Eva Sobrado Peláez es Secretaria General de la Sección Sindical de la UGT en el servicio de limpieza del Hospital Ramón Cajal de Madrid, desde hace ocho años y, a pesar de juventud, nació en 1981, es miembro del Comité de Empresa desde hace quince años. Ha pasado por varios empleos, pero nunca ha podido ejercer de aquello para lo que se formó, es Técnico Superior de Laboratorio.
Le preguntamos sobre las condiciones de trabajo en estos meses de pandemia.
Pregunta: Las trabajadoras de la limpieza en los hospitales sois parte de la cadena sanitaria, teniendo en cuenta que sin higiene no hay salud: ¿os consideráis parte de esa cadena?
Respuesta: Sí, nos consideramos parte fundamental de la cadena sanitaria, pero nunca nos hemos sentido tratadas como tal.
P: Vosotras trabajáis también en los quirófanos, en las UCI y en las habitaciones, etc., junto a los pacientes: ¿Os sentís protegidas en igualdad de condiciones que el personal sanitario?
R: No. No estamos en igualdad de condiciones respecto a protección y realización de pruebas, en comparación al personal sanitario. La empresa que actualmente tiene el contrato de limpieza, al principio de la pandemia, nos dotó de los EPIS necesarios, hasta que comenzó el estado de alarma, momento en el que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid dio la orden de requisar todo el material. Y ahí empezó nuestra lucha por los EPIS: teníamos que vagar por las plantas del Hospital para que las supervisoras nos diesen equipos. Hay que recordar que la escasez de mascarillas, guantes, batas y monos… la sufría todo el personal sanitario. Como a las limpiadoras no nos consideran miembros de ese colectivo, estábamos a la cola del reparto; hubo momento en que estuvimos compartiendo batas, y a falta de monos, utilizábamos bolsas de basura. Como no nos consideran personal de riesgo, a pesar de realizar nuestro trabajo en los mismos espacios que el personal sanitario, teníamos que luchar cada mañana para conseguir unas protecciones mínimas.
P: Queda claro, por la experiencia vivida, que hay diferencias entre el personal sanitario y el del servicio de limpieza. En relación con la protección: ¿se han corregido esas diferencias?
R: En efecto, se han hecho claras diferencias. Se han ido corrigiendo por la presión que las secciones sindicales hemos realizado, siendo comprensivas con la cantidad de EPIS de los que se disponía en cada momento. Si no había EPIS suficientes, a pesar de que teníamos que entrar protegidas, cuandoi llegabas una mañana a tu puesto de trabajo y no había equipos de protección suficientes te decían que a ti no te hacía falta porque no tenías contacto directo con el paciente. Quiero recalcar que el riesgo de contagio que había en habitaciones, UCIS, Urgencias…. era brutal en pleno estado de alarma. No hacía falta tocar al paciente para contagiarte. Con entrar a la habitación sin la protección necesaria teniendo que retirar los residuos de comida y basura generada por de los pacientes y limpiar todo lo que ellos tocaban (la mayoría de las de las habitaciones tenían 3 camas ya que se triplicó la capacidad del hospital) ya teníamos un alto riesgo de contagio.
P: Parece evidente, a la luz de los datos que arrojan las organizaciones sindicales sanitarias, que se ha deteriorado la dotación de medios materiales y humanos: ¿en vuestro colectivo, estáis bien dotadas de plantilla y medios?
R: Las plantillas siempre están muy ajustadas y la carga de trabajo es tremenda. En los meses más duros de la primavera pasada fue brutal. En estos momentos de segunda ola, podemos decir que la situación es aceptable. La empresa ha vuelto a disponer de su propio material y nos da cada día lo que necesitamos. En relación al personal de limpieza, se alcanzó un acuerdo económico entre la CAM y la empresa para aumentar el número de plantilla con contratos COVID que tiene vigencia hasta el 31 de diciembre, con lo que se podría decir que hemos ido tirando. Nos preocupa gravemente el que este acuerdo no tenga continuidad a partir del 1 de enero.