Editorial. Final de curso político: todo por hacer

Este mes de julio acaba un curso político marcado por la tensión institucional, la polarización mediática y el desgaste de la convivencia democrática, mientras el mundo se enfrenta al mayor ataque de la historia a los derechos de la clase trabajadora y a una involución social y económica basada en los ultranacionalismos y populismos filofascistas. El capital financiero arrastra a las economías occidentales hacia el militarismo y la guerra.

En este escenario de destrucción, todos los estados se subyugan a la OTAN para aumentar sus presupuestos nacionales para defensa y armamento hasta llegar al 5% del PIB, algo incompatible con mantener el Estado de Bienestar, como manifestó Pedro Sánchez hace unas semanas.

También el mundo entero sigue la estela de las políticas económicas de Trump, con acuerdos arancelarios que buscan castigar las exportaciones en beneficio de la producción y los mercados internos, al tiempo que busca que las multinacionales se planteen deslocalizar su producción a los países con menor carga arancelaria.

En Alemania, la patronal alemana del sector químico­ industrial VCI advierte que “Los aranceles acordados son muy

elevados, las exportaciones europeas pierden competitividad”.

Para los representantes del sector del acero, sobre el que se mantiene un arancel del 50% el acuerdo alcanzado “sigue siendo dramático”,

En el sector del vino, en el caso español, el comercio de las bodegas podría caer un 10%, según un primer balance del sector. En un tono similar, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), otro de los sectores clave en los intercambios con EE.UU., ha planteado que el acuerdo es “injusto y desequilibrado”, y como no, piden medidas de apoyo y acompañamiento al sector.

En Francia, el primer ministro François Bayrou apunta que es “un día sombrío” para los intereses europeos y que el acuerdo es una “sumisión” a EE.UU. Un panorama en el que las empresas exportadoras europeas adelantan nuevas estrategias de destrucción de empleo para hacer frente al aumento del coste de las exportaciones. En ese escenario, la organización y unidad sindical será más necesaria que nunca para defender los derechos laborales y el poder adquisitivo de los salarios, ya que sabemos que las empresas querrán compensar los aranceles con nuevos recortes laborales.

En España, Pedro Sanchez apoya el acuerdo arancelario aunque “sin entusiasmo”, mientras concluye el curso político sacando pecho de las leyes aprobadas y las dificultades de la derecha para alcanzar acuerdos que pudieran facilitar un eventual cambio de gobierno.

De hecho, la aprobación definitiva de la Ley de Amnistía, la propuesta de financiación autonómica para Cataluña (extrapolable a otras CCAA), y el anuncio de nuevos avances sociales, en materia de permisos de cuidado de hijos, un nuevo plan de salud mental o la creación de más plazas de FP, prorrogan los acuerdos parlamentarios que sostienen al gobierno, que debiera consolidarse en la negociación de presupuestos generales a partir de septiembre.

El mayor activo del que el gobierno de Pedro Sánchez saca pecho es que por tercer año consecutivo, España es el pais de la UE que más crece. Los datos macroeconómicos y de récord en la creación de empleo son inapelables, aunque otra cosa es la calidad de ese empleo, o como se reparte la creación de riqueza.

En el terreno de las sombras, ya sabemos que la derecha y ultraderecha continúan en su ataque político, mediático y judicial, para deslegitimar al gobierno de Pedro Sanchez. Por poner un ejemplo, es la primera vez en la historia que se “procesa” a un Fiscal General del Estado. En este caso, el motivo es un presunto delito de revelación de secretos, de la pareja de Isabel Díaz Ayuso que había confesado un delito fiscal. Este es un ejemplo del sesgo derechoso de las instituciones que tendrían que defender el interés general, y no el interés de los delincuentes confesos. Un nuevo caso de “golpe de estado judicial”.

