Entrevista a: José Manuel «Pepe» Sayagués

Secretario federal del Sector Postal de UGT

José “Pepe” Sayagués es funcionario, del Cuerpo Ejecutivo del Servicio Postal en CORREOS. Se afilió a UGT en 1977 y el mismo año funda la Sección sindical de UGT Correos de Ferrol. En 1979 pasa a representar a la UGT en la Comisión Estatal del Personal Postal (Correos) designado por la Ejecutiva Estatal del Sindicato Correos UGT. En 1982 participa en la fundación de la FSP-UGT y es legido Secretario Acción Sindical en la Permanente Estatal del Sindicato de Correos en la nueva Federación. Desde 1996 es el Secretario Federal del Sector Postal de la UGT. Desde 1994 es miembro del Consejo Asesor Postal (máximo órgano institucional de carácter consultivo del sector postal en España compuesto por representantes del gobierno, operador público postal, consumidores, empresarios, sector privado y sindicatos). Entre otras responsabilidades en el ámbito internacional, es representante Sector Postal de UGT en PTTI Internacional Postal, Telegraph, Telephone.

Pregunta: En 2009, Correos tenía una plantilla de 64.037 trabajadores y trabajadoras, la última cifra a la que hemos podido acceder, según el Informe Anual de 2020, la plantilla era de 52.456, es decir, se han perdido 11.581 puestos de trabajo en la última década, un 18%. ¿A qué se ha debido esta merma?

La reducción de personal se debe a varios factores. Si bien la dirección lo achaca a la caída de la carta por la sustitución electrónica, esto no es del todo cierto. El descenso de las cartas era algo que se estaba anunciando desde antes del año 2000 por el desarrollo de Internet. Correos tiene lo más difícil en una empresa como la nuestra (la red de carteros y la red de oficinas) con esa estructura encontrar productos para distribuir en cualquiera de las dos redes es lo más sencillo. Sin embargo, los gestores que han pasado por nuestra organización en todo ese tiempo, salvo honrosas excepciones, se han acomodado a cuadrar las cuentas con reducciones de personal en lugar de hacer lo más obvio buscar nuevos negocios compatibles con nuestra actividad.

Además, la política de clientes igualmente está siendo un fracaso. Recientemente leíamos en la prensa que la empresa adjudicataria de la entrega de notificaciones del Ayuntamiento de Madrid tenía una serie de problemas por falsificaciones de firmas en la entrega de las multas de tráfico. Los carteros coincidimos en nuestro día a día con los repartidores de otras empresas, y vemos como ellos sí reparten las cartas de los clientes más importantes: empresas eléctricas, de gas, etc. ¿Qué ha sucedido con nuestra fuerza comercial?

Asimismo, los directivos de Correos no han entendido Internet, por ejemplo; hoy todas las devoluciones de las compras de internet y una parte importante de las entregas se pueden hacer en cualquier local comercial: Ferreterías, ortopedias, tiendas de ultramarinos, etc. Y nuestras oficinas cada vez con menos contenido.

P: En los últimos diez años, la inflación ha subido un 12,77%. ¿Cómo han evolucionado los salarios para los trabajadores y trabajadoras de Correos?

Históricamente todos los empleados del sector público tenemos año a año una pérdida de nuestro poder adquisitivo (siempre nos suben el salario por debajo del IPC) ya hemos perdido la cuenta de la cantidad. Cuando la situación llega a un límite difícilmente soportable lo más que se le ocurre al Gobierno de turno es compensarnos con otro tipo de regulaciones como el otorgarnos días por antigüedad. La pregunta es ¿para qué queremos más días libres si no tenemos suficientes recursos económicos para SATISFACER NUESTRAS NECESIDADES BASICAS?

Lo realmente insólito es que a esta fecha y con la inflación al 9% en Correos todavía no nos han aplicado la subida pactada para el año 2022 y estamos en el mes de junio. ¿Con qué motivación acuden los trabajadores al puesto de trabajo?

P: Los días 1, 2 y 3 de junio, UGT y CCOO habéis llevado a cabo una huelga y manifestaciones con un gran seguimiento. ¿Cómo valoras la respuesta de los trabajadores y trabajadoras de Correos a la convocatoria sindical?

La valoración de nuestro sindicato y la de los compañeros de CCOO es de que la huelga ha sido un éxito. Y la movilización un éxito sin parangón con una manifestación el día 1 que puede calificarse de histórica ya que hemos conseguido inundar las calles del centro de Madrid con 20.000 trabajadores enfundados con camisetas amarillas (el color del servicio público postal) reunidos en torno a la reivindicación y el lema de “Salvar el Servicio Publico Postal”.

