Los Borbones y sus guerras: nuestros muertos


Edición especial por el 20º Aniversario de TS

2005-2025

Presentación

Los borbones nunca dan la cara, pero borbonean para garantizar sus privilegios. Así lo han hecho a lo largo de más de tres siglos, a costa del sufrimiento y la sangre de los pueblos del Estado español.

Este trabajo no pretende desvelar nada que no esté en los textos de historia; de algunos de ellos he tomado los datos objetivos: fechas, guerras y cifras de muertos, para presentarlos de manera lo más objetiva posible, sin renunciar a mi punto de vista firmemente republicano. Tampoco es mi pretensión profundizar en todo lo acontecido en los tres siglos y cuarto últimos de nuestra historia.

Es mi intención, y la del Comité de Redacción de Tribuna Socialista, contribuir al fomento del sentir republicano en nuestro país, y hacerlo en concreto en la antesala de las marchas republicanas que se preparan una vez más, este año para el 15 de junio de 2025, coincidiendo con el 20ª aniversario de Tribuna Socialista.

Es también el objetivo poner el foco en las guerras y conflictos sufridos en este largo periodo, como consecuencia de las decisiones de esta mezquina dinastía. Si estos hechos fuesen de dominio de toda la sociedad, serían más que suficientes para volver a dotarnos en el Estado español de un espacio de avance y prosperidad bajo una República como modelo de Estado. Solo la ignorancia de los hechos históricos, la propaganda maquilladora de la institución monárquica y los partidos políticos que trabajan a favor de esta institución hacen posible que la monarquía continúe en pie.

Esta familia de migrantes franceses reinan en nuestro país desde 1700, apoyados en fuerzas reaccionarias y militares; una minoría social insaciable e insensible al sufrimiento de las personas que componen la mayoría de la sociedad, como han sido insensibles al sufrimiento y la muerte de los cientos de miles de hijos de las familias más humildes y trabajadoras, a quienes enviaron a sus guerra por ambición de poder, llegando en ocasiones a enfrentarse distintas facciones de entre el mismo clan: ellos creaban el enfrentamiento mientras los muertos los ponían los hijos de los pueblos que componen España.

Continúan siendo insensibles hoy ante el genocidio en Palestina o los miles de muertos en el Atlántico y el Mediterráneo de quienes se ven obligados a abandonar sus países, sus familias y sus entornos sociales; no migran por ambición, como fue el caso de Felipe de Anjou.

Intentemos comprender nuestra actualidad, a base de conocer nuestra historia.

Roberto Tornamira
Presidente de ASTRADE

Su llegada a España hizo correr ríos de sangre

Felipe V (1700 – 1746)

Felipe de Anjou fue el primer Borbón que reinó en España con el nombre de Felipe V desde 1700 a 1746. Los chalaneos de la corte francesa de Luis XIV para hacerse con la corona española contra la Casa de Austria, con la que tenían lazos de parentesco, costó a España y a buena parte de Europa una guerra de sucesión de casi 15 años (1). Este conflicto segó la vida de entre 400.000 y 1.250.000 víctimas, según los distintos historiadores. Fue en el Tratado de Utrech, con el que se puso fin a esta guerra, donde se consignó que España cedía Gibraltar a la corona británica, por tanto, una pérdida que debe atribuirse a la Casa Borbón, por si interesa a los archipreocupados por la integridad de la patria.

Fernando VI (1746 – 1759)

A Felipe V le sucedió su hijo, Fernando VI, quien reinó desde 1746 a 1759. Este monarca tiene el dudoso orgullo de haber dictado la “gran Redada” o “prisión General de gitanos” (2), orden que, en 1749, pretendía eliminar a todas las personas de raza gitana que habitaban en España. El encargo lo ejecutó el Marqués de la Ensenada; quien es honrado hoy en día con una calle cercana a la Plaza de Colón de Madrid. La idea consistía en separar a hombre y mujeres, para que no pudieran reproducirse. Esta orden real puede considerarse el origen del estigma de la población gitana en nuestro país, y un claro ejemplo de genocidio.

Carlos III (1759 – 1788)

A la muerte de Fernando VI recayó la corona en Carlos III, hermanastro del anterior, reinando desde 1759 a 1788. Lo primero que hizo, el considerado “el mejor alcalde de Madrid”, tras ser coronado fue establecer el Derecho Divino, es decir, que, por si alguien tenía dudas o pretendía cuestionarle, su autoridad para gobernar proviene de la voluntad de Dios (3).

El que mandó construir la actual Puerta de Alcalá, nos metió en la Guerra de los siete años (4) que libraban Francia y Gran Bretaña, para qué: para recuperar Menorca y Gibraltar, territorios perdidos por sus antepasados en la Guerra de Sucesión. Esto ocurrió entre 1761 y 1763. Una de las más sonoras derrotas fue el intento de invadir Portugal, en 1762. De esta aventura bélica salió España escaldada, perdiendo algunas colonias en América: las dos Floridas, en favor de Gran Bretaña y Sacramento (en Uruguay), en favor de Portugal. Las víctimas sumaron 13.000 muertos, heridos y prisioneros, entre soldados y marineros. Para financiar esta guerra se creó la Lotería Nacional que hoy se continúa jugando en España con tanta fruición.

Este rey belicista, déspota ilustrado, nos volvió a involucrar en un conflicto armado, esta vez en la Guerra de independencia de los Estados Unidos de América (5), respecto de su metrópolis: Reino Unido. Se estima que España perdió 9.000 soldados en esta nueva aventura entre 1776 y 1779. Aunque para el “honor” borbónico se recuperó Menorca, Florida y la costa de Honduras.

Carlos III nos dejó en herencia la bandera rojigualda, que tanto gusta a los nacionalistas españolistas.

Carlos IV (1788 – 1808)

Heredó el trono Carlos IV y reinó de 1788 a 1808. Ni que decir tiene que la Corona española cerró sus fronteras y tomó medidas represivas para impedir que el furor revolucionario que se desató en Francia pocos meses después de la coronación de Carlos IV. Además de intentar, como otras casas reales europeas, salvar la vida Luis XVI, cuya cabeza rodaría en 1793. La respuesta de las monarquías, incluida la española, fue la de crear una coalición para atacar a la recién nacida República francesa, embarcando la Casa Borbón a los

españoles en una nueva guerra “La guerra de los Pirineos”. En la que murieron, resultaron heridos o desaparecieron entre 10.000 y 45.000 hispano-lusos (6).

Los monarcas de la Casa Borbón siempre nos han metido en problemas, por su cobardía o por su tendencia a arrodillarse ante dictadores; es lo que ocurrió cuando Carlos IV puso a disposición de Napoleón la escuadra española, desatando un nuevo conflicto con la Corona británica y que entrásemos en guerra con Portugal: ”La Guerra de las Naranjas” (7), conflicto que duró 18 días y del que no he encontrado datos de bajas.

Después, aprovechando las condiciones del Tratado de Fontainebleau (8), Napoleón ocupó España a nombre de la invasión de Portugal, tras la que Francia y España se repartirían el territorio portugués, pero que desembocó en la guerra de Independencia española en respuesta a la ocupación francesa, consentida por el Rey.