Aún así, el PP dificilmente podrá sacar apoyo parlamentario para derribar al gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de la imputación del Fiscal General del Estado, y de los presuntos casos de corrupción de los ex socialistas Ávalos y Cerdán, ya que aunque ellos solo vean la paja en el ojo ajeno, lo cierto es que ellos tienen una auténtica viga en el suyo

En septiembre deberán afrontar 30 juicios por corrupción, seguir tapando la crisis causada por Mazón en la DANA, y ver como evoluciona el caso Montoro.

Quien sale beneficiado de todo este “guirigay” es la extrema derecha que nutre y se aprovecha

del fango político y de la ausencia de respuestas a las necesidades de la sociedad, en especial, de la juventud que es el colectivo más castigado por la situación económica actual, y por ende, el más vulnerable a los cantos de sirena de la ultraderecha y los populismos.

El curso político termina, pero las necesidades de la clase trabajadora continúan. Hay que prepararse para un otoño intenso: presupuestos, reformas pendientes (como la auditoría a las cuentas de la seguridad social), buscar soluciones a la vivienda en un contexto en el que probablemente nos encontraremos con nuevas tensiones institucionales. Desde la

izquierda el compromiso ha de ser claro: defender los derechos conquistados, garantizar la convivencia y abrir nuevas sendas de progreso.

No queremos acabar esta editorial sobre el final del curso político sin hacer referencia al Genocidio en Palestina, que sigue imparable ante la desidia y titubeos de los países occidentales, mientras que para la clase trabajadora mundial es un clamor mundial parar el genocidio, parar las bombas y parar la hambuna.

Fuerza, resistencia y organización

Redacción de Tribuna Socialista

Defender la justicia social en Europa

Mientras decenas de miles de personas se manifestaban en Madrid en defensa de la sanidad pública, la ultraderecha se concentraba en Vistalegre bajo el lema ¡Europa Viva 24! con la presencia presencial o telemática de los principales líderes de la ultraderecha europeos y mundiales, incluído el provocador Javier Milei. De lo que más se ha hablado en los medios es de los insultos proferidos contra la esposa de Pedro Sánchez, abriendo incluso una crisis diplomática con el pais hermano Argentina. Sin embargo, lo más grave de las intervenciones de Milei fue el ataque furibundo al concepto de justicia social.
La justicia social se basa en la igualdad de oportunidades y en los derechos humanos, y es imprescindible para que cada persona pueda desarrollar su máximo potencial y para una sociedad en paz.
Todas las personas tenemos necesidades básicas comunes, que se traducen en derechos humanos fundamentales: el derecho a la propia identidad, a la supervivencia, a la salud, a la educación, a expresarnos con libertad y a ser tratados con dignidad y respeto… Atacar el concepto de justicia social es arremeter contra la salud, contra la educación, y contra todos los servicios públicos que nos permiten mantener unos mismos derechos independientemente del nivel de renta de las personas.
El liberalismo económico ha cargado reiteradamente contra las políticas sociales que garantizan esta justicia social, permitiendo que sea el mercado quien regule. Quien pueda pagar un médico privado permanecerá sano, quien pueda pagarse una carrera universitaria podrá acceder a un trabajo más cualificado…y quién no, pues se siente.
Cuando las necesidades fundamentales no se satisfacen se genera desigualdad, pobreza, guerra y muerte, y por eso la socialdemocracia siempre ha defendido las políticas sociales, los servicios públicos y la redistribución de la riqueza, frente a quienes quieren dejarlo todo en manos del mercado, la desregulación y favoreciendo al más poderoso económicamente.
Lo que defienden Orban en Hungría, Meloni en Italia, Milei en Argentina, LePen en Francia, o Abascal y Feijoo en España son políticas de recortes sociales. Lo que proponen para Europa y para el mundo es la guerra, el conflicto, la desigualdad y la libertad de mercado extrema, creando zonas francas, sin derechos para que las empresas exploten a los «zurdos», los «descamidados», en definitiva, a la clase trabajadora.
Defender la socialdemocracia y defender Europa es defender la justicia social, defender los servicios públicos, los derechos colectivos, las políticas de redistribución de la riqueza, y eso hoy está en claro peligro, por la tibieza de las propuestas de políticas sociales europeas, por la falta de unas instituciones europeas que se centren en la justicia social y por el ataque furibundo de la extrema derecha que se aprovecha de la debilidad institucional europea y del populismo que arraiga cuando no hay propuestas sociales.
A la clase trabajadora de España, de Europa, del mundo, no nos basta hoy con avisar «que viene el lobo». El lobo ya está aquí hace años, privatizando la sanidad, la educación y las pensiones. El lobo ya está aquí hace años creando división entre pobres y más pobres.
Para el futuro de la clase trabajadora en España, en Europa y en el mundo es necesario fortalecer la socialdemocracia pasando a la acción con políticas de fortalecimiento de los servicios publicos y de nacionalización de los sectores estratégicos hoy en manos privadas. Con políticas de redistribución de la riqueza. Con impuestos…sí, con impuestos progresivos que hagan que contribuya más el que más tiene y que permitan financiar la salud, la educación, la vivienda, las pensiones, las infraestructuras. Con políticas de recuperación del poder adquisitivo de los salarios y de contención de los precios. La receta está inventada pero hay que ponerse a cocinar porque sino la barbarie irá a más.
Los signos distintivos de la vieja Europa, la Europa de los derechos que soñaban Willy Brandt y Olof Palme se contruía bajo el paradigma de la Justicia Social. Eso es lo que se quieren cargar esta gente de la derecha y la extrema derecha. El 9J piensa qué, a quién y por qué votas.

