El “Trumpantojo”

Dice la RAE de trampantojo: “Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es”. Desde su reelección Donald Trump adopta y promueve políticas que se ajustan como un guante a esta definición. Nos hace ver que defiende al pueblo estadounidense cuando en realidad lo que está defendiendo son negocios propios y de sus allegados. Si no fuera terrible resultaría cómico verle sentado en la Casa Blanca, haciendo carantoñas en perfecta sintonía con el príncipe de Arabia Saudí, al que califica de defensor de los derechos humanos, y que hasta ayer era acusado mundialmente del asesinato y descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi.

Los ejemplos son numerosos: Gaza y Ucrania, Colombia, Brasil, etc. Ahora le toca a Venezuela. Desde primeros de septiembre ha iniciado una cruzada contra las drogas, lanzando amenazas sin tino, acusando sin pruebas y asesinando extrajudicialmente a decenas de tripulantes de embarcaciones en aguas caribeñas, enviando miles de soldados y barcos de guerra, sobrevolando las fronteras venezolanas en una continua presión sobre el país. La justificación es la defensa de los estadounidenses ante la oleada de narcotraficantes que vienen de la zona inundando de drogas EEUU siguiendo las ordenes de una organización fantasma llamada “Cártel de los Soles”, integrada por los mandos del Ejercito venezolano y dirigida por el presidente Nicolás Maduro, al que califica directamente de terrorista.

Es sabido que Venezuela posee las mayores reservas petrolíferas conocidas del mundo. En 2007 el entonces presidente Hugo Chávez asumió el control de estas reservas en un proceso de nacionalización que transformó los convenios de asociación con las compañías petroleras, que venían extrayendo y explotándolas históricamente y que vieron confiscados sus activos, creando compañías mixtas con participación mayoritaria del Estado venezolano.

En el desarrollo imperialista no cabe la soberanía de los pueblos, y naturalmente desde entonces Venezuela ha sido colocada en el ojo del huracán por EEUU y por los países europeos, que han señalado al régimen venezolano y a sus dirigentes como tiranos dictadores. Desde que Chávez tomó el poder en 1999 los países imperialistas han denunciado todos los procesos electorales apoyando a toda una serie de dirigentes fascistas disfrazados de demócratas. En una gran farsa no han tenido pudor para apoyar como presidentes alternativos a personajes autoproclamados en una plaza de Caracas o recientemente otorgando el premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, una señora que se dedica a conspirar permanentemente contra el régimen y el pueblo venezolano.

Trump no trata otra cosa que laminar el derecho de un pueblo a vivir soberanamente, como viene haciendo con Cuba, Brasil o Colombia, a los que considera su patio trasero. El problema es que Maduro y los dirigentes del régimen venezolano no se apoyan en su pueblo. Según New York Times la compañía petrolera estadounidense Chevron Corporation, una de las mayores del mundo, mantiene una posición privilegiada en la extracción de petroleo, gas y minerales en Venezuela. En los últimos meses y por presiones del secretario de Estado estadounidense Marco Rubio las licencias de Chevron para actuar en Venezuela fueron canceladas, lo que ha provocó una caída radical de las exportaciones, sin embargo se dio una nueva licencia cuyos detalles son confidenciales, mientras que Maduro, en un esfuerzo desesperado, ofrecía concesiones petroleras a Trump dándole una posición dominante, y planteando la posibilidad de abrir los proyectos petroleros y de oro existentes y futuros a empresas estadounidenses, que recibirían contratos preferentes. Además añadió que reorientaría las exportaciones que ahora se dirigen a China y limitaría los contratos mineros con empresas chinas, iraníes y rusas.

Todo este tema, según NYT “fascina a Trump, como le fascinó cuando instó a la toma de los yacimientos petroleros de Siria, cuyas reservas son una fracción muy pequeña de las de Venezuela”. Chevron contrató a un importante recaudador de fondos para Trump, como representante, para influir en las decisiones de funcionarios y legisladores venezolanos. El “trumpatojo” está servido.

Mientras Trump y Maduro anuncian que hablan por teléfono, las aerolíneas europeas y estadounidenses dejan de volar a Venezuela participando del bloqueo y amenaza que Trump cierne sobre el pueblo venezolano: “A todas las aerolíneas, pilotos, traficantes de drogas y traficantes de personas, consideren el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela cerrado en su totalidad”. Una nueva amenaza de guerra y un paso más en el escalada para arrebatar su soberanía al pueblo venezolano.

Enrique Dargallo

Editorial: No es una guerra entre pueblos, es una guerra contra los trabajadores

El fracasado candidato a Premio Nobel de la Paz acelera la barbarie que lleva intrínseca el sistema económico vigente. En palabras de Jean Jaurès: «El capitalismo lleva la guerra dentro como la nube lleva la tormenta”.

En un leguaje más práctico: la deuda exterior de los EE.UU., superó en agosto los 37 billones de $; es la consecuencia de ejercer de gendarme del mundo y tener que mantener al ejército más temible de la tierra. Y eso es lo que Trump infunde: temor y no respeto. No se entiende de otro modo que Zelensky sea humillado cada vez que visita la Casa Blanca. Como es incomprensible la sumisión del secretario general de la OTAN; o la de la presidenta de la Comisión Europea cuando Trump la recibió en su campo de golf escocés, para mayor vergüenza, el 27 de julio, donde aceptó comprar energía a EE.UU., por valor de 750.000 millones de euros, invertir 600.000 MM€ en los USA e incrementar las compras en armamento a la industria norteamericana. Todo, a cambio de aplicar a los productos europeos “solo” el 15% de aranceles, sin contrapartida ninguna. Este es el nivel de degradación y bochorno por el que Trump hace pasar a sus supuestos aliados.

A los miembros de la Comisión Europea y a una importante mayoría de los europarlamentarios les debe importar un pimiento la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y las pensiones en sus respectivos países; por el alza especulativa de los precios de la energía, de la vivienda, de los alimentos… así como el avance de la pobreza que todo ello conlleva, a nombre de una guerra con trasfondo comercial.

Intentar entender esta situación, que no compartirla, solo es posible desde la óptica del Mercado, ese mercado libre; libre de imponer y someter causando muerte, pobreza y desestabilización social.

El sistema el capitalista, el mercado libre de hacer lo que le venga en gana, ha decidido arrasar los derechos que la clase trabajadora ha ido consiguiendo, con luchas y mucho sacrificio, a lo largo de los últimos 200 años. Y están dispuestos a conseguir sus objetivos, aunque tengan que asesinar a la mitad de la población mundial. Es por ello que no es correcto hablar de guerra entre pueblos, sino de guerra contra la clase trabajadora.

La guerra social desatada contra la clase trabajadora toma sus formas diferentes en cada país:

En Francia, la clase dirigente al servicio del capital ha decidido acatar las órdenes y destinar 400.000 millones de euros “para modernizar el ejército”, dicen. La realidad es que Francia ha asumido con la OTAN, es decir con los EE.UU., un gasto de aquí a 2035 de más de 650.000 MM€ -Francia se ha marcado el objetivo de gastar 64.000 MM€ en defensa en 2027, frente a los 32.000 que destinaba a gasto militar en 2017, cuando Macron llegó al Eliseo. Están dispuestos incluso a llevarse por delante a la V República. Para no extendernos y entender la concreción en Francia, sugerimos la lectura del artículo de Enrique Dargallo “Crisis política en Francia: Macron en primera línea”, publicado en este mismo número 170 de Tribuna Socialista.

En Ucrania toma formas más complejas y graves. EE.UU., desde antes de 2013, viene presionando a la UE para que “diversifique su dependencia energética de Rusia”; una forma de expresarlo que, sin ser incierta, esconde una presión para que Europa compre Gas Natural Licuado (GNL) estadounidense, en detrimento del suministro ruso -lo que da una idea de la motivación para la voladura del gaseoducto Nord Stream, en septiembre de 2022-, y por qué se imponen sanciones económicas contra Rusia, pero no a Israel.

Como dijo Clausewitz “la guerra es sólo la continuación de la política por otros medios”. Y eso es lo que hay en Ucrania; una guerra que el próximo febrero cumplirá su cuarto año, sin olvidar que el Estado ucraniano, cuyo gobierno hoy preside Zelenski, arremetió contra su propio pueblo, en la región del Dombas, en 2013, causando miles de muertos. Para no extendernos, sugerimos Ver: TS-130 de enero de 2022, (pág. 20) Posicionamiento del CATP contra la guerra -un mes antes de la invasión rusa. Y otros números siguientes a partir de febrero de 2022-.

