Editorial: No es una guerra entre pueblos, es una guerra contra los trabajadores

El fracasado candidato a Premio Nobel de la Paz acelera la barbarie que lleva intrínseca el sistema económico vigente. En palabras de Jean Jaurès: «El capitalismo lleva la guerra dentro como la nube lleva la tormenta”.

En un leguaje más práctico: la deuda exterior de los EE.UU., superó en agosto los 37 billones de $; es la consecuencia de ejercer de gendarme del mundo y tener que mantener al ejército más temible de la tierra. Y eso es lo que Trump infunde: temor y no respeto. No se entiende de otro modo que Zelensky sea humillado cada vez que visita la Casa Blanca. Como es incomprensible la sumisión del secretario general de la OTAN; o la de la presidenta de la Comisión Europea cuando Trump la recibió en su campo de golf escocés, para mayor vergüenza, el 27 de julio, donde aceptó comprar energía a EE.UU., por valor de 750.000 millones de euros, invertir 600.000 MM€ en los USA e incrementar las compras en armamento a la industria norteamericana. Todo, a cambio de aplicar a los productos europeos “solo” el 15% de aranceles, sin contrapartida ninguna. Este es el nivel de degradación y bochorno por el que Trump hace pasar a sus supuestos aliados.

A los miembros de la Comisión Europea y a una importante mayoría de los europarlamentarios les debe importar un pimiento la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y las pensiones en sus respectivos países; por el alza especulativa de los precios de la energía, de la vivienda, de los alimentos… así como el avance de la pobreza que todo ello conlleva, a nombre de una guerra con trasfondo comercial.

Intentar entender esta situación, que no compartirla, solo es posible desde la óptica del Mercado, ese mercado libre; libre de imponer y someter causando muerte, pobreza y desestabilización social.

El sistema el capitalista, el mercado libre de hacer lo que le venga en gana, ha decidido arrasar los derechos que la clase trabajadora ha ido consiguiendo, con luchas y mucho sacrificio, a lo largo de los últimos 200 años. Y están dispuestos a conseguir sus objetivos, aunque tengan que asesinar a la mitad de la población mundial. Es por ello que no es correcto hablar de guerra entre pueblos, sino de guerra contra la clase trabajadora.

La guerra social desatada contra la clase trabajadora toma sus formas diferentes en cada país:

En Francia, la clase dirigente al servicio del capital ha decidido acatar las órdenes y destinar 400.000 millones de euros “para modernizar el ejército”, dicen. La realidad es que Francia ha asumido con la OTAN, es decir con los EE.UU., un gasto de aquí a 2035 de más de 650.000 MM€ -Francia se ha marcado el objetivo de gastar 64.000 MM€ en defensa en 2027, frente a los 32.000 que destinaba a gasto militar en 2017, cuando Macron llegó al Eliseo. Están dispuestos incluso a llevarse por delante a la V República. Para no extendernos y entender la concreción en Francia, sugerimos la lectura del artículo de Enrique Dargallo “Crisis política en Francia: Macron en primera línea”, publicado en este mismo número 170 de Tribuna Socialista.

En Ucrania toma formas más complejas y graves. EE.UU., desde antes de 2013, viene presionando a la UE para que “diversifique su dependencia energética de Rusia”; una forma de expresarlo que, sin ser incierta, esconde una presión para que Europa compre Gas Natural Licuado (GNL) estadounidense, en detrimento del suministro ruso -lo que da una idea de la motivación para la voladura del gaseoducto Nord Stream, en septiembre de 2022-, y por qué se imponen sanciones económicas contra Rusia, pero no a Israel.

Como dijo Clausewitz “la guerra es sólo la continuación de la política por otros medios”. Y eso es lo que hay en Ucrania; una guerra que el próximo febrero cumplirá su cuarto año, sin olvidar que el Estado ucraniano, cuyo gobierno hoy preside Zelenski, arremetió contra su propio pueblo, en la región del Dombas, en 2013, causando miles de muertos. Para no extendernos, sugerimos Ver: TS-130 de enero de 2022, (pág. 20) Posicionamiento del CATP contra la guerra -un mes antes de la invasión rusa. Y otros números siguientes a partir de febrero de 2022-.

El hecho es que mueren miles de jóvenes en los frentes de guerra, para que los EE.UU., con la cobertura de la OTAN, se apropien de un negocio de más de 40.000 millones anuales en suministro de GNL a la UE. Negocio que aumentará con los compromisos unidireccionales aceptados por la señora Von der Leyen. Es lógico pensar que Putin quiera compensación por la pérdida del negocio de los combustibles, y Trump está dispuesto a compensarle con el 20% del territorio ucraniano. Por si acaso, el depravado inquilino de la Casa Blanca ya se ha garantizado la explotación de minerales y tierras raras, en lo que es rico el subsuelo ucraniano. Todo ello con la inestimable colaboración de la UE y todas sus instituciones.

A estos mercaderes les importa un bledo los 400.000 soldados que han muerto o han sido heridos en el frente ucraniano. Como a Putin le importan un comino que hayan muerto o hayan sido heridos más de un millón de soldados rusos en este conflicto. Por eso comprendemos y apoyamos la decisión de desertar de miles de jóvenes ucranianos y rusos, pues esta no es su guerra.

En Palestina, el negocio ha tomado la forma de Genocidio del pueblo gazatí, como si quisiesen enviar un mensaje a toda la clase trabajadora mundial, de hasta donde están dispuestos a llegar para salvaguardar sus intereses económicos.

Lo ha dicho ASTRADE en su Declaración del pasado día 16 de octubre “Sin duda alguna, la parte positiva (del plan de paz) es el fin de las bombas y la matanza indiscriminada de gazatíes”; algo que no está garantizado, pues el Estado sionista rompe el Alto el Fuego y continúa asesinando civiles desarmados.

Para garantizar el negocio, Trump ha enviado a su “equipo”, yerno incluido, a pedir a Netanyahu que respete los acuerdos: veremos cómo y cuándo acaba la tregua y la forma que toma la idea de la Familia Trump de transformar Gaza en un resort; idea jaleada por el Gobierno de Netanyahu. El tiempo nos dirá cuantos kilómetros cuadrados le dan a los Trump. Lo único que parece estar claro es que el Estado sionista continuará ocupando tierras ilegalmente y expulsando al pueblo palestino de su territorio, como viene haciendo impunemente desde 1948, incluso antes.

A los palestinos les ofrecerán, como “premio de consolación”, trabajar sin derechos en una especie de sucursal de Las Vegas a orillas del Mediterráneo. Es lo que les está ocurriendo hoy, a 125.000 trabajadores procedentes de la Franja de Gaza y de Cisjordania, como denuncia el Sindicato de Trabajadores árabes, con sede en Nazaret: “a los trabajadores les niegan su salario o indemnización; y su legítimo derecho a reclamarlo, a nombre de que pertenecen a “una autoridad terrorista”, argumentan de forma coordinada muchos empleadores”.

El negocio se cierne también sobre Venezuela, y sobre sus reservas de petróleo en particular, por lo que Trump ha asesinado, de momento, a más de 40 personas, sin prueba ni juicio, en las aguas del Caribe. Y ha dado rienda suelta a los provocadores de la CIA para que “el que pueda hacer que haga” según el lenguaje que manejan los fascistas y golpistas de toda laya.

Es una guerra de los poseedores del capital contra sus propias clases trabajadoras. Cuando Trump habla de “América first”, no dice a qué América se refiere, pues la América a la que reprime con la guardia nacional es a la que considera “su enemigo”, por lo que invitó a sus generales y almirantes a “vigilar al enemigo interior”.

Es exactamente lo mismo cuando Trump condiciona la ayuda económica a Argentina, si el pueblo argentino no apoya al sicario del capital que ocupa la Casa Rosada en Buenos Aires. O cuando chantajea al presidente de Brasil con aranceles si no indulta a Bolsonaro, el golpista.

La respuesta no está en el viento, que diría Dylan. La respuesta está en las calles. La respuesta a esta barbarie insaciable está germinando en las grandes manifestaciones que hubo el 18 de octubre en las principales ciudades de los Estados Unidos de América. Está en las jornadas de huelga de Italia, para rechazar el genocidio en Gaza. Está en los cientos de miles de personas que salieron a las calles el 7 de octubre en Londres, para pedir justicia y que pare el genocidio. Está en la determinación de decenas de miles de madrileños y madrileñas que el 14 de septiembre dijeron NO a la última etapa de La vuelta ciclista de la vergüenza. Está en la jornada de lucha en nuestro país, el 15 de octubre, con grandes manifestaciones y paros laborales, aunque fuesen de tiempo limitado. Está en las manifestaciones de jóvenes reclamando vivienda asequible, en la queja de la clase trabajadora andaluza y madrileña en defensa de la Sanidad Pública, en la perseverancia del pueblo valenciano exigiendo responsabilidades por las negligencias en la DANA de 2024…Está en cada conflicto laboral que utilizan los trabajadores para reivindicar y defender sus derechos.

El Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez tiene que dejar ya su ambigüedad y de jugar con los tiempos: no se puede decir “Viva Palestina” y decretar el embargo de armas dos años después de iniciado el genocidio, con 67.000 asesinados; celebramos que lo hayan hecho, pero criticamos la tardanza. No se puede estar en contra de la Guerra y que el presidente y su ministra de Defensa no paren de decir que cumplirán con los compromisos de gasto militar.

En muchas ocasiones vemos a las organizaciones de la clase trabajadora como dique de contención contra esta resistencia. Sería mucho más deseable verlas a la cabeza de las movilizaciones llamado a la unidad y haciéndola en los hechos.

Comité de Redacción

Dos caras de la misma moneda: la sumisión institucional a Trump y la resistencia de los pueblos

En la cumbre de la OTAN en La Haya, celebrada en la última semana de junio, vimos los roles que se juegan en la OTAN: El presidente de los USA, señor y jefe de la estructura militar; y por otro lado a los presidentes de los países aliados, incluido el Sr. Rutte, ejerciendo de lacayos, con la honrosa excepción de Pedro Sánchez, aunque no exento de contradicciones.

Justo un mes después, el 27 de julio, la presidenta de la Comisión Europea (UE), la Sra. Von der Leyen, se arrastraba hasta Turnberry (Escocia), para aceptar todas las condiciones de Trump.

Esto, en realidad, no es nada nuevo. Lo que ha cambiado es que se han terminado las escenificaciones que daban la impresión de que las relaciones eran entre iguales; tanto en el seno de la OTAN, como en las relaciones bilaterales USA-UE. La escenificación ya no cabe por la forma de relacionarse del presidente de los Estados Unidos, propia de un matón sin límites, lo que ha retificado con su discurso en el plenario de la Asamblea General de la Onu del día 23 de septiembre.

En términos políticos, estos cambios sustanciales, en apariencia formales, significan que, el mayor imperialismo del planeta, los USA, ha emprendido el camino de la guerra y de la destrucción de los derechos de los pueblos, empujando a ello a los demás imperialismos.

Recordemos que la RAE define imperialismo como: “Actitud y doctrina de quienes propugnan o practican la extensión del dominio de un país sobre otro u otros por medio de la fuerza militar, económica o política.”

Desde la confrontación colonial entre potencias, cuyo inicio se remonta al siglo XV y que culminó con las dos guerras mundiales en el siglo XX, lo que verdaderamente ha cambiado es que ya no quedan nuevos mercados por conquistar, ahora se los tienen que arrebatar unos a otros.

Esta dinámica explica, sin que ello justifique, el genocidio que Israel está perpetrando en Gaza. Se pisotea el derecho internacional, los derechos humanos y se pretende exterminar a un pueblo entero. Es un aviso de hasta dónde está dispuesto a llegar Estados Unidos; sostén económico, político y militar del Estado sionista, sin cuyo apoyo no sería capaz de hacer lo que está haciendo.

La ocupación de parte de Ucrania, la reacción de Putin ante la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas y la contienda entre los USA y Rusia por ver quién es el proveedor de energía en Europa, nos han metido en una guerra en territorio europeo que va camino de los 4 años de conflicto y una brutal sangría de vidas, a ambos lados de los frentes; vidas principalmente de jóvenes pertenecientes a familias humildes y trabajadoras, tanto rusas como ucranianas. Con una situación que es difícil predecir cómo puede terminar, con las supuestas violaciones del espacio aéreo de diferentes países de la UE/OTAN, por parte rusa.

Putin está midiendo hasta dónde está realmente dispuesta a llegar la UE, pues el servilismo ante Trump ya no garantiza que los USA se involucren en la defensa de Europa. Solo hay que ver como Trump presiona a Zalensky para que trague con una paz, por no llamarle rendición. Putin y Trump se miden a su vez mutuamente. La diferencia es que los USA han conseguido sus objetivos económicos y militares, por lo que se explica que ya no tengan interés en mantener el conflicto, aunque no le importe lo más mínimo que este se prolongue en el tiempo; a fin de cuentas, cuanto más dure la Guerra, más armas venderá a sus clientes europeos.

Lo hemos abordado en otras editoriales de Tribuna Socialista, pero no está de más recordar que a principios del presente siglo los EE.UU., prácticamente no exportaba Gas natural Licuado (GNL) a la UE. En último lustro (2020 – 2025), los USA han pasado a ser el mayor proveedor de GNL en la UE y en Gran Bretaña, alcanzando en 2022 el 26% del suministro. Por el contrario, Rusia ha perdido este mercado; antes de 2022, Rusia abastecía a la UE entre el 40 y el 45% de nuestras necesidades de GNL.

En la reunión de finales de julio, en la que la presidenta de la Comisión Europea se tragaba todas las condiciones impuestas por Trump, la UE se ha comprometido a comprar energía a los USA por valor de 750.000 millones de dólares (1).

La guerra en Ucrania lleva más de tres años sirviendo de excusa para desatar una guerra social contra todos los pueblos de Europa, provocando perdidas de poder adquisitivo de los salarios por la vía de la inflación en el quinquenio 2020 – 2024: el IPC general acumulado ha sido del 16,32%, frente al 12,53% del incremento promedio de los salarios en convenio colectivo. Es importante señalar que el IPC de los Alimentos y bebidas sin alcohol se ha disparado en el mismo periodo al 27,67%.

Esta guerra ha sido también la excusa de Trump para que Europa destine miles de millones de euros cada año a la compra de armamento estadounidense, poniendo de este modo una piedra de molino sobre cualquier pretensión de independencia económica y militar europea respecto de los USA. Esto, es lo que está provocando, entre otras cosas, las medidas anti obreras de los gobiernos de Macron.

En nuestro país, incrementar el gasto militar ira directamente contra el gasto social, por muchos juegos de números que haga el Gobierno: en 2020 España destinó un 1% del PIB a gasto militar (11.292 M€); en 2024 el porcentaje del PIB alcanzó el 1,4 %, pero al haber crecido el PIB, la cifra nominal de gasto en defensa fue de 24.122 M€, lo que representa un incremento del 113,62% del presupuesto en Defensa, para dicho periodo. Si en 2035 España aplicase el 5% de gasto en defensa acordado por la OTAN, en base al PIB de 2024, nuestro gasto militar será de 86.150 M€.

Estas cifras astronómicas en gasto militar deteriorarán, más de lo que ya se están deteriorando, los servicios públicos que los contribuyentes pagamos: Sanidad, Educación, Pensiones y Dependencia, además del resto de servicios públicos.

Con sus cifras y con la situación de los servicios públicos en cada país, esta situación es parte de esa guerra social contra todos los pueblos de Europa. Es una agresión a la clase trabajadora europea.

Frente a este devenir de hechos políticos, económicos y bélicos está la resistencia de los pueblos

La primera y más importante resistencia es la del pueblo palestino, que lleva más de 75 años defendiendo su tierra contra la ocupación ilegal de Israel, que se ríe de las resoluciones de la ONU y de las convenciones y tribunales internacionales.

Muerte, cárcel, pobreza, exilio…y ahora exterminio, es lo que Israel lleva aplicando en Palestina desde 1948. A pesar de ello, la Unión Europea mantiene estrechas relaciones comerciales con un Estado criminal. Y somos aliados del principal socio y protector, que no menos criminal, del estado sionista.

Los pueblos resisten, como lo está haciendo el pueblo francés, ante la política de Macron y sus gobiernos; pretenden aumentar el gasto en defensa hasta los 64.000 millones de euros, frente a los 32.000 que destinaba Francia en 2017, cuando Macron llegó al Eliseo. Para paliar el incremento del gasto militar, la contrapartida es congelar las pensiones, los sueldos de los funcionarios, sustituir solo 1/3 de las jubilaciones que se produzcan y congelar todas las partidas sociales: Sanidad, Educación…entre otras medidas, para ahorrar 44.000 millones de euros.

