Lo prioritario es la salud y las personas

El COVID-19 sigue golpeando con extrema dureza al Planeta (“Aldea Global”), con el agravante de que no tenemos precedentes ni estudios comparados que nos indiquen la culminación del proceso. Está afectando a todos los países y ha puesto bajo la lupa a nuestra organización social y a nuestra forma de vivir y actuar: la globalización (deslocalizaciones salvajes), la democracia, las libertades (circulación de personas), el crecimiento de la economía, el empleo, las migraciones, el cambio climático, el Estado de Bienestar Social…

La Pandemia ha afectado también a la política y está poniendo en serias dificultades a la mayoría de los gobiernos y a muchos líderes políticos. El concepto más frecuentemente utilizado por los analistas globales es el de “incertidumbre política” como consecuencia de las “pocas certezas” que existen sobre la salida de la crisis y la supervivencia final de los gobiernos que la están gestionando. España no es ajena a esta situación- y eso explica que esté aún inmersa de lleno en un Estado de  Alarma sanitaria, económica y social, agravada por la fragmentación política del Parlamento y la irresponsabilidad de algunas fuerzas políticas-, que ha producido miles de muertos, el confinamiento de la población, centenares de miles de desempleados y un  severo retroceso de la economía y, en concreto, de la industria, el comercio y los servicios.

En este contexto político la prioridad del Gobierno y de las CCAA está siendo la salud pública y la protección de las personas. En concreto, combatir el virus, proteger a nuestros sanitarios (con severas carencias de EPIS), disponer de UCIS y de tecnología punta, proteger a las residencias de mayores (con resultados muy negativos), organizar la desescalada y, finalmente, evitar el rebrote en el próximo otoño. Además de frenar en lo posible los despidos colectivos, proteger a los desempleados y mantener abiertos los servicios públicos esenciales.

En todo caso, el Estado de Alarma ha demostrado la eficacia del confinamiento de la población y, por el momento, el buen funcionamiento del Acuerdo entre el PSOE y UP (que soporta al Gobierno de coalición). Pero también la fragilidad de los apoyos con que cuenta el Gobierno, la fuerte influencia política que están teniendo los procesos electorales abiertos en Galicia y País Vasco (12 de julio) y el pendiente de Catalunya, la actitud carroñera y hostil del PP, el populismo demagógico de VOX y una moderada evolución de Ciudadanos hacia la centralidad política que, si se confirma, neutralizaría las exigencias independentistas de ERC.

Efectivamente, subyace una actitud mezquina en algunos partidos políticos que no dudan en utilizar todas las armas a su alcance para desgastar al Gobierno y desprestigiar a Unidas Podemos (UP) y, en concreto, a Pablo Iglesias. El propósito final no es otro que alcanzar el poder y condicionar la salida progresista de la crisis, lo que explica su desmedido esfuerzo por mantener la iniciativa política y una fuerte presencia en los medios de comunicación.

Lo más grave de la situación es que el principal partido de la oposición y los ideólogos de FAES son los que encabezan esta escalada para evitar que el actual Gobierno agote la legislatura, amparándose en la crisis y en el miedo que atenaza a la ciudadanía. Para ello cuentan con fuertes apoyos: gobiernos de diversas CCAA (sobre todo en Madrid, a pesar de que, según Rosa Medel, de UP, “la gestión sanitaria en Madrid no es una privatización sino un fraude”. CTXT. Revista Contexto y Acción. Gorka y Miguel Mora. 10.05.2020), una notable presencia en el Parlamento (PP, VOX y Ciudadanos), el apoyo del poder económico, financiero y de diversos medios de comunicación, así como un número muy importante de redes sociales dedicadas a propagar bulos y mentiras de todo tipo, a lo que hay que añadir los obscenos alborotos de unos pocos secundando el esperpéntico llamamiento de las derechas en las instituciones.

Ante esta ofensiva irresponsable, el Gobierno está gestionando la crisis con mucha cautela evitando caer en la confrontación política. Sin embargo, los partidos de izquierda (supeditados a las instituciones) no deben tolerar esta brutal ofensiva de las derechas y deben hacer un llamamiento enérgico, junto a los sindicatos y las organizaciones sociales, a la regeneración moral y a la movilización social. Nos jugamos mucho. No sólo la continuidad del Gobierno. Nos jugamos el último acuerdo sobre los ERTES, el Ingreso Mínimo Vital, aumentar los ingresos fiscales, potenciar los servicios públicos, la supervivencia de muchas empresas y, lo que es más importante, la salida progresista de la crisis que, en ningún caso, debe estar presidida por el dumping social.

Incluso nos jugamos poner en valor la intervención del Estado, la idea de Comunidad,  el concepto de lo público y el desarrollo de las ideas socialdemócratas, que deberían salir reforzadas de la crisis. La alternativa a estas ideas se conocen: más políticas neoliberales, al margen de las personas, que ponen en riesgo el Estado de Bienestar Social y acrecientan el sentido patrimonial del Estado. Por eso es muy oportuno y conveniente recordar lo que representan estas ideas en la actualidad:

a).- Un crecimiento sostenible de la economía- en el marco de las decisiones económicas que tome la UE- respetuoso con los trabajadores y el medio ambiente.

b).- Políticas encaminadas al pleno empleo: políticas activas, formación, intermediación (servicios públicos de empleo) y nuevos yacimientos de empleo.

c).- Inversión pública del Estado en función de las necesidades económicas y sociales  (empresas estratégicas, impulso a la economía social y al consumo de proximidad).

d).- Sector público fuerte. Responder a la crisis y a las  dificultades de sectores y  empresas y, en coherencia con ello, estudiar sus demandas para que el Estado pueda cubrir las necesidades- si es preciso formando parte del capital- de la industria, transportes, energía, comercio, hostelería y agricultura (despoblación e industrialización del campo y de la ganadería).

