Las relaciones entre los pueblos de España, que el café para todos de la España de las Autonomías, aparcó, pero no resolvió, está centrando gran parte de la actualidad política no solo en nuestro país sino también dentro de nuestro partido.
Muchos socialistas, catalanes y no catalanes, vemos con naturalidad que las decisiones que afectan a un pueblo sean decididas por ese pueblo. A los socialistas nunca nos dieron miedo las urnas, antes, al contrario, somos los grandes defensores del diálogo fraternal y del socialismo integrador, de clase e internacionalista, y de una democracia sin limitaciones ni complejos.
El partido está hoy dividido entre los defensores de una profunda transformación institucional y funcional del estado, y sectores más próximos a pequeñas reformas constitucionales que no rompan con la “estabilidad” de la constitución del 78.
La concreción de ese debate se centra hoy en la relación Catalunya-España, y nuestra propuesta federal es parte de la solución y no del problema. Rehuir el debate aparta al socialismo de la realidad, y aunque ciertamente, nuestra gente está más preocupada por el empleo, las pensiones, los salarios, la educación y la sanidad…nuestra respuesta federal tiene la obligación de articular una propuesta federal construída a partir de una premisa básica: la libertad de los pueblos a decidir su futuro.
Es a través de la libertad de unión federal desde donde podemos profundizar en la democracia, convirtiendo en verdaderos derechos garantizados lo que hoy, en la última constitución del siglo pasado, solamente es una enumeración de derechos cuyo ejercicio está permanentemente limitado por la mal-llamada estabilidad presupuestaria y al austericidio aplicado por el PP en España.
Silvia Paneque (primera secretaria del PSC de Girona) en su artículo publicado en El Periódico de Catalunya expone algunas cuestiones que son consideradas tabú en parte de nuestro partido común, el PSOE, pero cuyo planteamiento debe ser algo natural. Aunque personalmente, creo que la cosa es mucho más simple, creo que puede ser un buen elemento para el debate reproducir algunos párrafos de esta compañera que es la máxima dirigente del PSC en Girona:
“Dentro del PSC, y espero ser justa en esta definición, todos nos sentimos plenamente catalanes, en primer lugar, y no somos independentistas. El debate se produce, en cambio, alrededor de la propuesta sobre la vía canadiense.
Me parece que tienen razón los socialistas que dicen que la movilización cuantitativa de la gente favorable a la independencia no permite utilizar el argumento del PP que de esto no se puede hablar porque es contrario a ley; que el futuro de Catalunya deben decidirlo los catalanes y que parece poco razonable que voten otras personas que no viven en el país; y que, en resumidas cuentas, el federalismo debe ser definido desde la aceptación de que las decisiones deben acercarse lo máximo posible a las personas que recibirán las consecuencias.
La categoría ‘nación catalana’ me parece adecuada para aplicar el federalismo, es decir, libertad y pacto, porque es demostrable que somos nación por tener una cultura propia y una voluntad de gobierno compartida, que es como las han definido teóricos como Isaiah Berlin o Ernest Gellner.
También me parece que tienen razón los que opinan que la independencia de Catalunya tendría consecuencias negativas en mi país y en los pueblos de España. (…)
(…) Creo que podría haber consenso en entender el federalismo como la defensa de la máxima libertad para Catalunya para pactar con libertad en lugar de romper. La propuesta de Miquel Iceta en la ponencia marco del 13º congreso del PSC me parece acertada: una reforma radical de la Constitución de carácter federal que debería ser bien recibida fuera de Catalunya como vía de futuro; y, al mismo tiempo, no hacer política oponiéndonos a nada, tampoco al referéndum.
(…) No situemos en contra argumentaciones legalistas de principio inferior al democrático en caso de que sea mayoritario. (…)
Busquemos consensos.”
Parece que la hora de los consensos que reclama la primera secretaria del PSC de Girona, está por llegar.
El pasado día 22 de Julio tenía lugar en La Farga de l’Hospitalet de Llobregat un acto socialista por la regeneración democrática, en la que participaron Susana Díaz, Ximo Puig, Iceta y Núria Parlón, entre otros.
De los diversos parlamentos, y en lo que a la reforma constitucional se refiere, de sobra es conocida la posición de Susana Díaz. Ximo Puig reclamó una reforma constitucional pero criticó que se planteara la posibilidad de la vía canadiense propuesta por Iceta. Núria Parlón, muy posiblemente, candidata a la primera secretaría del PSC en el congreso de este otoño, defendió sin tapujos que el PSC contemple un referéndum a la canadiense en caso de que fracase la reforma constitucional, aunque esto haya generado un «debate complejo» en el seno del partido.
Parlón también se posicionó a favor de la bilateralidad y por un «nuevo marco de relaciones en el que las comunidades históricas se sientan parte de la transformación de una España distinta».
Parece que el consenso sobre la caducidad de las autonomías ya es un hecho, y esperemos que la vía federal pueda abrirse camino, sin complejos, situando la decisión del marco en el que los pueblos quieren convivir y relacionarse en manos de los propios pueblos. Solo de esa forma, el federalismo dejará de ser una palabra vacía para pasar a ser una propuesta vertebradora del encaje entre los pueblos de España y que pueda resolver la cuestión de la plurinacionalidad del Estado.
Baltasar Santos
TS Catalunya