El pueblo francés salió a la calle el 18 de septiembre para rechazar estas decisiones de los gobiernos de Macron. Como a los madrileños que el día 14 salieron a la calle a protestar por la participación del equipo de Israel en La Vuelta ciclista, la mayoría de los medios de comunicación dijeron que las manifestaciones francesas fueron violentas. Si protestar en las calles, una forma en que los pueblos pueden hacer ver su punto de vista, es violento, cómo hay que calificar a matar a 20.000 niños y niñas en dos años, cómo hay que llamar a no llegar a fin de mes y tener que optar entre comer o poner la calefacción…

Los pueblos resisten enviando contundentes mensajes, como el del pueblo madrileño el 14 de septiembre. Mensajes que llegan y que animan a tomar medidas contra la indecente senda por la que nos llevan las instituciones y los organismos internacionales. No es casualidad que, tras la suspensión de la etapa final de La Vuelta, RTVE haya comunicado que si Israel participa en el próximo certamen de Eurovisión España no lo hará. No es casualidad que la Fiscalía General del Estado haya abierto una investigación sobre los crímenes de Israel en Gaza. No es casualidad que, en otros deportes como en el fútbol internacional, comience a reivindicarse la exclusión de los equipos de Israel y no es casualidad que nuestro Gobierno haya decretado el embargo de armas a Israel, por muchas limitaciones que esta medida tenga. Pueden parecer gestos, pero no lo son. Es la evidencia de que, a pesar del silencio de los grandes medios de comunicación y del ejercicio institucional de mirar para otro lado, la presión que la resistencia de los pueblos hace llegar a las instituciones tiene efectos.

Hace pocos meses, muchos de los que hoy hablan abiertamente de genocidio se negaban a mencionar este término, punto al que Felipe VI ha evitado llegar en su intervención ante la ONU del día 24 de septiembre. Hoy solo quedan los de siempre negando el genocidio. Hasta las sumisas instituciones europeas se ven compelidas a tomar medidas contra Israel, lentas y limitadas, pero empujados a tomarlas.

Es necesario responder al sentimiento y la acción que están tomando los pueblos de España hacia el Gobierno, con un mensaje claro: no hay medias tintas RUPTURA TOTAL DE TODAS LAS RELACIONES CON EL ESTADO SIONISTA.

Desde Tribuna Socialista llamamos a participar en todas las movilizaciones y actos contra la guerra y contra el genocidio y, en particular a participar en la jornada de protesta que convocan UGT y CCOO para el 15 de octubre en los centros de trabajo, tanto públicos como privados.

El Comité de Redacción

  1. https://www.rtve.es/noticias/20250727/trump-von-der-leyen-escocia-acuerdo-aranceles-guerra-comercial/16678460.shtml
Redacción de Tribuna Socialista

Editorial. Final de curso político: todo por hacer

Este mes de julio acaba un curso político marcado por la tensión institucional, la polarización mediática y el desgaste de la convivencia democrática, mientras el mundo se enfrenta al mayor ataque de la historia a los derechos de la clase trabajadora y a una involución social y económica basada en los ultranacionalismos y populismos filofascistas. El capital financiero arrastra a las economías occidentales hacia el militarismo y la guerra.

En este escenario de destrucción, todos los estados se subyugan a la OTAN para aumentar sus presupuestos nacionales para defensa y armamento hasta llegar al 5% del PIB, algo incompatible con mantener el Estado de Bienestar, como manifestó Pedro Sánchez hace unas semanas.

También el mundo entero sigue la estela de las políticas económicas de Trump, con acuerdos arancelarios que buscan castigar las exportaciones en beneficio de la producción y los mercados internos, al tiempo que busca que las multinacionales se planteen deslocalizar su producción a los países con menor carga arancelaria.

En Alemania, la patronal alemana del sector químico­ industrial VCI advierte que “Los aranceles acordados son muy

elevados, las exportaciones europeas pierden competitividad”.

Para los representantes del sector del acero, sobre el que se mantiene un arancel del 50% el acuerdo alcanzado “sigue siendo dramático”,

En el sector del vino, en el caso español, el comercio de las bodegas podría caer un 10%, según un primer balance del sector. En un tono similar, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), otro de los sectores clave en los intercambios con EE.UU., ha planteado que el acuerdo es “injusto y desequilibrado”, y como no, piden medidas de apoyo y acompañamiento al sector.

En Francia, el primer ministro François Bayrou apunta que es “un día sombrío” para los intereses europeos y que el acuerdo es una “sumisión” a EE.UU. Un panorama en el que las empresas exportadoras europeas adelantan nuevas estrategias de destrucción de empleo para hacer frente al aumento del coste de las exportaciones. En ese escenario, la organización y unidad sindical será más necesaria que nunca para defender los derechos laborales y el poder adquisitivo de los salarios, ya que sabemos que las empresas querrán compensar los aranceles con nuevos recortes laborales.

En España, Pedro Sanchez apoya el acuerdo arancelario aunque “sin entusiasmo”, mientras concluye el curso político sacando pecho de las leyes aprobadas y las dificultades de la derecha para alcanzar acuerdos que pudieran facilitar un eventual cambio de gobierno.

De hecho, la aprobación definitiva de la Ley de Amnistía, la propuesta de financiación autonómica para Cataluña (extrapolable a otras CCAA), y el anuncio de nuevos avances sociales, en materia de permisos de cuidado de hijos, un nuevo plan de salud mental o la creación de más plazas de FP, prorrogan los acuerdos parlamentarios que sostienen al gobierno, que debiera consolidarse en la negociación de presupuestos generales a partir de septiembre.

El mayor activo del que el gobierno de Pedro Sánchez saca pecho es que por tercer año consecutivo, España es el pais de la UE que más crece. Los datos macroeconómicos y de récord en la creación de empleo son inapelables, aunque otra cosa es la calidad de ese empleo, o como se reparte la creación de riqueza.

En el terreno de las sombras, ya sabemos que la derecha y ultraderecha continúan en su ataque político, mediático y judicial, para deslegitimar al gobierno de Pedro Sanchez. Por poner un ejemplo, es la primera vez en la historia que se “procesa” a un Fiscal General del Estado. En este caso, el motivo es un presunto delito de revelación de secretos, de la pareja de Isabel Díaz Ayuso que había confesado un delito fiscal. Este es un ejemplo del sesgo derechoso de las instituciones que tendrían que defender el interés general, y no el interés de los delincuentes confesos. Un nuevo caso de “golpe de estado judicial”.

Aún así, el PP dificilmente podrá sacar apoyo parlamentario para derribar al gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de la imputación del Fiscal General del Estado, y de los presuntos casos de corrupción de los ex socialistas Ávalos y Cerdán, ya que aunque ellos solo vean la paja en el ojo ajeno, lo cierto es que ellos tienen una auténtica viga en el suyo

En septiembre deberán afrontar 30 juicios por corrupción, seguir tapando la crisis causada por Mazón en la DANA, y ver como evoluciona el caso Montoro.

Quien sale beneficiado de todo este “guirigay” es la extrema derecha que nutre y se aprovecha

del fango político y de la ausencia de respuestas a las necesidades de la sociedad, en especial, de la juventud que es el colectivo más castigado por la situación económica actual, y por ende, el más vulnerable a los cantos de sirena de la ultraderecha y los populismos.

El curso político termina, pero las necesidades de la clase trabajadora continúan. Hay que prepararse para un otoño intenso: presupuestos, reformas pendientes (como la auditoría a las cuentas de la seguridad social), buscar soluciones a la vivienda en un contexto en el que probablemente nos encontraremos con nuevas tensiones institucionales. Desde la

izquierda el compromiso ha de ser claro: defender los derechos conquistados, garantizar la convivencia y abrir nuevas sendas de progreso.

No queremos acabar esta editorial sobre el final del curso político sin hacer referencia al Genocidio en Palestina, que sigue imparable ante la desidia y titubeos de los países occidentales, mientras que para la clase trabajadora mundial es un clamor mundial parar el genocidio, parar las bombas y parar la hambuna.

Fuerza, resistencia y organización

Redacción de Tribuna Socialista

Editorial: La primera víctima de la guerra es la verdad

Una vez más y casi repentinamente las instituciones europeas y nacionales nos intentan convencer de lo contrario que nos han dicho durante décadas.