Fernando VII (1808 – 1813 y 1814 – 1833)

Estos desastres militares y los escándalos en torno a Godoy y el príncipe de Asturias (9), llevaron a la abdicación obligada de Carlos IV en su hijo Fernando VII en 1808, quien por su devenir como príncipe y su desempeño como rey se ganó a pulso reinar bajo el apodo de “el Rey Felón” (10). Reinó en dos etapas: una primera, durante dos meses en 1808, y la segunda de 1814 a 1833: entre 1808 y 1813 reinó José Bonaparte, el hermano de caudillo francés (11).

Mientras los españoles y españolas se dejaban la vida luchando contra el ejército invasor -se estima que hubo entre 300.000 y 500.000 víctimas– Fernando VII vivía cómodamente con su familia en el Castillo de Valençay; una prisión más cómoda aún que la que se ha dispensado al corrupto Urdangarín. En su ausencia se promulgó la Constitución de Cádiz (1812); liberal para aquellos años. Nada como salida de los borbones de España para que haya avances.

“En agradecimiento”, Fernando VII regresó a España en marzo de 1814 para orquestar un Golpe de Estado desde Valencia, dirigido por el general Francisco de Eguía, poniendo fin a la primera experiencia constitucional española y restaurando el absolutismo. Ciertamente no hay mayor felonía. Se abrió así el sexenio Absolutista que finalizó con el alzamiento del teniente coronel Rafael de Riego, en enero de 1820,

dando paso al trienio Liberal. Y aquí nace el himno de Riego, que fue adoptado como “marcha nacional de ordenanza”, lo que hoy llamamos himno nacional.

El Felón apeló a la Francia de Luis XVIII en 1823 para que enviase un ejército, “los Cien Mil Hijos de San Luis” (12), que posibilitase la reacción monárquica que acabó nuevamente con el segundo periodo constitucional. A este ejército se sumaron unos 30.000 monárquicos al que llamaron “Ejército de la Fé”, para mayor gloria de la historia Real.

Tras lanzar a un ejército extranjero contra su propio pueblo se abrió la Década Ominosa; una etapa de represión brutal que Benito Pérez Galdós narró en uno de sus episodios nacionales: “El Terror de 1824” (13).

Del Absolutismo al Liberalismo

Isabel II (1833 – 1868)

El reinado de este Borbón dejó en herencia La Corona a su hija de tres años, Isabel II, reinó entre 1833 y 1868, asumiendo la regencia durante su minoría de edad -hasta 1843- la viuda de Fernando VII, María Cristina de Borbón Dos-Sicilias. También nos dejó en herencia una guerra civil entre monárquicos (14): una primera contienda entre 1833 y 1840, una segunda desde 1846 a 1849 y la tercera de 1872 a 1876, guerras que enfrentaron a los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón y Borbón-Parma, hermano de Fernando VII, defensores de la monarquía tradicional, absolutista, que luchaban bajo el lema “Dios, Patria y Rey”; y a los “liberales” que es como se llama en la historia a los apoyos de la heredera del “insigne” Fernando VII. Se estima que estas contiendas se cobraron la vida de unas 130.000 víctimas.

Autores como Jesús Cruz Valenciano, han catalogado el reinado de Isabel II como “uno de los más corruptos de la historia de España” (15), tanto fue así que la corrupción de la clase minoritaria cercana a la institución monárquica cercenó la posibilidad de que España se subiese al tren de la industrialización.

Uno de los episodios más deplorables del reinado de Isabel II fue la conocida como “Noche del Matadero” (16), el 10 de abril de 1865, cuando la Guardia Civil y unidades del ejército reprimieron sangrientamente: murieron entre 15 y 20 estudiantes. El conflicto tuvo su origen en la orden emitida en octubre de 1864, por el gobierno del general Narváez -otro criminal con calle en Madrid- por la que se prohibía que las universidades hiciesen críticas al Concordato de 1851. Es un episodio muy ilustrativo, en el que no entro por cuestión de extensión y por estar fuera del objetivo de este artículo, pero que recomiendo a los lectores profundizar en él, pues se discutían conceptos educativos y de críticas a la monarquía realizadas por el republicano Emilio Castelar que hoy continúan de actualidad.

El conflicto armado del pueblo español al que nos arrastraron los borbones en sus peleas de familia -las guerras carlistas- no fue suficiente para Isabel II y sus gobiernos. Durante los años 1859 y 1860 tuvo lugar la primera guerra hispano-marroquí (17), motivada por la defensa de la ciudad de Ceuta -colonia española desde 1668 y la de Melilla -colonia española desde 1767-, aunque en realidad se trataba de una operación colonialista, aderezada por la codicia del generalato del ejército español, encabezada por el jefe del gobierno, el general O´donnell -otro “ilustre” en el callejero madrileño- y un intento de La Corona y sus apoyos de resarcirse del desastre de 1898. La contienda dejó 4.000 soldados españoles muertos.

En esta línea se desataron las guerras de la Conchinchina (Vietnam) entre 1858 y 1862 (18), con unos 1.000 muertos y heridos, y el intento de reanexión de la República Dominicana de 1861 (19) una aventura militar que costó la vida a 10.000 militares españoles y dominicanos proespañoles.

El sexenio democrático (1868 – 1874)

Al reinado de Isabel II le puso fin la revolución de septiembre de 1868. La reina salió para el exilio en París, bajo la protección de Napoleón III. Una vez más, la salida de los borbones de nuestro país abría un periodo democrático, el llamado sexenio democrático (1868 – 1874). A modo de contextualización, señalar solamente que en este periodo hay que distinguir tres etapas: (1868 – 1871) La del gobierno provisional, que promulgó la segunda Constitución española, la de 1869, que estuvo vigente hasta febrero de 1873; el reinado de Amadeo I de Saboya (enero 1871 a febrero de 1873); y la I República española (febrero de 1873 a diciembre de 1874).

Este paréntesis de esbozo democrático, -democrático si se compara con la historia anterior-, se vio cercenado por la restauración borbónica, de la mano, una vez más, de un general, Arsenio Martínez Campos, quien protagonizó un golpe de Estado, en diciembre de 1874, conocido como “El pronunciamiento de Sagunto”, que fue la vía que tomó la casa Borbón para regresar al poder, en la persona de Alfonso XII, hijo

de Isabel II y tatarabuelo de Felipe VI. Este golpe de estado militar puso fin a la I República española; una república que apenas la dejaron vivir 22 meses (Feb-1873 a Dic-1874).

Alfonso XII (1874 – 1885)

Con Alfonso XII la Casa Borbón había aprendido en la etapa de Isabel II que debían adaptarse a los nuevos tiempos y pactar con los liberales. Alfonso XII comenzó su reinado promulgando en junio de 1876 la tercera Constitución española, que estuvo vigente hasta el Golpe de Estado del general Primo de Rivera, con el visto bueno del rey, por no decir encargado por Alfonso XIII.

Es quizás el Borbón menos beligerante, salvo porque llegó al trono mediante un golpe de Estado militar y porque heredó de su madre la tercera guerra Carlista. En su reinado tuvo un escarceo colonial con Alemania, en 1883, en torno a las islas Carolinas y las islas Marshall (20).

Abriendo la puerta al fascismo

Alfonso XIII (1886 – 1931)

Tras su muerte por tuberculosis el 25 de noviembre de 1885, heredó la Corona su hijo Alfonso XIII, quien reinó entre 1886 y 1931. Este nació el 17 de mayo de 1886, tras la muerte de su padre. Ejerció la regencia su madre, la última de las muchas mujeres en la vida de Alfonso XII, María Cristina de Habsburgo-Lorena. Siendo aún menor de edad -comenzó su reinado sin tutelas en 1902-, en años de la regencia ejercida por su madre, se produjo el conocido como “desastre del 98” (21), referido a la pérdida de Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam.

