
En un partido corrupto sus dirigentes optan por la más corrupta, aunque la disputa era dura. Recordemos, Pablo Casado llegó a liderar el partido tras la sentencia judicial del Caso Gurtel. Ese fue el punto de inflexión para que la mayoría social dijera basta y exigiera una moción de censura que unió a la mayoría del Parlamento para hacer presidente del Gobierno a Pedro Sánchez.
Por aquel entonces, Casado ya tuvo que lidiar con una presunta compra (o regalo) de título universitario. Poco después, en 2021, la Audiencia Nacional condenó al extesorero Luis Bárcenas y al PP por pagar las obras de su sede en Génova con dinero negro. Desde el PP, orden de silencio, una estrategia que siempre ha seguido Casado justificándolo en que no hacía comentarios sobre “casos del pasado”.
Ya con Casado como líder, la dirección del PP hablaba de un “PP nuevo”, preparándose para todo lo que tenía que venirles encima: la segunda parte del caso Gürtel, el caso de la destrucción de los ordenadores del extesorero Luis Bárcenas, los llamados papeles de Bárcenas, la finnciación del PP de Madrid, la trama Púnica, el caso Lezo, las irregularidades en la construcción del campus de la justicia en Madrid, la operación Kitchen..
En la convención nacional del PP, Casado alabó la gestión de Nicolás Sarkozí. Un día después condenaron al expresidente francés por corrupción, era la segunda condena al “ejemplar gestor francés” según Casado.
En un acto en Valencia, Casado homenajeó a la exalcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, fallecida en 2016. 16 días después un juez de Instrucción procesó a medio centenar de personas entre concejales y asesores del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de la capital en la época de Barberá por un delito de blanqueo.
Poco después salían a la luz los “papeles de pandora” que evidenciaban la constitución de sociedades opacas en paraísos fiscales de altos dirigentes del PP como Albiol.
Durante las últimas semanas, justo después de las elecciones en Castilla y Leon explota otro posible caso de corrupción. Un tuit del Partido Popular, de hecho, apuntó a la posibilidad de que el hermano de la presidenta madrileña se hubiera lucrado de manera sospechosa mientras fallecían cientos de personas al día, en lo peor de la pandemia. Según la entrevista de Casado en la cadena COPE podía tratarse de un delito.
A partir de esas declaraciones, la guerra de poder interna en el PP, que había quedado latente en su último congreso, se abrió…y en el partido de la corrupción, lejos de proteger al delator se mata al mensajero, ahora sí fra-Casado, y abandonado por todo su equipo.
Mientras al escribir estas líneas se suceden las dimisiones, el último el campeón del mundo de lanzamiento de aceitunas, Teodoro García Ejea, y con mucha probabiidad en las próximas horas dimitirá Casado y el PP convocará congreso extraordinario, para encumbrar bien a Ayuso o bien a Feijoo, dos personajes salpicados por sus relaciones mafiosas, con corruptos, corruptores y narcotraficantes. Estamos bien servidos.
Pero como si se tratara del “Sálvame” los focos mediáticos se han centrado en el salseo de traidores y traicionados, y no en el presunto caso de corrupción de Ayuso.
De hecho el PP “legitima la corrupción” al ponerse el foco sobre el presunto espionaje a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en lugar del contrato por el que su hermano, Tomás Ayuso, cobró una comisión, según reconoció la propia IDA. La fiscalía anticorrupción ha abierto diligencias que esperamos acaben arrojando luz sobre lo sucedido.
Haya delito o no, hay dos cosas que son impepinables:
1) El hermano de Díaz Ayuso se ha lucrado con un negocio de venta de mascarillas a la comunidad autónoma de Madrid, mientras los trabajadores sanitarios se dejaban su vida intentando salvar la de los enfermos por COVID en los momentos más duros de la pandemia.
2)Mientras Casado traicionaba a España en Europa, bloqueaba la renovación del CGPJ, mentía e insultaba, era vitoreado por la gente de su partido; cuando denuncia la corrupción en el PP, todos se han puesto de acuerdo en echarle.
Tiempo habrá de hablar de la sucesión de Casado en las próximas semanas, pero Feijoo, que se postula para liderar el partido de la corrupción ya ha lanzado una misiva: pide a Pedro Sánchez que rompa el gobierno de coalición con Unidas Podemos, y se ofrece a pactar una gran coalición PP-PSOE. Espero que los militantes socialistas no tengamos que volver a decir NO es NO. Mientras tanto, VOX se frota las manos. Ya se sabe, a PP revuelto, ganancia de VOX.
Baltasar Santos
Militante PSC El Vendrell