Le llaman “rearme”, cuyo antónimo es “desarme”. Es un término que a nuestro presidente del Gobierno no le gusta, quizá porque en castellano es muy explícito y no facilita que la sociedad se lo trague sin más. Se dice que fue Esquilo quien acuñó la frase “la primera víctima de la guerra es la verdad”. Con independencia de si fue o no su autor el dramaturgo griego, de lo que no cabe duda es de que es una frase certera.

Hay demasiadas prisas y muchos interrogantes sin responder. La ceguera de los pueblos, ante las propuestas de salvación de sus dirigentes, ha costado muy cara a lo largo de la historia. Los dirigentes de las instituciones supranacionales, como la OTAN o la Comisión Europea vienen haciéndose eco de lo que desde Washington se lanza como amenazas e imposiciones; mensajes que no son nuevos, aunque sí en su forma y tono. Veamos:

El Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, tan solo 72 horas después de que Trump tomara posesión de la presidencia de los Estados Unidos de América (EE.UU.), el pasado 20 de enero, instó: “a los aliados occidentales de Ucrania a brindar más apoyo a Kiev, asegurando estar de acuerdo con el presidente estadounidense Donald Trump, quien exige que los países miembros de la alianza aumenten su presupuesto de Defensa del 2% al 5% de su PIB.”

Por su parte, Úrsula von der Leyen, unas semanas después, decía “Puede que la amenaza de guerra no sea inminente, pero no es imposible”. Y, a primeros de marzo, su Comisario de Industria, el Sr. Thierry Breton, ha declarado que “Necesitamos cambiar el paradigma y pasar al modo de economía de guerra”.

Basten estos tres ejemplos concretos de esta campaña de “sensibilización” para hacernos algunas preguntas fundamentales, antes de tomar posición.

Estos dirigentes institucionales, aunque hayan cambiado los sujetos, son quienes nos llevaron a la gran crisis de 2008, por ende, no deberían gozar de demasiada credibilidad. Han tenido algunas décadas para velar por la independencia económica y militar de Europa, y no lo han hecho ¿Por qué ahora?, ¿por qué la prisa?

A lo largo de la historia, en el s. XIX y en el s. XX, respectivamente, ha sido Francia y Alemania quien ha intentado invadir Rusia. Por otro lado, mientras Europa gastó en defensa 326.000 millones de euros, Rusia, en el mismo ejercicio económico -con la guerra en curso en Ucrania- gastó 111.000 millones de euros ¿Es creíble la amenaza de Rusia a Europa?

Si se trata de ser independientes de los EE.UU. ¿Por qué nadie dice con claridad que Europa se rearmará con industria propia y no seguirá gastando entre el 60% y el 80% de su gasto en defensa siendo cliente de la gran industria de armamento estadounidense?

También nos tocan por el lado de la moralidad y la ética al hablarnos de la importancia de defender los valores y principios de la cultura europea ¿Defendemos los valores de la cultura europea manteniendo relaciones diplomáticas y económicas, incluido el comercio de armas y/o tecnología para la guerra, con un Estado fascista que ha exterminado ya a más de 50.000 personas en Palestina, y que ha creado una oficina para preparar la limpieza étnica de Gaza?

Estas son solo algunas de las muchas cuestiones que hacen imposible apoyar el incremento del gasto en Defensa, y da lo mismo si es un 2, un 3,5 o un 5%; no solo es la cantidad, es el para qué.

Las instituciones españolas, incluidas las valencianas, desde el jefe del Estado hasta el último ayuntamiento, no han invertido en las infraestructuras hidráulicas que hubiesen evitado muchas muertes en la DANA del pasado mes de octubre. En pandemia se hubiesen evitado miles de muertes si se hubiese ido incrementando el gasto en Sanidad, en lugar de lo contrario, por ejemplo: en Madrid no se hubiesen colapsado las urgencias o se habría podido medicalizar las residencias de mayores. Desde hace décadas se dejó de construir vivienda pública, y ahora hay millones de jóvenes que ven frustrado su derecho a la emancipación. Y así podríamos citar otros ejemplos que evidencian que las prioridades de los pueblos van por un lado y las de las instituciones por otro. Nunca es el momento de invertir en la necesidades y prioridades de la mayoría de la sociedad, para eso nunca hay dinero. Pero ahora, de repente, hay que destinar a la industria de la muerte 800.000 millones de euros, mientras se escatima para la Salud, la Educación, las Pensiones o la Vivienda.

El trampantojo es que nos venden el miedo a la guerra la urgente necesidad de rearmarnos, cuando en realidad se trata de seguir los dictados de las administraciones estadounidenses, incluida la actual.

El Gobierno de coalición, con sus dos cabezas visibles: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, podría actuar de otra manera. Por ejemplo, en la estela de Zapatero, cuando nos sacó de la guerra de Irak repatriando de inmediato a las tropas destinadas sobre el terreno y negarse al incremento del gasto militar. Ese esfuerzo en el gasto bien podría dedicarse a la sanidad, la enseñanza pública, la construcción de viviendas, la inversión en infraestructuras, la subida de las pensiones… El mejor antídoto democrático frente a la ola reaccionaria y de extrema derecha, sería convertirse en adalid de la paz ante los pueblos de Europa. Son muchos los socialistas -con o sin carné- que esperarían algo así, y no que se convierta en un vasallo más de los planes de guerra de Trump.

El Partido Socialista, y todas las organizaciones políticas y sindicales que se reclaman de la defensa de los trabajadores y la mayoría social, deberían abrir este debate entre sus bases y en el conjunto de la sociedad, pues es debatiendo como se forma y madura una sociedad libre.

El conocimiento es un arma necesaria para evitar la manipulación.

El Comité de Redacción

Entrevista: Enrique Vega Fernández

Enrique Vega Fernández es Coronel de Infantería retirado. Diplomado en Operaciones Especiales, Paracaidismo y Buceo. Diplomado del Estado Mayor y del Colegio de la OTAN. Fue Mando de compañía y regimiento. Ha participado en operaciones de paz de la ONU y la OTAN en Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Mozambique, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo.

Licenciado en Psicología y doctor en Paz y Seguridad Internacional (IUGM, UNED) con la tesis doctoral “Los conflictos armados del cambio de milenio”. Profesor de Gestión de Crisis y Resolución de Conflictos en el IUGM.

Autor de “Los conflictos armados del neoliberalismo”; “Protección Civil y Fuerzas Armadas: la Unidad Militar de Emergencias”; “Operaciones militares de gestión de crisis. Tipos, evolución y características”; “La Unión Europea frente a las catástrofes. ¿Es factible una unidad multinacional europea para emergencias?”; y “Somalia. Otras publicaciones colectivas y artículos en medios de comunicación”.

Pregunta: Detrás de la guerra que comenzó en Ucrania en febrero de 2022 hay tres elementos, al menos: el avance de las OTAN hacia el Este, la decisión de la UE de no depender de la energía rusa (gas y petróleo), y la tendencia expansionista de Putin hacia las antiguas federaciones de la extinta URSS ¿Cuál de ellos piensas que pesó más en el estallido del conflicto?

Creo que en este conflicto más que “el peso” de cada elemento, lo que nos puede aclarar los acontecimientos es la cronología. De los tres elementos, el primero es el avance de la OTAN hacia el este, hacia las fronteras rusas, a pesar del acuerdo (informal, pero firmado) con Gorbachov en 1991. Como consecuencia, cuando este avance puede llegar a Ucrania (Decisión de la Cumbre de la OTAN de Bucarest de 2008 de admitir a Ucrania y Georgia en la OTAN), es cuando Rusia considera que se ha traspasado un límite, para ella inaceptable, debido a las circunstancias especiales de Ucrania y en 2014 (ocupación de Crimea) y 2022 (invasión de Ucrania) decide saltarse el Derecho Internacional. El caso especial de Ucrania es que no era un miembro más del antiguo Pacto de Varsovia como otros muchos países eurorientales que se habían incorporado a la OTAN, sino República de la propia URSS, como lo eran los países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania (miembros de la OTAN desde 2004), que encierran por el norte a Rusia (y Bielorrusia), como lo hace Ucrania por el sur. La decisión de la UE de no depender de la energía rusa es evidentemente consecuencia directa de la invasión rusa de Ucrania en 2022.

Pregunta: Se está hablando de rearme, aunque es un término que no es confortable para todos. Desde un punto de vista profesional, militar, ¿lo que las instituciones europeas están planteando es un rearme?