En 1909 comenzaron las escaramuzas con Marruecos. El detonante fue la actividad minera de la Compañía Española de Minas del Rif, que se había creado un año antes para explotar mineral de hiero en el protectorado español en Marruecos (22). En su Consejo de Administración se sentaban los pudientes empresarios de la época: Miguel Villanueva (ministro de Marina), Álvaro y Gonzalo Figueroa Torres (conde de Romanones y duque de las Torres), Juan Antonio Güell y López (conde de Güell) y Gerardo Roiz de la Parra y de la Pedraja (hijo de Jerónimo Roiz de la Parra), entre otros. Las tribus rifeñas consideraban, no sin razón, que España estaba usurpando las riquezas de su subsuelo, por lo que comenzaron a hostigar a la actividad minera, dejando 5 trabajadores muertos. La situación desembocó en la Guerra de Melilla y el desastre militar del Barranco del Lobo, que se saldó con la muerte de 150 españoles. Y como una de sus derivadas: La Semana Trágica de Barcelona (23). El rechazo social al conflicto, y en concreto al decreto por el cual el Gobierno de Maura movilizaba para la guerra a tropas reservistas, es decir, a los hijos y padres de la clase trabajadora. La represión se saldó con unos 160 muertos, 450 heridos y más de 1.700 arrestados.

Alfonso XIII y la minoría social privilegiada continuaron con sus pretensiones coloniales en Marruecos, intentando ocupar la Bahía de Alhucemas, en junio de 1921. Los rebeldes rifeños defendieron su territorio y plantaron cara al ejército español desembocando en el Desastre de Annual (24), con un coste de 13.000 vidas, solo en el bando español. Se abrió una investigación que redactó un expediente, conocido como el “Expediente Picasso” (25) considerado la mecha de ignición de la caída de la Monarquía borbónica en 1931, sin menospreciar la Huelga General de 1917 (26), la revolución de 1930 (27) y en medio la Dictadura del general Miguel Primo de Rivera (28) y (29).

Una vez más, y como ya se ha visto en varios reinados borbónicos anteriores, un rey Borbón acude a un general del ejército para encargarle un golpe de Estado. Nunca lo reconocieron, aunque los hechos dejen clara su implicación.

El periodo de la Dictadura de Primo de Rivera no estuvo exento de conflicto armado. El 8 de septiembre de 1925 tuvo lugar el Desembarco de Alhucemas (30), con 200 muertos y 109 heridos, acción militar por la que España se hizo con el control del Rif.

En un nuevo acto “democrático” por parte de Alfonso XII, en enero de 1930 zancadillea a Primo de Rivera y nombra presidente del gobierno al general Máximo Berenguer, para que prosiguiera con un régimen dictatorial militar. Este nuevo periodo, conocido como “La Dictablanda” (31), tuvo dos presidentes de gobierno, ambos militares: el ya mencionado general Berenguer y el almirante Juan Bautista Aznar, tío-abuelo de José María Aznar.

De los crímenes más simbólicos del Alfonso XIII es el fusilamiento de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, por el intento de pronunciamiento militar de Jaca (32).

Al tío-abuelo de Aznar hay que agradecer que el 12 de abril de 1931 convocase elecciones municipales, comicios que se decantaron con tanta claridad hacia los partidos republicanos que Alfonso XIII hizo las maletas y puso dirección a París. El 14 de abril se proclamó la II República abriendo con fuerza las ventanas del Estado para sanear el pútrido ambiente social que había generado el reinado de Alfonso XIII.

El texto de la Constitución de 1931, cuarta Constitución en España, es digno de ser leído en su integridad, para poder valorar en su justo alcance el grado de progreso de aquel periodo de nuestra historia (33). Reseño a modo de muestra los tres primeros artículos:

Artículo 1º .- España es una República de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y Justicia.

Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo.

La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones.

La bandera de la República española es roja, amarilla y morada.

Artículo 2º.- Todos los españoles son iguales ante la ley.

Artículo 3º.- El Estado español no tiene religión oficial.

Franco se encargó, con su camarilla de generales golpistas, de poner fin a 5 años de democracia, exceptuando el bienio negro (noviembre 1933 a febrero de 1936).

Alfonso XIII se ubicaba ideológicamente en el fascismo falangista, y no dejó de intentar un pacto con Franco, desde el exilio (34). Franco cumplió parte de los acuerdos que pudiera haber hecho con la Casa Borbón y abrió la puerta a una nueva restauración en la ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947 (35). Restauración monárquica a la que puso nombre en la Ley de Sucesión de 1969 (36).

Los borbones son una familia que no tiene ningún reparo traicionarse unos a otros, incluso enzarzarse en un conflicto armado, en el que ellos raramente mueren, con tal de ponerse la corona en la cabeza. Esto lo hemos visto a lo largo de los reinados, broncas sucesiones y abruptas abdicaciones. Tras la II República no ha sido diferente: En 1041, Alfonso XIII abdica en su hijo Juan de Borbón, padre del hoy vecino de Abu Dabi (37). Franco, no solo no devolvió el poder a los borbones, tal y como habían hecho los generales golpistas que le precedieron, sino que quiso dejar claro que la sucesión en el reino de España la imponía él. Ante esto, es posible que un buen hijo hubiese forzado que se respetase la línea sucesoria; sin embargo, El Campechano se dejó querer por el franquismo y esperó seis años -desde su designación en la Ley de sucesión de 1969 hasta la muerte del dictador en 1975-.

La transición y aquí siguen 325 años después

Daría para otro artículo abordar esta cuestión de la sucesión en el Trono y las luchas intestinas en el seno del franquismo, entre quienes se decantaban por la continuidad de la dictadura con una figura decorativa y quienes querían una figura real que gobernase en la sombra, empezando por el propio Juan Carlos de Borbón. Saque cada cual sus conclusiones a la vista de los hechos acaecidos y acontecidos en estos últimos 50 años.

Juan Carlos I (1975 – 2014)

No por ser historia reciente dejaré de reseñar las guerras del reinado de Juan Carlos I (1975 a 2014). El conflicto armado más señalado en el que se ha involucrado a los pueblos del Estado español en su reinado fue la invasión de Irak (38), en la que España formó parte aportando apoyo logístico a las misiones militares de los USA y formando sobre el terreno a miembros de las fuerzas armadas iraquíes de la época post Sadam Husein. Pero el principal apoyo que España dio fue político, aunque sería más acertado decir que España se prestó a hacer de mamporrera de los objetivos de los Estado Unidos de América. Distintas fuentes dando diferentes datos de muertes en las participaciones militares españolas durante el reinado de Juan Carlos I, pero las 192 víctimas de los atentados de Atocha no se deberían sacar de las estadísticas, pues, salvo los hooligans de la derecha españolista, nadie duda de la relación directa entre nuestra participación en aquella guerra y dichos atentados.

Sobre este miembro de la dinastía borbónica, y para evitar entrar en otros derroteros ajenos a este trabajo, recomiendo la lectura del libro “La Gran Desmemoria” de Pilar Urbano. Hay muchos libros editados sobre Juan Carlos I, pero este que recomiendo cuenta con el certificado de calidad de que no gustó en el Palacio de la Zarzuela.

