Por Meritxell Cabezón Arbat
Abogada y Técnica en violencia intrafamiliar
Ayer salí con mi marido y mi hija a cenar a Badalona. A punto estuve de llamar a la policía.
Había un grupo de 5 chicos y una chica, no superarían los 18. Ella iba muy perjudicada, imaginamos que de alcohol, y apoyada en el hombro de su amigo. El amigo la protegía. ¿De quién? De sus amigos. En escasos 100 metros escuchamos un “puta pásalo bien”, un “ahora puedes follar con quien quieras” y “ese cuerpo puta es para gozar”. Todo ello aderezado de dos agarrones de culo de absolutamente todos los chicos que la acompañaban y un agarrón en el pecho.
No llamé a la policía porque el amigo al percatarse de mi presencia despidió a los demás y ella se quedó sollozando con él. No sé si hoy cuando se haya levantado se acordará de lo que le hicieron sus amigos. No sé si sus amigos son conscientes que han abusado de ella.
Hoy me pregunto, si hubiera llamado a la policía ella ¿Se hubiera dado cuenta que era víctima de un delito de abuso sexual? Total, somos todas putas, el punto lila del macro festival de música más importante de Barcelona.
El punto lila, el espacio seguro, donde debemos acudir todas en caso de recibir una agresión, nos está lanzando un mensaje alto y claro. No te quejes mojigata. Follar está bien, y si te pagan más. ¿Con qué cara iría esta chica? ¿Qué le hubieran dicho? ¿Relájate y disfruta? ¿Cobra y así te costeas la noche? Puta es la concepción peyorativa de prostituta, que es aquella mujer que a cambio de dinero permite acceder a su cuerpo para follar con otras personas. Puta es una palabra que con el tiempo ha servido para degradar a estas mujeres, que víctimas de múltiples violencias, estados fallidos y mafias intercontinentales acaban con la concepción personal que solamente sirven para ese fin. Pero todas somos putas.
Si todas somos putas, entonces no tiene sentido perseguir a los proxenetas, no tiene sentido las políticas sociales, no tiene sentido la lucha contra la pornografía infantil, no tiene sentido luchar contra la trata de mujeres, porque todas lo somos. Y como todas somos putas, es normal que nos toquen el culo contra nuestra voluntad, es normal que accedan a nuestro cuerpo sin nuestro deseo, porque todas somos putas.
Cuando quien te debe proteger te traslada el mensaje, que da igual, que todas somos putas, que es guay follar por dinero, ¿Cómo va a ir a esta chiquilla a pedir ayuda? ¿Qué mensaje está recibiendo?