El hecho es que mueren miles de jóvenes en los frentes de guerra, para que los EE.UU., con la cobertura de la OTAN, se apropien de un negocio de más de 40.000 millones anuales en suministro de GNL a la UE. Negocio que aumentará con los compromisos unidireccionales aceptados por la señora Von der Leyen. Es lógico pensar que Putin quiera compensación por la pérdida del negocio de los combustibles, y Trump está dispuesto a compensarle con el 20% del territorio ucraniano. Por si acaso, el depravado inquilino de la Casa Blanca ya se ha garantizado la explotación de minerales y tierras raras, en lo que es rico el subsuelo ucraniano. Todo ello con la inestimable colaboración de la UE y todas sus instituciones.

A estos mercaderes les importa un bledo los 400.000 soldados que han muerto o han sido heridos en el frente ucraniano. Como a Putin le importan un comino que hayan muerto o hayan sido heridos más de un millón de soldados rusos en este conflicto. Por eso comprendemos y apoyamos la decisión de desertar de miles de jóvenes ucranianos y rusos, pues esta no es su guerra.

En Palestina, el negocio ha tomado la forma de Genocidio del pueblo gazatí, como si quisiesen enviar un mensaje a toda la clase trabajadora mundial, de hasta donde están dispuestos a llegar para salvaguardar sus intereses económicos.

Lo ha dicho ASTRADE en su Declaración del pasado día 16 de octubre “Sin duda alguna, la parte positiva (del plan de paz) es el fin de las bombas y la matanza indiscriminada de gazatíes”; algo que no está garantizado, pues el Estado sionista rompe el Alto el Fuego y continúa asesinando civiles desarmados.

Para garantizar el negocio, Trump ha enviado a su “equipo”, yerno incluido, a pedir a Netanyahu que respete los acuerdos: veremos cómo y cuándo acaba la tregua y la forma que toma la idea de la Familia Trump de transformar Gaza en un resort; idea jaleada por el Gobierno de Netanyahu. El tiempo nos dirá cuantos kilómetros cuadrados le dan a los Trump. Lo único que parece estar claro es que el Estado sionista continuará ocupando tierras ilegalmente y expulsando al pueblo palestino de su territorio, como viene haciendo impunemente desde 1948, incluso antes.

A los palestinos les ofrecerán, como “premio de consolación”, trabajar sin derechos en una especie de sucursal de Las Vegas a orillas del Mediterráneo. Es lo que les está ocurriendo hoy, a 125.000 trabajadores procedentes de la Franja de Gaza y de Cisjordania, como denuncia el Sindicato de Trabajadores árabes, con sede en Nazaret: “a los trabajadores les niegan su salario o indemnización; y su legítimo derecho a reclamarlo, a nombre de que pertenecen a “una autoridad terrorista”, argumentan de forma coordinada muchos empleadores”.

El negocio se cierne también sobre Venezuela, y sobre sus reservas de petróleo en particular, por lo que Trump ha asesinado, de momento, a más de 40 personas, sin prueba ni juicio, en las aguas del Caribe. Y ha dado rienda suelta a los provocadores de la CIA para que “el que pueda hacer que haga” según el lenguaje que manejan los fascistas y golpistas de toda laya.

Es una guerra de los poseedores del capital contra sus propias clases trabajadoras. Cuando Trump habla de “América first”, no dice a qué América se refiere, pues la América a la que reprime con la guardia nacional es a la que considera “su enemigo”, por lo que invitó a sus generales y almirantes a “vigilar al enemigo interior”.

Es exactamente lo mismo cuando Trump condiciona la ayuda económica a Argentina, si el pueblo argentino no apoya al sicario del capital que ocupa la Casa Rosada en Buenos Aires. O cuando chantajea al presidente de Brasil con aranceles si no indulta a Bolsonaro, el golpista.

La respuesta no está en el viento, que diría Dylan. La respuesta está en las calles. La respuesta a esta barbarie insaciable está germinando en las grandes manifestaciones que hubo el 18 de octubre en las principales ciudades de los Estados Unidos de América. Está en las jornadas de huelga de Italia, para rechazar el genocidio en Gaza. Está en los cientos de miles de personas que salieron a las calles el 7 de octubre en Londres, para pedir justicia y que pare el genocidio. Está en la determinación de decenas de miles de madrileños y madrileñas que el 14 de septiembre dijeron NO a la última etapa de La vuelta ciclista de la vergüenza. Está en la jornada de lucha en nuestro país, el 15 de octubre, con grandes manifestaciones y paros laborales, aunque fuesen de tiempo limitado. Está en las manifestaciones de jóvenes reclamando vivienda asequible, en la queja de la clase trabajadora andaluza y madrileña en defensa de la Sanidad Pública, en la perseverancia del pueblo valenciano exigiendo responsabilidades por las negligencias en la DANA de 2024…Está en cada conflicto laboral que utilizan los trabajadores para reivindicar y defender sus derechos.

El Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez tiene que dejar ya su ambigüedad y de jugar con los tiempos: no se puede decir “Viva Palestina” y decretar el embargo de armas dos años después de iniciado el genocidio, con 67.000 asesinados; celebramos que lo hayan hecho, pero criticamos la tardanza. No se puede estar en contra de la Guerra y que el presidente y su ministra de Defensa no paren de decir que cumplirán con los compromisos de gasto militar.

En muchas ocasiones vemos a las organizaciones de la clase trabajadora como dique de contención contra esta resistencia. Sería mucho más deseable verlas a la cabeza de las movilizaciones llamado a la unidad y haciéndola en los hechos.

Comité de Redacción

Crecen las protestas por la deriva autoritaria de Trump

El segundo mandato de Trump no está siendo un camino de rosas, sino de espinas, para los norteamericanos que comienza a reaccionar por el estancamiento de la economía, los despidos masivos en la administración pública, los recortes en los servicios públicos, la caza indiscriminada de inmigrantes y por su deriva autoritaria. Trump, hasta ahora, no está cumpliendo con su promesa de hacer grande a América de nuevo, lema que expresa su visión etnocéntrica del mundo y el reconocimiento, implícito, de que EEUU va a la baja como primera potencia mundial frente a China.

En el primer trimestre de 2025 la economía se contrajo un 1,8%, contracción que según los economistas seguirá en 2026 en porcentajes que rondarán el 1,7%. El déficit público, la deuda en manos de inversores y otros países (China en primer lugar), va camino de situarse en el 5% el máximo desde el término de la II Guerra Mundial. Y el paro ha aumentado hasta el 4,5% confirmando el desplome del mercado laboral. Datos alarmantes que la Reserva Federal intenta contener bajando en su reunión de este mes los tipos de interés que quedan entre el 4% y 4,25%, para reducir la inflación situada en el 2,9%, y prevenir el posible estancamiento económico por su errática guerra arancelaria que ha dislocado el comercio mundial.

En cuanto a los despidos masivos en la administración pública, ejecutados por Elon Musk y justificados en la necesidad de eliminar la maleza burocrática, existe una nebulosa sobre el número total de funcionarios despedidos que, según la mayoría de analistas y medios de comunicación podría rondar, o superar, los 200.000 trabajadores, muchos de los cuales conocieron su despido a través de un mensaje pregrabado enviado a su móvil conminándoles a abandonar su puesto de trabajo en treinta minutos. Despidos que han desmantelado varias Agencias Federales consideradas no esenciales, reduciendo al mínimo sus plantillas. Entre ellas la que supervisa la financiación pública de los medios de comunicación (VOA), para reducir el control del gasto de dinero público destinado a ellos. Otras Agencias desmanteladas están relacionadas con las ayudas sociales como el Consejo Interinstitucional para personas sin hogar, el Fondo para el Desarrollo Comunitario o la Agencia para el Desarrollo de Empresas Minoritarias. Medidas que afectan a los más pobres: ¡sálvese quien pueda!

Recortes y despidos que le han enfrentado con algunos jueces federales que han tirado para atrás algunos de ellos en el sector público. Como otros jueces han invalidado algunas de las detenciones y deportaciones de inmigrantes, con o sin papeles, que diferentes medios norteamericanos cifran en 350.000 personas. Deportaciones efectuadas por sorpresa con razias policiales en oficinas federales, empresas o en la calle, que rompen familias asentadas desde hace años en territorio USA, en una demostración más del matonismo que aplica a todo lo que toca. Como la eliminación —censura— que exige a los medios de comunicación de los profesionales críticos con su gestión que ha supuesto la supresión de dos Late Night de gran audiencia a la que se han plegado dos cadenas, expandiendo la autocensura por miedo a perder el puesto de trabajo. Alarde de poder que como toda persona insegura sublima con actuaciones teatrales con las que adorna sus actos, como la circense firma en el despacho Oval de sus muchos decretos siempre ampulosa y con rotulador negro para reafirmar su autoridad.