Irak es quizá el conflicto más claro por la mezquindad de José María Aznar, sin embargo, el jefe de los tres ejércitos nos ha involucrado en su reinado en diferentes conflictos, por mucho que los mencionen eufemísticamente como “misiones humanitarias”: Afganistán, Kosovo, Líbano… (39).

Felipe VI

La abdicación de Juan Carlos I en su hijo, Felipe VI, el 19 de junio de 2014, no fue voluntaria, sino bajo presión del aparato del Estado, con la convivencia de la propia Casa Real, a modo de enroque, para salvaguardar los intereses del clan ante la catarata de escándalos acumulados por el padre del actual rey, de tal magnitud que ni los diques de contención de la prensa y los “servicios del Estado” fueron capaces de ocultar y maquillar, como venían haciendo desde antes de 1975.

Felipe VI continua fiel al impulso bélico heredado en sus genes, y, aunque sea a nombre de misiones de paz, internacionales, etc., desde 2014 nos ha involucrado en no menos de 15 conflictos (40), con un soldado muerto cada 22 días desde 2011 (41).

Pongo fin aquí a una mera relación de datos: guerras, muertes y golpes de Estado, que son la pauta de una familia que lleva más de tres siglos en el poder, quitando y poniendo gobiernos, enfrentando a los españoles unos con otros…con el objetivo de mantener en sus manos los designios de la pluralidad de pueblos que nos configuran como Estado. Solo la resistencia y la lucha de esos pueblos nos han dado respiros de dignidad a lo largo de este largo periodo de nuestra historia.

Estamos en 2025 en una etapa en la que afloran las guerras y la barbarie, alentadas en muchas ocasiones por estados que se dicen democráticos. Las instituciones europeas y cada gobierno en su país, están lanzados a una campaña para convencer a la ciudadanía de que hay que prepararse para la guerra, argumentando con una hipotética extensión del conflicto entre Ucrania y Rusia; conflicto en el que Ucrania

juega el papel de “interpuesto” por los USA. Claro que no es descartable una generalización de la guerra en todo el continente, máxime cuando los gobernantes asumen que hay complacer las necesidades de los imperialismos, a los que estamos atados por nuestra pertenencia a la OTAN, con el objetivo de garantizar el incremento sostenido de las multinacionales y oligopolios como el del armamento, la energía, etc.

De momento, venimos sufriendo desde 2022 la guerra social que nos empobrece y que se deriva de la guerra en Ucrania, una guerra a la que nos ha empujado EE.UU., y a la que de forma complaciente ha aceptado la UE.

Los gobiernos de la Unión Europea se han lanzado a una campaña de sensibilización, a base de miedo y rusofobia. El futuro nos dirá a qué nueva guerra nos envía la Casa Borbón, lo que es seguro es que, en caso de conflicto, los muertos los pondrán los pueblos, aunque la guerra no sea de los pueblos.

Roberto Tornamira Sánchez
Presidente de ASTRADE

Referencias:

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  1. https://www.gitanos.org/actualidad/la_gran_redada__30_de_julio_de_1749/
  1. https://ucsc.cl/medios-ucsc/blogs-academicos/la-coronacion-del-rey-juan-carlos-y-el-derecho-divino-de-los-reyes/
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  1. https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/P/D/PDF606.pdf
  1. https://elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos3/historia-militar/309-la-guerra-de-los-pirineos
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  1. https://www.eldebate.com/historia/20220715/expediente-picasso.html
  1. https://nuestrahistoria.es/efemerides-19-agosto-huelga-1917/
  1. https://www.acami.es/efemerides/12-de-diciembre-de-1930la-sublevacion-de-jaca/
  1. https://wuolah.com/blog/dictadura-de-primo-de-rivera/
  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Viaje_de_Alfonso_XIII_y_Primo_de_Rivera_a_Italia
  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Desembarco_de_Alhucemas
  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Dictablanda_de_D%C3%A1maso_Berenguer
  1. https://www.zendalibros.com/fusilamiento-de-los-sublevados-de-jaca-14-de-diciembre-de-1930/
  1. https://www.congreso.es/docu/constituciones/1931/1931_cd.pdf
  2. https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20210430/7417925/herencia-alfonso-xiii-dejo-franco-guerra-civil-dictadura-franquismo-juan-borbon.html
  1. https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1947-7395
  1. https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1969-915
  1. https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/29807/Trugeda%20G%C3%B3mez%2C%20Eduardo%20TFG..pdf?sequence=1&isAllowed=y
  1. https://www.nuevatribuna.es/opinion/victor-arrogante/guerra-irak-participacion-espana-armas-destruccion-masiva/20190316225935161075.html
  1. https://www.lavanguardia.com/politica/20170118/413447296951/circunstancias-muerto-336-militares-espanoles-ultimos-15-anos.html
  1. https://www.defensa.gob.es/misiones/en_exterior/
  1. https://www.20minutos.es/noticia/5220343/0/cada-24-dias-muerto-militar-espanol-acto-servicio-ultima-decada-cada-dos-dias-herido-accidentado/

Por España contra el Rey

Toma este breve artículo, de crítica y denuncia, el título de la obra “Por España contra el Rey”, del genial escritor valenciano Blasco Ibáñez (1867-1928), autor de “Cañas y barro” fundador del periódico El pueblo”, que sobrevivió a su muerte, editado en Valencia con el subtítulo de “Diario republicano de la mañana.

El diario “El pueblo”, desde su fundación por Blasco Ibáñez hasta su último número en 1939, incautado por la Falange, trató de aunar siempre, desde su primer número, a todas las fuerzas antimonárquicas, tratando fraternalmente a todo aquel que se identificara como republicano.

Autor de obras universales, tales como “La barraca”, Una nación secuestrada” y “Los cuatro jinetes del apocalipsis”, publicada esta última en 1916, en pleno horror de la Gran Guerra, en donde la muerte y la desolación cabalgaron por primera vez, a una escala nunca vista, en una Europa devastada.

A juicio de no pocos analistas existe un riesgo cierto de que se repita por tercera vez una Gran Guerra. Son múltiples la señales que la anuncian: la guerra proxy de los USA contra la Federación de Rusia, utilizando a Ucrania como cebo; el genocidio que el gobierno sionista de Netanyahu está perpetrando en los territorios históricos del pueblo palestino, con imágenes diarias de un horror difícil de soportar sin sentir nauseas; además de otras numerosas regiones del planeta, incendiadas por Occidente y castigadas por los espantosos males que, irracionalmente, la especie humana se inflige a sí misma.

Rusia, gobernada por un régimen no menos oligárquico, alienante y criminal que el capitalismo global de Occidente, es una potencia nuclear de primera magnitud, con el consiguiente riesgo de una respuesta suicida al humillante cerco de la OTAN, que arrasaría países que, como España, tienen bases militares estratégicas de los USA instaladas en su territorio.

Siendo Rusia el país más extenso de la Tierra es obvio que no aceptará ver amenazada su supervivencia por la entrada de Ucrania en la OTAN, o la instalación junto a su frontera de misiles que porten armas nucleares, con tiempos de vuelo hacia Moscú de escasos minutos, que neutralizarían toda posibilidad de una respuesta efectiva.

