Finaliza la campaña electoral más mediática que hemos conocido, en la que menos se ha recurrido a la movilización de militantes y simpatizantes y que ha transcurrido al margen de las profundas aspiraciones de cambio de la mayoría.
El Partido Socialista ha desgranado alguna promesas que podían movilizar el voto de las capas trabajadoras de la población y de la juventud: derogación de la reforma laboral, derogación de la LOMC, derogación de la llamada Ley Mordaza; al tiempo que afirmaba su apoyo a las medidas del PP: prohibición de decidir su futuro al pueblo catalán, incluso de votar; firma del pacto antiyihadista y apoyo a las medidas bélicas que conlleva; defensa de la contención del gasto público (del artículo 135 de la Constitución impuesto por el BCE y la UE y de las políticas de ajuste, por tanto).
Programa contradictorio que no resuelve las cuestiones fundamentales que continuarán estando planteadas a los trabajadores, a la juventud, al pueblo catalán y a todos los pueblos, con más crudeza si cabe, el día 21 de diciembre.
Lo primero es echar al PP del Gobierno este 20 D, pero además es necesario terminar con su política de privatizaciones, de retrocesos sociales y de recorte de las libertades democráticas, las sindicales en primer lugar (anulando todos los procesos abiertos a sindicalistas por ir a la huelga para defender los derechos sindicales y de los trabajadores).
Recuperar todos los derechos laborales y sociales es incompatible con aceptar y respetar los poderes económicos e institucionales heredados del franquismo, con el mantenimiento del artículo 135 de la Constitución. Es incompatible con la política de consenso con las derechas, ya sea la tradicional del PP o la “moderna” de Ciudadanos. Esto es lo que esperan los trabajadores del PSOE, que se ponga a la cabeza de la derogación de todas las contrarreformas, que anule todos los recortes de las libertades, que defienda el derecho a la expresión libre y democrática de los pueblos fomentando la unión de clase desde la fraternidad, el respeto y la cooperación mutuas, que restituya la sanidad, la enseñanza, las pensiones privatizadas y recortadas, llevadas a la asfixia. Así se puede unir a la población trabajadora, a la juventud, resolver en positivo la crisis del Partido y poner fin al sufrimiento de tantos y tantos trabajadores y jubilados, de tantos excluidos.
El 21, sea cual sea el resultado de las elecciones, habrá que dar respuesta a las reivindicaciones planteadas por la mayoría.
Comité de Redacción