Matonismo que aplica a las relaciones internacionales con la amenaza de movilizar a su ejército o imponer sanciones económicas a los países que no doblen la cerviz ante sus dictados, siempre sujetos a lo primero que se le pasa por la cabeza en la creencia de que medidas estrambóticas de un liberalismo radical hacen grande a América. Como la defensa de los ricos que financiaron sus campañas electorales refrendando que son los poderosos los que le interesan, como el poderosísimo lobby judío encantado con su gustoso apoyo al genocida de Netanyahu, sin importarle el exterminio que ejecuta con delectación sobre el pueblo palestino. Las personas no importan, solo el negocio de la reconstrucción futura.

Tras diez meses de mandato los problemas y las protestas comienzan a emerger porque el ciudadano medio comprueba que Trump no consigue que la economía USA crezca, porque sus medidas económicas no están dando los resultados deseados por él ni por sus seguidores. La imposición de los famosos aranceles, medida estrella para hacer crecer el empleo y la riqueza del país se ha convertido en un magma en el que ya no se sabe cuáles o no están en vigor ni en qué porcentajes, por lo errático de su política económica—que no atiende a los efectos inmediatos sobre la ciudadanía—; de ahí que entre los inversores de Wall Street se haya popularizado la que denominan estrategia Taco, para significar que las inversiones bursátiles sobre el impacto de los aranceles deben realizarse contando con que Trump acaba dando marcha atrás: se acobarda (Trump Always Chickens Out). 

Ante este panorama en el que la economía camina hacia el estancamiento, y su influencia no consigue acabar con las guerras en curso como prometió (Gaza y Ucrania), Trump vuelve la mirada hacia casa con una serie de decisiones que refuerzan el autoritarismo de su Gobierno, apoyadas en la mentira y la tergiversación de la realidad, fundamento de la estrategia populista de la que es el primer Pope. Medidas que justifica en un pretendido e inexistente aumento de la inseguridad en las principales urbes del país de población mayoritariamente demócrata, a las que envía a la Guardia Nacional para vigilar sus calles con un alarde de armamento innecesario, que crea en los ciudadanos la sensación de vivir en un estado de sitio, por las detenciones irregulares y arbitrarias que realizan. La población de Washington es la primera en sufrir este recorte de libertades ciudadanas, pero la intención de Trump es hacer lo mismo en Nueva York, Chicago, Los Ángeles o Boston.

Medidas a las que se oponen los Alcaldes y Gobernadores donde se ubican esas urbes y varios jueces federales, en especial los de la capital federal, como la jueza de instrucción Zía Faruqui, que ha condenado públicamente la legalidad de los arrestos y registros de la Guardia Nacional por la brutalidad en su ejecución carente, ha afirmado: de la dignidad humana más básica. Decisiones autoritarias de Trump, que comienza a encontrar respuesta en la sociedad con el aumento de las manifestaciones de protesta contra su gestión. En sus dos últimas apariciones públicas, en la final del Open USA de tenis, y en su salida a cenar a un conocido restaurante de la capital, Trump fue abucheado en una reacción espontánea, acusándole de ser el Hitler de nuestro tiempo. Crítica social que replica acusando a los que protestan de izquierdistas peligrosos a los que responsabiliza, sin ninguna prueba, del asesinato del propagador de los mensajes ultraderechistas más extremos Charlie Kirk.

Autoritarismo que polariza como nunca a la sociedad. Según las encuestas recientes el 56% de los norteamericanos desaprueban su gestión frente al 42% que la respalda. Confirmación de lo caótico de sus políticas que dan pábulo a quienes piensan que Trump no está haciendo grande América, sino convirtiéndola en un régimen autoritario como su potencia rival China.

Vicente Mateos Sainz de Medrano.

Periodista, profesor universitario y

Doctor en Teoría de la Comunicación de Masas

Dos caras de la misma moneda: la sumisión institucional a Trump y la resistencia de los pueblos

En la cumbre de la OTAN en La Haya, celebrada en la última semana de junio, vimos los roles que se juegan en la OTAN: El presidente de los USA, señor y jefe de la estructura militar; y por otro lado a los presidentes de los países aliados, incluido el Sr. Rutte, ejerciendo de lacayos, con la honrosa excepción de Pedro Sánchez, aunque no exento de contradicciones.

Justo un mes después, el 27 de julio, la presidenta de la Comisión Europea (UE), la Sra. Von der Leyen, se arrastraba hasta Turnberry (Escocia), para aceptar todas las condiciones de Trump.

Esto, en realidad, no es nada nuevo. Lo que ha cambiado es que se han terminado las escenificaciones que daban la impresión de que las relaciones eran entre iguales; tanto en el seno de la OTAN, como en las relaciones bilaterales USA-UE. La escenificación ya no cabe por la forma de relacionarse del presidente de los Estados Unidos, propia de un matón sin límites, lo que ha retificado con su discurso en el plenario de la Asamblea General de la Onu del día 23 de septiembre.

En términos políticos, estos cambios sustanciales, en apariencia formales, significan que, el mayor imperialismo del planeta, los USA, ha emprendido el camino de la guerra y de la destrucción de los derechos de los pueblos, empujando a ello a los demás imperialismos.

Recordemos que la RAE define imperialismo como: “Actitud y doctrina de quienes propugnan o practican la extensión del dominio de un país sobre otro u otros por medio de la fuerza militar, económica o política.”

Desde la confrontación colonial entre potencias, cuyo inicio se remonta al siglo XV y que culminó con las dos guerras mundiales en el siglo XX, lo que verdaderamente ha cambiado es que ya no quedan nuevos mercados por conquistar, ahora se los tienen que arrebatar unos a otros.

Esta dinámica explica, sin que ello justifique, el genocidio que Israel está perpetrando en Gaza. Se pisotea el derecho internacional, los derechos humanos y se pretende exterminar a un pueblo entero. Es un aviso de hasta dónde está dispuesto a llegar Estados Unidos; sostén económico, político y militar del Estado sionista, sin cuyo apoyo no sería capaz de hacer lo que está haciendo.

La ocupación de parte de Ucrania, la reacción de Putin ante la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas y la contienda entre los USA y Rusia por ver quién es el proveedor de energía en Europa, nos han metido en una guerra en territorio europeo que va camino de los 4 años de conflicto y una brutal sangría de vidas, a ambos lados de los frentes; vidas principalmente de jóvenes pertenecientes a familias humildes y trabajadoras, tanto rusas como ucranianas. Con una situación que es difícil predecir cómo puede terminar, con las supuestas violaciones del espacio aéreo de diferentes países de la UE/OTAN, por parte rusa.

Putin está midiendo hasta dónde está realmente dispuesta a llegar la UE, pues el servilismo ante Trump ya no garantiza que los USA se involucren en la defensa de Europa. Solo hay que ver como Trump presiona a Zalensky para que trague con una paz, por no llamarle rendición. Putin y Trump se miden a su vez mutuamente. La diferencia es que los USA han conseguido sus objetivos económicos y militares, por lo que se explica que ya no tengan interés en mantener el conflicto, aunque no le importe lo más mínimo que este se prolongue en el tiempo; a fin de cuentas, cuanto más dure la Guerra, más armas venderá a sus clientes europeos.

Lo hemos abordado en otras editoriales de Tribuna Socialista, pero no está de más recordar que a principios del presente siglo los EE.UU., prácticamente no exportaba Gas natural Licuado (GNL) a la UE. En último lustro (2020 – 2025), los USA han pasado a ser el mayor proveedor de GNL en la UE y en Gran Bretaña, alcanzando en 2022 el 26% del suministro. Por el contrario, Rusia ha perdido este mercado; antes de 2022, Rusia abastecía a la UE entre el 40 y el 45% de nuestras necesidades de GNL.

En la reunión de finales de julio, en la que la presidenta de la Comisión Europea se tragaba todas las condiciones impuestas por Trump, la UE se ha comprometido a comprar energía a los USA por valor de 750.000 millones de dólares (1).

