El PSOE pone en marcha una campaña centrada en Pedro Sánchez y la movilización frente a las tres derechas.
El pasado jueves 11 de abril, Pedro Sánchez no se acostó hasta las siete de la mañana, acababa de llegar de Bruselas, donde había participado en el Consejo Europeo sobre el Brexit, un día que sería largo para él, pues a las 18.30 de ese mismo día debía estar en Dos Hermanas donde arrancaba la campaña electoral.
Ese día en la localidad Sevillana en la que dijo ante miles de personas que aceptaba ser “el candidato de la militancia” en su camino ante la Secretaria General del PSOE, intervino en dos actos, uno por la tarde y el otro rozando las 24:00 h, como comienzo de una campaña distinta a todas las conocidas hasta ahora y que le llevará a recorrer la geografía Española en pocos días.
Y Dos Hermanas, le esperaba entusiasmada, con ese entusiasmo del que sabe que el esfuerzo y la resistencia conducen a la victoria. Su primera intervención fue en la misma sintonía que percibimos en la precampaña y que pocos días antes había mostrado en Sevilla, un discurso en el que fue contando retazos de lo conseguido en sólo 10 meses de gobierno unido a algunos trozos de lo que queda por conseguir si finalmente las encuestas tienen razón y consigue ganar las elecciones. Su Segunda intervención estuvo llena de emoción, desborde de alegría en una tierra que siempre le dio el triunfo, un valor seguro.
El líder del PSOE no puede olvidar que es el Presidente del Gobierno y en cada mitin la responsabilidad le puede para contestar de forma moderada a la campaña de descalificaciones e insultos que están haciendo los líderes de las derechas.
La campaña está medida y es que el PSOE es el Primero en todas las encuestas a mucha distancia del PP pero aún sin una mayoría que les permita gobernar sin pactos, los socialistas han logrado recuperar estos meses a una parte de su electorado tradicional que apoyó a Podemos o a Cs en los últimos comicios. Pero saben que este es un voto menos seguro y por ello sus intervenciones no van ni demasiado a la izquierda ni demasiado al centro.
En cada mitin insiste Sánchez «Hay que votar al PSOE» y a partir de esta frase traslada que en estas elecciones hay dos cosas claras: Una que si las derechas suman, pactarán, como hicieron en Andalucía y entonces tendremos » es que solo el PSOE puede detener al PP, Cs y Vox con sus recetas de «convivencia, limpieza y justicia social».
El resto de los líderes políticos centran sus intervenciones en la crisis territorial en Catalunya, algo que para el presidente Sánchez tiene un papel secundario. El líder Socialista casi siempre se detiene en que no habrá independencia «porque los catalanes no la quieren» y con unas pocas frases cierra el asunto.
También habla de la recuperación que durante su corto mandato ha tenido en lo que a imagen exterior se refiere nuestro país “España ocupa un muy buen lugar, como los de democracia y calidad de vida.
Una parte muy importante de su discurso, tiene que ver con la movilización, insistiendo en que el resultado del próximo 28 de abril dependerá, sobretodo, de un amplio número de indecisos «Tenemos que ampliar el número de personas que nos vote este 28 de abril, insiste Sánchez, tenemos que ir los socialistas convencidos, pero también tenemos que hablar al conjunto de españoles».
«El año 2018 hemos acabado con un déficit público inferior al previsto por la Administración anterior. Hemos acabado con un déficit público del 2,6%, cuando estaba previsto en el 2,7%. Para 2019 es del 2%», dice Sánchez. «Las cuentas están cuadrando, se están consolidando». «Estamos demostrando que se puede hacer una política económica rigurosa con una política social. Un crecimiento económico que no se redistribuye es un crecimiento económico inútil», este es un mensaje claro para los que afirman que los viernes sociales ponen en riesgo el cumplimiento de los compromisos de España con Europa.
El otro tema recurrente y que el Líder del PSOE quiere dejar claro durante sus intervenciones ya sea ante la prensa o en sus mítines se refiere a la Independencia de Cataluña y advierte de que, si tiene que aplicar el artículo 155, lo hará. «No quiero hacerlo, pero deben saberlo que», en caso necesario, «actuaré con toda contundencia, aunque buscando el consenso». «Los límites de la acción del Gobierno son los que he marcado en estos 10 meses: dentro de la Constitución, todo. Fuera de la Constitución, nada».
Lo que si es cierto, que esta campaña con la Semana Santa de por medio, los indecisos que marcaba el último CIS pueden decidir sus votos en dos momentos: en primer lugar, en los debates a cuatro celebrados en televisión, y el segundo momento puede ser el dato de EPA que se lanza el día 25 , una EPA que previsiblemente marque unos malos datos ya que el primer trimestre del año es tradicionalmente el peor y porque este año, al contrario que en 2018, la Semana Santa ha caído en abril. Este será un momento de ataque de nuevo al gobierno. Que Semana Santa sea en abril hace que las contrataciones de la hostelería no hayan llegado a esa encuesta, además de que la economía española cada vez muestra mayor estacionalidad, principalmente como consecuencia del peso creciente del turismo sobre la actividad.
Lo que si es cierto es que esta campaña es que muchos han intentado llevar a cabo la campaña del miedo, una campaña que ha pasado de largo de la economía. El PP, Ciudadanos y Vox se empeñan en hablar de cómo Sánchez se ha apoyado en independentistas y nacionalistas, la oposición centra su discurso en el problema territorial. El PSOE habla de las mejoras sociales que han supuesto apenas diez meses de gobierno y de lo que significaría un gobierno con más escaños, habla de las necesidades reales de las personas, un discurso que parece que cada vez está calando en segmentos más diversos de la población.
María Iglesias Domínguez
Redacción Tribuna Socialista.