Este jueves 16 de octubre el primer ministro Sébastien Lecornu ha conseguido escaparse de las dos mociones de censura que tanto la Francia Insumisa como Agrupación Nacional habían presentado. Lecornu ha obtenido una tregua, gracias a la abstención del Partido Socialista Francés, prometiendo la suspensión temporal de la reforma de las pensiones y el compromiso de llevar el próximo presupuesto del Estado a debate en la Asamblea Nacional.
La crisis política que recorre Francia tiene un origen claro. Se encuentra en el corazón de la defensa de las conquistas de los trabajadores franceses, manifestada en las grandes movilizaciones que han protagonizado ante la llamada de las organizaciones sindicales durante 2023 contra los planes del presidente de la República, Emmanuel Macron, que fue claramente derrotado en las elecciones legislativas del verano de 2024. Según las encuestas Macron es rechazado por el 70% de la población
Macron fue reelegido presidente de la República en abril de 2022 en la segunda vuelta de las elecciones tras una campaña bajo de la amenaza de “que viene el lobo” contra Marine Le Pen. En enero de 2023 anunció que pediría una partida para Defensa de 400.000 millones de euros para modernizar el Ejército y prepararlo ante las múltiples amenazas. Paralelamente planteó la necesidad de una reforma de las pensiones retrasando la edad de jubilación, congelando su actualización y desindexando los años siguientes con el fin de reducir las pensiones en un 10%, además de suprimir más de 3.000 puestos de trabajo en la función pública. Lo que entra por lo que sale.
La inmediata respuesta sindical (CGT y FO) se tradujo en continuas movilizaciones y una huelga general. Para aprobar estas reformas el Gobierno utilizó el artículo 49.3 de la Constitución que permite evitar el debate en la Asamblea al tramitarse como decreto ley, pero ante la contestación social Macron se vio obligado a convocar elecciones legislativas que llevaron a la victoria de Nuevo Frente Popular por delante de la extrema derecha y del partido de Macron y sus apoyos.
El problema no es Barnier, ni Bayrou, ni Lecornu, es Macron
Durante 2024 un reguero de primeros ministros, Michel Barnier, François Bayrou y Sébastien Lecornu, han intentado mantener las contrarreformas anunciadas evitando el debate para aprobar los Presupuestos. Todos han sido censurados en la Asamblea Nacional, el último, Lecornu, dimitió el 6 de octubre.
La petición de la Francia Insumisa para que Macron renuncie ha sido tomada hasta ahora como un despropósito radical. Sin embargo, en la actualidad son sus propios aliados políticos y mediáticos los que cuestionan su continuidad. Por ejemplo, David Lisnard, vicepresidente de Los Republicanos, uno de los partidos de derecha que sostienen a Macron declaraba que este debía programar su dimisión para salvaguardar los intereses de Francia: “esta es la única manera de preservar nuestras instituciones y desbloquear una situación que se ha vuelto insostenible desde la disolución irresponsable de junio de 2024. El presidente de la República es el principal responsable de este caos”. Estos días son numerosas las declaraciones en este sentido.

Finalmente, Macron, en un intento desesperado, ha nombrado de nuevo a Lecornu para intentar una nueva táctica, romper la coalición de izquierda apoyándose en el Partido Socialista. Lecornu anunció: “No se producirá ningún aumento de la edad de jubilación, desde ahora hasta enero de 2028 […]. Además, la rebaja en la duración del seguro también se suspenderá y se mantendrá en 170 trimestres hasta enero de 2028”. Esta pausa de la reforma durante un año ha bastado para que el Partido Socialista se abstenga de la moción de censura y facilite la aplicación del programa de contrarreformas, traicionando el mandato por el que los diputados socialistas fueron elegidos dentro de la coalición del Nuevo Frente Popular. Y esto a pesar de que Lecornu declaró que “esta suspensión deberá ser compensada financieramente, incluso mediante la reducción de gastos”. Es decir, no se puede tocar el dinero contra la guerra y habrá que detraerlo de los derechos sociales.
Tanto la CGT como FO, organizaciones sindicales francesas, ya se han pronunciado en contra del nuevo intento.
La CGT en un comunicado declara: “la suspensión anunciada es en realidad un retraso de su aplicación de solo unos meses. Este simple desfase equivaldría a confirmar el retraso de la edad de jubilación a los 64 años, a pesar de la movilización de millones de trabajadores. Para la CGT, la única suspensión que vale la pena es un bloqueo inmediato de la aplicación de la reforma de las pensiones a 62 años, 9 meses y 170 trimestres, … cambiar no es derogar”.
En la misma línea FO declaraba: “las principales medidas anunciadas retoman en gran medida las que el exprimer ministro François Bayrou presentó el 15 de julio. La factura presentada a los trabajadores activos o jubilados sigue siendo muy pesada. Las consecuencias de este nuevo plan de austeridad siguen siendo tan desastrosas para los trabajadores como para la economía francesa sin ingresos adicionales, condicionadas a las ayudas públicas pagadas a las empresas…”, y añaden, “Las reivindicaciones de FO no están suspendidas. ¡Para FO, siempre es la derogación!»
Por su parte, Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa declaró: “Él es la fuente del caos (Macron), porque convocó elecciones legislativas anticipadas cuyos resultados se negó a aceptar […] y luego decidir exactamente lo contrario de lo que las elecciones habían dicho, […] nadie obtuvo la mayoría absoluta al final de las elecciones, pero, al final, un bloque salió victorioso, […] no hubo respuesta a la movilización espontánea del 10 de septiembre. No hubo respuesta a la masiva movilización intersindical del 18 de septiembre. Ni a la del 2 de octubre. […] Cuanto más imaginemos combinaciones o acuerdos antinaturales para llegar a una solución gubernamental desconocida, más agravaremos la crisis […] nuestro deber, de acuerdo con el mandato que recibimos […], es unirnos para encontrar todos los medios para afrontar la nueva situación […] ninguna combinación, ninguna intriga, ningún acuerdo tras bambalinas puede sustituir la exigencia de que el pueblo se pronuncie”.
Se organiza la resistencia
Paralelamente a la crisis desatada, los días 4 y 5 de octubre se ha celebrado en París una conferencia en la que se reunieron 150 delegados de 18 países y un mitin, respectivamente, al que asistieron miles de personas. El eje de ambos eventos se ha centrado contra la guerra. En el mitin se pudieron oír los gritos de “Free Palestine” y “Macron dimisión”. Como en las numerosas manifestaciones que se producen estos días en muchas ciudades de Francia la oposición a los planes de austeridad del Gobierno se entremezclaban con el rechazo de la política armamentística y contra la guerra.
La conclusión común de los participantes señalaba la necesidad de unir todas las fuerzas europeas que luchan contra la guerra, que luchan contra los presupuestos que asfixian los servicios públicos y contra el suministro de armas en curso que alimenta las masacres en Ucrania y Gaza.










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