Dirás que vaya titular tan malvado, que no se debería utilizar nunca una palabra como esa. Que eso de “Matadlos” es demasiado horrible, cruel y diabólico.
El gran problema, el gran bochorno, es que lo diga una responsable de la esfera pública. No ha sido un desliz, lo ha pensado, lo ha escrito y lo ha divulgado. “Hoy la izquierda está acabada. Matadlos”, le escribía Isabel Diaz Ayuso, presidenta diabólica de la Comunidad Autónoma de Madrid y líder del PP de Madrid, a sus diputados y diputadas.
No contentos con ese “Matadlos”, el Sr. Maroto, portavoz del PP en el Senado, afirma con rotundidad, que hay que trasladar a la sociedad que “no hay un socialista bueno”.
Este es el modelo de convivencia que quiere el PP para nuestra sociedad, pensar y divulgar “matadlos”, y pensar y decir que “no hay un socialista bueno”. La verdad es que dan susto, parecen más cercanos a los franquistas (fundadores de su partido) que a cualquier esfera democrática.
El gran problema es que son capaces de hacerlo, lo hicieron ya hace 87 años y durante demasiado tiempo, y actualmente han mostrado ser muy eficaces dejando morir a miles de ancianos en las residencias de mayores de la Comunidad madrileña.
A nivel personal, una dice que me maten, el otro que solo muy malo. Soy nieto de socialista (a mi abuelo, sí que lo mataron), hijo de socialista y socialista, y no tengo miedo a desequilibrados que digan esas barbaridades… aunque sus hechos indiquen que quieren volver por sus andadas y levantarse contra el gobierno legítimo y democrático.
Decía que soy de familia socialista y nunca me enseñaron ni a despreciar, ni a odiar a nadie, independientemente de su ideología.
Tengo amigos del PP que son muy buena gente y los quiero… aunque también es cierto que hay otros muchos que son unos verdaderos hijos/as de puta.
Entrevistamos a Rafael Arévalo, víctima del abandono sufrido por los mayores en las residencias de la Comunidad de Madrid, donde murieron más de 7.000 personas.
Rafael es abonado de Tribuna Socialista en Madrid.
Pregunta.- Perdiste a un familiar en la pandemia, ¿podría haberse evitado?
Rafael.- Mi madre, Juana, falleció el 26 de abril de 2020. En esta fecha ya había fallecido un tercio de los residentes, de un total aproximado de 180 residentes. La brutalidad de la decisión del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso es tal que, a finales de abril, habían fallecido la práctica totalidad de las personas de la planta de “asistidos”. Podría haberse evitado, si el Gobierno de la Comunidad de Madrid no les hubiese negado la asistencia hospitalaria; si no les hubiese dejado abandonados a su suerte con decisiones pensadas en favor de los beneficios empresariales en lugar de en la salud de los residentes.
P.- ¿En qué tipo de residencia estaba tu madre?
R.– La residencia AMAVIR Arganzuela, está situada en la calle de Embajadores, 211, saliendo de la ciudad hacia el sur de Madrid. Es una de tantas residencias concertadas con la Comunidad de Madrid, que pertenece al grupo empresarial francés Maisons de Famille.
La relación con la dirección del centro siempre fue correcta. Desde antes de la pandemia, los familiares percibíamos el problema de la escasez de plantilla, por los errores que se producían habitualmente, por ejemplo: mi madre era diabética y le daban zumos que no podía tomar, los armarios de ropa no estaba controlados y podías encontrar ropa de otros residentes mezclada con las suyas o ropa suya que desparecía, y lo que es más grave, casos de escaras no detectadas a tipo generando graves consecuencias, incluso algún fallecimiento por este motivo… Es evidente que esto obedecía a la rotación de trabajadores; producto de la precariedad de las condiciones de trabajo y de bajos salarios.
Con la pandemia, esta situación se gravó en modo superlativo por las bajas por COVID del personal. Viéndose la dirección del centro colapsada por la situación e impedida de tomar decisiones que hubiesen evitado el contagio generalizado, dentro de la residencia. La residencia carecía de mascarillas y de personal suficiente para mantener a los residentes confinados sus habitaciones, de manera que, en plena pandemia, continuaban sacando a los ancianos a la sala común de cada área, para ser atendidos 25 residentes por cada auxiliar. Estas deficiencias no se corrigieron, en parte, hasta que los bomberos acudieron al centro a mediados de abril, dando orden de aislar a los residentes en sus habitaciones. Ahí quedan las escalofriantes escenas con las que los bomberos y los miembros de la UME se encontraron en muchas residencias, según han declarado.