La huelga y manifestación, se producen después de cuatro años de gestión de un equipo directivo encabezado por Juan Manuel Serrano, una persona sin conocimientos ni experiencia en gestión empresarial que, si ya suscitó dudas por tal razón en sus inicios, ahora ya podemos decir sin temor a equivocarnos que el balance es no solo negativo sino catastrófico. Correos está cerca de la ruina y este es un dato objetivo carente de esa subjetividad que se nos achaca a los sindicatos en nuestras percepciones. En ese sentido podemos señalar algunos aspectos incontrovertibles

– Una caída de actividad que no tiene parangón.

– Los nuevos negocios no llegan a las carterías.

– Los paquetes y parte del negocio más rentable se pasan a la filial Correos Exprés.

– Las instalaciones de la matriz han sido vaciadas para ser ocupadas por la filial.

– Reducciones de plantilla (7.000 empleos en cuatro años).

– Pérdidas económicas como nunca habíamos conocido.

– Créditos para pagar las nóminas.

– Una apuesta por el empleo precario mediante contratos a tiempo parcial.

Y un largo etc.

Suponemos que ni el Gobierno, ni la SEPI se habrán sorprendido de esta movilización (la primera en cuatro años) porque llevamos tres años denunciando, por activa y pasiva, que la deriva suicida a la que Juan Manuel Serrano estaba llevando a Correos solo conducía a la catástrofe. Todo aquello que predecíamos desde UGT y CC.OO., que iba a suceder, ha sucedido. Y lo peor es que ni los órganos de control (Ministerios concernidos) ni el Gobierno, como garante corrector final de las desviaciones, han tomado decisiones a tiempo para salvar el desastre. Antes al contrario ha existido una extraña actitud, Tancredismo, por parte del Gobierno permitiendo que Correos construya una realidad virtual con un escenario distópico dibujado mediante un derroche económico insultante en campañas de publicidad. Todo, bajo la premisa falaz de que las cartas han muerto (falaz porque es una media verdad interesada para fabricar una mentira que posibilite desguazar un servicio público y una empresa que siempre ha respondido a los desafíos y evoluciones tanto económicas como tecnológicas). El proyecto difundido por Juan Manuel Serrano (que no aparecía en el programa electoral del PSOE ni tampoco en documento alguno conocido del actual Gobierno) partía de la reconversión de Correos en una simple empresa de logística y paquetería mediante la cual desarrollar proyectos de negocio, en algunos casos tan exóticos como disparatados (véase el anuncio de entrar en la privatización de Correos de Brasil previa entrevista de Serrano con Ministros de Bolsonaro) amén de otros, basados en ensoñaciones y ocurrencias de no sabemos qué gurús y lobbies económicos sobrevenidos al calor de una empresa pública que en 2018 manejaba una actividad de dos mil millones de euros (de los que el 65% procedía de las actividades postales que se daban por muertas).

P: En vuestros comunicados venís señalando que el problema en Correos es un “conflicto político”. ¿Podrías explicar por qué? También habéis dicho que se está desmantelando el servicio postal público. ¿Qué está ocurriendo? ¿Hay riesgo de privatización?

La mala gestión de Correos ha devenido en conflicto político porque Correos es (al margen de su naturaleza de empresa pública) el operador responsable de prestar el Servicio Postal Universal y además cumple con un papel muy importante como lo es el de vertebrar nuestro país y ser un agente para el desarrollo económico y social. Como ocurre en cualquier país desarrollado de nuestro entorno. Precisamente todo esto, que está en la esencia de nuestro trabajo, se ha abandonado en los últimos años pretendiendo que Correos sea una simple empresa más del sector de la logística y paquetería. Baste un ejemplo para que alguien con sentido común reflexione. ¿Qué empresa de paquetería y de logística convencional puede sustituir el papel que desempeña Correos y el Servicio Público como garante en el ejercicio del derecho democrático al voto en las elecciones?

Correos, como operador postal, tiene una logística inherente a funcionamiento y la paquetería es una actividad que se lleva desarrollando desde siempre, aunque ahora Juan Manuel Serrano intente disfrazarse de “innovador” desde un adanismo patético, diciendo que Correos debe orientarse a la paquetería. Antes de nacer Serrano Correos ya llevaba paquetes. Otra cosa es adecuar la organización a la explosión de la paquetería vinculada al e-commerce, algo que ya se venía haciendo antes de la llegada de este equipo directivo. Desde el sentido común no es posible conciliar el aventurerismo irreflexivo del señor Serrano y los “lobbies de interés económico” y gurús que lo asesoran (anótese aquí el papelón jugado por la Consultora Deloitte) con la decisión de desguazar (transformación le llaman) el sistema postal en nuestro país. actuaciones que definen un desconocimiento de la naturaleza de Correos y de las innegables potencialidades de futuro de esta empresa pública si se adoptaran decisiones racionales, reflexivas y sensatas basadas en un modelo evolutivo, gradual, consensuado y midiendo el impacto de las decisiones para evitar fracasos como el actual.

