culturales, que los socioeconómicos. Bajo mi punto de vista, este argumento era muy simple y nada justo para las y los jóvenes.

Es cierto que, en otros países de Europa como Alemania, Austria o los países nórdicos, las personas jóvenes se emancipan a edades tempranas o, incluso, recién cumplida la mayoría de edad. Sin embargo, en esa comparación, a veces olvidamos que en estos países se fomenta una emancipación gradual, a través de sistemas de bienestar, políticas públicas de vivienda y ayudas a la educación, que, en conjunto, facilitan esa emancipación de las personas jóvenes.

En cambio, en España, hasta hace unos años, se seguía diciendo que «quién no se emancipa, es porque vive muy bien en casa de sus padres» o que las jóvenes nos quedamos en casa por lazos familiares. Lo cierto es que hay multitud de factores que influyen como: los sueldos, el precio de la vivienda, la gentrificación de nuestros barrios y alquileres por las nubes, falta de oferta…

El resultado, no es solo una juventud cada vez más dependiente, que debe retrasar sus proyectos vitales, sino que este problema afecta ya a la clase trabajadora en general, tengan 25 o 45 años.

Pregunta.- Por continuar comparándonos con el mismo entorno, la vivienda pública y/o destinada a alquiler social en los 27 miembros de la UE es del 9,3%, mientras que en nuestro país no llega al 3% ¿Qué políticas concretas debiera aplicar el Gobierno para paliar este déficit?

Respuesta – El porcentaje actual de vivienda pública y/o destinada a alquiler social, responde a la falta de política social y pública de vivienda, y creo que incluso reafirma lo que he dicho anteriormente. El problema que tenemos actualmente en materia de vivienda ya no solo las personas jóvenes, sino en general cualquier persona trabajadora, teniendo en cuenta el inasumible precio de los alquileres o compra, se debe a la ausencia de políticas decididas y ambiciosas por parte de otros Gobiernos durante legislaturas anteriores.

En otros países, como Austria en 1919, los socialdemócratas adoptaron un programa de construcción de vivienda pública, mediante el gravamen de bienes de lujo. En tan solo unos años, se habían construido más de 50.000 viviendas, financiadas por un impuesto a los más ricos.

En España, necesitamos medidas similares, medidas que no tengan miedo a perjudicar a la clase social que hace negocio con la vivienda. Y aquí, en tanto tienen las competencias sobre la materia, juegan un papel fundamental las Comunidades Autónomas y municipios. Ambos deben actuar como promotores de vivienda, bien sea comprando suelo, promoviendo la rehabilitación y/o adquisición de las ya construidas y cerradas.

Por lo que hace a las medidas por parte del Gobierno, hay múltiples opciones, pasando desde haciendo efectivo el acuerdo en el Pacto de Gobierno de dedicar el 1% del PIB a ello, como establecer incentivos fiscales y ayudas directas para promover la inversión privada en vivienda social, facilitar el acceso a jóvenes y colectivos vulnerables.

Belén Guirao en distintas facetas de la actividad sindical

Pregunta.- Entre 2018 y 2021 el salario más frecuente en España se estancó en torno a los18.500 euros brutos anuales. Hoy, se ha desplomado hasta los 16.495,84 € brutos anuales, en septiembre del pasado año (datos del INE), es decir, igual al SMI actual ¿Cómo afecta este avance de la precariedad salarial a los y las trabajadoras jóvenes?

Respuesta – En España, gracias a la Reforma Laboral de 2021, junto con otras medidas de estimulación de la economía y del empleo, hemos visto como los datos de empleo joven han ido mejorando. Ahora mismo tenemos una tasa de paro del 19,1%, hemos alcanzado un récord histórico de jóvenes menores de 30 años afiliados a la Seguridad Social, tan solo 1 de cada cuatro jóvenes trabaja a tiempo parcial, etc.

Sin embargo, en los últimos años, las posibilidades de emancipación de las personas jóvenes se han visto fuertemente condicionadas como consecuencia del aumento desorbitado de los precios de la vivienda y la precaria situación salarial que tienen algunas jóvenes en el mercado laboral. A pesar de que en tan solo unos años el SMI haya subido de 735 € mensuales, a 1.184 € al mes, viéndose especialmente beneficiadas las personas jóvenes, los salarios de las personas jóvenes siguen siendo muy bajos. Desde el año 2020, los ahorros de la población joven se han recortado un 26%. Actualmente, tenemos una brecha salarial del 33% entre una persona joven y la media nacional. Esta brecha salarial, junto con la continuada subida de precios – que, por cierto, a las grandes cadenas y empresas se les están empezando a acabar las razones y se les están empezando a ver los intereses- perpetúa la dependencia de la familia y la incertidumbre sobre el futuro.

Pregunta.- UGT encabezó el movimiento contra la guerra de Irak en 2003. Hoy, 22 años después, hace tres años que sufrimos una guerra en suelo europeo y desde hace más de año y medio asistimos a un genocidio brutal en Gaza, por parte de Israel ¿Piensas que se está haciendo todo lo posible para parar esta barbarie?