Según la RAE, rearme es la política consistente en el incremento del armamento disponible por un Estado. Luego en un sentido puramente gramatical, lo que la Comisión Europea está proponiendo es un rearme. Otra cosa es que se lo quiera adornar con otras expresiones, debido a aquello de lo políticamente correcto, introduciendo propuestas y acciones que no corresponden exactamente al ámbito militar y, por lo tanto, del “rearme”.

En su reciente borrador de Estrategia de la Preparación de la Unión Europea se citan como riesgos a compensar por la Unión Europea expresiones cómo: ”agresiones armadas a uno o varios países europeos” y entre las “acciones clave” a llevar a cabo se habla de “maniobras militares conjuntas y cursos especializados para jóvenes y adultos” (quizás como compensación a la no existencia de servicio militar obligatorio).

Por otra parte, se habla de desplegar fuerzas europeas en misión de interposición en Ucrania (con respaldo estadounidense) por si Rusia volviese a atacar tras la tregua o alto el fuego que se pudiese alcanzar, es decir, fuerzas europeas lo suficientemente dotadas para como poder enfrentarse a una posible continuación de la agresión rusa, y se empiezan a dar cifras de gasto en armamento. Puede no llamársele rearme, pero lo es.

Pregunta: La OTAN cuenta con 37 bases militares distribuidas por Europa. Si son todas como las dos que tiene en España: Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla), ¿es correcto hablar de Bases de la OTAN, o es una etiqueta para no decir que son bases de los Estados Unidos?

Es una disquisición más formal que realista. La inmensa mayoría de las Bases desplegadas en Europa con personal y efectivos estadounidenses, lo están bajo la rúbrica OTAN, pero, como cualquier otro país, las puede utilizar para aplicarlas en misiones u operaciones pura y exclusivamente estadounidenses. Esto, en realidad, quiere decir, que las instalaciones de la OTAN pueden servir a intereses u operaciones exclusivamente estadounidenses o de cualquier otro país si se diese el caso.

Pregunta: Está resurgiendo, aunque los medios de comunicación lo presenten como algo minoritario, el rechazo a la pertenencia a la OTAN, ¿ves factible que España abandone esa estructura militar?

Posible indudablemente es. Es un problema de decisión política. Tanto salirse de la Organización (OTAN) como del Tratado que la sustenta (Tratado del Atlántico Norte, TAN), que no son lo mismo. Pero que sea posible, no quiere decir que sea fácil, debido a las presiones que se sufrirían de ciertas ideologías y fuerzas políticas españolas -me temo que no precisamente minoritarias- y de otros países (del actual Estados Unidos podrían ser incluso amenazas) de la Unión Europea, a lo peor también de forma mayoritaria.

La salida de la OTAN (no necesariamente del TAN), tal como están las cosas, empieza a ser, bajo mi humilde punto de vista, indispensable para los países de la Unión Europea, si de verdad ésta quiere llegar a alcanzar una cierta autonomía estratégica y operativa.

La Unión Europea dispone ya en estos momentos de esbozos para suplir la “organización” de la OTAN: las Políticas Exterior y de Seguridad Común (PESC) y Europea de Seguridad y Defensa (PESD), el Estado Mayor de la Unión Europea (EMUE), la Brújula Europea, etc., todos ellos, en estos momentos, estratégicamente “subordinados” a sus homónimos de la OTAN por deseo y decisión de nuestros propios Gobiernos. Sería conveniente que se le empezara a dar a esta estructura absoluta prioridad sobre la estructura OTAN (la O de OTAN) en base a una “estrategia UE diferenciada de la hegemónica y expansionista EEUU/OTAN”. Con la suficiente claridad de miras de entender el “factor tiempo”: no es posible en menos de ocho o diez años, y de entender el “factor geopolítico”: Rusia es un país europeo más, como nos muestra la historia europea, y sólo es rival de Estados Unidos (ahora enmascarado con vistas a neutralizar en lo posible su “coincidencia de puntos de vista” con su auténtico rival, China).

Pregunta: En su investidura, Trump anunció que retoma el proceso de retirada de los USA de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en distintas ocasiones ha amenazado con abandonar la OTAN ¿Tiene sentido la Alianza Atlántica sin los USA?

Ojalá Estados Unidos abandonara la OTAN, pero no creo que lo haga. El refuerzo geopolítico, político y militar que le proporcionan los demás países de la OTAN es de gran importancia para Estados Unidos. Lo que le interesa a Estados Unidos, quizás amenazando con salirse y exigiendo mayor contribución financiera (el célebre 5% del PIB en los presupuestos de Defensa), es “disciplinar” al resto de países OTAN para que sigan ejerciendo de “auxiliares obedientes” en sus aspiraciones de hegemonía y expansionismo.

Pregunta: Uno de los grandes pesos que contribuyó al hundimiento de la URSS fue la carrera armamentística que entabló con los USA, ¿no supondrá el incremento de los presupuestos en defensa, y entrar en esa lógica, una trampa mortal para la UE?

Es difícil, para mí, predecir algo tan complejo. Mi esquema sería. Creo que es conveniente el desenganche de los países europeos de la OTAN. Será mucho más fácil si se hace de una forma conjunta, progresiva (sin prisas) y continuada (sin pausas). Pero es fundamental tener claro el “para qué” queremos autonomía geopolítica, estratégica y operativa, vistas especialmente desde el punto de vista militar y de seguridad en el que creo que se centra esta conversación. Un “para qué” que indudablemente no puede dejar de tener en cuenta las “necesidades sociales y económicas” de cada país y del conjunto de Europa. Esta es la dificultad del imprescindible “para qué” previo. Creo que ayudaría dejar de considerar a Rusia como “necesariamente” enemigo y agresor y considerarlo como un país europeo más con el que se debe volver a negociar y comerciar sin vetos ni sanciones. El caso ucraniano, como ya he comentado, es muy singular, no extensible al resto de Europa.

Pregunta: Según datos de la Agencia Europea de Defensa, en 2024, el conjunto de los países de la UE, gastaron en Defensa 326.000 millones de euros, frente a los 149.000 de 2005 (un incremento del 119%). Mientras que Rusia, en 2024, tuvo un gasto militar de 111.000 millones de euros ¿Piensas que Europa necesita incrementar sus presupuestos militares en la medida que se está planteando?

Cada vez se oyen más voces recordando que el verdadero problema no es gastar más o menos, sino gastar mejor, y añado, gastando “para qué”. En roman paladino, si se acaba con la subordinación de las estructuras militares y de seguridad europeas a las de la OTAN, concebidas para mantener e incrementar en lo posible el hegemonismo y el expansionismo de Estados Unidos, y rechazando enemigos históricos a priori. Si, a pesar de tener estas consideraciones en cuenta, se llega a la conclusión de que hay que incrementar los presupuestos de Defensa, creo que se deberían incrementar, sin dejar de tener en cuenta otras necesidades quizás más perentorias, pero Europa, los países europeos, son en general relativamente “ricos”. Tampoco magnifiquemos el peligro de gastar algo más en defensa, si se demuestra que es conveniente. Desgraciadamente, en el mundo de relaciones internacionales que nos ha tocado vivir, la potencia militar es un factor decisivo. Por eso es tan importante el “para qué” la queremos, del que se derivarán “el cómo”, “el cuánto” y “el cuándo”.

Pregunta: Por último, ¿No crees que la UE está sobrevalorando a Rusia como enemigo a la vez que minusvalorando los riesgos de desestabilización que para Europa supone el genocidio que Netanyahu está cometiendo en Palestina?

Respecto a la primera parte de la pregunta, creo que está contestada en las respuestas anteriores. En cuanto a la segunda, lo primero que se me ocurre decir en relación al genocidio de Palestina es que la postura de la Unión Europea y de los países europeos me parece vergonzosa y cobarde.

Vergonzosa y cobarde porque, como también creo que ya he dicho, las posturas geopolíticas europeas actuales son simples “auxiliares” y “subordinadas” de la estadounidense. Aunque se nos llene la boca constantemente de ser “los defensores de la democracia y los derechos humanos en el mundo”. ¿En Palestina también?

Rompamos ese lazo de subordinación (saliéndonos de la OTAN) y tengamos nuestras propias políticas de seguridad y defensa (complementarias de las de Estados Unidos, si se quiere y cuando corresponda, pero independientes). Este es el indispensable “para qué”, al que ya he aludido varias veces. Porque el “para qué” que oigo y leo ni me convence ni le auguro unos resultados satisfactorios.