Guerra de Ucrania apoyada irresponsablemente por Felipe VI. Un rey cuya persona es inviolable, aunque delinca. Un rey que mantiene secuestrada esta “democracia modélica” del Reino de España; en realidad un reino heredado de Franco, “atado y bien atado” mediante la falsa ley de Amnistía de 1977, una ley electoral preconstitucional y su candado constitucional. Lo que impone de hecho un nuevo bipartidismo en esta segunda restauración borbónica, análogo al turnismo de Cánovas y Sagasta a finales del siglo XIX, fundamentados en el poder de las oligarquías y el caciquismo.

La reciente tragedia en el levante español, causada por el cambio climático y la tradicional corrupción urbanística, agravada por evidentes negligencias, han provocado un aterrador balance de muertos y heridos, incluida una gigantesca devastación, nunca vistos.

Tras el desplome de agua, cañas, y barro por el barranco del Poyo, con su rastro de muerte y desolación, se ha escenificado, con seis días de retraso, una indignante comitiva real a la zona cero de la tragedia.

Un postureo real, o quizás algo más, que ha entorpecido, en un escenario dantesco, las tareas de rescate de cadáveres y de limpieza, acabando la farsa como el rosario de la aurora.

Farsa promovida por una iniciativa del rey Felipe VI, ansioso por limpiar la imagen de su corona, en otro intento oportunista de proyectar un perfil de “rey salvador”, análogo a su discurso a la Nación televisado en directo por TVE, retransmito en directo por todas las cadenas el 3 de octubre de 2017, de funesta memoria en los Països Catalans.

Esta segunda debacle de Felipe VI ha sido un burdo intento de limpiar y de afianzar su corona, análoga a la actuación de Juan Carlos I durante el autogolpe del 23-F de 1981; un Borbón “rey salvador” que, además de defraudar a la Hacienda pública, ha trasladado su domicilio fiscal a Abu Dabi, poniendo a buen recaudo su oculta fortuna familiar.

Alguien debería aclarar el porqué de tan burda comedia, además de identificar quién o quiénes han movido los hilos de una tramoya tan inquietante.

¿Fue una decisión del Rey Felipe VI? ¿Entonces, por qué tardó seis días en aparecer en Paiporta, la zona cero de la tragedia? ¿Fue casual la agresión al Presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez, que acompañaba al Rey? ¿Por qué el Rey se quedó allí tras la evacuación del Presidente Sánchez, y no abandonó inmediatamente el lugar? ¿Por qué Felipe VI no prestó tampoco la menor atención a la Reina Leticia, embarrada y desamparada? ¿Acaso sabían ciertos servicios del Estado que la violencia iba a ir dirigida exclusivamente contra el Presidente del Gobierno de España y la Reina Leticia, y no contra el Rey? ¿Fue casual? ¿Fue planeado? ¿Con qué finalidad? ¿Fue una actitud “valerosa” la del Rey y “cobarde” la del Presidente? ¿Hubo una conspiración para agredir al Presidente del Gobierno de España forzando su evacuación? ¿Se buscó dar una falsa apariencia de “huida precipitada” del Presidente Sánchez? ¿Por qué medios afines a la monarquía apoyan la imagen de un “Rey salvador”, que nadie ha votado, protagonista de una comedia tan burda, y, en cambio, enfangan la del legítimo Presidente del Gobierno de España Pedro Sánchez, votado en las urnas?

La cruda realidad es que la juventud trabajadora está siendo enviada a despedazarse y morir en las trincheras, a ambos lados de los frentes de batalla entre Oriente y Occidente, mientras los oligarcas promotores de guerras, siguen acrecentando sus beneficios a costa de los muertos de la clase trabajadora: nuestros muertos.

No nos callarán.

Manuel Ruiz Robles
Capitán de Navío de la Armada (retirado).
Portavoz del colectivo ANEMOI
Fue miembro de la Unión Militar Democrática (UMD)

La República cada vez más cerca

Encuesta monarquía

Un 40,9% de los españoles APOYARÍA la república en un referéndum frente a un 34,9% que VOTARÍA POR la monarquía

La encuesta de 40dB, impulsada por 16 Medios Independientes, apunta hacia una importante división sobre la forma de Estado. Un 47,8% esta a favor de la celebración de un referéndum y un 36,1% en contra. La mayoría de los encuestados suspenden a la institución monárquica, aunque creen que proporciona orden y estabilidad política.

El republicanismo crece en España. Afirmación sustentada en la percepción de que existe una corriente de fondo en la sociedad favorable al advenimiento de la III República; que no se puede verificar con datos actuales desde que en 2015 el CIS dejó de preguntar en sus encuestas sobre la disyuntiva Monarquía o República. Los últimos son de 2020, cuando el gabinete demoscópico Sináptica realizó un muestreo para el diario Público, que señalaba que el 51,6% de los encuestados optaban por la República, frente al 34,6% que preferían la Monarquía. Mayoría republicana que era transversal entre los sexos y franjas de edad.

Datos que, a falta de otros más actuales, confirmaban que una creciente mayoría de españoles consideran la monarquía como un régimen obsoleto, propio de un pasado remoto donde la incultura de las personas fomentada desde el poder, en comunión con la creencia religiosa de que las personas no tenemos capacidad ni conocimiento para auto organizarnos, forjaban la idea perversa de que debemos ser dirigidos por un ser superior, un Rey, encarnación del poder divino, con libertad para hacer y deshacer a su antojo y sin control. Imagen que pervive como poso mental, a pesar de que las monarquías se hayan trasformado en parlamentarias y hayan perdido parte de su poder omnímodo, aunque mantienen un oropel de cuento de hadas que encandila e infantiliza a un sector de población cegado ante su obsolescencia.

La República no es solo una necesidad, una demanda, propia de una sociedad moderna, sino una exigencia para que la ciudadanía recupere el poder de representarse a sí misma, por un igual elegido libremente y por sufragio, entre una oferta de candidatos que no están tocados por ninguna varita divina. República que en la sociedad española está asociada históricamente a la ampliación de derechos y libertades para las personas, y a la reducción efectiva de la influencia social y los privilegios de los que viene gozando la Iglesia católica de manera inveterada. Hoy el Rey de España sigue siendo inimputable, y la Iglesia recibe una fuerte subvención del Estado, y prebendas en cuanto al pago de impuestos por sus inmuebles, a lo que hay que sumar la fuerte implantación de las órdenes y congregaciones religiosas en la Educación, por la vía de los colegios concertados, con lo que ello supone de trasvase de dinero público a la Iglesia y, lo que es peor, el alto grado de adoctrinamiento del alumnado.

Al cumplirse diez años de la abdicación de Juan Carlos I, justo es reconocer que nadie ha hecho tanto como él para incrementar el número de republicanos, una vez descubiertos sus desmanes económicos y amorosos, propios de quien se siente libre de tener que justificarse y dar explicaciones a nadie. Trayectoria que confirma la falsía de la llamada monarquía parlamentaria, donde el Rey, además de tener manos libres para hacer y deshacer, porque es inimputable, tiene la potestad —no solo divina, sino devenida de un dictador que le colocó ahí— de sancionar con su firma lo que deciden los españoles a través de sus representantes. Demostración de la pervivencia de la visión candorosa y simple de la sociedad que necesita que un Rey dé por buenas las decisiones que, los súbditos, adoptan a través de sus representantes, no vaya a ser que estén equivocados. Floración de republicanos fruto de la confirmación de su ambición de Tío Gilito, por almacenar riquezas, privilegios y amistades peligrosas. Por no hablar de su papel en el Golpe del 23F como defensor único de la Constitución y la democracia, hoy cuestionado por periodistas e historiadores, a pesar de los meapilas que han forjado la imagen de hombre bonachón y sociable. El “padrecito” llamaban los campesinos y empobrecidos obreros rusos al Zar.