La guerra en Ucrania lleva más de tres años sirviendo de excusa para desatar una guerra social contra todos los pueblos de Europa, provocando perdidas de poder adquisitivo de los salarios por la vía de la inflación en el quinquenio 2020 – 2024: el IPC general acumulado ha sido del 16,32%, frente al 12,53% del incremento promedio de los salarios en convenio colectivo. Es importante señalar que el IPC de los Alimentos y bebidas sin alcohol se ha disparado en el mismo periodo al 27,67%.

Esta guerra ha sido también la excusa de Trump para que Europa destine miles de millones de euros cada año a la compra de armamento estadounidense, poniendo de este modo una piedra de molino sobre cualquier pretensión de independencia económica y militar europea respecto de los USA. Esto, es lo que está provocando, entre otras cosas, las medidas anti obreras de los gobiernos de Macron.

En nuestro país, incrementar el gasto militar ira directamente contra el gasto social, por muchos juegos de números que haga el Gobierno: en 2020 España destinó un 1% del PIB a gasto militar (11.292 M€); en 2024 el porcentaje del PIB alcanzó el 1,4 %, pero al haber crecido el PIB, la cifra nominal de gasto en defensa fue de 24.122 M€, lo que representa un incremento del 113,62% del presupuesto en Defensa, para dicho periodo. Si en 2035 España aplicase el 5% de gasto en defensa acordado por la OTAN, en base al PIB de 2024, nuestro gasto militar será de 86.150 M€.

Estas cifras astronómicas en gasto militar deteriorarán, más de lo que ya se están deteriorando, los servicios públicos que los contribuyentes pagamos: Sanidad, Educación, Pensiones y Dependencia, además del resto de servicios públicos.

Con sus cifras y con la situación de los servicios públicos en cada país, esta situación es parte de esa guerra social contra todos los pueblos de Europa. Es una agresión a la clase trabajadora europea.

Frente a este devenir de hechos políticos, económicos y bélicos está la resistencia de los pueblos

La primera y más importante resistencia es la del pueblo palestino, que lleva más de 75 años defendiendo su tierra contra la ocupación ilegal de Israel, que se ríe de las resoluciones de la ONU y de las convenciones y tribunales internacionales.

Muerte, cárcel, pobreza, exilio…y ahora exterminio, es lo que Israel lleva aplicando en Palestina desde 1948. A pesar de ello, la Unión Europea mantiene estrechas relaciones comerciales con un Estado criminal. Y somos aliados del principal socio y protector, que no menos criminal, del estado sionista.

Los pueblos resisten, como lo está haciendo el pueblo francés, ante la política de Macron y sus gobiernos; pretenden aumentar el gasto en defensa hasta los 64.000 millones de euros, frente a los 32.000 que destinaba Francia en 2017, cuando Macron llegó al Eliseo. Para paliar el incremento del gasto militar, la contrapartida es congelar las pensiones, los sueldos de los funcionarios, sustituir solo 1/3 de las jubilaciones que se produzcan y congelar todas las partidas sociales: Sanidad, Educación…entre otras medidas, para ahorrar 44.000 millones de euros.

El pueblo francés salió a la calle el 18 de septiembre para rechazar estas decisiones de los gobiernos de Macron. Como a los madrileños que el día 14 salieron a la calle a protestar por la participación del equipo de Israel en La Vuelta ciclista, la mayoría de los medios de comunicación dijeron que las manifestaciones francesas fueron violentas. Si protestar en las calles, una forma en que los pueblos pueden hacer ver su punto de vista, es violento, cómo hay que calificar a matar a 20.000 niños y niñas en dos años, cómo hay que llamar a no llegar a fin de mes y tener que optar entre comer o poner la calefacción…

Los pueblos resisten enviando contundentes mensajes, como el del pueblo madrileño el 14 de septiembre. Mensajes que llegan y que animan a tomar medidas contra la indecente senda por la que nos llevan las instituciones y los organismos internacionales. No es casualidad que, tras la suspensión de la etapa final de La Vuelta, RTVE haya comunicado que si Israel participa en el próximo certamen de Eurovisión España no lo hará. No es casualidad que la Fiscalía General del Estado haya abierto una investigación sobre los crímenes de Israel en Gaza. No es casualidad que, en otros deportes como en el fútbol internacional, comience a reivindicarse la exclusión de los equipos de Israel y no es casualidad que nuestro Gobierno haya decretado el embargo de armas a Israel, por muchas limitaciones que esta medida tenga. Pueden parecer gestos, pero no lo son. Es la evidencia de que, a pesar del silencio de los grandes medios de comunicación y del ejercicio institucional de mirar para otro lado, la presión que la resistencia de los pueblos hace llegar a las instituciones tiene efectos.

Hace pocos meses, muchos de los que hoy hablan abiertamente de genocidio se negaban a mencionar este término, punto al que Felipe VI ha evitado llegar en su intervención ante la ONU del día 24 de septiembre. Hoy solo quedan los de siempre negando el genocidio. Hasta las sumisas instituciones europeas se ven compelidas a tomar medidas contra Israel, lentas y limitadas, pero empujados a tomarlas.

Es necesario responder al sentimiento y la acción que están tomando los pueblos de España hacia el Gobierno, con un mensaje claro: no hay medias tintas RUPTURA TOTAL DE TODAS LAS RELACIONES CON EL ESTADO SIONISTA.

Desde Tribuna Socialista llamamos a participar en todas las movilizaciones y actos contra la guerra y contra el genocidio y, en particular a participar en la jornada de protesta que convocan UGT y CCOO para el 15 de octubre en los centros de trabajo, tanto públicos como privados.

El Comité de Redacción

  1. https://www.rtve.es/noticias/20250727/trump-von-der-leyen-escocia-acuerdo-aranceles-guerra-comercial/16678460.shtml
Redacción de Tribuna Socialista

Vasallaje de Europa

Estás volando hacia otro gran éxito en La Haya esta tarde. No fue fácil, pero conseguimos que todos firmaran el 5%. Donald, has impulsado un momento realmente importante para América, Europa y el mundo… Vas a lograr algo que NINGÚN presidente estadounidense en décadas ha conseguido lograr” “Europa va a pagar, y de una forma GRANDE, como debe ser, y será tu victoria. Buen viaje y te veo en la cena de Su Majestad. Mark Rutte.

El neerlandés secretario general de la OTAN, entiende su responsabilidad al frente de la organización militar oficiando de bufón ante el envanecido Emperador del Mundo, riéndole bravuconadas y alimentando la tendencia pendenciera del neurótico presidente de los Estados Unidos –“Felicidades y gracias por tu decisiva acción en Irán”, le reconoció–, también, y sobre todo, mostrándole un sumiso agradecimiento a quien inició su mandato al frente de la potencia norteamericana amenazando e insultando a Europa y a los europeos y situando al mundo contra las cuerdas.

Las frases pronunciadas por el conservador Mark Rutte en el curso de la cumbre atlántica, aparte de que debiera avergonzar a quien tan servilmente las ha pronunciado y a todos los que lo han consentido desde la sumisa alianza militar, muestran la espectacular pérdida de identidad de la Unión Europea y el bochornoso vasallaje que rinde a Estados Unidos al aceptar no sólo chantajes inadmisibles por la aplicación arbitraria de series de aranceles, cambiantes en su dimensión y efectos en las economías nacionales según el humor con el que se levante el vaquero matón, sino por la razón esencial de que el aumento del 2% al 5% del gasto en defensa exigido sin más preámbulos es inaceptable dada la dura repercusión en las condiciones de la ciudadanía.

Es por ello que los socialistas españoles, militantes y simpatizantes hoy vilipendiados por una derecha infame y tan pendenciera como Donald Trump, el sujeto en el que se miran, tenemos que sentirnos muy orgullosos –junto a todos aquellos ciudadanos que así lo conciban– por la dignidad mantenida por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en la defensa de nuestros intereses y en la no claudicación ante una cumbre militar que va mucho más allá de la necesidad occidental de defensa conjunta, marcada por la chulesca e insolente pirueta de Trump sobre que el aumento del presupuesto militar impuesto servirá para sanear su industria bélica, que le permita así continuar en su papel de cherif matón con el aplauso de los súbditos.

FERNANDO RUIZ CERRATO
Militante del PSOE-Madrid en la Agrupación de Fuencarral

Cruzando el abismo

El conflicto entre Israel e Irán es uno de los más complejos y peligrosos en Oriente Medio. Sus orígenes se remontan a décadas de tensiones políticas, religiosas y geopolíticas.

