Por María Iglesias Domínguez- Periodista.

Los profesionales sanitarios y los usuarios de la sanidad pública andaluza protagonizaron la primera movilización multitudinaria contra el Gobierno de mayoría absoluta del PP, que preside Juan Manuel Moreno Bonilla.
El colapso de la atención primaria, la necesidad no solo de más médicos, sino de mejores condiciones laborales para evitar que se vayan de la comunidad y el avance en la privatización sanitaria han sido las principales reivindicaciones de los convocados por Marea Blanca: “La realidad sanitaria es muy precaria y cunde el desánimo entre los profesionales de la salud y los ciudadanos”, ha reclamado Esperanza Morales, médico de familia e inspectora jubilada, en la lectura del manifiesto con el que ha concluido la marcha en la capital hispalense.
La manifestación ha sido convocada por la Coordinadora andaluza de mareas blancas, la manifestación, a la que han asistido más de 20.000 personas, ha partido desde el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia del Gobierno andaluz, y ha culminado en la Plaza de la Encarnación llegando a colapsar algunas zonas de la ciudad a su paso.
Los participantes han reclamado también la estabilización de los 12.000 contratos de médicos en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) que fueron contratados como refuerzo durante la pandemia, así como la atención presencial en 48 horas desde que se pide la cita y que haya una atención de 12 minutos por paciente y que se potencien las urgencias rurales y la atención comunitaria preventiva entre otras muchas.
Tras el éxito de la manifestación de Madrid, los organizadores de las manifestaciones de este sábado eran conscientes de que el Gobierno de la Junta apelaría a la comparación en el número de asistentes para desmarcarse de la gestión sanitaria de Isabel Díaz Ayuso. Con todo, tanto Marea Blanca como los partidos políticos PSOE, Por Andalucía y las formaciones que la integran, Adelante Andalucía que ha estado presente a través de sus diputados a título particular, los sindicatos UGT, CCOO, CGT, USTEA y SAT y las más de veinte asociaciones que secundado la marcha se han mostrado muy orgullosos y satisfechos por la asistencia.
Durante la misma, Sebastián Martín, médico de familia jubilado y portavoz de la marea blanca, ha destacado el apoyo «como antes no se había visto» en una protesta similar y, tras subrayar que en Andalucía hay cerca de 2,5 millones de pólizas de sanidad privada, ha dicho que «es importante que la sociedad civil se ponga enfrente».
“No estamos en la misma situación que Madrid, pero nos vamos pareciendo cada vez más”, continuó diciendo Sebastián Martín,
El Gobierno de Andalucía presume de inversiones récord en sanidad 4.000 millones desde 2019 y un incremento del 17,94% respecto de 2022 para el año que viene y de 30.000 contrataciones y sin embargo es importante destacar que una cosa es decir que se incrementa el presupuesto público para sanidad y otra muy distinta que vaya destinado a la sanidad pública y es que es importante destacar que el 33% del gasto en las cuentas para 2023 se destina al sector privado. La realidad es que para el año que viene, los presupuestos contemplan la derivación de 245.000 pacientes a hospitales concertados, un 25,16% más que en 2022 (195.745).
Y en lo que se refiere a la platilla, es importante recordad que durante la pandemia se contrataron 20.000 sanitarios con fondos COVID, de los que 8.000 fueron despedidos en octubre de 2021 y en lo que se refiere al futuro de los 12.000 restantes, cuyo contrato expira el 31 de diciembre, a fecha 23 de diciembre aún están en el aire.
Los miles de manifestante que recorrieron las calles de Sevilla, exigían además de su renovación, la contratación de 4.000 profesionales para cubrir el déficit de la atención primaria y de otros 4.000 para poder abrir por la tarde 20 hospitales públicos en lugar de sufragar infraestructuras a los privados.
La manifestación de Sevilla transcurrió de manera pacífica en un ambiente reivindicativo en el que los usuarios mostraron su indignación mientras que los profesionales de la sanidad dejaron evidencia de su cansancio y resignación por las duras condiciones en las que tienen que trabajar, condiciones que cada vez van a peor.
Por un lado, los médicos de atención primaria atienden una media de 50 citas diarias en la que la presión asistencial cada vez es más alta porque los recursos están más al límite y a los pacientes no se los puede atender con calidad, razón por la que los nuevos MIR no quieran esta especialidad, además de la diferencia entre la sanidad Andaluza y de otras comunidades como la Euskadi donde muchos de nuestros sanitarios emigran por tener mejores condiciones económicas.
Para dibujar un mapa realista de la sanidad en Andalucía, es importante destacar que, en los municipios de 2.000 habitantes, tardan seis días en tener cita, no se cubren las bajas médicas y nos derivan a las consultas telefónicas. La situación en los municipios de menos de 20.000 es aún más complicada.
Si nos centramos en barriadas sevillanas como los tres barrios que figuran en las estadísticas como uno de los siete barrios más pobres de España, la población es completamente envejecida y con una renta muy baja algo que no les permite tener seguros privados.
Si el PSOE vio como sus posibilidades de seguir gobernando se vieron muy afacetadas por una sanidad deficiente, el PP es consciente de que la sanidad es sin duda su talón de Aquiles y que las movilizaciones le producen un tremendo desgaste y por ello el descontento que se ha apoderado a pocos meses de conseguir su victoria electoral por el colapso en la atención primaria, pueden ser un preámbulo de lo que les espera,
Y es que además de la renovación de los 12.000 profesionales tenemos que sumar episodios verdaderamente sangrantes como por ejemplo la confirmación de algo que denunció UGT en su momento que “Moreno Bonilla inauguro 17 quirófanos del hospital militar de Sevilla en abril antes de las elecciones y a día de hoy no están funcionado”.
Los profesionales de la sanidad anuncian un año muy caliente en lo que a manifestaciones se refiere si no se soluciona su situación algo que parece que está lejos de suceder.
La percepción general es que esta situación puede empeorar porque hay un programa que cumplir y ese programa empeorará sin duda la sanidad en Andalucía pasando a ser casi un recuerdo de unos años en los que era la joya de la corona, una joya que a base de recortes, de precarizar el trabajo de los profesionales, de privatizar…va camino de ser desmantelada para dejarla claramente en manos de quienes en la sanidad solo ven oportunidades de negocio.