Frente a los desmanes de su padre, Felipe VI, intenta no ser tan protagonista ni disoluto en su vida privada y pública, a tal punto que su papel se limita al meramente representativo abriendo el debate sobre la necesidad de mantener a un figurón, sostenido por un nutrido grupo de corifeos mediáticos que ven en él el puntal necesario, imprescindible, que acentúa y mantiene el modelo clasista que estratifica la sociedad entre los de arriba y los de abajo, los tocados con el poder económico, y los menestrales. Defensores de la monarquía con el argumento de que su papel arbitral garantiza que no volveremos al “Duelo a garrotazos” que expresó Goya en su cuadro, como metáfora de una sociedad inculta que no sabe dialogar. Hoy la sociedad es otra y diferente a esa visión maniquea que maniata cualquier cambio sustancial del orden social, aunque la estrategia de la derecha nos teledirija de continuo a la dicotomía clásica: la Monarquía encarna a los buenos, a la gente de orden, frente a la República que representa a los desarrapados y revolucionarios que quieren “dar la vuelta a la tortilla”. Un árbitro que dice garantizar la convivencia, pero que si es preciso se pone la gorra de plato que a su padre le fue entregada junto con la corona, herencia de las leyes de sucesión dictadas por el inquilino de El Pardo.

Exigir una consulta para saber si preferimos una República o una Monarquía no es un radicalismo asentado en la ilusión romántica de lo que pudo ser y no fue; porque la República no es un simple cambio en la estructura del Estado, sino la necesidad de desprendernos de una vez la moralina rancia y fuera de tiempo que representa la Monarquía. República necesaria para abrir las ventanas al nuevo tiempo, al siglo XXI, que oreé la sociedad y liberare las mentes del simbolismo arcaico de un tiempo que ya nunca volverá.

Vicente Mateos Saiz de Medrano
Periodista, doctor y profesor universitario
Madrid

La estafa nacional

El comisionismo es una lacra legal en nuestro país ¿Hay algo más injusto que enriquecerse sin trabajar?Afirmo que no. Es por esto que quiero centrar este artículo en este espécimen concreto: el comisionista.

                La intermediación debiera estar tasada, como lo están los salarios de los trabajadores y las trabajadoras en los convenios colectivos. Pero ya sabemos que la “libertad”, sobre todo si es de mercado, es muy “elástica”.Intermediar es lo que, por ejemplo, hacen las grandes superficies distribuidoras dealimentos, entre los productores y los consumidores. Otra cosa es que se justifique que Mercadona haya obtenido un 40% de beneficio en 2023, Carrefour un 23%… Intermediar sí, pero que esos abultados beneficios se produzcan a costa de saquear los bolsillos de la mayoría de la sociedad y de explotar a los agricultores y ganaderos es otra cosa muy distinta.             

                El comisionista sin ninguna ética se inserta en el mundo de la intermediación y por eso no es considerado corrupto o delincuente; no lo es porque el poder legislativo así lo quiere.

                Permítaseme una digresión. Las instituciones y las personas que las integran son un referente para la sociedad, como los padres y madres lo son para sus hijos e hijas. Es decir, si el jefe del Estado fue considerado por el teniente fiscal del Tribunal Supremo como “un comisionista internacional” y no pasa nada, la sociedad que está debajo de la punta de la pirámide lo percibe el comisionismo como “normal”. Me retrotraigo en el tiempo y pienso que él, el Emérito, hizo lo que vio a lo largo de su vida, en su familia y desde que en julio de 1969 fue designado por Franco su sucesor como jefe del Estado -Artº. primero de la Ley 62/1969 de 22 de julio- tiempos en los que a su alrededor no vio otra cosa que “señores de bien”, “pro hombres de la patria”, trincando a diestro y siniestro.

                La peor versión de comisionista es el que recibe dinero por poner en contacto a una Administración decide adquirir una cosa o un servicio, con quien vender ese servicio, haciendo uso de un cargo público o a través de un cargo público; se llámese Koldo, Ayuso, Juan Carlos de Borbón o Urdangarín.El problema es cuando el saqueado es el erario público, es decir, todos y todas las que pagamos nuestros impuestos, pues ¡Oh, casualidad!, el comisionista rara vez paga impuestos.

                A finales de febrero nos enteramos del caso Koldo. Es inaceptable que el ministro de Fomento en el primer Gobierno progresista de coalición diga queél “no sabía nada ni vio nada raro”. En otros casos de corrupción, como en la Gürtel, Ana Mato, ministra de Sanidad en el Gobierno de Rajoy, no vio los vehículos de alta gama que su marido aparcaba en el garaje de la casa. Aquí me asalta una duda; ¿vio Felipe de Borbón los Ferrari de su padre? En las mismas fechas de la grama Gürtel, 2017, la justicia dictaminó que Cristina de Borbón no sabía nada de las andanzas de su marido en el casoNoos, a pesar de que quedó acreditado que se había gastado, ella, 265.000 euros de la trama.

                Desde mediados de este mes de marzo asistimos a un nuevo episodio de la serie “Los Ayuso”, -no la busquen en ninguna plataforma de series y películas, está relatada en la prensa escrita, aunque con tramas distintas según la orientación ideológica del medio-. Se trata del clan de la falangista que preside Madrid, un claro ejemplo de cómo la minoría privilegiada de la sociedad hacen sus fortunas, digno de estudio para las facultades de historia para saber cómo se formaron las grandes fortunas de este país.

                Supimos de este clan en 2019.AvalMadrid (empresa semipública, participada por la Comunidad de Madrid, la Confederación de Empresarios de MADRID, la Cámara de Comercio de MADRID, Caixabank (herencia de su fusión con Bankia)era acreedora de los padres de la presidenta que debían 311.000 €,el 78% de un préstamo, que de 400.000€, concedido por AvalMadrid en abril de 2011 a una empresa del padre de Ayuso. Casualmente, AvalMadrid fue tan permisiva con su moroso que no reclamó el dinero hasta octubre de 2019, 8 años después. Digo “casualmente”, pues coincide con que Ayuso tomó posesión de su cargo como presidenta el 19 de agosto de 2019, por vez primera.

                Para eludir el pago, el clan Ayuso se descapitalizó: una triquiñuela legal para no pagar, donaron un piso de 90 m2 en el barrio de Chamberí y otra vivienda de 212 m2más una finca de 700 m2, estás dos últimas propiedades en Sotillo de la Adrada, donación efectuada a sus propios hijos: Isabel, la IDA y Tomás el Mas Carilla. Como lo de Koldo -el amigo de Ábalos y recomendado de Santos Cerdán- que tiene propiedades a nombre de su hija pequeña.

                Después, nos enteramos que Tomás el Mas Carilla, trincó 234.000€ de comisión sobre el millón y medio que la Comunidad de Madrid pagó a PrivietSportive, S.L. Según se sabe, el botín de 1,5 Millones se repartió, tras descontar el coste dereal de las mascarillas, 500.000€: 234.000 para el comisionista y 766.000 para el empresario.

