
La financiación federal de España
España tiene una oportunidad de oro de avanzar hacia un modelo federal de España que por una parte permita un mejor encaje de los pueblos de España, y que por otra parte permita mejorar la infrafinanciación autonómica que sufren el conjunto de comunidades.
La derecha y ultraderecha españolas se oponen sistemáticamente a cualquier iniciativa del gobierno. En el caso de la financiación singular de Cataluña no podía ser menos. De todos es sabido que negar cualquier iniciativa que salga de Cataluña representa un aumento del rédito electoral para el PP y VOX (también para García Page). Pero negar la mejora de la financiación de Cataluña es también negar la posibilidad de mejorar la financiación de Andalucía y Valencia, que tienen estatutos de autonomía calcados al de Cataluña, y negar la posibilidad de que a corto y medio plazo, el resto de autonomías pueden imitar el modelo si modifican sus estatutos.
La llamada financiación singular de Cataluña no es otra cosa que un modelo de financiación federal como el que tienen en Alemania, sin que a nadie se le ocurra decir que «Alemania se rompe». De hecho, en España ya coexisten 2 régimenes diferenciados, el de la financiación singular de Navarra y el Pais Vasco, y el regimen común, en el que hasta ahora están el resto de comunidades autónomas. Nada pasará si a ese regimen especial o singular se suma Cataluña, Andalucía y Valencia, si así lo desean, y sigue existiendo el regimen común para el resto de autonomías.
Como decía anteriormente, Alemania es quizás el país que tiene el modelo que más se parecería a la financiación singular propuesta para Cataluña. Los länder alemanes recaudan en nombre del Gobierno federal los principales impuestos del país y se quedan con la parte que corresponde a las regiones. Los länder recaudan directamente IRPF, IVA e Impuesto de Sociedades.
Los gobiernos regionales se quedan con una parte de los impuestos y el resto va al Estado. El reparto es distinto al que existe en España ya que a la regiones les corresponde el 42,5% del IRPF y el 50% del impuesto de sociedades. Tras recaudar el 100% de los impuestos se quedan con ese dinero y el resto se envía al Gobierno federal. Posteriormente es el Estado el que transfiere los recursos a los municipios o a las regiones que lo necesitan para equilibrar la financiación entre territorios especialmente con las regiones más pobres del país.
El modelo alemán puede servir de ejemplo para mejorar la financiación de todas las comunidades autónomas y acabar con el dumping fiscal que ejerce la comunidad de Madrid
En Alemania aunque los länder gestionan la mayoría de los tributos no tienen capacidad normativa pero pueden ejercer sus derechos a través del Senado. En España, en cambio, las comunidades autónomas apenas tienen capacidad de influencia en la política fiscal en el Senado (a pesar de que la constitución establece que el Senado debería ser la cámara de representación autonómica) pero sí que tienen capacidad normativa, con algunas competencias compartidas y otras exclusivas.
La falta de capacidad normativa provoca que los länder no pueden subir los impuestos o bajarlos en las regiones como sí sucede en España, creando Dumping fiscal, como es el caso de Madrid, que baja los impuestos a las rentas más altas y a las empresas con el objetivo de competir deslealmente con el resto de comunidades. De hecho, el último ejemplo de dumping fiscal lo hemos tenido este mismo mes, en el que Renault ha decidido trasladarse de Valladolid a Madrid para ahorrarse impuestos, y la comunidad de Castilla Leon dejará de ingresar 282 millones de euros. A Ayuso ya le va bien, está dispuesta a renunciar a los impuestos para seguir privatizando la sanidad y la educación, y dejar morir a más ancianos en las residencias. La misma «libertad» de Ayuso es la de Milei en Argentina. Para ellos, decir «viva la libertad, carajo» es renunciar a los servicios públicos.
Volviendo al tema de la financiación, mientras en Alemania los länders no pueden competir fiscalmente entre sí, en España sí que se puede, y de hecho se hace dumping fiscal. El modelo que prevé el pacto PSC-ERC para Catalunya aunque es similar al vasco, puesto que prevé quedarse con la recaudación y hacer una aportación al Estado, cuenta con elementos de corrección y estabilización como la cuota de solidaridad al estilo del sistema alemán para que todas las comunidades tengan un nivel de prestaciones similar. Esa “factura” solo quedará limitada por el principio de ordinalidad. Ese mecanismo prevé que Catalunya mantenga su puesto en el ránking de recursos antes de aportar a la caja común y después de recibir las cuantías correspondientes.
En conclusión, España podría establecer sin problema una financiación singular para aquellas comunidades que lo deseen, compatible con el modelo de regimen común para el resto de autonomías, y acabar de una vez con la competencia fiscal de algunas autonomías como la de Madrid. De hecho, este sería un avance importante en sentido federal, siguiendo como ejemplo el modelo alemán.










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