Nos hacemos eco de la alerta y queja del Equipo de trabajadores y trabajadoras del 112 y del 061. El pasado 16 de marzo, dos días después de la declaración de Estado de Alarma, expresaban lo siguiente:
“Los trabajadores del 112 y del 061 estamos hartos. Llevamos años trabajando en condiciones precarias por empresas que subcontratan el personal para la gestión del servicio. Los puestos de trabajo del 061 y del 112 no son públicos, son empresas subcontratadas que gestionan el personal, Ferrovial en caso del 061 y Grupo Norte en caso del 112.
La crisis del Coronavirus ha hecho saltar todas las alarmas y la central, ya sea por la demanda de los ciudadanos como la gestión de las empresas, las dos ya mencionadas, tanto como el SEM y la Generalitat hasta el gobierno de España, es excelentemente negligente. Las únicas medidas de prevención que fueron tomadas es la distribución de geles por la sala. No se cancelaron visitas, entra y sale quién quiere del edificio. Las únicas medidas que tomó Grupo Norte para los empleados del 112 fue no fichar (que se hace con huella digital) y facilitar una botella de alcohol etílico de 98º. Un par de días después G.N. facilitó guantes de látex, pañuelos y alcohol para desinfectar las posiciones.
Dos empleados del 112 residen en Igualada y se encontraban allí cuando se confinó la localidad entera, pero fueron obligados mediante salvoconducto de CECAT, gestionado a través del jefe de servicio de Zona Franca, C. S., a venir a trabajar y pasar el control policial y acceder al edificio sin realizar ningún tipo de revisión médica para asegurar la seguridad y salud de los trabajadores. Otro empleado manifestó ser agente de riesgo al haber estado en contacto con una persona que dio positivo, y el jefe de servicio le dijo que si no se encontraba mal, que viniera a trabajar.
El sábado, Pere Aragonés, vicepresidente de Cataluña, visitó las instalaciones del SEM, paseándose entre sus empleados como Pedro por su casa. Al día siguiente, dio positivo en Coronavirus.
Ni eso ayudó a tomar medidas más drásticas. El edificio sigue sin estar cerrado a gente exclusiva del personal y no se está habilitando el teletrabajo.
No se están tomando medidas efectivas para reducir el estado de alarma de la población y reducir las colas de llamadas. En el 112, la espera es de tres a cinco minutos, con una media de 30 llamadas en espera. En el 061, la espera llega hasta los 50 minutos. El SEM tiene pendiente llamar a más de 7000 personas que han solicitado asistencia por síntomas de Coronavirus y no los van a llamar, porque es logísticamente imposible. No hay suficiente personal para esa afluencia de llamadas, que sigue siendo creciente.
El problema de la saturación del 112 es importante y peligroso. El tiempo de espera y gestión que lleva hasta la activación del recurso es vital para algunas asistencias sanitarias graves, como infartos o accidentes con heridos graves.
La situación es insostenible. Estamos pendientes de confirmar 5 casos positivos en el edificio. Sea verdad o no, lo van a encubrir. Están jugando con nuestra salud y no les importa. Nuestro trabajo se puede habilitar a distancia y quedarnos confinados y no les da la gana invertir dinero en ello. El 112 y el 061 están privatizados y manda el dinero, no la necesidad.
Si hay un brote en nuestros edificios, caerá la base de la pirámide y la ciudadanía estará desamparada pues no tendrá como contactar con los servicios de urgencia, suponiendo que ahora, aunque tarde, se puede contactar.
¿Hasta qué punto tenemos que jugarnos la salud por la negligencia de los políticos y empresarios? ¿Hasta qué punto la ética y la moral prevalecen sobre la negligencia?
Recordad, cuando necesitéis ayuda, la primera voz que oiréis será la nuestra. Si no estamos, ¿qué pasará?
El equipo del 112 y 061 de Cataluña.”
Es evidente la importancia e imperiosa necesidad de que todos los servicios externalizados y que cubren servicios públicos han de ser nacionalizados con urgencia precisamente para poder prestar ese servicio bajo parámetros de servicio público y no bajo parámetros de beneficio económico.
Baltasar Santos
TS Tarragona