¡Más justicia social!

Baltasar Santos
Primer Secretari agrupació PSC-El Vendrell

La paja: la ultraderecha intoxica las justas demandas agrarias

Algunas de las reivindicaciones del sector agrario son justas y el socialismo le debe dar respuesta. Ese es el grano. La paja es que la ultraderecha y los grandes empresarios que forman parte del problema del campo y de la especulación alimentaria están intentando intoxicar la campaña. Echarlos de las manifestaciones es el mejor favor que se puede hacer a los que realmente trabajan la tierra.

Unidos contra el franquismo.

El pasado lunes 20N conmemoramos el aniversario de la muerte del dictador. Sin embargo, todos los militantes socialistas hemos visto como el franquismo sigue vivo. De hecho, se han trasladado de la plaza Oriente a la calle Ferraz en Madrid para asediar la sede socialista. Desde la muerte de Franco no se han vivido momentos de tanta tensión, protagonizados por la caye-borroka, los falangistas de toda la vida, los ultracatólicos, y grupos neonazis, todos convocados por VOX y PP para plantar cara al socialismo y animar a un golpe de estado al ritmo del cara al sol.

El debate de investidura de Pedro Sánchez fue el telón de fondo para evidenciar la existencia de un frente de partidos unidos contra el franquismo. Patxi López estuvo magistral en su defensa del socialismo y en sus ataques a la derecha y ultraderecha, pero también los representantes de los otros siete grupos que apoyaron la investidura de Pedro, dejaron bien claro lo que representan PP y VOX.

Gracias a ese acuerdo antifranquista podemos tener un presidente del gobierno socialista y un consejo de ministros progresistas que debe tirar adelante la difícil tarea del mandato de la mayoría social de este país: mejora de las pensiones, disminución de la jornada laboral, la amnistía que normalice la política, becas, freno al precio de los alimentos, y un largo etcétera de compromisos, que eso sí, deja algunas lagunas y trae algunos riesgos importantes: la necesaria auditoría a las cuentas de la seguridad social, el troceamiento de los servicios públicos (la gestión vasca de la Seguridad Social y la transferencia del servicio ferroviario de

cercanías a Catalunya, son buenos ejemplos que cuentan con la oposición de los empleados públicos), un nuevo estatuto de los trabajadores (a lo mejor con recuperar el que teníamos era suficiente).