                La madre, no la de la novela de Gorki, la de Ayuso, es o era apoderada en la empresa Prhoinsa, S.A., (Proyectos Hospitalarios Internacional) receptora de más de 1 millón de euros, desde 2018, cuando IDA era viceconsejera del Gobierno, a lo largo de 25 contratos de esos que se dan a dedo, pues los pedidos se parcelan o diseccionan.

                Por supuesto, la ¿Justicia? no ha visto indicios delictivos en estos hechos y en lo que lo había prescribieron a tiempo.Juzgar según a qué espectro ideológico pertenezca el o la juzgada; sea ministra, infanta, presidenta o portero de lupanar, ¿no entra también en la definición de “lawfare”? La ¿Justicia? europea y española no vieron irregularidades en estos negocios, ni siquiera nepotismo.

                Lo último es el caso de Alberto, el novio de Ayuso (novio o lo que sea) que ha sido acusado por la Fiscalía Provincial de Madrid, tras ser informada por la Agencia Tributaria, por delitos fiscales, falsedad documental -facturas falsas, por valor de 1,7 millones de euros- para rebajar los beneficios de sus empresas con la finalidad de no pagar impuestos. Delitos fiscales que el Novio ha admitido, por mucho que la IDA mienta y diga que se trata de una simple inspección de Hacienda.

                Las empresas del el Novio, prestan servicios sanitarios. El socio de la madre y el hermano venden productos sanitarios, un directivo de Quirón involucrado en la creación de una empresa en Panamá, utilizada por el Novio para eludir impuestos. Esto son algo más que casualidades y yo no creo en las casualidades.

                Mi conclusión es que la privatización de los servicios públicos, en este caso la Sanidad Pública, engendra la corrupción, sea a pequeña escala como la venta de mascarillas o sea de gran tamaño como es la cesión y privatización de hospitales públicos.La privatización se inició en Madrid en 2003, tiempos de Esperanza Aguirre, con el “Tamayazo”, gracias a que en 2002 se traspasaron las competencias de Sanidad a las comunidades autónomas. La privatización está amparada por la Ley 15/1997, y los conciertos y convenios, eso que se llama “colaboración publico/privada” por los artículos 66, 67 y 90 de la ley General de Sanidad de 1986.

                Sin privatización, no de produciría la corrupción, o al menos el Estado, es decir todas y todos los ciudadanos, estaríamos más protegidos.

                Veremos qué dice la ¿Justicia? en los casos Koldo y Novio, y si ve algo. Pero algo está fallando en la izquierda, política y sindical, si no se sale a la calle masivamente para que los estafados y estafadas podamos expresas nuestra repulsar este espolio expolio nacional.

Rogelio Obrador
Militante socialista de Madrid

Acerca de la Unión Militar Democrática (UMD) Parte I

Golpe militar, guerra y dictadura

El fallido golpe militar fascista del 18 de julio de 1936, contra el gobierno constitucional de la II República española, derivó en una guerra de exterminio.Sus horrores quedaron reflejados en uno de los mayores crímenes cometidos durante la contienda contra población civil. El bombardeo de miles de familias, con niños y ancianos, que huían de la barbarie franquista por la carretera costera Málaga-Almería, mató a cerca de cinco mil personas.

La criminal “hazaña” fue perpetrada por buques de la marina de Franco, siendo Juan Cervera Valderrama y los hermanos Salvador y Francisco Moreno Fernández, responsables de la masacre(“huían como ratas”). Crimen de magnitud equivalente albombardeo de Guernika por parte de la aviación alemana de Adolf Hitler, genialmente denunciado por el pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso, con motivo de la Exposición Internacional de París de 1937.

Los marinos franquistas,directamente responsables de tales crímenes de lesa humanidad, siguensiendo exaltadosen el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando; es decir, en un recinto militar bajo la autoridad de la actual ministra de defensa Margarita Robles, incumpliendoflagrantemente la Ley de Memoria Democrática. Por ello, la Asociación de Memoria Militar Democrática(AMMD), ha recogido recientemente más de mil firmas, pidiendoal Gobierno su exhumación.

A finales de marzo de 1939 la contienda llegaba a su final con el último parte de guerra firmado por Franco: “En el día de hoy, cautivoy desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares.”

Unos meses después se desencadenaba la segunda Guerra Mundial.

El ejército nazi-alemán, que había apoyado militarmente a Franco en la Guerra de España, iniciaba la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939, provocando el estallido de la gigantesca conflagración.

Terminada la Guerra Civil,mientras la “Wehrmacht” asolaba los campos y ciudades de Europa, el franquismo continuósu persecución sistemática contra la población no adicta a la dictadura, llenando de cadáveres las cunetas y fosas comunes. La ola de terror fascistadejó en España un saldo de más de ciento treinta mil desaparecidos forzosos, crímenes de lesa humanidad que no prescriben.

Se inicia la protesta

La campiña volvió a florecer en los años 60 del siglo pasado,tapizándose de rojas amapolas. Después,ya en la primavera del 74, fue la Revolución portuguesa y sus famosos claveles. Acto seguido, un grupo de jóvenes oficiales del Ejército de Tierra, reunidos en Barcelona a finales de agosto, fundaba la Unión Militar Democrática (UMD).

Tres meses después, el almirante Carrero Blanco, presidente del gobierno de la dictadura, moría en atentado. Los autores materiales, un comando deEuskadi Ta Askatasuna(ETA). Los autores intelectuales,y facilitadores del atentado,el Gobierno de los USA; es decir, los mismos que habían sustentado al régimen de Franco desde la otra orilla del Atlántico. Su negativa a la integración de España en la OTAN le costó la vida, al igual que años después le costó el cargo a Adolfo Suarez el 23-F del 81,presidente del Gobierno de una democracia amañada.

El luchador antifascista Salvador Puig Antich, anarquista del Movimiento Ibérico de Liberación(MIL), era juzgado en consejo de guerra y condenado a muerte, siendo asesinado mediante garrote vil en la madrugada del 2 de marzo de 1974.

Estando Franco seriamente enfermo, fueron juzgados en consejo de guerra y fusilados en la madrugada del 27 de septiembre de 1975 los militantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), Xosé Humberto Baena, José Luis Sánchez-Bravo y Ramón García, y los militantes de ETA Jon Paredes, Txiki, y Ángel Otaegui.

Las penas de muerte fueron firmadas por Franco, escasos meses antes de su larga agonía. Gigantescas olas de protestas nacionales e internacionales, incluida la intercesión del Papa, no consiguieron parar la mano asesina del dictador.

El “generalísimo” Franco –“Caudillo de España por la Gracias de Dios”, según consta en las monedas de la época- murió con 82 años el 20 de noviembre de 1975, habiendo dejado todo “atado y bien atado” mediante su reinstauración monárquica en la persona de Juan Carlos Borbón y Borbón, perpetuando la vieja alianza entre el trono y el altar.

Manuel Ruiz Robles es capitán de navío en la reserva
y antiguo miembro de la disuelta UMD, cofundador del colectivo “Anemoi”.

El bloque democrático

El modelo “bipartidista”de la llamada Transición hizo implosión bajo los efectos derivados de la crisis económica de 2008: 15M, Marchas de la Dignidad, emergencia de Podemos… lawfare.

