Vista atrás, a catorce años de debate y elaboración, 100 números de una trayectoria con espíritu abierto, y generosidad, vemos cómo TRIBUNA SOCIALISTA ha defendido un socialismo pleno de justicia social en defensa de derechos y libertades, teniendo al Partido Socialista como referente de la izquierda. Al releer las noventa y nueve editoriales participamos en un tránsito vertiginoso por una época marcada por una profunda crisis social en todas sus acepciones, cuyas consecuencias las han sufrido los ciudadanos, los trabajadores, “la mayoría social”.
Cada editorial recorre el amargo camino de la regresión de derechos, de libertades, y lo hace tomando partido, comprometiéndose sin ambages con la libertad y la justicia social, como decía Paulo Freire de la educación, desde el “socialismo en libertad”.
En nuestra memoria reciente, Tribuna se ha convertido en un referente del diálogo político y de respeto a todas las opiniones, con una voluntad firme de situar al PSOE en la izquierda.
Si miramos a las 100 editoriales, incluyendo la del presente número, y desde donde venimos, 2005, es innegable qué en medio de esta tremenda crisis y sus consecuencias, Tribuna ha tenido una participación fundamental en la vida política de nuestro país. En este entorno de crisis social, de políticas decididas al margen de la mayoría social y con medidas de austeridad y recortes constantes, nuestras editoriales, declaraciones y cartas han significado una ventana de libertad, reflexión y defensa de un socialismo progresista y profundamente democrático hacia todas las opciones de izquierda con ánimo de encuentro y consenso, y hacia el interno con ánimo declarado de que el partido de muchos de los abonados y abonadas de Tribuna mantenga una clara posición en la izquierda del Socialismo.
En este “desorden mundial”, que se puso en marcha tras la caída del Muro de Berlín, ha llevado a una terrible situación en África, Oriente Próximo, Medio, la dictadura en China, la mafiosización en Rusia, el reflujo populista-derechista centroeuropeo, norteamericano, brasileño, etc. En Europa la crisis y sus consecuencias socioeconómicas de precariedad socio laboral, lejos de generar respuestas políticas progresistas que salvaguarden derechos y libertades y apliquen recetas de responsabilidad y justicia social, está trayendo gobiernos pseudo democráticos que aplican medidas aún más dañinas, más injustas en nombre de un liberalismo económico depredador. En España mismo, las libertades se han resentido, mientras la corrupción se ha hecho más evidente que nunca. Y se abre una etapa en la que comenzamos a escuchar las viejas cantinelas del fascismo.
En nuestro país, con nuestra Tribuna en primera línea política, hemos pasado del Gobierno Socialista y social de Zapatero del 2004-2008, a un giro antisocial, en el período legislativo siguiente 2008-2011, cuya máxima expresión fueron la reforma laboral de 2010 y la del artículo constitucional, 135, en 2011 que antepone el pago de la deuda a cualquier gasto público y social. Para acto seguido convocar elecciones abriendo la puerta a la derecha que, tras ganar, aplicó una política brutal de recortes con la reforma laboral en 2012 y de Pensiones en 2013, y de control social con la “Ley Mordaza” de 2015 y el abuso del Artº 315.3 del Código Penal. Terminando el periodo último con un gobierno precario del PSOE, con una legislatura extremadamente difícil, social y política sin acuerdos, en un escenario político sin mayorías claras, y con la escisión de la derecha en tres versiones, y el declive de la supuesta nueva izquierda.
No debemos olvidar hechos y problemas fundamentales como el Nacionalismo vasco y catalán, el primero con la larga noche de violencia y terrorismo lleno de víctimas y enfrentamiento social, con un nacionalismo españolista que exacerba siempre los problemas, los retroalimenta, utilizándolos sin vergüenza ninguna, negando el diálogo.
Frente a estas graves situaciones, como en 2006 y 2007, Tribuna apostó por apoyar el socialismo serio, qué a pesar de luchar con todo el Estado de derecho, no olvidó el diálogo y la negociación para poner fin al terrorismo, que no al nacionalismo. Y de nuevo, nuestra Tribuna como ejemplo de diálogo, acuerdo y memoria histórica que sin olvidar nunca donde estaba la razón democrática y política ofreció consenso, soluciones políticas y generosidad para salir de la quiebra de la sociedad vasca y española, como así funcionó.
La coherencia de Tribuna Socialista nos lleva a defender nuevamente el diálogo y la negociación, ante el reto del nacionalismo catalán, ahora agravado, como consecuencia de la acción política de la derecha española y catalana que negando la salida política que ofreció el socialismo con la reforma del estatuto, frustrada en el Tribunal Constitucional, en un primer momento, hasta llegar al “procès” actual con un agravamiento progresivo de referéndums al margen de procesos democráticos, y los hechos actuales donde tras los graves enfrentamientos de mediados de 2017, la triste “no declaración” de independencia, el encarcelamiento, la ruptura social dentro y fuera de Cataluña, tenemos un problema fundamental en nuestro país , reiterado en nuestra historia, y como siempre de difícil solución.
Estos son los acontecimientos políticos, sociales, y económicos más relevantes que han ocurrido en nuestro país, y ante los que TRIBUNA SOCIALISTA, siempre ha dado la cara con una posición de defensa de la justicia social, de acuerdos políticos mediante el diálogo, incluso defendiendo la reforma constitucional y el Derecho a Decidir, y de defensa de derechos y libertades.
Igualmente, como era inevitable, el PSOE ha participado directamente en este tránsito histórico con dos vertientes; la de la reforma del Estatut y la de la Constitución, con una decidida defensa desde la izquierda de los derechos de los ciudadanos a decidir su futuro y el ordenamiento territorial que libremente decidieran, y en segundo lugar, una posición de “gran coalición” con la derecha, situando al PSOE en el centro derecha negando el diálogo y adoptando discursos de nacionalismo españolista. Aquí, de nuevo TRIBUNA, con la voz y el discurso del diálogo tomó partido, ofreció espacio para el diálogo, para el acuerdo, y para la reforma constitucional que permitiese el encaje federal de nuestra sociedad, con una decidida y encendida defensa del Socialismo de izquierdas, de la redemocratización del partido. TRIBUNA no ha dejado nunca de defender que nuestra casa común, la casa del Socialismo español, el PSOE, fuese un partido digno, decente, de izquierdas para ofrecer a sus militantes un referente y para la sociedad un ejemplo de honestidad y compromiso social para ganar su confianza y el gobierno. Y lo hizo poniéndose del lado de la democracia interna, luchando dialécticamente y con sus editoriales por un socialismo republicano de izquierdas, con Declaraciones, cartas, y posicionándose pública y abiertamente con la razón democrática, y frente a quienes llevaban al partido a su inanidad, y desaparición en la orilla de la derecha capitalista.
En medio de este período convulso TRIBUNA se ha posicionado por la REPÚBLICA, como forma de estado social y de derecho, como solución al problema que la monarquía contribuye a agravar, y frente a una institución caduca, heredada, y deslegitimada social y políticamente siendo freno para el avance y la resolución de los problemas.
Tal vez, este momento histórico de cambio, transformación social, regresivo e injusto, que ha convulsionado dentro y fuera de nuestro país al socialismo democrático, que lo ha puesto contra las cuerdas ha hecho que TRIBUNA se convirtiese en un refugio del diálogo, del acuerdo, de la política, y todo ello en libertad.