Respuesta- La situación en Palestina ya era grave hace tres años, pero ha alcanzado un nivel inconcebible: estamos hablando de un verdadero genocidio. Por esto mismo, y por el más puro sentimiento de humanidad, tanto UGT como RUGE siempre han estado con Palestina. De hecho, ya en 1989, Nicolás Redondo entregó el Premio a la Paz a Yaser Arafat, lo que demuestra ese compromiso histórico.

A día de hoy, seguimos apoyando la causa palestina tanto en el ámbito nacional como internacional. En España, hemos impulsado múltiples plataformas, incluida la del Reconocimiento del Estado Palestino, que se logró hace más de un año y que era una reivindicación sindical desde hacía décadas.

En el plano internacional, promovimos junto a la LO Noruega una resolución histórica en la CSI, lo que permitió a nuestra organización adoptar una postura clara en defensa de los trabajadores palestinos. Y, además, en Europa llevamos meses defendiendo la revisión del acuerdo de asociación, logrando que en el movimiento sindical europeo se esté avivando ese debate.

UGT hasta ha estado hace unas semanas en el Congreso de la PGFTU en Ramallah, el único sindicato español presente. En cualquier caso, cuando se trata de un genocidio, de la impunidad de una masacre como esta, siempre parece que queda mucho más por hacer, si bien, no creo que eso ya depende de nosotras.

Pregunta.- ¿No crees que haya margen para intensificar la movilización social en España contra el genocidio en Gaza?

Respuesta- Sí, totalmente. Creo que concretamente hay un margen grande para trabajar de forma unitaria.

De hecho, UGT y RUGE participan en el Grupo Libertad para Palestina, una plataforma que se centraba en lo que compartimos todas las organizaciones y entidades con la causa palestina, el fin del genocidio. Lamentablemente, creo que muchos colectivos de este Grupo se han enfocado en las diferencias y en querer ser los únicos en un espacio, la defensa palestina, que creo que nos pertenece a todos y debe ser compartido.

En cualquier caso, RUGE y UGT siguen a favor del trabajo y compromiso conjunto por Palestina, sin exigencias ni búsqueda de protagonismo. La única forma de intensificar la movilización social es abriendo el espacio a todos los que creemos en una Palestina libre y que no tenemos interés en ponernos medallas de pureza ideológica ni similares.

Pregunta.- A tu modo de ver ¿no ha llegado la hora de romper relaciones con el Estado de Israel, por las atrocidades genocidas que está cometiendo? Obviamente corresponde al Gobierno dar ese paso.

Respuesta – Considero que en la situación Palestina se debe hacer un análisis claro y frio de cuál es la mejor fórmula para ayudar al pueblo palestino. Creo que la única salida a este conflicto es a través del diálogo y la diplomacia, no solo por nuestra defensa de la paz – que también – sino porque llegados este nivel es la única oportunidad que tiene el pueblo palestino de existir.

Creemos en la coexistencia pacífica de dos Estados, situación que ahora es imposible por culpa de las actuaciones genocidas de Israel. Sin embargo, romper relaciones con Israel nos invalida para estar en las mesas de negociación y diplomacia, nos invalidaríamos a nosotros mismos en la Unión Europea para cuestionar el acuerdo de asociación con Israel. La pregunta es si queremos que haya una voz que defienda los derechos palestinos en esas reuniones o que en estas negociaciones el Gobierno español, que tiene mucha más sensibilidad con Palestina que la mayoría de sus socios europeos, no esté presente. Es muy difícil que eso llegue a beneficiar a Palestina.

Una organización grande y con capacidad de influir en la política internacional del Estado como la nuestra debe tener un planteamiento serio y preguntarse si sus actuaciones tienen un impacto real en la situación del pueblo palestino o si solo quiere perseguir un objetivo romantizado, muy coherente pero ineficiente para la transformación de la realidad del pueblo palestino. Creo que tanto RUGE como UGT apuestan por la primera cuando se trata de la solidaridad con las compañeras.

Pregunta.- Es evidente que son muchos los problemas sociales que vive vuestra generación

¿Qué mensaje le quieres lanzar a las y los jóvenes, trabajadores y estudiantes, desde el ala joven de la UGT?

Respuesta – Desde la nueva Comisión Ejecutiva de RUGE – Revolución Ugetista, la organización de jóvenes de UGT, queremos enviar un mensaje de esperanza y tranquilidad a todas las personas jóvenes, trabajadoras, estudiantes o paradas. Es lícito que nuestro futuro nos preocupe, genere ansiedad o malestar, sobre todo al tener que enfrentarnos continuamente a barreras como la precariedad laboral, periodos de prácticas fraudulentos o la dificultad para acceder a una vivienda digna.

Sin embargo, también queremos recordar que organizaciones como RUGE o UGT, trabajamos todos los días por mejorar nuestra situación y acabar con estos problemas endémicos. La reivindicación, la lucha de clases y el sindicalismo son las herramientas que tenemos las personas trabajadoras para cambiar las cosas. Por ello, os animamos a seguir luchando por vuestros – nuestros – derechos y a participar activamente en las organizaciones sindicales.