A partir de la declaración del estado de alarma, se cortó la información a los familiares. La poca información que nos llegaba era a través de los familiares cuyos padres y madres iban falleciendo.
P.- La Comunidad de Madrid, a lo largo de la pandemia, no ha tomado ciertas decisiones porque, a su presidenta y a su equipo de gobierno, les parecían muy duras para la economía. ¿Qué opinas tú de esto?
R.- Pues pienso que lo verdaderamente duro es lo que sufrieron miles de familias que no pudieron despedirse de sus familiares.
Lo duro, durísimo, es enterarte por lo medios de comunicación, porque la residencia no te informaba, de que a mi madre se le había negado la asistencia sanitaria hospitalaria, con la que podría haber vivido más tiempo. Esta decisión de negar a la vida a una persona, al negarle la atención médica adecuada, es muy llamativa por venir de un Gobierno sustentado por partidos que niegan el derecho a la muerte digna y el derecho de las mujeres a decidir ser madres, con el argumento del derecho a la vida.
La angustia que se siente al saber que tu familiar está en una situación de riesgo mortal inminente y no poder hacer nada. Lo único que se podía hacer a duras penas, por las restricciones, era intentar obtener información de tu familiar.
Lo que más duro, es enterrar a tu familiar en la mas absoluta clandestinidad viendo el féretro entrar en el cementerio 1 minuto solo con 3 familiares como si fuera el más indeseable del mundo, sin la despedida digna que se merecía.
P.- Esta entrevista la estamos haciendo en la manifestación que ha llenado la Gran Vía y parte de la Plaza de España, de Madrid, en esta tarde de sábado, 17 de septiembre. A la que han acudido miles de personas para reclamar que las residencias vuelvan a ser públicas y con atención digna. ¿Qué habría que hacer, en tu opinión, para resolver la lamentable situación que se vive?
R.- Lo primero que habría que hacer es revertir las residencias públicas, que están siendo explotadas económicamente por empresas privadas, a una gestión directamente pública.
En según lugar, no permitir el déficit de plantilla en las residencias, sean esta públicas o privadas. Pues las ratios de personal por cada 100 residentes son incumplidas de manera ostentosa; agravándose cada año en los periodos vacacionales y de forma brutal en estos años pasados de pandemia.
En tercer lugar, además de una dotación de trabajadores y trabajadoras adecuada, garantizar que el personal de las residencias tiene la cualificación adecuada al puesto que
le es encomendado, pues la escasez de plantilla lleva, en muchas ocasiones, a que trabajadoras contratadas como personal de limpieza se vean obligadas a asumir tareas de auxiliares sanitarias.
En cuarto lugar, hay que vigilar la ratio de gasto de personal de las residencias vigilando el personal que incluyen en el mismo y sobre todo que este no debería ser nunca inferior al 70%, y no como esta ahora en las privadas y privadas concertadas que está en torno al 50%.
En quinto lugar, acabar con la connivencia de la Administración con las residencias que las avisa con antelación del día que las va a inspeccionar.
En definitiva, lo que la Administración no puede hacer es desentenderse de un servicio esencial para la sociedad, que se ha convertido en un negocio donde el ciudadano queda subordinado al interés económico. El coste de esta “filosofía” político-económica, de la que, el Gobierno de Ayuso es connivente, ha sido de 7.000 vidas, solo en la Comunidad de Madrid.
Quiero terminar diciendo que aun no entiendo cómo, la fiscalía de Madrid, puede haber archivado la causa judicial abierta para depurar responsabilidades por la decisión criminal de negar asistencia sanitaria a nuestros ancianos.
En un partido corrupto sus dirigentes optan por la más corrupta, aunque la disputa era dura. Recordemos, Pablo Casado llegó a liderar el partido tras la sentencia judicial del Caso Gurtel. Ese fue el punto de inflexión para que la mayoría social dijera basta y exigiera una moción de censura que unió a la mayoría del Parlamento para hacer presidente del Gobierno a Pedro Sánchez.