El primer punto clave en la relación entre ambos países es la Revolución Islámica de 1979 en Irán, que derrocó al sátrapa Reza Pahleví, último Sha de Persia, aliado incondicional de EE.UU. e Israel.

Tras la Revolución, la nueva República Islámica quedó bajo el liderazgo del ayatolá Jomeini, líder religioso y figura clave en aquel periodo. Fue el líder supremo de la República Islámica de Irán hasta su muerte en 1989. Jomeini promovió una visión militante y revolucionaria del Islam, estableciendo el primer estado islámico relativamente moderno.

La situación de la mujer en Irán es compleja, con avances notables en educación y participación laboral, pero también con importantes restricciones legales y sociales que limitan su autonomía y participación plena en la sociedad. El movimiento «Mujer, Vida, Libertad» ha puesto de manifiesto la lucha de las mujeres iraníes por la igualdad, los derechos humanos y la libertad, convirtiéndose en un símbolo de resistencia global.

El reciente ataque de Israel a Irán no es solo una de las manifestaciones violentas de una serie de disputas, que se vienen gestando desde la Revolución Islámica de 1979 en Irán, sino el inicio de un plan orientado a derrocar y trocear la actual República islámica; es decir, la eliminación por medios violentos del enemigo más poderoso de Israel en la región.

Prueba de ello ha sido la irrupción violenta de EEUU en el conflicto, bombardeando las instalaciones nucleares de Irán, lo que ha elevado vertiginosamente la tensión internacional hasta situarla al borde de un “abismo oscuro”, en palabras de nuestro presidente del gobierno Pedro Sánchez.

El bombardeo por sorpresa de las instalaciones nucleares de Irán en la noche del pasado sábado 21 de junio, prueba también la actuación aleatoria y errática de EE.UU., al margen de cualquier ley internacional.

Actuación basada en una falsedad análoga a la que se difundió como preludio de la invasión de Irak y posterior asesinato por ahorcamiento de Saddam Hussein, con la oposición de importantes países de la Unión Europea, como fue el caso de Francia. Crimen aún impune, que dio lugar a la vergonzosa foto del “trio de las Azores” y, posteriormente, al gravísimo atentado yihadista sufrido en España el 11 de marzo de 2004, en la estación de Atocha de Madrid, que provocó 193 víctimas mortales y más de 2000 heridos.

La principal razón formal por la que Israel e Irán están en desacuerdo radica en la oposición ideológica y religiosa. Irán es una república islámica chií y ve a Israel como una entidad impostora, ocupante ilegítimo de Palestina, y una amenaza a la seguridad de la región, por sus vínculos con Estados Unidos, principal aliado de Israel.

Una de las áreas más críticas es el programa nuclear iraní. Israel considera que Irán en posesión de este tipo de armamento sería una amenaza existencial para su seguridad. Las tensiones sobre tal programa, que comenzó en los años 80 y se intensificó a lo largo de las décadas siguientes, llevaron a Israel a realizar operaciones encubiertas y ataques a las instalaciones iraníes, sobre todo con el fin de retrasar el supuesto desarrollo de armas de destrucción masiva por parte de Irán. Estos ataques incluyen ciberataques, como el famoso caso de Stuxnet en 2010, y el asesinato de científicos nucleares iraníes. Sin embargo, no existe hasta la fecha pruebas fehacientes de que el programa nuclear iraní tenga objetivos diferentes de su aplicación pacífica con fines civiles.

El otro factor que contribuyó a las tensiones fue la presencia militar iraní en países como Siria y Líbano. Irán apoyaba al depuesto régimen de Bashar al-Assad en Siria, con aliados como Hezbollah en Líbano.

Israel ve la presencia iraní en la región como una forma de rodear su territorio con fuerzas hostiles y aumentar la posibilidad de ataques directos. Aunque Irán no tiene fronteras directas con Israel, apoya activamente a grupos militantes palestinos, como Hamas, que alcanzó el poder en la Franja de Gaza a mediados de 2007. Irán ve en el conflicto palestino, agravado por el criminal genocidio en la franja de Gaza, una causa fundamental para desafiar a Israel, mientras que Israel considera a Irán como su principal enemigo en la región.

El genocidio del pueblo palestino perpetrado por el gobierno sionista de Netanyahu, con el apoyo de los EE.UU. y la connivencia de la Comisión Europea, presidida por la conservadora Ursula Von der Layen, conmueve a la humanidad y presagia un sombrío panorama en la región.

El ataque de EE.UU. a Irán, sin previo aviso, sin informar a sus aliados, crea un grave precedente, convirtiéndose en el más grave problema de la Alianza del Atlántico Norte.

En efecto, la actuación unilateral y errática del presidente de los EE.UU. es un grave problema no solo para la OTAN, también para el conjunto de la Humanidad, pues comanda de hecho la Alianza más letal jamás conocida.

El siniestro precedente que supuso el lanzamiento de dos bombas nucleares sobre población civil, en el siglo pasado, con la trágica destrucción de Hiroshima y Nagasaki, cuyas secuelas sigue sufriendo parte de su población, nos sitúa en la antesala del infierno.

España debe cruzar el oscuro abismo que se abre a nuestros pies -tras los bombardeos de EEUU al complejo nuclear iraní- hasta alcanzar la otra orilla fuera de la OTAN, alejada de los graves riesgos que supone seguir manteniendo nuestro peligroso y humillante vasallaje.

Veamos la viabilidad legal de salida de España de la OTAN.

La salida de un miembro de la OTAN está regulada por el artículo 13 del Tratado del Atlántico Norte, que establece el procedimiento para que un país se retire de la organización:

«Cualquier Parte podrá, después de transcurridos 20 años desde la firma del presente Tratado, notificando a los demás Gobiernos de los Países signatarios, su decisión de dar por terminado su compromiso.»

Por lo tanto, cualquier país miembro puede retirarse en cualquier momento, siempre que haya transcurrido ese plazo.

El proceso comienza con una notificación formal del país que desea retirarse. Esta notificación se debe hacer a los demás países miembros de la OTAN, indicando de manera oficial la intención de abandonar la organización. La notificación debe ser presentada por el gobierno del país en cuestión, y es generalmente a través de una carta diplomática o comunicación formal.

Una vez que se ha notificado la intención de retirarse, el Tratado establece que la salida no es inmediata. El país tiene que esperar un año después de la notificación antes de que su salida se haga efectiva. Este período de espera da tiempo para que se manejen las consecuencias políticas, estratégicas y diplomáticas de la salida.

Durante este período de espera, el país sigue siendo parte de la Alianza y sigue cumpliendo con sus obligaciones en términos de defensa colectiva y cooperación, salvo que se llegue a un acuerdo para una salida más rápida.

Una vez que transcurre el año, el país se considera oficialmente fuera de la OTAN. Desde ese momento, deja de estar sujeto a las disposiciones del Tratado, especialmente a la cláusula de defensa colectiva del Artículo 5, que establece que un ataque a un miembro se considera un ataque a todos los miembros.

Un proceso gradual sería también posible; por ejemplo, iniciando la salida inmediata del mando militar integrado, previamente a la salida definitiva.

La República francesa se retiró en 1966 del mando militar integrado de la OTAN, bajo el liderazgo del presidente francés, general Charles de Gaulle, regresando de nuevo a las estructuras militares de la OTAN en abril de 2009 bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy, seis años después de la invasión de Irak.

La salida de un miembro tiene implicaciones estratégicas tanto para el país que se retira como para los demás miembros. Esto puede incluir reconfiguración de alianzas, redistribución de bases militares y la redefinición de objetivos y políticas de defensa.

El presidente Adolfo Suarez no era partidario del ingreso de España en la OTAN. Fue obligado a dimitir días antes del 23-F de 1981, presionado de forma amenazante por las intrigas palaciegas de la monarquía, secundadas por generales monárquicos (Armada, Milans). Dos días después, el nuevo presidente Leopoldo Cavo Sotelo, anunciaba en el Congreso de los Diputados el objetivo de ingresar en la Alianza del Atlántico Norte, iniciando el proceso de adhesión, consumado el 30 de mayo de 1982 con el ingreso de España en la OTAN.

Concluyendo. No existe, por tanto, ningún impedimento legal para la salida de España de la OTAN, tan solo es cuestión de voluntad política y de contar con una mayoría suficiente en el Congreso de los Diputados.