En la actualidad, la UE estudia ayudar a las empresas en dificultades. A pesar de ello, Alemania baraja tomar el 25% del capital de Lufthansa, cuando los problemas afectan a la UE y no a los países por separado. En todo caso, el Gobierno no debe limitarse en ningún caso a socializar pérdidas de empresas como ha venido ocurriendo hasta ahora.

e).-  Protección social (pensiones, desempleo y dependencia). Además de acelerar la aplicación del Ingreso Mínimo Vital para disminuir la desigualdad, la pobreza y la exclusión social. Incluso,  por encima de la reducción del déficit y la deuda pública.

f).-  Mercado de trabajo estable y con derechos: salarios dignos, contratación fija, condiciones adecuadas de trabajo y salud, jornada de trabajo pactada en convenio. Potenciar la negociación colectiva y la autonomía de las partes.

g).-  Servicios públicos. Fortalecer la presencia del Estado en la sanidad y en la enseñanza. El Estado no puede, en ningún caso, ser subsidiario en estos servicios esenciales como ha manifestado recientemente el presidente de la Conferencia Episcopal (Nueva Economía Forum).

h).- Fiscalidad justa y sostenible. Lucha contra el fraude y la economía sumergida, potenciar los impuestos directos (altos ingresos y rentas de capital) sobre los indirectos, combatir la elusión,  la evasión fiscal y los paraísos fiscales y acelerar la aplicación de los impuestos especiales comprometidos (transacciones financieras, verdes, empresas digitales…)  para alcanzar la media de los ingresos fiscales de la UE.

i).- Combatir el cambio climático y sus efectos devastadores. Aprobar medidas severas contra la contaminación de las ciudades, potenciar el transporte público, combatir la sequía y abordar la transición energética.

j).- Digitalización 5-G, robótica e inteligencia artificial para empresas y personas.  Fiscalizar  el funcionamiento de las empresas tecnológicas y el uso de los datos en red. Regular el trabajo a distancia (teletrabajo).

k).- Igualdad de género. También en salarios, contratación, protección social e igualdad de oportunidades.

l).-  Garantizar las libertades individuales. Caminar hacia un Estado Federal como respuesta a las exigencias de las CCAA y, en concreto, al problema de Catalunya.

Con estas ideas se protege a las personas, se ayuda a las empresas y se apuesta por un crecimiento sostenible de la economía. Además, estas ideas son capaces de comprometer y movilizar a la izquierda sociológica y a los jóvenes, sin recurrir a políticas de centro (siempre acomodaticias), que nunca crean ilusión y confianza en el electorado. También con estas políticas se pueden ganar unas elecciones- a pesar de algunos politólogos y expertos en comunicación-, sólo faltan partidos fuertes que las defiendan y las expliquen a todos los niveles de nuestro tejido social. Incluso, son las más eficaces para defender los intereses de los más desfavorecidos a los que se debe dirigir una política de izquierdas. En todo caso, es un mensaje ilusionante ante el discurso montaraz, catastrofista y sin alternativas que nos ofrecen las derechas, a las que hay que poner en evidencia recordando sus fuertes carencias y limitaciones (sobre todo en la Comunidad Autónoma de Madrid).

Finalmente, el Gobierno en la desescalada debe potenciar la “gobernanza” con las CCAA y redoblar y concentrar sus esfuerzos en salir de la crisis para acelerar las políticas de cambio, como demandan los ciudadanos, de acuerdo con las enseñanzas que nos ha deparado la crisis. La propuesta del Gobierno a los partidos políticos en el Parlamento para llegar a acuerdos sobre la UE, la salud pública, la reactivación económica y las políticas sociales ha sido bien recibida por la ciudadanía. Lo mismo ha ocurrido con las reuniones celebradas entre los interlocutores sociales y el Gobierno, que han sido muy bien valoradas y nos anuncian nuevos encuentros esperanzadores.

En todo caso, es comprensible que los ciudadanos sean escépticos sobre los resultados finales. A pesar de ello, el Gobierno debe insistir en el Acuerdo, al margen de los logros que se consigan. Sin embargo, para que la propuesta sea creíble, el Gobierno debe presentar documentos detallados con su correspondiente memoria económica. Debemos recordar que es sumamente recomendable acudir unidos a la UE para alcanzar las ayudas que precisamos, en coherencia con los principios que inspiran a la UE y con nuestras propias necesidades. Una vez más, el ejemplo de la oposición en Portugal debería ser tenido muy en cuenta por todos, principalmente por el PP y Ciudadanos. A la izquierda en estos momentos le corresponde gobernar con eficacia y comunicar con empatía, sin cometer errores, como exigen los ciudadanos…

Antón Saracíbar

Autor: Baltasar Santos

Licenciado en Psicología, post grado en mediación, y máster en psicología forense. Curioso y en constante aprendizaje. Me encanta impartir clases, las TIC, pero sobretodo soy un apasionado de las personas. y disfruto aplicando psicología y formación para el desarrollo de personas y organizaciones. Desde 2019 tengo la responsabilidad de gestionar como regidor del Ayuntamiento de El Vendrell, los recursos humanos, la hacienda, secretaría, contratación y los departamenos de empadronament i Servei d'atenció al ciutadà.

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