No será una legislatura fácil para los socialistas. Tenemos la difícil tarea de tirar adelante reformas progresistas y mantener los servicios públicos revirtiendo las privatizaciones, y no cayendo en la trampa del troceamiento de los servicios públicos (más fácilmente privatizables), pero sobretodo, necesitamos garantizar la unidad de acción de la mayoría antifranquista y trumpista, no solo para pararles los pies en el terreno político, sino también en las calles, en la defensa de nuestras sedes.

La letra del himno de Catalunya dice «ahora es hora de estar alerta», y ciertamente, aunque no estamos en el 36, además de los cánticos fascistas y neonazis a los que no nos acostumbraremos nunca, se empieza a escuchar ruído de sables. Se han pronunciado algunos militares, se han pronunciado algunos colectivos de guardias civiles, y…

¡ cuidado!. La contención de la policía en las manifestaciones «ilegales» de los franquistas no tiene nada que ver con la represión de las manifestaciones obreras. ¿Recuerdan aquella tanqueta que sacaron a pasear con ocasión de la huelga de los trabajadores del metal en Cádiz?. Ahora es hora de estar alerta.

Carlos Rodríguez
Militante socialista de Lleida

La revuelta de las togas y los aguiluchos

Durante las semanas previas a la investidura, la derecha y la ultraderecha han intentado evitar por tierra, mar y aire, que los partidos antifranquistas llegaran a acuerdos para la investidura de Pedro Sánchez y la conformación de un gobierno de coalición y de progreso.

Se han pronunciado y movilizado la totalidad de los medios de comunicación de la derecha, la patronal CEOE, los guardia civiles, el CGPJ, el juez García Castellón de la Audiencia Nacional, el PP, VOX y los grupos de extrema derecha satélites de estos partidos.

Los ataques a la sede del PSOE, con la excusa de las protestas contra la ley de amnistía han sido lugar común para el encuentro de los grupúsculos de la ultraderecha («hazte oír», «Desokupa», «los Ultrasur» y grupos abiertamente franquistas, como la falange y VOX) y de la derecha más rancia con Aznar, Ayuso y Esperanza Aguirre como cabezas más visibles. En las movilizaciones de estos herederos del franquismo se coreaba el cara al sol, además de proclamas homófobas, racistas y ultracatólicas).

Si comparamos estas manifestaciones con las que normalmente convocan los trabajadores para defender sus derechos observaremos que en las manifestaciones obreras existe la obligación de comunicar el recorrido de las mismas a la delegación de gobierno, mientras que en estas convocadas por la ultraderecha no ha sido así. Ni que decir tiene que la dureza con la que la policía reprime las manifestaciones obreras no tiene nada que ver con la tibieza de la actuación policial de estos días, que incluso han llegado a escoltar a los grupos neonazis.

Sin embargo, pese a que el protagonismo se lo ha llevado las protestas en la calle, especialmente frente a la sede de Ferraz, estas han ido acompañadas, de forma «casualmente» sincronizada, por algunas resoluciones judiciales como la del caduco Consejo General del Poder Judicial.

La des-facha-tez no tiene límites: el CGPJ cuya función prinicipal es el gobierno de los jueces y garantizar su independencia sin emitir declaraciones institucionales de parte, y manteniendo, por tanto, una necesaria neutralidad política, emitió una declaración «preventiva» antes de que la ley de

amnistía fuera siquiera presentada, cuando menos promulgada. Los que tanto defienden la separación de poderes, se la pasan por el forro cuando lo que está en juego es garantizar un gobierno de progreso. A todo esto, el CGPJ hace 5 años que debería haberse renovado, y tiene en su composición una mayoría conservadora gracias al bloqueo del PP, incumpliendo el mandato constitucional.