                Es decir, el régimen bipartito entró en crisis por las contradicciones inherentes al modo de producción capitalista, único modo de producción realmente existente en el primer cuarto del siglo XXI.

                El temible artefacto político-militar diseñado por la reforma de la dictadura, el llamado régimen del 78, nació de la simbiosis entre las élites político-militares del régimen franquista y los partidos previamente legalizados, que aspiraban a gobernar.

                Tras aceptar a la monarquía y su bandera bicolor, impuestas por la dictadura, fueron legalizados con anterioridad a las elecciones generales del 15 junio de 1977, constituyendo el armazón del sistema del 78.

                Estos partidos fueron ensamblados por una constitución redactada ad hoc bajo el dictado de los poderes de hecho, encabezados por el último jefe dela dictadura: un rey Borbón inviolable, impuesto por Franco.

                La simbiosis bipartita promovida en la Transición por los citados poderes ajenos a la soberanía del pueblo español y,sobre todo,ajenos ala soberanía de los pueblos de Catalunya, Euskadi y Galicia-ha entrado definitivamente en crisis. El espejismo de una “gran coalición” antidemocrática PP-PSOE, deseada por los poderes financieros, no es viable por vías democráticas. Solo podría ser impuesta mediante una dictadura de nuevo cuño.

                La actual mayoría parlamentaria que sustenta al Gobierno, pese a sus contradicciones internas, es la única salida a la grave crisis de legitimidad de una monarquía pretendidamente parlamentaria, impuesta por la reforma de la dictadura. El fracaso del bloque democrático implicaría una grave involución, de consecuencias imprevisibles.

                La derecha y ultraderecha franquistas, instrumentalizadas por los poderosos resortes reaccionarios que perviven en el Estado español -fundamentalmente en el seno de las fuerzas armadas, la judicatura y los principales medios de comunicación- son utilizadas bárbaramente como ariete contra el Gobierno, y, por tanto, contra la coalición de hecho que lo sustenta.

                El citado bloque reaccionario, incluye no solo a los partidos de la derecha franquista, que también, sino además a destacados miembros de la izquierda política.

                Envalentonados por supeligrosa influencia sobre la Judicatura,están imponiendo todo su fanatismo teocrático en los tribunales a fin de agudizar las contradicciones internas del bloque democrático,en particular mediante la llamada lawfare (guerra sucia desde tribunales prevaricadores),con el fin de destruirlo.

                La gran pregunta que se plantea, sobresu futuro inmediato, esla siguiente:

¿Tendrá éxitoel presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez,en su empeño -necesario y valiente- de dar un impulso definitivo a la Ley de Amnistía?

                Theanswerisblowin’ in thewind/ La respuesta está flotando en el viento.

                Desde el colectivo de militares demócratas le deseamos mucho éxito en esta decisiva etapa, pues es constitucionalmente imposible que el Rey se resista a promulgar la necesaria Ley de Amnistía de 2024, como consecuencia del procés democràtic català, toda vez que haya sido definitivamente aprobada por el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional.

                Por el contrario, la Ley de Amnistía de 1977 fue un bodrio envenenado,cocinado tras la tramoya parlamentaria, cuyo único fin fue el de satisfacer al bloque franquista. El nuevo régimen borbónico excluyó de la falsa Ley de Amnistía a los “terroristas y traidores a la patria” de la Unión Militar Democrática (UMD), que pagaron un alto precio personal, familiar y profesional por su actitud democrática.

Manuel Ruiz Robles
Fue militante de la disuelta UMD

El Discurso del Rey

Como cada Nochebuena, el Rey Felipe VI ha dirigido un mensaje de Navidad a los españoles. Un buen momento para analizar la posición de la Casa Real en temas de tanto interés político y social como la crisis de precios, la sanidad, la educación, la convivencia, o los conflictos bélicos como el de Ucrania o Palestina.

No ha habido sorpresas. Los analistas de la comunicación coinciden en señalar el tono tradicional y conservador del rey en su discurso. Sentado, igual que siempre hizo su padre, para disimular gran parte de la comunicación no verbal que se transmite estando de pie; en la comodidad de un salón del palacio de la Zarzuela, y con un decorado del que destacan las banderas, el arbol de navidad, y no el Belén palestino, y una foto de Leticia y sus hijas, para dar esa imagen de familia ejemplar, y recordarnos que la heredera ya ha jurado la Constitución.

En el comiezo del discurso parecía que se iba a referir a los problemas que nos afectan a los españoles, pero pronto, salvo enumerar estos problemas, dijo que no los iba a tratar y que se iba a referir solamente a la Constitución:

«Las dificultades económicas y sociales que afectan a la vida diaria de muchos españoles son una preocupación para todos. Una preocupación que se manifiesta, especialmente, en relación con el empleo, la sanidad, la calidad de la educación, el precio de los servicios básicos. Desde luego también con la inaceptable violencia contra la mujer o, en el caso de los jóvenes, con el acceso a la vivienda.

Así pues, son muchas las cuestiones concretas que me gustaría abordar con vosotros hoy, si bien esta noche quiero centrarme en otras que también tienen mucho que ver con el desarrollo de nuestra vida colectiva. Es a la Constitución y a España a lo que me quiero referir»

Así pues, prosiguió su discurso haciendo alusión a los 45 años de la Constitución como mejor ejemplo de la unión y convivencia entre españoles, su inamovilidad y su compromiso con una España grande y libre.

«Naturalmente, en España todo ciudadano tiene derecho a pensar, a expresarse y defender sus ideas con libertad y respeto a los demás. Pero la democracia también requiere unos consensos básicos y amplios sobre los principios que hemos compartido y que nos unen desde hace varias generaciones.»

Como dijo mi compañero Roberto Tornamira en un tweet, lo que el Rey dice es que «la Constitución son lentejas, que no hay más. Que la va a defender ¿cómo jefe de los tres ejércitos?».

Lo que el Rey ha obviado sistemáticamente es que los nacidos a partir de 1961 no pudimos votar esa constitución, y que en 45 años nadie nos ha preguntado.

Ninguna posibilidad de reforma federal, en el marco legal de la monarquía y de la constitución. Con las autonomías tenemos de sobra, y eso sí…llamada al orden:

»Para abordar ese futuro, todas las instituciones del Estado tenemos el deber de conducirnos con la mayor responsabilidad y procurar siempre los intereses generales de todos los españoles con lealtad a la Constitución»

¿Quiere eso decir que el Consejo General del Poder Judicial cumplirá con la renovación que hace 5 años debería haber acometido? ¿o es un toque al gobierno de Pedro Sánchez para que no se meta con los jueces y que no se hable de lawfare?

¿O un aviso de 155 a los presidentes autonómicos que se pasen?

»Debemos respetar también a las demás instituciones en el ejercicio de sus propias competencias y contribuir mutuamente a su fortalecimiento y a su prestigio. Y finalmente debemos velar siempre por el buen nombre, la dignidad y el respeto a nuestro país.»

Por lo demás, ni una sola alusión a los problemas por la que atraviesan los hogares de los españoles. más allá de decir que la Constitución nos protege, y en cuanto al genocidio palestino, más de 20.000 muertos y un millón de desplazados palestinos no han merecido este año nuestro recuerdo y afecto.

Sin novedad en la Casa Real. Si queréis lentejas bien, sino.. también, es lo que hay.

Baltasar Santos
Tribuna Socialista