En los últimos meses mucho se ha debatido sobre el encarecimiento de la factura de la luz. Nos decían que con la ley de la oferta y la demanda y la gestión privada se satisfarían las necesidades de energía de la población. Nada más lejos de la verdad. El precio de la factura eléctrica ha alcanzado unas cifras escandalosas en las últimas fechas. lo cual supone una agresión para la población más necesitada y un serio obstáculo para la industria, los restaurantes, los comercios…
Mientras estamos comprando energía nuclear a Francia y electricidad a una empresa pública italiana como ENEL, España fue uno de los países que antes privatizó las empresa públicas energéticas.
En España, la empresa estatal Endesa llegó a tener más de un 40% del mercado y aunque tras la venta sucesiva de dos paquetes de acciones de ENDESA por los Gobiernos de Felipe González, el Estado aún mantenía en 1988 el 67% de la propiedad y el control público sobre la empresa eléctrica, los gobiernos de Aznar y Rato, vendieron la mayor parte de las acciones de Endesa propiedad del estado. La liberalización y privatización de ENDESA se llevó a cabo. Como premio a la privatización: puertas giratorias para políticos socialistas, peperos (Aznar fichó en 2011 por ENDESA tras haberla privatizado en 1998),y también nacionalistas.
En toda la Unión Europea los procesos de privatización que llevaban como objetivo acabar con los monopolios estatales, nos llevaron a un oligopolio de seis multinacionales. Concretamente, en el caso de España, Endesa, Iberdrola y Naturgy, han ganado más de 26 millones de euros en los últimos 5 años., mientras nuestra factura de la luz sigue aumentando.
Hemos llegado a una situación inadmisible en la que el Gobierno de Pedro Sánchez tras varias medidas que se han demostrado ineficaces, ha anunciado un nuevo paquete de medidas para detraer los ingresos extraordinarios de las empresas, los conocidos como ‘beneficios caídos del cielo’ o windfall, para destinarlos a topar el precio del gas. Suponen alrededor de 650 millones de euros. ¿será suficiente? me gustaría pensar que sí, pero creo que no va ser suficiente.
De hecho, mientras la derecha reivindica la bajada del IVA a un tipo superreducido, los sectors más progresistas coinciden en que deben aprobarse medidas de fondo en relación con el modelo energético español. ¿Qué medidas tomar? ¿crear una empresa pública o nacionalizar el sector eléctrico?
Leí en un artículo de Odón Elorza publicado en elobrero.es el 21 de agosto de 2021, que sugería la creación de una empresa pública que recuperara la gestión de más de 30 centrales hidroeléctricas cuya concesión finaliza en este periodo y hasta 2031. Ciertamente, parece una buena idea crear una empresa pública dedicada a la producción de energía que permita incidir en el precio final de la luz. Mejor una empresa pública que privada. Al menos nos aseguraríamos que no vacían los embalses como ha hecho Iberdrola para manipular el precio de la luz en las subastas de este especulativo mercado.
En la misma línea de pensamiento se inscriben las declaraciones del President de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonés (ERC), cuando manifiesta “Lo que se debe hacer es regular el mercado de forma diferente”, reivindicando que la Generalitat ya ha iniciado los pasos para crear una energética pública que gestiones dónde deben ubicarse los centros de producción energética.
Se necesita un modelo energético sostenible que garantice la producción alli donde se necesita, para no tener que importarla desde Argelia, Francia, o ningún otro país, sin que se tenga que trinchar el territorio con nuevas líneas de muy alta tensión, y para que se promueva el uso de las renovables.
Insisto en que prefiero una empresa pública que una empresa privada, pero es que el debate no es ese.
El debate es si el precio de la energía debe someterse a las reglas de mercado o no. Ni las propuestas del compañero Odón ni la de Pere Aragonés, ni las medidas adoptadas por Sánchez discuten el mercado, y por tanto “el mercadeo” energético. Si una empresa pública tiene que competir con las privadas, en un mercado al servicio del oligopolio privado, vamos servidos. La alternativa sería que la UE decidiera que la energía no se someta a las reglas de mercado, cosa que no va a decidir, entre otras cosas porque nadie ha situado el debate.
Si realmente queremos garantizar el suministro eléctrico de luz y gas vamos a tener que nacionalizar el sector y poner al servicio de la ciudadanía y de la industria los recursos energéticos necesarios para la vida y el funcionamiento de las fábricas, y por ende el mantenimiento de los puestos de trabajo del sector industrial que como todos ustedes saben sigue menguando debido al cierre o deslocalización de las empresas hacia países más desregulados en materia ambiental.
No podemos dejar en manos del mercado lo que no debe ser objeto de especulación.
Baltasar Santos
TS Cataluña