La juventud tenemos la fuerza, la energía y la determinación para transformar nuestro entorno. No nos conformamos con abanderar el cambio, lo hacemos posible. Así que os animamos a que sigamos luchando, reivindicando y organizándonos porque, como dijo Miguel Hernández, “la salvación de España, de su juventud depende”.

Comisión Permanente Confederal de RUGE-UGT 11 de abril de 2025
Roberto Tornamira
para Tribuna Socialista

EUROPA, MÁS EUROPA FRENTE A LA BARBARIE


Por Manolo Romero

Coordinador RUGE-UGT en Sevilla

Este 9 de junio se celebran las elecciones europeas y, probablemente, significarán el inicio de la ruptura del proceso integrador o, esperemos, de una nueva fase de profundización de las relaciones e integración entre los Estados miembros. Afirmaciones como estas pueden parecer manidas, pero esta vez no sólo está en juego el futuro del mayor proyecto de unión entre naciones de la Historia, sino el riesgo de que volvamos 70 años atrás, el riesgo de volver a esa concepción nacionalista excluyente entre pueblos, el riesgo de levantar muros entre vecinos y el riesgo de la pérdida de derechos y libertades.

Siguiendo el pensamiento de Robert Schuman, uno de los padres fundadores del proyecto comunitario, Europa está en riesgo constante, no se construye de una sola vez; sino de manera prolongada en el tiempo, con vaivenes y amenazas que hacen vital el compromiso de la ciudadanía y, en especial, de la clase trabajadora, para su supervivencia.

Hoy, de nuevo, la barbarie llama a las puertas de Europa. Algo que creíamos extinguido tras el último gran conflicto de Los Balcanes, vuelve a suceder casi treinta años después. Al margen de la amenaza en sí misma que la guerra constituye, es importante reflexionar sobre la capacidad de la Unión Europea para revolver estos conflictos y, llegado el extremo, participar de ellos para asegurar el respeto a los derechos humanos y garantizar las libertades. Si en Europa radica el origen del conflicto (no olvidemos, tanto Ucrania como Rusia son Europa), también de Europa debe partir la solución. Son muchos los intereses que giran en torno a las guerras y si en el mundo hay una institución que de verdad vele por los derechos y el progreso de las personas, esta es la Unión Europea. Por tanto, necesitamos unas instituciones comunitarias comprometidas, fuertes, solventes, ajenas a presiones de otras potencias, y que reivindiquen los valores y el acervo comunitario.

Por ello, es hoy más importante que nunca apostar por más Europa, votar con sentimiento comunitario para que quienes pretenden destruir la Unión desde dentro no se valgan de ella. Esta amenaza es la que hoy día representa la ultraderecha y el nacionalismo populista excluyente, ese que creímos superado hace tantas décadas y que hoy vuelve al albur de la desinformación y financiada, a menudo, por quienes no representan ni el 1% de la ciudadanía.

Precisamente por eso comentaba la importancia de la clase trabajadora y también las clases medias, como músculo demográfico para proteger nuestras instituciones. Porque que el progreso y la justicia social sigan siendo principios inspiradores de este proyecto transnacional nos beneficia, ante todo, a las mayorías sociales; y somos nosotros quienes tenemos el deber de protegerla.

Por ello es más importante que nunca la movilización. La paz, la convivencia, las libertades y la redistribución de la riqueza son premisas que han beneficiado a la sociedad en su conjunto, sí, pero en especial a la clase trabajadora. Quienes antes sufrían las guerras ahora disfrutan de la paz; quienes antes se veían desprotegidos y en la pobreza ante las crisis ahora reciben un sistema de protección social; o quienes eran perseguidos por su origen o religión ahora ven respetada su identidad. Todo esto es una realidad mayoritaria para los pueblos y ciudadanía de Europa. Sólo nuestra voluntad y compromiso cívico puede salvar un modelo que, pese a sus muchas carencias, nos han convertido en el lugar del mundo con mayor calidad de vida y esperanza en el futuro.

Desde las instituciones comunitarias, gracias a las fuerzas políticas mayoritarias europeas resultantes tras cada comicios, se han impulsado a lo largo del tiempo medidas que han mejorado sustancialmente la vida de la gente. Muchas de ellas, que repercuten en las mayorías sociales, que han fortalecido el salario mínimo, regulación de las plataformas digitales o el teletrabajo, aportado nuevos derechos por la conciliación, la exigencia de modificar la regulación del despido porque sale demasiado barato, medidas para mejorar la vida de la juventud, etc.

En definitiva, en estos momentos de crispación en los que recorre Europa la amenaza de la polarización social, basada en los bulos y en la guerra del último contra el penúltimo, frente al extremismo, apostemos por más Europa. Como dijo Altiero Spinelli, otro de los padres fundadores del proyecto europeo, “sólo el europeísmo de verdad y una soberanía propiamente europea permitirá que sean los europeos los que resuelvan sus problemas”.

Sevilla, a 31 de mayo de 2024.