Las recientes debacles que han golpeado con dureza la socialdemocracia europea, primero en Holanda, y hace unos días en la primera vuelta de las elecciones francesas donde el Partido Socialista Francés ha pasado de gobernar a la irrelevancia política, deben servir para que los socialistas del mundo entero, desterremos de una vez el llamado socialismo liberal, que a golpe de pensamiento único, a menudo dictado por los poderes económicos y financieros, nos han llevado al descrédito electoral, y por tanto, a la pérdida de la confianza del electorado, que busca salidas a sus necesidades en un panorama en el que los populismos y la ultraderecha se sienten cada vez más cómodos.
El fracaso electoral de la socialdemocracia, en un país tras otro, hace necesario dejar de acompañar las políticas de la derecha bajo el chantaje de la estabilidad; nadie tiene en cuenta la estabilidad y la certidumbre que necesitan los trabajadores.
Tal es el caso de Holanda, que ya reseñamos en el anterior número de Tribuna Socialista, y también ha sido el caso de Francia. Aún recordamos como a Hollande se le calificaba como la gran esperanza de la socialdemocracia europea, y sin embargo hoy ha batido en récords de impopularidad al anterior presidente Sarkozy. La clave de tan sonada derrota en Francia se corresponde con una legislatura en la que el desempleo no ha cesado de crecer, una legislatura de ataques continuos a la clase trabajadora, con la modificación del contrato laboral francés (Estatuto de los trabajadores) a la que la clase trabajadora se ha resistido con uñas y dientes, y a una política económica dictada por el FMI y el BCE que cada vez encuentra más oposición en toda Europa. Además, recordemos que los atentados en Francia sirvieron de excusa para declarar un eterno estado de excepción que no ha servido para acabar con el terrorismo ni con la inseguridad y sí para recortar derechos y libertades de todos los franceses, aprovechando una mayor presencia policial no para mejorar la seguridad de los ciudadanos sino como herramienta para disuadir a todos los trabajadores franceses y la juventud que está luchando en la calle, defendiéndose de las políticas regresivas del gobierno Hollande-Valls.
Tras el Brexit el eurohartazgo crece día a día en toda Europa, y es la ultraderecha quien está rentabilizando electoralmente la voluntad mayoritaria de otras políticas, y la recuperación de la autonomía de la política monetaria y económica para mejor hacer frente la crisis. Está claro que, si la socialdemocracia sigue practicando el discurso de la “gobernanza” y las políticas de coalición con la derecha, el mazazo será terrible. Así lo entendemos desde Tribuna Socialista, y así lo entiende la mayoría de militantes que vemos en Pedro Sánchez el giro a la izquierda que esperamos, la defensa del poder de decisión de los militantes y la oposición al dictado de los mercados para mejor abordar los problemas de la mayoría social.
La vía de la gran coalición no es el camino, como tampoco lo es la vía emprendida por Podemos, más preocupada por adelantar al PSOE como referente de la izquierda, que por construir una verdadera alternativa a la derecha. El anuncio de PODEMOS de solicitar una moción de censura a Rajoy no tiene como objetivo echar a Rajoy de la Moncloa sino debilitar aún más a un PSOE, hoy dirigido por una comisión gestora comprometida con la estabilidad de las instituciones y amnésica respecto al sufrimiento de un tercio de la población. Ciudadanos por su lado, sigue practicando su lenguaje ambiguo que pretende confundir a la ciudadanía mientras apoya al PP y su corrupción.
No nos cansaremos de repetir que las primarias del 21 de mayo tienen una importancia fundamental. Todo el aparato del partido (y también el aparato que no es del partido) está volcado con las candidaturas de Susana Díaz y de Patxi López, para evitar el cambio de paradigma que la militancia y la sociedad espera del PSOE, es decir la recuperación del partido socialista para el socialismo. Por el contrario, la militancia, agrupada en plataformas da su apoyo entusiasta y mayoritario en cada acto en favor de la candidatura de Pedro Sánchez. La prensa, al servicio de los intereses del capital financiero se pronuncian sin ningún tipo de reparo por las candidaturas de Susana y Patxi, sembrando el discurso del miedo para evitar que P. Sánchez sea elegido Secretario General. Los sindicalistas en cambio, dan mayoritariamente su apoyo a Pedro Sánchez, como lo demuestra el creciente apoyo que el manifiesto “sindicalistas con Pedro Sánchez” está obteniendo en toda España, con más de 500 firmas recogidas en poco más de una semana. Los sindicatos reclaman un cambio de políticas, que pase por la derogación de las reformas laborales, el desbloqueo de la negociación colectiva, y que evite que la pobreza siga extendiéndose entre asalariados y desempleados, mientras los beneficios empresariales aumentan.
El papel de los militantes del partido es esencial para la recuperación del partido. Tras la recogida de avales, hemos de ser activos el día de las primarias, votando y vigilando como interventores que el resultado del día 21 de mayo refleje fielmente la voluntad de los militantes. Debemos garantizar una presencia masiva y extensiva de interventores en todo el territorio, en todas las agrupaciones.
Y Tras las primarias hemos de elegir delegados/as al congreso del PSOE. Los que creemos en un modelo de partido diferente al actual, un partido de izquierdas y referencia de la izquierda, hemos de dejarnos la piel para que las delegaciones que se elijan para el congreso defiendan ese sentir mayoritario de la militancia, que es el que puede evitar que el Partido Socialista Obrero Español siga los pasos del francés o del holandés.
Comité de Redacción