Por otro lado, tampoco es casual que cuando se estaban a punto de cerrar los acuerdos entre el PSOE y Junts, el juez de la Audiencia Nacional, Garcías Castellón, anunciara el procesamiento de Carles Puigdemont, Marta Rovira, exsecretaria general de ERC, y otras diez personas relacionadas con el procès, por terrorismo. ¿otra casualidad?

Recordemos que la Audiencia Nacional es una instancia judicial heredera del Tribunal de Orden Público franquista. Cuando este Tribunal fue reemplazado por la Audiencia Nacional, en él se integraron 10 de los 16 jueces del extinto Tribunal.

Recordemos también que la Audiencia Nacional, ha protagonizado en los últimos años algunos de los escándalos más notables de nuestra democracia: no han sido capaces de determinar quién es el «M.Rajoy» de los papeles de Bárcenas; han lanzado 20 causas judiciales contra podemos, que han tenido que cerrarse al no encontrar delito alguno

Ojo con la guardia civil: la asociación de guardias civiles APROGC ha lanzado, casualmente, un comunicado en que se declaran dispuestos a “derramar hasta la última gota de nuestra sangre en defensa de la soberanía e independencia de España y su ordenamiento constitucional”. Otras cinco asociaciones, incluyendo la mayoritaria Jucil, se han pronunciado contra la amnistía y contra los acuerdos PSOE-Junts. ¿Organizaciones militares pronunciándose en cuestiones políticas?

Todo este cúmulo de coincidencias no es una casualidad, sino más bien obedecen a una causalidad. La causa a la que obedecen es la del movimiento nacional católico, la del franquismo, aún presente en nuestras instituciones, y que son un serio obstáculo para consolidar los derechos conquistados en los últimos años, avanzar en la convivencia y fraternidad de un estado plurinacional como España, y para conseguir nuevos derechos y conquistas sociales como aspira la mayoría social de nuestro país.

Mucho me temo, que este trumpismo franquista no va a parar de torpedear las aspiraciones de progreso que necesita la clase trabajadora de nuestro país.

Baltasar Santos
TS Cataluña.

Hablemos

Desde hace relativamente poco tiempo, asistimos a un comportamiento político que niega el principio democrático de respeto a la convivencia en paz, de falta de respeto a quien no piensa lo mismo que ellos, y de no aceptación a los resultados electorales, cuando no son favorables a su Partido.

Este proceder, caracterizado por el uso constante de verdades alternativas, convierte a los demás en enemigos que deben ser perseguidos con saña e incluso encarcelados. Puede parecer una barbaridad, que lo es, pero actualmente se utiliza este proceder por la derecha, de forma reiterada sin ninguna prudencia ni por supuesto justificación. Con distintos grados de intensidad: modo Brasil, al asalto; o a la manera Plaza de Colón, modo faltón, buscan generar un clima de “enfrentamiento civil”, cuando la realidad es que sólo una parte muy reducida de la sociedad se sitúa en esa clave, quedando en evidencia que esa actitud carece de fundamento alguno.

Digo desde hace poco tiempo, pensando noviembre de 2019 en Bolivia, cuando Evo Morales fue acosado hasta tener que pedir refugio político en Argentina, o en enero de 2021 cuando fue asaltado el Capitolio de los USA, o en diciembre de este pasado año 2022 en Perú, donde la maniobra de acoso de la derecha política ha conseguido el encarcelamiento de Pedro Castillo y ha sumido al país en un caos de represión y muerte. Pero recordamos menos otras épocas donde está manera de fomentar el odio derivó en gravísimas consecuencias, como fue la creación de un clima de inestabilidad política para justificar el golpe de Estado militar contra la Segunda República española.

La tergiversación del juego democrático, mediante actitudes y declaraciones que generan un falso clima de enfrentamiento social, hacen desviar la mirada de la actividad normal de cualquier parlamento con su acción deliberativa y legislativa, coloca al ciudadano en una situación donde lo que parece importar de verdad es la diferencia con el otro, diferencia que si no existe se inventa, donde se convierten argumentos en piedras y se sobredimensionan los problemas, negando además su resolución pacífica mediante la discusión y la conciliación. Todo esto sería imposible sin la colaboración necesaria de una preocupante mayoría de medios de comunicación de masas.

