Barakaldo fue durante mucho tiempo “la capital” de la margen izquierda y zona minera, territorio en el que en 1982 solo la empresa Altos Hornos de Vizcaya contaba con aproximadamente 8500 trabajadores(*), una de las muchas grandes empresas que poblaban la provincia y este territorio en concreto, con decenas de miles de trabajadores asalariados, a raíz de las sucesivas reconversiones industriales que empezarían en esos años se acabaría con la imagen tradicional de zona industrialitzada.
El sector de la industria está bajo mínimos históricos y en estos días, la ultima de “las Grandes” de aquellos tiempos “La Naval” de Sestao, esta llegado a su fin.
Sorprende y se echa de menos que en las movilizaciones y manifestaciones que se están llevando a cabo estos últimos meses no aparece ningún tipo de simbología o bandera de ninguna de las centrales sindicales. No es algo nuevo, también en las movilizaciones de pensionistas en Bilbao vemos el mismo fenómeno, y cuando preguntas por qué no se abanderan las manifestaciones te responden “ .. es que si no la gente no viene”.
Esta gran desafección a los sindicatos se hace notar también en los partidos políticos tradicionalmente socialistas y obreros. En el PSE/EE-PSOE, en Bizkaia, llevamos en continuo descenso desde que en 1983 alcanzáramos el punto más alto y el descalabro a partir de 2011.
Toda la zona minera y el margen izquierdo del Nervión, de tradición socialista, ha visto reducida su influencia a un único ayuntamiento, el de Portugalete, al perder en las últimas municipales de 2015 “la capital” Barakaldo y Trapagaran.
En todos estos años siempre que el PSE/EE ha estado presente en Gobierno Vasco ha sido pactando con la derecha nacionalista (PNV) o incluso con la derecha española (PP) para llevar a Patxi López a la Lehendakaritza.
A mi parecer, este comportamiento no sale gratis al PSE. Nos lleva pasando factura todos estos años por tener que formar parte de las políticas antisociales llevadas a cabo por nuestros compañeros de viaje, mucho más visibles en estos tiempos de crisis, llegando a la contradicción más absoluta en los ayuntamientos en los que cada vez nos vemos más perjudicados por esas políticas de nuestros mayores, en el Gobierno Vasco y Diputaciones, que nos impide hacer una política municipal distanciada de nuestros rivales electorales.
Cuando en las municipales de 2015 perdimos la alcaldía de Barakaldo llegamos a un “acuerdo de estabilidad” con PNV, casi obligados por la escasa diferencia de votos, manteniendo ambos el mismo número de concejales y por el pacto firmado a nivel de Euskadi PNV/PSE-EE, a pesar de todos los acuerdos llego un momento, junio de 2017, donde el PSE de Barakaldo decimos basta, se rompe el acuerdo municipal y nos quedamos en la oposición aunque todavía obligados a unos mínimos de colaboración por el pacto estatal.
Llegamos así hasta el pasado 12 de Noviembre, donde después de continuados rifirrafes con la Alcaldesa del PNV, Amaia del Campo y bajo la presión de las cada vez más cercanas elecciones municipales, el PSE de Barakaldo nos plantamos definitivamente y en el Pleno Municipal de ese día donde se tienen que aprobar los impuestos municipales votamos “NO” impidiendo así que salga adelanta a propuesta del PNV para sorpresa de su bancada.
Este NO cobra más trascendencia porque el pacto estatal firmado por nuestros mayores a nivel de Euskadi nos obligaba a votar SÍ. Este NO supone, de facto, la ruptura completa con el PNV de los socialistas Barakaldeses.
Esto que se va a quedar en un gesto cara a las próximas municipales debería ser adoptado por PSE/EE-PSOE estatal y romper sus pactos y sus acuerdos con la derecha, que si bien les puede llevar a mantener un numero de sillones, cada vez menor y a mayor precio, solo va a conseguir la desaparición del Partido Socialista de Euskadi que se queda sin identidad propia.
Al ciudadano de a pie le es muy difícil distinguir nuestra política de la del PNV cuando cada vez es más difícil ver los beneficios sociales que aporta.
Es muy fácil hacer políticas que no nos puedan, ni nos quieran copiar ni el PNV, ni la derecha de todo el Estado. Basta con posicionarse por una Caja Única de la Seguridad Social, por mantener el sistema actual de pensiones, por dejar de dar dinero público a la enseñanza privada, por hacer desaparecer la enseñanza concertada, por sacar a la iglesia católica de los colegios, por abrazar un estado laico de verdad, y por todo aquello que suponga una verdadera política social en beneficio de la clase trabajadora de nuestro entorno y de nuestro país.
A pesar de todo, en las ultimas primarias en Bizkaia para elegir el candidato a Diputado General, la candidatura que defendíamos dejar de pactar con PNV y la derecha, conseguimos el apoyo de prácticamente el 25% de la militancia bizkaina.
Quizás algo sí que está cambiando. Los militantes llevamos mucho tiempo pidiendo un giro, a la izquierda, claro, y sin miedos a nuestro lideres.
Que tomen nota de lo que acaba de ocurrir este 2 de diciembre en Andalucía, una nueva caída del PSOE, ya nos quedamos sin “aldeas irreductibles”.
Debemos de apartarnos de políticas antisociales dignas de la derecha con la que acostumbramos cerrar los gobiernos con esos “acuerdos de gobernabilidad”. La actual estructura del Estado no permite las mejoras sociales que necesitamos, debemos iniciar un camino hacia la república y dejar atrás el estado Monárquico.
Salud y República.
Iñaki Merino
TS Euskadi
(*) Dato obtenido de la revista “El socialista” numero 280, 20 Octubre de 1982).
Nota: Los datos electorales se han tomado del informe del ministerio del interior “Elecciones Municipales en España 1979-2011” (http://www.interior.gob.es/documents/642317/1201381/Elecciones_municipales_en_Espa%C3%B1a_1979-2011_126141495.pdf)