El pasado día 8 de junio tuvieron lugar las elecciones generales en el Reino Unido, unos comicios adelantados oportunistamente por la Primera Ministra, pues pensaba el Partido Conservador que ampliaría su margen de poder, hundiendo al Partido Laborista. La política con mayúsculas ha dado una lección a la derecha británica y una oportunidad a la izquierda en aquel país.
Los resultados electorales, han roto una vez más con las encuestas y la valoración de los analistas. Siendo los más importantes, los que se refieren a los siguientes Partidos:
Partido Conservador 318, (12 escaños menos).
Partido Laborista 261 (29 escaños más).
Partido Nacionalista Escocés 35 (21 escaños menos).
Partido Liberal 12 (4 escaños más).
Partido Unionista Irlandés (DUP) 10 (2 escaños más).
UKIP. Ultraderecha 0 (1 escaño menos).
En el sistema electoral británico las elecciones se configuran con el carácter de elección de un diputado por circunscripciones muy pequeñas, lo que produce el efecto de que el número de escaños conseguidos por un Partido sea mayor que el porcentaje de votos conseguidos a nivel nacional, así tenemos en cuenta que siendo la diferencia entre el Partido Conservador y el Partido Laborista de 57 escaños, en porcentaje de votos el resultado es de 42% para el primero y 40% para el segundo, lo que viene a significar que en el apoyo del electorado los separa solo un 2%. Este es un dato a considerar como muy importante a favor de los Laboristas, más aún teniendo en cuenta que no hace ni tres semanas la diferencia era de un 20% a favor de los Conservadores.
En relación con la ultraderecha (UKIP) no entra en el Parlamento y pierde 1 escaño que tenía. Esto es importante porque solo ha conseguido el 1.8% de los votos, cuando en el 2015 alcanzó el 12% de los votos. Más importante aún, si recordamos que fue el Partido que marcó las pautas del debate sobre el Brexit en el Referendun.
La confusión y frustración que aquel referendun generó, especialmente entre los jóvenes, se ha tornado en positivo, en cuanto el líder del Partido Laborista ha retomado la senda de una política coherente con el Partido tradicional de la izquierda, el que siempre ha defendido los intereses de la mayoría social, levantando una vez más la ilusión entre los jóvenes y entre los trabajadores británicos. Estoy convencido de que este afianzamiento en el giro a la Izquierda que desde el principio dio Corbyn, no sin trabas en sus propias filas, ha ayudado a este positivo resultado.
El Partido Conservador, aunque haya ganado las elecciones, en realidad las ha perdido. Para May, Primera Ministra que gobernaba con una mayoría absoluta y convocó las elecciones convencida de que arrasaba en los resultados y se fortalecía en las negociaciones con la Unión Europea sobre el Brexit, el resultado la coloca en una posición débil e inestable y se puede considerar que para el Partido Conservador el resultado ha sido un fiasco político con repercusiones en el Reino Unido y en Europa de imprevisibles consecuencias.
Hay dos cosas que se pueden afirmar hoy: que la Unión Europea está en mejores condiciones para la negociación y que en el plano nacional está en minoría en el Parlamento, necesita o un gobierno de coalición o un acuerdo parlamentario porque para la mayoría absoluta necesita ocho votos de otros Partidos, es posible que lo intente con el Partido Liberal o el Partido Unionista Irlandés, lo más fácil será hacerlo con este último porque en el conflicto irlandés, el DUP es probritanico (antiguos colonos británicos que fueron a Irlanda a colonizarla).
La debilidad del Partido Conservador es positivo también porque hace difícil mantener la intención de May de no aplicar en el Reino Unido la Convención Europea de Derechos Humanos bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo. El resultado sitúa al Partido Laborista en un escenario más favorable para su trabajo parlamentario y su discurso a la ciudadanía británica.
Los resultados electorales en Escocia tienen para mí un sesgo muy importante porque cae significativamente El Partido Nacionalista Escocés y sube el Partido Laborista. Escocia ha sido históricamente un territorio laborista, hasta que en las elecciones de 2015 el Partido Laborista estuvo cerca de desaparecer parlamentariamente hablando. Fue una región altamente industrializada que las políticas de Margaret Thatcher asoló. Que los Laboristas se hayan recuperado allí es significativamente muy importante para la izquierda británica.
En relación con el Partido Laborista, su avance es muy significativo y frente a los negativos augurios y el acoso al que lo ha sometido los medios de comunicación de masas y los poderes ocultos es el ganador de estas elecciones, aunque en términos absolutos las haya perdido, nadie se esperaba estos resultados. Este avance tiene una importancia objetiva clarísima, en el sentido que desmonta que la única política posible era la tercera vía de Blair y sus programas liberales, restituye la autoridad del Secretario General y debe apaciguar y cerrar la cohesión del Partido Laborista, superando todos los problemas por los que ha pasado. Se abren ventanas de aire fresco, tras estos resultados en Reino Unido, la experiencia de Gobierno en Portugal y el resurgir del PSOE en nuestro país.
Para este significativo avance en mi opinión han jugado cuatro elementos centrales, que son: un claro programa antiausteridad socialdemócrata planteado desde una óptica de izquierdas, una respuesta participativa muy fuerte de la juventud en la campaña, con una importante afiliación de la misma al Partido Laborista, el papel de la candidatura de Corbyn en las redes y la implicación de miles de voluntarios y el importante papel que han jugado los Sindicatos británicos en la campaña.
En el Reino Unido, históricamente hablando, existen Federaciones Sectoriales, no la Confederación, que tienen una afiliación colectiva al Partido Laborista, lo deciden en sus Congresos y pagan cuotas al Partido sobre el número de afiliados que tienen. El papel de estas Federaciones ha sido muy activo en esta campaña electoral.
Finalmente si lo vemos desde el cuadro general de los resultados y en lo concreto los resultados del Partido Laborista podemos sentirnos muy satisfechos, es una buena noticia para el socialismo en Europa y una muy buena noticia para los socialistas españoles.
Manuel Bonmati Portillo
Militante de la UGT y afiliado del PSOE en Madrid
Agrupación de Ciudad Lineal-Madrid