El recurso irresponsable a esta forma de actuar en una democracia, mediante la violencia verbal y gestual, es utilizada a conciencia por parte de la derecha y la ultraderecha que ven como su mito ultraliberal se cae hecho pedazos ante las consecuencias de sus crisis constantes y las graves desigualdades sociales que genera. La aparición tormentosa de líderes ademocráticos como Trump, Bolsonaro, Orban, etc., que, dentro de sistemas democráticos, intentan alargar la agonía del capitalismo neoliberal, cómo un epílogo inaplazable de este sistema económico.

Ni siquiera la deriva del social liberalismo, bajo un falso manto de socialdemocracia, ha podido evitar la miseria de un modelo de regresión e injusticia social, que finalmente dejó a la vista sus carencias y su verdadera faz para afrontar una epidemia o para evitar una guerra. Y como ha ocurrido otras veces, instituciones constitucionales creadas para garantizar el respeto a las normas y al juego democrático, instituciones garantes del respeto a los derechos y libertades fundamentales, han sido intencionalmente manipuladas, léase Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial…

Sorprende el alcance de estas actitudes irresponsables de ciertos políticos y/o magistrados y de ciertos medios de comunicación, ante las consecuencias de la ruptura de esos delicados equilibrios. Es un sinsentido esta puesta en riesgo de la arquitectura constitucional para conseguir que determinada opción política obtenga lo que no le otorgan los ciudadanos por vías democráticas, y por tanto es aún más impresentable e inaceptable por destruir algo tan importante para un fin tan espurio.

Ante esta situación, donde esos determinados partidos de la derecha antidemocrática practican únicamente ruido y enfrentamiento, buscando el conflicto civil para conseguir el poder por el poder, no podemos responder más que con participación y lucha democrática/pacifica, por ejemplo defendiendo bienes comunes como la Sanidad Pública o las Pensiones, en la más absoluta normalidad, demostrando que el discurrir del juego democrático permite que los conflictos expresados por el pueblo soberano se resuelvan en el Parlamento, sean los que sean y tengan la gravedad que tengan.

Eduardo Hernández Oñate
Militante Socialdemócrata de Madrid

No todo está perdido

Por Martin Lozano

Cuando parece que no hay solución, cuando ves que todo está perdido, cuando estás a punto de tirar la toalla porque no hay ninguna salida y desfallecido sientes que no hay ninguna esperanza. Cuando piensas que no tiene objeto la lucha y miras dentro de ti y solo ves el vacío. Cuando buscas y rebuscas sin encontrar nada que te traiga la luz, de repente en el horizonte un destello te hace que te detengas y que mires en aquella dirección. Escuchas con atención y oyes un murmullo que poco a poco va aumentando de volumen y distingues las palabras, sigues observando y el fogonazo de luz se amplía y distingues las formas.

Reflexionas y preguntas. Miras en internet y, como siempre, la máquina te da respuestas: vídeos de entrevistas, canciones; explicaciones de la ‘Wiki’ sobre su vida; observas pequeños retazos inconexos de definiciones sobre su ideología y sobre su género, si los tiene, o si los que tenía entonces son los mismos que ahora; grabaciones de su participación en sesudos y profundos concursos gastronómicos de la televisión pública, teniendo que aguantar a su repelente tocaya y nieta del descubridor del ‘gen rojo’. Inquieres a tus cercanos más jóvenes y recibes todo tipo de opiniones; a los más mayores no te atreves ni a preguntar.