Por aquel entonces, Casado ya tuvo que lidiar con una presunta compra (o regalo) de título universitario. Poco después, en 2021, la Audiencia Nacional condenó al extesorero Luis Bárcenas y al PP por pagar las obras de su sede en Génova con dinero negro. Desde el PP, orden de silencio, una estrategia que siempre ha seguido Casado justificándolo en que no hacía comentarios sobre “casos del pasado”.
Ya con Casado como líder, la dirección del PP hablaba de un “PP nuevo”, preparándose para todo lo que tenía que venirles encima: la segunda parte del caso Gürtel, el caso de la destrucción de los ordenadores del extesorero Luis Bárcenas, los llamados papeles de Bárcenas, la finnciación del PP de Madrid, la trama Púnica, el caso Lezo, las irregularidades en la construcción del campus de la justicia en Madrid, la operación Kitchen..
En la convención nacional del PP, Casado alabó la gestión de Nicolás Sarkozí. Un día después condenaron al expresidente francés por corrupción, era la segunda condena al “ejemplar gestor francés” según Casado.
En un acto en Valencia, Casado homenajeó a la exalcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, fallecida en 2016. 16 días después un juez de Instrucción procesó a medio centenar de personas entre concejales y asesores del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de la capital en la época de Barberá por un delito de blanqueo.
Poco después salían a la luz los “papeles de pandora” que evidenciaban la constitución de sociedades opacas en paraísos fiscales de altos dirigentes del PP como Albiol.
Durante las últimas semanas, justo después de las elecciones en Castilla y Leon explota otro posible caso de corrupción. Un tuit del Partido Popular, de hecho, apuntó a la posibilidad de que el hermano de la presidenta madrileña se hubiera lucrado de manera sospechosa mientras fallecían cientos de personas al día, en lo peor de la pandemia. Según la entrevista de Casado en la cadena COPE podía tratarse de un delito.
A partir de esas declaraciones, la guerra de poder interna en el PP, que había quedado latente en su último congreso, se abrió…y en el partido de la corrupción, lejos de proteger al delator se mata al mensajero, ahora sí fra-Casado, y abandonado por todo su equipo.
Mientras al escribir estas líneas se suceden las dimisiones, el último el campeón del mundo de lanzamiento de aceitunas, Teodoro García Ejea, y con mucha probabiidad en las próximas horas dimitirá Casado y el PP convocará congreso extraordinario, para encumbrar bien a Ayuso o bien a Feijoo, dos personajes salpicados por sus relaciones mafiosas, con corruptos, corruptores y narcotraficantes. Estamos bien servidos.
Pero como si se tratara del “Sálvame” los focos mediáticos se han centrado en el salseo de traidores y traicionados, y no en el presunto caso de corrupción de Ayuso.
De hecho el PP “legitima la corrupción” al ponerse el foco sobre el presunto espionaje a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en lugar del contrato por el que su hermano, Tomás Ayuso, cobró una comisión, según reconoció la propia IDA. La fiscalía anticorrupción ha abierto diligencias que esperamos acaben arrojando luz sobre lo sucedido.
Haya delito o no, hay dos cosas que son impepinables:
1) El hermano de Díaz Ayuso se ha lucrado con un negocio de venta de mascarillas a la comunidad autónoma de Madrid, mientras los trabajadores sanitarios se dejaban su vida intentando salvar la de los enfermos por COVID en los momentos más duros de la pandemia.
2)Mientras Casado traicionaba a España en Europa, bloqueaba la renovación del CGPJ, mentía e insultaba, era vitoreado por la gente de su partido; cuando denuncia la corrupción en el PP, todos se han puesto de acuerdo en echarle.
Tiempo habrá de hablar de la sucesión de Casado en las próximas semanas, pero Feijoo, que se postula para liderar el partido de la corrupción ya ha lanzado una misiva: pide a Pedro Sánchez que rompa el gobierno de coalición con Unidas Podemos, y se ofrece a pactar una gran coalición PP-PSOE. Espero que los militantes socialistas no tengamos que volver a decir NO es NO. Mientras tanto, VOX se frota las manos. Ya se sabe, a PP revuelto, ganancia de VOX.
Debe estar conectado para enviar un comentario.