España debe seguir su tradición de neutralidad formal, mantenida en las dos guerras mundiales anteriores. En mi opinión, bastaría con el apoyo del “bloque de investidura”, y la adhesión de algunos diputados de centro moderado, que no deseen ver implicado directamente a nuestro país en los conflictos armados de la OTAN ni en la escalada armamentista. Una Alianza comandada de hecho por un errático e impredecible presidente de los EEUU que nos arrastra a una más que posible guerra mundial.

Manuel Ruiz Robles
Fue miembro de la Unión Militar Democrática.

La paradoja del estulto

Cuando se actúa al albur de la última ocurrencia que se viene a la cabeza o se articula una estrategia para poner en práctica una idea peregrina sin razonar y evaluar los efectos, solo para mantener el papel auto atribuido de histrión —en este caso planetario—, suele suceder que el resultado sea el contrario al que se pretende lo que obliga a recular y a replantear la actuación que siempre será circense, porque quién así actúa tiene un déficit claro de neuronas que propicien sinapsis con sentido: racionales y lógicas.

Este afán, el ansia viva, por ser el protagonista del acontecer mundial es el que lleva a Trump a encerrarse en su laberinto, con el efecto pernicioso, perverso, de poner patas arriba lo consuetudinario no para abrir puertas al conocimiento y al futuro, sino para cerrarlas; porque lo que busca es aumentar sus caudales sin importarle un comino a quien se lleve por delante o la destrucción que produce en el mínimo estado del bienestar o lo que les pueda ocurrir a las decenas de miles de despedidos de la administración pública. Por eso su mantra de <<America First>> es un engaña bobos que perderá su efecto en cuanto quienes le votaron sufran en sus carnes los efectos de su estrategia que se alimenta de ocurrencias de ida vuelta, como sucede con los famosos aranceles, para mantenerse en el centro de la pista central del circo global.

«El mantra de Donald Trump «American First» es un engaña bobos que perderá su efecto en cuanto sus votantes empiezen a sufrir los efectos de su estrategia»

En solo cuatro meses de gestión ya ha conseguido lo nunca visto en las últimas décadas en EEUU, las manifestaciones de protesta de centenares de miles de norteamericanos contra sus recortes en las principales ciudades del país (Washington, New York, Chicago, Los Ángeles, Boston, etc.), y cómo los superricos que formaron su escolta para llegar de nuevo al despacho Oval, han comenzado a darle la espalda al ver como se vacían a un ritmo vertiginoso sus cuentas milmillonarias, hasta el punto de romper su hasta hace nada relación fraternal con Elon Musk —otro histrión superlativo que ha salido escaldado—; sumado al aumento del paro y el coste de la vida para la clase media que ha tenido que reducir su consumo: piedra angular del estilo de vida los estadounidenses.

«Centenares de miles de norteamericanos se manifiestan en las calles de las principales ciudades, e incluso los superricos has comenzado a darle la espalda al comprobar cómo se vacían sus cuentas milmillonarias»

En el contexto internacional el matonismo amenazante con el que actúa solo le ha servido para que China y Europa, sus dos enemigos claros por su potencia económica, le hayan salido respondonas y no se hayan plegado a sus dictados de manera servil como esperaba; sino que han mostrado su disposición a responder con la misma moneda, lo que le ha obligado a estar dispuesto a negociar, aunque ya veremos si desde el chantaje que es su vitola en toda negociación. En todo caso, hasta ahora su política económica solo ha empobrecido a sus propios ciudadanos, ha devaluado el dólar un 4,5%, ha bajado el valor de los bonos USA y ha agitado el tablero financiero, que solo es un referente para los ricos con capacidad para invertir y no para el ciudadano medio.

«El matonismo amenazante de Trump solo le ha servido para que China y Europa, sus dos enemigos claros por su potencia económica, le hayan salido respondones y no se hayan plegado a sus dictados de manera servil como esperaba»

Precisamente el temor a que China ponga a la venta en el mercado financiero los 759.000 millones de dólares que tiene en bonos USA, supondría el hundimiento de su economía y la entrada en recesión por mucho tiempo. Este es el miedo que ha impulsado a Trump a modular la espiral de aumento, casi cada día, de los aranceles impuestos a China y a abrirse a una negociación. En todo caso, comienza a cuajar la idea de que, con su política errática, en lugar de mantener el poder económico e influencia cultural en el mundo, está devaluando la imagen de USA en el plano global y acelerando la que, para muchos economistas y politólogos, es el inapelable ascenso de China como nuevo referente mundial: económico, político y cultural.

«Si China pone a la venta en el mercado financiero los 759.000 millones de dólares que tiene en bonos USA, supondría el hundimiento económico de Estados Unidos y la entrada en recesión por mucho tiempo»

Por eso los bandazos de Trump a quién más sorprenden es a sus propios seguidores por la incerteza de no saber nunca que va a hacer o decir cada día, cada hora, cada minuto. De ahí que los países y gobiernos que le vienen defendiendo se mantienen —ellos y sus políticas— en situación de espera, atentos a lo que diga el sheriff que no tiene, ni tendrá nunca, un plan, un objetivo, una estrategia definida que apunte a otra cosa que no sea la de hacer negocio, mover y acaparar dinero, a costa de lo que sea.

Quién parece haber atisbado esta circunstancia es el Gobierno de España, el primero de la UE en tener un plan de contingencia dotado con 14.000 millones de euros para proteger a las empresas y sectores afectados por la pugna arancelaria desatada por Donald Trump; al que no ha gustado nada que el presidente Pedro Sánchez, haya visitado al líder chino Xi Yinping para ampliar el comercio entre España y China y mejorar las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Al final, como siempre pasa con los matones la fuerza se les va por la boca, a juzgar por el buen trato recibido por el ministro de economía, Carlos Cuerpo, por parte de su homólogo estadounidense, Scott Bessent, el que dijo que acercarse a China era como cortarse el cuello, al hilo de la entrevista del presidente Pedro Sánchez con el líder chino Xi Yinping.

«El Gobierno de España ha sido el primero de la UE en tener un plan de contingencia dotado con 14.000 millones de euros para proteger a las empresas y sectores afectados por la pugna arancelaria desatada por Donald Trump»

El positivo resultado del encuentro del Ministro y el Secretario del Tesoro estadounidense, de cara a la negociación de los aranceles, no solo desmiente que se hayan roto las relaciones históricas entre ambos países, y que Carlos Cuerpo viajara corriendo a Washington para restañar no se sabe qué heridas, y pedir perdón por la visita a China del Presidente, como afirma la portavoz del PP, Cuca Gamarra, en la línea constante de su partido de hacer daño al Ejecutivo como sea y por lo que sea; al punto de darle igual evidenciar un servilismo indecente ante la nueva administración USA.

«El PP, en su línea de hacer daño al Ejecutivo como sea y por lo que sea, evidencia un servilismo indecente ante la nueva administración USA»

Cuca Gamarra miente con saña, a sabiendas, cuando oculta que la visita de Cuerpo a Washington estaba programada hace tres meses, pero le da lo mismo, el caso es desviar el foco de la contradicción en que la guerra arancelaria de Trump ha colocado al PP, que se ve entre la espada y la pared, por tener que apoyar las medidas del Gobierno para amparar a las empresas afectadas por la imposición de aranceles, y la estrategia perenne que se ha auto impuesto de distanciarse y no apoyar nada que venga del Ejecutivo.

«El PP se debate entre apoyar las medidas del Gobierno para amparar las empresas afectadas por la imposición de aranceles o seguir en su estrategia de distanciamiento y no apoyar nada que venga del Ejecutivo»

Por eso los portavoces del PP, buscan y rebuscan a diario excusas para torpedear un plan que se ha negociado con ellos y saben que tendrán que apoyar, aunque sea a regañadientes, si o si, si no quieren cubrirse de gloria anti española y que los empresarios se les echen encima y les pinten la cara. En este si es no es, Feijóo, como siempre, sigue aislado en su papel de don Tancredo abducido en su mantra, que repite hasta la náusea, de quiero elecciones ya, que le sumerge en la irrealidad de pensar que el Gobierno está punto de caer porque él lo dice. Esta vez, debería tener claro que ésta es la ocasión para demostrar que el PP es un partido de estado como repite cada vez que tiene oportunidad. Veremos.