Por supuesto que hay riesgo de privatización. Entre otras cosas porque los que peinamos canas, leemos y viajamos, sabemos que las privatizaciones o se hacen por la vía directa de un gobierno implacable y ajeno a las consecuencias de ello o se abordan dilatando la decisión por la vía de promover las causas primero (el deterioro del servicio público) que lleven al efecto de privatizar como solución in extremis e irreversible para “salvar algunos muebles”. En Correos, por una decisión muy “particular” de Juan Manuel Serrano (y sus socios/consultores en la tarea) o bien por indecisión, desconocimiento o desidia del Gobierno, todo parece indicar que el camino es irreversible, si no hay una reacción de última hora de alguien con poder (y sentido común) que lo impida.

P: Correos cuenta, según el informe anual de 2020, con 8.381 puntos de atención: 6011 servicios rurales y 2370 oficinas. Son cifras que pueden competir con cualquier entidad bancaria e incluso en la España vaciada las mejora. ¿Podría Correos, en coordinación con el ICO, ser una alternativa del Estado al deterioro del servicio bancario que prestan las entidades financieras privadas?

Claro que Correos está capacitado para prestar servicios bancarios. Correos tiene unos sistemas informáticos punteros, tiene oficinas por todo el país, tiene personal suficientemente preparado por nuestra historia de Caja Postal, la colaboración posterior con Argentaria, BBBA y el acuerdo de comercialización con Deutsche Bank, etc. Correos en la actualidad presta un sinfín de servicios que también prestan los bancos como el cobro de recibos, los giros, los reembolsos, las remesas de emigrantes, tenemos acuerdos para ser el cajero de algunas entidades, entre nuestro elenco de productos hay varias tarjetas de recarga y crédito, etc. UGT ha reclamado, reiteradamente (por ejemplo, con ocasión de la Ley Postal 43/2010) desde que el gobierno socialista decidió el 13 de Marzo de 1991 que la Caja Postal dejara de depender de Correos y Telégrafos y rompió un modelo postal que siempre existió (y sigue existiendo en otros países europeos, caso de Francia, Italia, etc.) que además de una utilidad social incuestionable conlleva aportar capacidad y potencialidad en los retos de diversificación, de eficacia social y de eficiencia económica, que son desafíos aceptados en los Operadores designados como prestadores del Servicio Postal Universal, como es Correos en España.

Por otra parte, cabe apuntar que, en algunas reuniones sobre el tema bancario, Correos ha dicho que por la tesorería de Correos circulaba más cantidad de dinero por este tipo de prestaciones que el total de nuestros ingresos (por aquellas fechas 2.000 millones de €). Así pues, con la necesidad de diversificación seria, solvente y basada en proyectos creíbles que tiene Correos y dada la situación de la banca en nuestro país, que está reduciendo el número de oficinas y la atención al público, una solución de este tipo no debería ser difícil ponerse manos a la obra. Pero, insisto, con una seriedad, conocimiento del contexto y de lo que se tiene entre manos, del que hasta ahora se ha carecido.

Conclusión: Se puede afirmar que, si la situación y caos existente no se aborda con prontitud, algún día se estudiará en las Universidades el caso Correos. Cómo hundir una Empresa Pública y deteriorar un Servicio Público en cuatro años sin perecer en el intento y sin que nadie con responsabilidad política haga nada por evitarlo. Ya lo he dicho alguna vez, los 300 años de historia de Correos, el esfuerzo vocacional de miles de empleados postales para conseguir mantener el funcionamiento en niveles aceptables de un Servicio Público -uno de los más apreciados según las encuestas del CIS hasta hace poco- con sueldos bajos y condiciones laborables precarias, no merece este abandono político rociado de publicidad falsa y engañosa. En 1990 con ocasión de la reforma de La Poste, en Francia, en un acto en Paris -fui testigo- un ministro socialista dijo “en la reforma postal el modo de hacerla, es tan o más importante, que el objetivo”. Pues eso.

Roberto Tornamira para Tribuna Socialista
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