El rector de la UNED condecora al coronel Enrique Vega Fernández
Roberto Tornamira Sánchez, para Tribuna Socialista

Europa humillada

Europa -desde Tarifa a los montes Urales- es una pequeña península del gran continente euroasiático: una realidad material ineludible para cualquier proyecto político de largo alcance, con posibilidades razonables de éxito; como supo anticipar, con indudable visión estratégica, el general De Gaulle.

Necesitamos una Unión Europea capaz de fundamentar su estrategia en su evidente realidad continental; de lo contrario, tenderá a desgarrarse como consecuencia de sus contradicciones internas, focalizadas por su humillante subordinación al imperialismo USA, que la desprecia.

Europa es cuna de civilización, patria de la Ilustración y de la Revolución francesa, que nos legó los derechos del hombre y los valores de libertad, igualdad, fraternidad. Abrió el camino a la revolución industrial y cruzó el Atlántico llevando en su mochila la racionalidad del método científico. Más adelante, la Revolución rusa, liderada por Lenin e impulsada por el movimiento obrero, puso en práctica la ciencia política basada en los escritos del genial judío alemán Carlos Marx, que dio lugar a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, hoy extinta.

Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que, en cuatro décadas, logró sacar de la miseria y la ignorancia a decenas de millones de personas, transformando al pueblo ruso en uno de los más cultos y avanzados del planeta.

Rusia puso en órbita el primer satélite artificial de la historia en 1957 y en la primavera de 1961 llevó al primer hombre al espacio, Yuri Gagarin; astronauta que, desde su atalaya en el cosmos, contempló estremecido la inmensa soledad del Universo, y nos informó cabalmente de que allí no había ningún Dios. Lo recuerdo bien porque en aquella primavera del 61 yo tenía 17 años y era alumno de primer curso en la Escuela Naval de Marín, con las inquietudes propias de mi generación.

También por aquellos días, como el sediento va a la fuente, recurrí insaciable a mis lecturas para dar respuesta a los interrogantes que mi percepción de joven adolescente se planteaba: de dónde venimos y hacia dónde vamos. Y aplaqué en parte mi sed de conocimiento en un libro de historia natural escrito por Charles Darwin, “El origen de las especies”. Y en los versos del poeta Miguel Hernández, “Vientos del pueblo me llevan”, obtuve una respuesta certera a mis inquietudes: vamos de la vida a la nada.

Dos años después, en el verano del 63, Valentina Tereshcova se convertía en la primera mujer cosmonauta de la historia de la Humanidad. Lo recuerdo vivamente, porque en aquellos días conocí en Pontevedra a mi futura compañera de lucha, Rosa, una joven adolescente de 16 años, hoy madre de mis seis hijos, abuela de mis doce nietos y bisabuela de mi bisnieto Senda.

Rosa, mi compañera (1964)

Un año antes, en octubre de 1962, se producía la “crisis de los misiles”, cuando los despliegues estadounidenses en Italia y Turquía fueron respondidos por los despliegues soviéticos en Cuba, lo que llevó a la Humanidad al borde del abismo. La URSS retiró finalmente sus misiles, a fin de evitar una conflagración nuclear.

Extinta la antigua Unión Soviética en 1991, el imperialismo USA dominó la esfera internacional, impulsando la expansión de la OTAN hacia el Este de Europa, lo que incrementó peligrosamente la tensión, alcanzando un punto de ruptura con el golpe del Maidán, seguido de la persecución y asesinato de parte de la población rusófona de Ucrania.

La pretensión del presidente Zelensky de llevar la OTAN hasta las fronteras de la Federación de Rusia fue la gota que colmó el vaso.

En efecto, de haberse llevado a cabo tal pretensión, Rusia hubiese quedado al alcance de misiles nucleares hipersónicos, con tiempos de vuelo hacia Moscú de menos de 15 minutos, desestabilizando de ese modo el equilibrio estratégico, conocido como Destrucción Mutua Asegurada (DMA). Esa explosiva contradicción dio lugar a la “operación militar especial”, ordenada por el presidente Putin, que desencadenó la guerra de Ucrania.

Ante ese panorama desolador resulta indignante el recuerdo del “banderista” presidente Zelensky, admirador del colaboracionista nazi Stepán Bandera, aplaudido en pie por la inmensa mayoría de los representantes de la “soberanía europea”, hoy humillada por el “gran hermano” americano.

La humillante situación actual es evidente, los USA exigen ahora el final de la guerra de Ucrania y pretenden:

  • Que Ucrania pierda el 20 % de su territorio.
  • Que Ucrania ceda a los USA, para su explotación en exclusiva, la riqueza minera en tierras raras, elementos clave para la producción de nuevas tecnologías, en particular de microchips.
  • Que la Unión Europea asuma los costes de la guerra, en particular el coste económico de la reconstrucción.
  • Que la Unión Europea envíe tropas permanentes a Ucrania, que no estarían cubiertas por el artículo 5 de la OTAN: “las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas (…)”.

Esto último significaría el relevo del averiado ariete llamado “Ucrania” por el nuevo y más potente ariete llamado “Unión Europea”. Aunque, eso sí, sin la cobertura del citado artículo 5. Lo que posibilitaría a los USA instrumentalizar a la UE contra la Federación de Rusia, sin correr el riesgo de estar obligada a implicarse directamente en una posible guerra, que arrasaría Europa.

En efecto, no serían los USA quienes estarían en guerra con Rusia, sino la Unión Europea, incluida Ucrania; es decir, nuestros hijos y nietos, que serían carne de cañón de intereses foráneos.

La Unión Europea debe liberarse del humillante y peligroso vasallaje, haciendo avanzar un proceso constituyente capaz de dotar a la Unión Europea de una estructura federal, auténticamente democrática. Creada la base democrática de su unidad federal, lo demás se dará por añadidura; en particular, una industria pública de defensa, junto a una defensa unificada más eficaz y menos costosa, con capacidad de disuasión militar multi horizonte, potenciada por su enorme capacidad económica, cultural, científica y tecnológica.

Solo así será posible conjurar el peligro que para Europa representa la nueva oligarquía tecno-fascista que, amenazante, vocifera desde la otra orilla del Atlántico.

Manuel Ruiz Robles
Capitán de Navío (r) de la Armada.
Fue miembro de la autodisuelta
Unión Militar Democrática (UMD).

Se cumplen tres años de guerra en Ucrania


Declaración de la Asociación Trabajo y Democracia “ASTRADE”

No se trata de celebrar ni rememorar. Nuestra intención es la de volver a tomar posición sobre una guerra que fue impuesta, por los mismos que ahora pretenden imponer la paz a Ucrania, incluso sin contar con ella, y cobrándole a un alto precio la ayuda recibida y haciendo negocio también con la reconstrucción.

En nuestra participación en el Comité para la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP), venimos compartiendo el rechazo a esta guerra bajo el lema “Ni Putin ni OTAN”. En estos tres años nos hemos sumado a manifiestos contrarios a la guerra en general y a esta en concreto, hemos participado en actos y, en Tribuna Socialista, se han publicado editoriales y artículos argumentando nuestra posición. En los debates públicos y en los comentarios en redes hemos escuchado cosas como que teníamos una posición de equidistancia. No somos equidistantes. Nos situamos con el pueblo ruso y el pueblo ucraniano que rechazan esta guerra. Nos oponemos a tomar partido por la oligarquía rusa que defiende Putin o por los intereses de las multinacionales de la energía que defienden Trump, Zelensky y la Comisión Europea.

Suponemos que hoy, viendo la jugada de los USA y la salida que quiere darle al conflicto, es más fácil entender que no es lo mismo equidistancia ante una situación de guerra que el rechazo a unos y otros.

También hemos recibido opiniones de quienes tomaban partido: unos, en pro de Putin, manteniendo que es continuador de la Revolución de 1917 y, por ende, que poco menos que pretende reconstituir la URSS. Otros en contra, con un argumento similar, que Putin representa el neo comunismo y que quiere invadir Europa y que Ucrania es un primer paso.

“Ni Putin ni OTAN” significa que no asumimos la propaganda, ni de unos ni de otros; conscientes de que la primera víctima de la guerra es la verdad.

Se acaba de cumplir un mes de la toma de posesión de Trump como presidente de los Estados Unidos. Treinta días en los que la ola de exabruptos y provocaciones pretende establecer una ceguera colectiva, de hecho, para eso es la polvareda. Sin embargo, hay cosas que se ven claras, a poco que nos fijemos. Una es que Trump es continuador de las administraciones estadounidenses que le han precedido. Veamos.

