Muchos han sido los artículos de la prensa de derechas y las tertulias -la de izquierdas la esperamos con ansiedad- dedicados a destacar que la victoria del PSOE en la Moción de Censura contra el Gobierno de M. Rajoy, celebrada entre los días 31 de mayo y 1 de junio, se debe casi en exclusividad a la corrupción del PP tras la sentencia del caso Gürtel.
Quisiera destacar que no sólo la corrupción que azota al PP ha llevado a la victoria del PSOE en la referida Moción de Censura y que como consecuencia tengamos un Presidente del Gobierno del PSOE.
Resaltar en primer lugar, que el actual Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue elegido en primarias Secretario General el pasado 21 de mayo de 2017, gracias a la movilización de la militancia de base frente al aparato del partido, hecho destacable entre los militantes, simpatizantes y por qué no de la clase trabajadora, apostando por el Sí es Sí y por tanto el cambio del Gobierno del Partido Popular.
El resultado de lo anterior generó un tiempo de cambio y de esperanza entre la clase trabajadora para hacer efectivas. Derogación de las reformas laborales de 2010 y de 2012, supresión de la Ley Mordaza, eliminación del artículo 315.3 del Código Penal, la salida política del conflicto de Catalunya y el mantenimiento del Sistema Público de Pensiones y la necesaria reforma de la Constitución.
En el terreno de lo concreto, de Norte a Sur, Este a Oeste del Estado, los trabajadores se han movilizado por la defensa del Sistema de Público de Pensiones, por la derogación de la reforma del 2013, aprobada en solitario por el Gobierno del PP, comenzando las movilizaciones con la marcha de trabajadores el 9 de octubre de 2017 convocadas por CCOO y UGT. Dicha movilización fue creciendo en intensidad y participación en las convocatorias de los meses de febrero y marzo así como en la del 15 de abril de 2018 con la participación no sólo de los pensionistas también la clase trabajadora activa, así como los jóvenes que estuvieron presentes en todos los actos convocados.
Fue el 8 de marzo de 2018, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, con la convocatoria por parte de los sindicatos de la Huelga General contra la desigualdad de género en todas sus vertientes: brecha salarial, discriminación o acoso laboral y sexual, violencia de género,…, cuando en más de 120 ciudades en las concentraciones del mediodía y en las manifestaciones de por la tarde centenares de miles de trabajadores salieron a la calle siendo una jornada de reivindicación de gran éxito; tanto fue así que incluso el Gobierno del PP tuvo que rectificar sus declaraciones de días anteriores reconociendo el éxito de la jornada de huelga, y partidos como C´s, a prisa y corriendo, se quisieron sumar a este tremendo movimiento social y sindical.
La contestación social a la que aludo, se puede cuantificar con las horas de trabajo perdidas por huelga, que superaron los 6,4 millones en los cuatro primeros meses del año 2018, lo que supone multiplicar por más de dos (+146,9%) las del mismo periodo de 2017, según el último informe de la CEOE sobre conflictividad laboral.
Por tanto, aunque la opinión publicada pretenda engañar a la clase trabajadora, la presión ejercida en las calles y en los centros de trabajo con sus organizaciones al frente ha contribuido de manera determinante a poner en evidencia la antipatía y el rechazo que ha cosechado el PP en estos últimos años, siendo la gota que colmó el vaso la primera de las sentencias del caso Gürtel; (la segunda se hizo pública el pasado día 11 de junio, con la pieza de Gürtel en País valenciano, en la que también ha quedado acreditado que el PP financió actos electorales con dinero de la trama). La consecuencia lógica ha sido que ningún partido político, salvo Ciudadanos, ha querido salvar al Gobierno que más daño a realizado en este país contra los derechos y libertades de la mayoría social.
Jose Antonio Fdez. Guerras.