Vicente Mateos Sainz de Medrano.
Periodista, profesor universitario
y Doctor en Teoría de la Comunicación de Masas

Un millón de estadounidenses se manifiesta contra Trump en EEUU

Millones de estadounidenses empiezan a padecer las repercusiones de las políticas de Trump. El mayor ataque contra la clase trabajadora:
•Aumento de los precios de bienes de primera necesidad: La aplicación de aranceles resultará en un aumento inmediato de los precios. Según Reuters, un 73 % de los estadounidenses anticipan un incremento en los precios de artículos esenciales.
•Riesgo para las pensiones: Los fondos de pensiones han perdido mucho dinero de sus fondos, como consecuencia del colapso de las bolsas.
•Servicios públicos: Los empleados federales enfrentan la amenaza del despido. Han perdido el derecho al teletrabajo y su capacidad de negociación colectiva está en riesgo.
•Inmigración: El sector de la clase trabajadora más afectado por las políticas de Trump son los inmigrantes. Expulsiones rbitrarias, multas a los inmigrantes que no se marchen tras una orden
de expulsión, cancelación de solicitudes para entrar en el país. Criminalización de la inmigración y deportaciones a cárceles de El Salvador.

•Aumento del gasto en el presupuesto militar: En detrimento de los derechos civiles y los derechos sociales.

Más de 1 millón de estadounidenses se manifestaron a prinicipios de abril en 1400 ciudades de todo el país bajo el lema «Hands off», (Aparta tus garras…de nuestros derechos y libertades». Un lema que refleja la oposición frontal a toda la agenda de Trump. La política arancelaria, el desmantelamiento de los servicios públicos, la militarización o la ampliación del poder presidencial son objeto de las protestas. Concretamente, algunas de las demandas de los organizadores fueron;

•“El fin del control multimillonario y la corrupción desenfrenada de la Administración de Trump.
•El cese de los recortes en fondos federales para Medicaid, la Seguridad Social y otros programas de los que dependen los trabajadores.
•La finalización de los ataques a inmigrantes, personas trans y otras comunidades.

“Ya sea que te movilices por los ataques a nuestra democracia, la reducción de empleos, la invasión de la privacidad o el asalto a nuestros servicios
—este momento es para ti”

“Estamos buscando construir un rechazo masivo, visible y nacional ante esta crisis”.

También Elon Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) fueron objeto de las proclamas de los manifestantes:

«No queremos reyes»
«No al fascismo»
«Apoyo a los trabajadores federales»

Parece que estas movilizaciones han despertado al fin a algunos demócratas:
El octogenario Bernie Sanders y la líder antitrumpista, Alexandria Ocasio-Cortez, están organizando eventos para organizar una oposición en torno al lema “Combatir la oligarquía”,
También, y es un hecho muy importante, las principales organizaciones sindicales se unieron a la convocatoria de manifestación por el rechazo a Trump y a sus políticas antiobreras. Hay que recordar que en Estados Unidos existe una clase trabajadora organizada de casi 15 millones de personas que están afiliadas a sindicatos y que defiende sus logros sociales enfrentándose al capital y a los gobiernos. Actualmente, se enfrenta a los ataques del gobierno de Trump y busca establecer su propia alternativa política.
Mientras tanto, los propios republicanos empiezan a dudar, ya que ven como las políticas anti migratorias encarecen la mano de obra y las políticas arancelarias encarecen las importaciones de materias primas y componentes para la industria.
Atentos a lo que puede llegar! La clase obrera americana se organiza.

Baltasar Santos
Miembro del C. Redacción de TS

¡Con ustedes: la guerra de los aranceles!

En el mes de febrero, Tribuna Socialista tituló su editorial en TS-163: “El siglo de las crisis”. Se desglosaron las cuatro crisis sufridas desde 2002 comenzando por la entrada del euro, hasta 2022 con el inicio de la guerra en Ucrania y la onda expansiva en forma de ola inflacionaria que ha recorrido Europa. Finalizando con la guerra de aranceles que Trump anunció en su toma de posesión el 20 de enero.

Una secuencia de crisis encadenadas, de naturaleza distinta, pero con un común denominador: el alza de los precios, y la consecuente pérdida de poder adquisitivo de sueldos y pensiones. Una crisis por lustro en lo que llevamos de siglo XXI. Y ahora, como si se tratase una función circense, pero con payasos sin gracia, el líder del imperialismo estadounidense anuncia una imposición arancelaria que nos arrastra a una guerra comercial mundial.

No deberíamos ver esta situación como el producto de un loco impresentable, por muy deplorable que nos parezca y sea Donald Trump y la “troupe” que lo acompaña y adula. Esta es una situación lógica; teniendo en cuenta la deriva del sistema económico hegemónico que rige el mundo, llámese liberalismo económico, capitalismo o libre mercado.

El imperialismo estadounidense no está actuando de forma distinta a como ya actuó en el pasado, al imponer a la brava sus condiciones, en favor de sus capitalistas. Ya lo hizo Nixon, otro “glorioso” presidente yanki cuando en 1971 impuso el dólar como moneda de referencia, abandonando el patrón oro. Por qué lo hicieron, porque la guerra de Vietnam metió a los EE.UU., en una dinámica en la que se priorizó la industria militar y en consecuencia le llevó a un gran endeudamiento y a un déficit comercial al tener que importar (comprar a otros) en lugar de exportar (vender a otros). Hoy, la deuda externa de los EE.UU., asciende a 32,9 billones de dólares y un déficit comercial (diferencia entre importaciones y exportaciones) de 1,2 billones de dólares anuales.

La economía capitalista es un campo plagado de contradicciones:

  • Estados Unidos se aplica con fuerza en garantizar que el dólar sea una moneda fuerte, a ser posible la más fuerte; de eso se trataba cuando Nixon impuso el dólar como patrón de cambio, en lugar del oro. Esto provoca que los productos y servicios que se producen fuera de los USA resulten más económicos que los que se producen en Estados Unidos y, por ende, los consumidores prefieren comprar coches alemanes y/o japoneses que estadounidenses.
  • Para paliar la reducción de ventas, muchas fábricas estadounidenses, incluidas las automovilísticas, optaron hace décadas por deslocalizarse a países con mano de obra barata. La consecuencia en Estados Unidos fue la caída brutal de la antes floreciente Detroit.
  • Estados Unidos se comporta como un Estado matón, rol que ha adoptado Israel. Un rol propio de países que gastan en armamento cifras astronómicas: EE.UU., dedicó a gasto militar 861.633 millones de dólares en 2023 (un 9,06% de su gasto público, que no es lo mismo que el PIB).

Llegados a este punto, Estados Unidos comete los mismos errores del pasado, alienta y alimenta un sistema económico contradictorio- aceptado por casi todos los países; incluidas Rusia y China- y ahora quiere cargar sobre las demás economías sus problemas económicos.

Las consecuencias materiales las vamos a pagar los de siempre, los consumidores; y cuanto menor sea la capacidad de compra mayor será el empobrecimiento, pues el litro de aceite y la barra de pan cuestan lo mismo a un trabajar que cobra el SMI que a la presidenta del Banco Santander.

Otra consecuencia puede ser el debilitamiento de las redes públicas de protección social: Sanidad, Educación, Pensiones y Dependencia, ya ni hablemos del desarrollo de planes de construcción de vivienda protegida.

Estados Unidos, en su búsqueda de negocio para reducir el déficit público, nos ha empujado a una guerra en Europa. Ha presionado por todas las vías: económicas y militares, y ha conseguido apropiarse del negocio energético que Rusia tenía hasta 2022, un negocio de 40.000 millones de euros anuales en gas y petróleo. Ahora, una vez consolidado el negocio, se retira del conflicto, y no conforme con el botín (ser el mayor proveedor de Europa de gas natural licuado), pretende apropiarse de los minerales ucranianos y de su energía nuclear.

La Unión Europea se equivocará si se deja arrastrar al incremento del gasto en Defensa, tal y como exige Trump. Pondrá en riesgo la estabilidad social de los pueblos del continente europeo y no será más que un títere de los EE.UU., en su guerra, de momento comercial, con China: país que se ha convertido en el taller del mundo, cuyo sector industrial ha crecido hasta representar más del 40% de su PIB, gracias a la deslocalización de las grandes multinacionales industriales y a que produce sobre explotando a su pueblo.

La guerra arancelaria no va a impedir que Levi Strauss & Co deje de comprar el algodón a China ni que deje de confeccionar en India o en Méjico. Puede que las empresas que se deslocalizaron a China, buscando sueldos bajos, se trasladen a países como Vietnam o a Bangladesh, pero difícilmente trasladarán su producción a Estados Unidos, más que nada porque la clase trabajadora estadounidense no aceptará trabajar por salarios anuales de entre 6.000 y 18.000 dólares anuales, que es la horquilla salarial en Vietnam, para la mal denominada clase media: el sueldo mínimo en Vietnam es 360 dólares mensuales.