Trump no es el iniciador en la presión a los países miembros de la OTAN para que incrementen sus presupuestos en Defensa. Fue Obama, en abril de 2016, en una reunión que mantuvo con Ángela Merkel, en Hannover (Alemania), previa y preparatoria de la cumbre de la OTAN de aquel año, cuando fijó el objetivo de destinar el 2% del PIB para gastos militares. Con esto no pretendemos blanquear a Trump ni ofender a Obama, sencillamente queremos establecer que esto es una estrategia del aparato de Estado de los USA, independientemente de quién ocupe la Casa Blanca.

Esto sería lo de menos, pues cada nación tiene el derecho, o debería tenerlo, a organizar sus presupuestos como mejor convenga a las necesidades y prioridades de su pueblo. La cuestión que nos debemos plantear es ¿por qué Estados Unidos propone esto?, al margen de que Obama y Biden lo proponían con palabras educadas y Trump lo exige con chantajes incluidos.

No obstante, no podemos dejar pasar que elevar del 2 al 3% la partida en Defensa significa para el Estado español destinar 48.000 millones de euros a gastos militares, y que de hacer caso al incremento del 5% que propone el actual Secretario General de la OTAN, portavoceando los deseos de Trump, sería destinar 80.000 millones de euros cada año. Dinero que habría que restar de los ya de por sí recortados presupuestos de Sanidad, Educación, Pensiones y Dependencia.

Para no quedarnos en meras opiniones, establezcamos algunos datos que nos pueden ayudar a entenderlo:

En junio de 2007 del Real Instituto El Cano, informaba que las importaciones de gas ruso de los países de Europa, variaba entre el 15% y el 50%:

– Un 15%: Bélgica, Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Portugal, España, Suecia, Suiza y Gran Bretaña.

– Entre un 20 y un 40%: Francia (23,5%), Italia (31,7%) y Alemania (40,3%).

– Más de un 50%: Austria, la República Checa, Grecia, Hungría, Polonia, Rumania, Eslovenia y Turquía.

En agosto de 2016, el Observatorio Económico del BBVA para los Estados Unidos, emitía un informe de “Análisis Sectorial”, en el que decía:

Esta situación está provocando que los exportadores estadounidenses diversifiquen y busquen más allá de los mercados asiáticos. En este contexto, Europa se ve como una alternativa viable, dado el tamaño de su mercado, interés en la diversificación y su relativamente bien distribuido sistema de terminales de importación. En 2014, el gas natural suministró 21% del total de las necesidades energéticas de los 28 países de la UE. Cerca del 66% del consumo interno tuvo que importarse y ocho países europeos importaron el 100% del gas consumido. Asimismo, existían 23 terminales de importación en el continente con una capacidad de procesamiento de 7.1 Tcf. Estas terminales operan con una capacidad muy baja (25% en 2014), lo que sugiere que existe margen para absorber el GNL estadounidense”.

A cierre de 2023, la situación ya se había dado la vuelta. Las compras de gas ruso de los países europeos, en los dos primeros años del conflicto cayeron al 8%, en promedio. Mientras que las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) desde Estados Unidos pasaron del 18,9% de 2021 al 56,2% de 2023 (Fuente: Comisión Europea a partir de ENTSO-G y Refinitiv). -a pesar de ser extraído por la técnica del “Fraking”, recordemos el “drill baby, drill” de Trump- triplicándose en estos últimos tres años. A esto hay que añadir que el gas estadounidense se ha comprado un 40% más caro que el gas ruso, siendo en buena medida lo que inició la ola inflacionaria que ha afectado a todos los países del continente europeo desde el inicio de las hostilidades, lo que por ha provocado la grave crisis que sufre la industria alemana, con repercusiones en toda Europa.

Más allá de lo que nos cuentan las partes interesadas, lo que es evidente es que la confrontación por el suministro de GNL y petróleo a Europa viene planificándose desde hace años. Las tremendas inversiones de los EE.UU., en las infraestructuras portuarias que hacen posible el transporte de Gas licuado a Europa no se han hecho en dos días. Y parece obvio que a Putin y a los oligarcas que él protege, lo que les preocupa es la pérdida de ese mercado, y no tanto la apropiación de territorio ucraniano.

Desde que comenzó el conflicto, la UE ha facilitado más de 134.000 millones de euros a Ucrania https://www.consilium.europa.eu/es/policies/eu-solidarity-ukraine/#economic Estados Unidos por su parte, por las cifras que aportó Zelensky el 19 de febrero, ha aportado unos 66.000 millones de dólares en ayuda militar. Las cifras de gasto en GNL que dan las webs de los principales operadores, dicen que EE.UU., facturó unos 44.000 millones de euros a la UE en 2024. Es decir, que en tan solo un ejercicio y medio la Administración estadounidense ha amortizado su “inversión”.

Estos son los datos de los negocios, al servicio de los cuales está la política. El problema es que, como dijo Clausewitz: “La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas por otros medios”.

El problema para la humanidad y para la democracia es que la guerra, y por tanto esta política, tiene consecuencias nefastas para los pueblos y las personas que los componemos: Se habla de un millón de muertos entre ambos bandos, algún día sobremos las cifras concretas. A ello hay que sumar los millones de desplazados de sus hogares, dentro y fuera del territorio en conflicto. Y no podemos olvidar que esta guerra ha desatado una guerra social, a base de especulación de precios, que está empobreciendo a las sociedades europeas. Además de la desestabilización política que sufren países como Alemania, sin duda, producto de toda esta situación.

Los datos ayudan a entender el shock que ha supuesto para las instituciones europeas que Trump pretenda dar carpetazo a la Guerra, dejando fuera a quien acató las órdenes de los USA, dictadas a través de la OTAN,; a los gobiernos europeos que se han mostrado sumisos al imperialismo estadounidense y han colaborado alimentando la guerra. Y por supuesto se entiende el disloque que sufre Zelensky, al que se le pretende imponer una paz leonina.

Para Putin, la propuesta de Trump es una salida a una guerra que se le está atragantando; consigue territorio, aunque no fuese su prioridad, salva, de momento, que la OTAN se asume a su frontera oeste, y se frota las manos con la guerra arancelaria que abre Trump.

Lo único positivo de la situación actual es la posibilidad cierta de que acabe la guerra y con ello que se ponga fin a la barbarie que está desangrando a la juventud rusa y ucraniana.

Nos reafirmamos:

“Ni Putin ni OTAN”, “Ni Trump ni Putin”,

“No a la Guerra”.

La Junta Directiva
24 de febrero de 2025

Editorial: Tiempos convulsos

Mapa de guerra y conflictos armados en curso en 2024. Fuente: wikipedia

Vivimos tiempos convulsos, más de lo que la sociedad percibe; probablemente porque problemas inmediatos como la necesidad de vivienda, las dificultades para llegar a fin de mes, la intranquilidad por la espera en la atención sanitaria cuando se está enfermo o la educación de los hijos e hijas, junto a la desinformación de los medios de comunicación de masas, nos impide valorar en sus justos términos lo que está ocurriendo en el contexto internacional.

Los problemas más inmediatos de nuestra sociedad y la desinformación de los medios nos impide valorar lo que está ocurriendo en el contexto internacional

En febrero del año próximo se cumplen tres años de la guerra que mantienen Ucrania y Rusia, desde que en febrero de 2022 el ejército de Putin ocupara el Este de Ucrania. Un conflicto en el que la OTAN, comandada por los EE.UU., ha involucrado a las naciones de Europa en una espiral de incremento de los presupuestos para armamento, alimentando una guerra que amenaza con extenderse a todo el continente.

Se cumplen 3 años de la guerra de Ucrania. Un conflicto que ha disparado el incremento de los presupuestos de armamento en toda Europa

En paralelo, se ha desatado una ola inflacionaria que ha reducido profundamente la capacidad adquisitiva de salarios y pensiones que está provocando pobreza:

  • En el XIV (2024) informe elaborado por la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, se detalla que el 35,8% de los pensionistas en nuestro país está en riesgo de pobreza o exclusión social. Y el 14,3% están por debajo del umbral de la pobreza severa. La tasa de pobreza o exclusión social para el conjunto de la población se ha situado en el presente año en el 26,5%, o lo que es lo mismo, 12,7 millones de personas están al borde de la pobreza y la exclusión. Entre los y las asalariadas, son 3 millones los que viven en riesgo de pobreza o exclusión, a pesar de tener un empleo.