Me alegra que una persona como Samantha o Iván, pues atiende a los dos nombres gracias a su no binarismo militante haya evolucionado, a sus 22 años, desde aquel trabajo de su asignatura de ‘Cultura Audiovisual’ por el que recibió una controvertida nota de 9, titulado ‘Maricón’, hasta este último ‘Por España’. Aquel, con rimas sencillas y fáciles, marcadas por un machacón ritmo tecno-máquina, imagino que exprimiendo sus posibilidades técnicas y musicales del momento, seguramente escasas. Este con un despliegue de producción audiovisual con todo lujo de medios a su alcance, escenografía, elenco de actores y escenarios, pasando por distintos géneros musicales, pasodoble electrónico, acid bacalaero, para terminar rapeando y con un final por sevillanas. En cuanto a la letra no tiene desperdicio, pidiendo que le den caña por España y circulando por todos los tópicos típicos ultraderechistas, fascistas y franquistas, con lucimiento de signos, banderas y Caudillo incluido, finalmente atacado, el Generalísimo, por una bandera tricolor.

Acaba de salir su último trabajo y además este mes de noviembre es perfecto para escribir sobre Samantha Hudson o Iván González Ranedo, una persona que ha evolucionado de adolescente maricón a joven patriota, dispuesto a sufrir todo por España. Me llena de esperanza que una ‘petarda’ loca y desquiciada pueda hacer un audiovisual como este ‘Por España’. Me hace no perder la esperanza sobre los jóvenes de mi país. Noviembre y su maravillosa luz otoñal se abre con las festividades de recuerdo a los muertos, a todos los muertos, los nuestros, los de los demás. Que continúa con la conmemoración del comienzo del asedio de la ciudad de Madrid, bombardeada, masacrada y no rendida hasta marzo del año 39, ciudad mártir no reivindicada ni por los propios madrileños, me refiero a la mayoría de ellos, los que votan a la liberticida Ayuso, esa que mata todo lo que nombra, al alcalde portavoz de los descendientes de los que cañoneaban y arrojaban las bombas sobre nuestros barrios. Y que acaba con el aniversario de la muerte de tres figuras señeras (¿se dice así?) de nuestra historia: Durruti, de cuya figura no cabe ninguna duda sobre su virilidad, apodado ‘el gorila’, líder de un movimiento, el libertario, en el que históricamente ha tenido cabida, entre otros, los sectores más marginales de la población, homosexuales y lesbianas, transexuales, prostitutas, ecologistas, nudistas, esperantistas, vegetarianos, presos, etc; Francisco Franco, ‘Paquita, la culona’, que siempre fue objeto de burlas sobre su masculinidad, por su voz, por sus ademanes, su fragilidad física, sus heridas de guerra, que han llevado a cuestionar hasta su posible paternidad; y José Antonio Primo de Rivera, ‘el Ausente’, de un atractivo sexual incuestionable, como la ambigüedad sobre sus preferencias amatorias con las hipótesis lorquianas, pendientes sus escuadras de la Revolución falangista, mirando los camaradas de la camisa azul en la soledad de la noche a los luceros, figura literaria esta un poquito gay. Revolución traicionada desde el principio por la temprana virilización de sus huestes y el apego al machismo más rancio de sus seguidores, al mismo tiempo que perdían su republicanismo, su laicismo, su socialismo de salón, relegando a la mujer al hogar, a la crianza de los hijos, a su Sección Femenina. Depredadores en sus incursiones nocturnas de rojos y maricones, para ellos tan cercanos unos y otros. Pobres fascistas, en estos tiempos deben estar pasándolo muy mal, su querida patria en manos de quien está. Samantha, ten cuidado con los del brazo en alto, hay cosas sobre las que no admiten bromas y el culo y su uso es una de ellas.

Gracias Samantha. Salud Compañeros.

Epílogo: no es que yo sea muy moderno (¡qué palabra más antigua!), es que tengo una hija Generación Z, qué no sé ni lo que significa (si se refiere a que es la última generación, es verdad, es mi última hija) y me tiene informado siempre de lo que se lleva (como se decía en los años sesenta).