Esta lógica vale para el empresariado estadounidense y para el empresariado español, pues esta guerra comercial no va a llevar a Inditex a traer a España sus fábricas de Pakistán, China o Marruecos. Tendrían que cumplir con los convenios colectivos del textil en nuestro país, y por ahí D. Amancio si que no pasa.

Este sistema económico, nos llevó a la primera guerra mundial por la competencia por las materias primas de los países colonizados. Nos llevó a la segunda guerra mundial porque una serie de criminales como Hitler y Mussolini quisieron arrebatar el control colonial a las potencias hegemónicas y ahora, el gran imperialismo norteamericano, en manos de un fascista, nos está empujando hacia una tercera conflagración, porque para resolver sus problemas tiene que hacerse con mercados que controla Rusia, un país en manos del jefe de un grupo de oligarcas que se ha apropiado de los bienes y riquezas de su propio pueblo, y de China, un país en manos de un partido que dice que es comunista pero que explota a su propio pueblo.

En esta “lógica” criminal se mueve Netanyahu, que ha decidido apropiarse de la franja de Gaza, animado por el anormal de la Casa Blanca, y antes animado por Biden.

La guerra no es de los pueblos, ni la bélica ni la económica, es contra los pueblos.

La Junta Directiva

Crisis de la democracia liberal

La segunda llegada de Donald Trump al despacho Oval, es el epítome de la crisis que afronta el sistema de democracia liberal que articula el orden social y de reparto de poder en las democracias occidentales desde el final de la II Guerra Mundial. Crisis que se viene cociendo por la falta de respuesta del sistema a los efectos sociales que se vienen produciendo desde que nos adentramos en el siglo XXI.

Cocción que comenzó el 11 de septiembre de 2001, fecha del ataque y colapso de las Torres Gemelas de Nueva York a manos de terroristas islamistas que causó más de 3000 muertos. Ataque que la ciudadanía global presenció en directo viendo en televisión cómo dos aviones comerciales, en los que podrían haber viajado ellos mismos, impactaban contra las torres expandiendo la sensación de terror y el silogismo de que, si el país más poderoso del mundo había sido atacado en su casa—USA under attack—, cualquier otro podía ser atacado. Ataque que se convirtió en símbolo de la inseguridad y el miedo con el que arrancaba el nuevo milenio que, como segunda derivada, incorporaba el mensaje de que las instituciones democráticas habían fallado a la hora de garantizar la seguridad de la ciudadanía. Como fallaron en los atentados terroristas del 11M de 2004 en Madrid (192 muertos), en Londres en 2005 (56 muertos), en Paris en 2015 (90 muertos), en Berlín en 2016 (12 muertos), por no enumerar todos los habidos en diferentes ciudades europeas en estos veinticinco años.

El descubrimiento fehaciente de que vivimos en una falsa seguridad, en una inseguridad global, se implementó con la crisis económico financiera de 2008, la Gran Recesión según la prensa especializada, cuando estalló la burbuja inmobiliaria y la crisis de las hipotecas surpime, que arruinó a millones de familias, quebró bancos globales de inversión y llevó a la quiebra a varios países occidentales. Ya no solo era la inseguridad frente a la violencia terrorista, sino también por el desvalimiento ante los popes del capitalismo salvaje que venía, y sigue, funcionando sin control ni límite, con el efecto del aumento desbocado de la desigualdad entre ricos y pobres. Según el informe global de Intermon Oxfan de 2023, en la última década, el 1 % más rico ha capturado alrededor del 50 % de la riqueza global.

Hechos que unidos a los casos de corrupción en las esferas de poder en la mayoría de países con democracias asentadas —que no parecen tener fin—, expanden el mensaje de que la política es un nido de corrupción y que todos los políticos son iguales. Mensaje que degrada el sentido de la política y devalúa el sistema democrático y sus instituciones, y se expande por la ausencia de una pedagogía democrática que desarme ese discurso con sentencias ejemplares para los corruptos, y el establecimiento de controles férreos para evitar el desvío de fondos públicos en la adjudicación de contratos, las gabelas de empresarios amigos y el nepotismo familiar.

Ésta sensación de inseguridad creciente, de corrupción constante, de desamparo ante el capitalismo salvaje que beneficia a una minoría que se enriquece sin límite, mientras las economías familiares se estancan porque el trabajo ya no garantiza poder vivir bajo un techo en condiciones y pagar las facturas, fomentan el descreimiento hacia un sistema que no protege ni ampara a la mayoría social. Sistema en el que es muy difícil intervenir para reconducir las políticas delineadas desde el poder que afectan a sus vidas cotidianas, que induce a las personas a sentirse discriminadas y a no aceptar nuevos derechos para las minorías sociales, étnicas o de género o que se destinen recursos a los inmigrantes. Idea azuzada por el discurso de la ultraderecha: los inmigrantes nos roban el trabajo, el pan y violan a nuestras mujeres.

Discurso que explota en las redes sociales con furia, con rabia, con insultos hacia todo aquello que cada usuario considera la causa de sus males. Canales que son aprovechados por la ultraderecha y el fascismo para ahondar en la herida con mentiras y falsedades que apelan a los sentimientos más viscerales, con mensajes de una simpleza rayana en el infantilismo que concentra en un enemigo, real o ficticio, para exacerbar la ira contenida contra un sistema que no responde a las necesidades e ilusiones de los ciudadanos. Vía inmejorable para el discurso disruptivo y populista centrado en la idea, proto fascista, de que el sistema de democracia liberal no ofrece un futuro ni claro, ni seguro ni estable ni mejor que el de las generaciones precedentes. Un futuro sin futuro.

Mensaje que busca acentuar la quiebra del binomio democracia—liberalismo que viene siendo el eje axial de los sistemas democráticos, y abre el camino a un nuevo modelo de satrapía que supone una actualización de los regímenes de monarquía absolutista del pasado: todo para el pueblo, pero sin el pueblo. A un iliberalismo o democracia sin derechos como apunta el politólogo y profesor de la Universidad Johns Hopkins,Yascha Mounk, en su libro <<El pueblo contra la democracia. Por qué nuestra libertad está en peligro y cómo salvarla>>, asentado en un creciente número de votantes que, según Mounk, no están dispuestos a tolerar los derechos de las minorías, mientras los poderosos están cada vez menos dispuestos a ceder ante la presión de las clases medias y menestrales.

El efecto es una sociedad progresivamente menos empática con las minorías y el multiculturalismo, que una parte de la ciudadanía empieza a percibir como una amenaza consecuencia de los mensajes de la ultraderecha que califica la inmigración como una invasión cultural que destruye los valores tradicionales de la mayoría. Así, el otro, el que viene de una cultura diferente pasa a la consideración de enemigo, borrando de un plumazo el hecho verificado a lo largo de la historia de que la mezcla, la mixtura de razas y culturas, la simbiosis entre ellas, siempre enriquece a las sociedades y hace avanzar a Sapiens.

La secuela de todo este mejunje no es solo el desprestigio del sistema democrático que garantiza derechos y libertades, sino la simplificación del pensamiento, del análisis y la reflexión que favorece la llegada al poder de personajes con una oquedad cultural, ausencia de conocimiento y una simplicidad mental sin precedentes. Propagadores del rechazo a las reglas del juego mediante la puesta en cuestión de los resultados electorales si no les favorecen, y que no reconocen la legitimidad de los gobiernos de coalición con más apoyo parlamentario que el partido ganador de las elecciones. Todo para inocular la idea de la bondad de Gobiernos fuertes, de ordeno y mando sin rechistar, que saben lo que hay que hacer para acabar con todo aquello que atenta contra la tradición y las buenas costumbres que alienan la mente: ¡Se acabó que hasta los gatos quieran zapatos!

Enfrentar estos graves problemas que ponen en crisis a las democracias liberales exige, como primeras medidas, atenuar la desigualdad entre ricos y pobres, atender con preferencia a los sectores menos favorecidos, poner controles férreos a los monstruos digitales, y promover con ahínco los beneficios de la democracia multiétnica y del avance tecno científico para favorecer la comprensión sin miedo de ambos fenómenos imparables.

Vicente Mateos Sainz de Medrano.
Periodista, profesor universitario y
Doctor en Teoría de la Comunicación de Masas