En España, 12,7 millones de personas están al borde de la pobreza y exclusión social, incluyendo pensionistas, desempleados y 3 millones de asalariados

El 7 de octubre se ha cumplido un año de la incursión de Hamas en los territorios ocupados por Israel, que se saldó con más de 1200 muertos y 250 rehenes. A lo que el Gobierno de Netanyahu respondió con el inicio de una masacre que, de momento, ha segado la vida de más de 42.500 personas, casi 100.000 heridos y 21.000 desaparecidos, muy probablemente muertos bajo los escombros. Una masacre genocida que ha matado a más niños y niñas que a adultos, una barbarie que principalmente ha asesinado a más civiles que a hombres armados, incluidos algunos de los propios israelíes que se encontraban en manos de Hamas.

Tanto de la guerra que se mantiene abierta en suelo europeo como de la guerra que el Gobierno de Israel está extendiendo en Oriente Medio, no se dan cifras de soldados muertos; se habla de cientos de miles de muertos en ambos frentes en Ucrania/Rusia y no hay cifras fidedignas sobre bajas en el ejército israelí. Los gobiernos tomaron nota del efecto social de los casi 60.000 ataúdes que llegaron a los Estados Unidos procedentes de Vietnán, por ello niegan el dato a su opinión pública. De lo que no cabe duda es de que está habiendo una sangría de jóvenes, en todos los bandos.

Israel ha matado a más niños palestinos que a adultos y a más civiles que a miembros de Hamás

Llevamos un año soportando que EE.UU., y la UE hablen del derecho de Israel a defenderse. Y toda crítica es señalada desde Israel como antisemita. Pues bien, exterminar a una población por razón de su raza, etnia, religión o su política, no es defenderse, es un Genocidio. Y no se debe confundir, como maliciosamente hace el Gobierno de Netanyahu, antisemitismo con antisionismo. El pueblo judío es víctima también de la política fascista de su Gobierno. No celebramos lo ocurrido el 7 de octubre en el ataque a los kibutz, pero no podemos olvidar que es la consecuencia de 76 años de ocupación ilegal del territorio palestino, exilio, cárcel y asesinatos por parte del Estado de Israel, desoyendo múltiples resoluciones de la ONU. El apoyo incondicional que le dan los EE.UU., ha llevado a Israel incluso a acosar las posiciones de los cascos azules en el sur de Líbano, una actitud, la de los USA e Israel, que deja a la ONU como un pelele.

No se debe confundir antisionismo con antisemitismo. El pueblo judío también es víctima de la política fascista de Netanyahu

Potencialmente, no es menos grave la tensión militar que se vive en la región del Indo-pacífico. Un conflicto militar latente, repleto de incidentes que puede hacer estallar el conflicto entre la primera y la tercera potencia militar del planeta, según el ranking que el portal especializado Global Fire Power elabora anualmente.

En anteriores editoriales y artículos ya hemos abordado el origen no visible de estos conflictos: la economía y la geoestrategia en función de las vías de distribución de la energía.

  • La misma trastienda está tras las migraciones, que sí son un problema visible para la ciudadanía; otra cuestión es la percepción distorsionada que se le está dando al problema, pues las personas que abandonan sus países no lo hacen por gusto, lo hacen forzadas por situaciones de guerra, hambre y/o persecución. Migran a la desesperada, sabiendo que el viaje hacia un lugar mejor les puede costar la vida. Solo en el primer semestre de este año, 600 inmigrantes han muerto o desaparecido en la ruta del Atlántico y el Mediterráneo occidental.

En el orígen de todos los conflictos hay cuestiones geoestratégica relacionadas con la explotación, el control y la distribución de los recursos naturales, incluída la energía, causando además de muertes, millones de desplazados y migrantes

Tomemos Sudán como ejemplo:

  • La ONU, a través de su Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de abril de este año, 20.000 personas abandonan diariamente Sudan, en conflicto desde 2023, el 53% de ellas menores de 18 años.

Los inmigrantes que llegan a los países europeos son señalados por la derecha y la extrema derecha como “muertos de hambre que vienen a quitar el trabajo a los italianos, alemanes, españoles, franceses…” Pero en realidad, son víctimas de las políticas deshumanizadoras que aplican nuestros propios estados.

No debemos olvidar la historia colonial de las potencias europeas en África, colonialismo que no terminó con la independencia de esos países pues al colonialismo político le sucedió un colonialismo económico que hoy pervives. Sudan fue colonia de Francia hasta 1960. Las antiguas colonias francesas en África: como Mauritania, Sudan, Mali, Costa de Marfil, Niger o Senegal, continúan siendo suministradores de materias primas para Francia: uranio de Niger, resinas de Sudan, oro de Mali, aceite de palma y azúcar de Mauritania o cacao y petróleo de Costa de Marfil.

A los colonialismos políticos del SXIX y XX les han seguido los colonialismos económicos para la expoliación de los recursos naturales

Ahora, la Comisión Europea, liderada por Úrsula von der Leyen, y muchos gobiernos de la UE, se acercan a las políticas fascistoides del Gobierno italiano, consistentes en recluir en centros de detención a los inmigrantes, en terceros países. Arremeten contra las víctimas en lugar de auditar si el comercio de nuestras naciones con los países de origen se atiene a un comercio justo o les continuamos expoliando como en el siglo XIX.

Nuestro país no es ajeno a lo que ocurre. El Gobierno emite criterios contradictorios: está muy bien clamar contra la guerra, pero eso choca frontalmente con seguir alimentando la guerra, enviando armas y dinero y aumentando la presencia militar estadounidense en nuestro territorio -en la mañana del día 16 de octubre atracó en la base naval de Rota (Cádiz) el quinto destructor estadounidense, el “USS Oscar Austin”. Los cuatro anteriores llegaron entre 2014 y 2015. Un sexto destructor llegará en 2026-. Está bien afear lo que está haciendo Netanyahu y reconocer al Estado palestino, pero se contradice con el mantenimiento de relaciones diplomáticas y económicas con Israel.

Afear lo que está haciendo Netanyahu y reconocer al Estado palestino se contradice con el mantenimiento de relaciones diplomáticas y económicas con Israel

Tampoco somos ajenos al empuje de la extrema derecha. Nuestro Gobierno está prácticamente solo resistiendo contra el giro filofascista que se está produciendo en el seno de la UE ante la inmigración. Y sufrimos un intento tras otro de derrocamiento del gobierno desde que una Moción de Censura sacó al Gobierno de Rajoy de La Moncloa en 2018, y desde el día siguiente a las elecciones generales del 23 de julio de 2023. La última está siendo el intento togado dirigido contra el Fiscal General del Estado, con el acompañamiento mediático habitual y el guarreo político en las instituciones, con un clamoroso silencio de La Corona, tan aguerrida ella en el discurso del 3 de octubre de 2017 contra el referéndum en Cataluña.

Ante tanta locura solo las masas sociales pueden ejercer de freno e imponer cordura. Solo la movilización masiva, en unidad y continuada en el tiempo podrá parar esta deriva. Las organizaciones de la izquierda, partidos y sindicatos, tienen la responsabilidad de organizar la movilización.

Las organizaciones de la izquierda, partidos y sindicatos, tienen la responsabilidad de organizar la movilización

Desde Tribuna Socialista apoyamos el movimiento contra la guerra y el genocidio que está tomando fuerza en Europa, por ello participamos en el movimiento internacional contra el envío de armas a Ucrania e Israel y por eso apoyamos el Encuentro que ha tenido lugar en Berlín los días 2 y 3 de noviembre.

El Comité de Redacción

EEUU e Israel transmiten en directo sus crímenes en Palestina con el silencio mundial

El imperialismo norteamericano se ha remangado y se muestra sin ningún tipo de rubor como el carnicero humano que es. Lo hace de la mano del sionismo, que no del pueblo judío. Es imprescindible iniciar el relato con esta precisión porque el sionismo europeo se esconde detrás de los mitos religiosos de Israel para justificar las atrocidades que escandalizan a todas las personas del mundo comenzando por los propios judíos. Miles de ellos participan en las acampadas universitarias a lo largo de distintos países donde se dan estas respuestas al crimen atroz con que cada día despertamos.
Estas personas se movilizan con nosotros, sufren con nosotros, denuncian a EEUU e Israel junto a nosotros y abogan por la convivencia en palestina y cualquier otro lugar con nosotros.
Del otro lado está la jauría humana. Una parte de ella son las élites de EEUU e Inglaterra siempre asociadas al gran capital sionista que los Rothschild y otros como ellos representan.

No podemos identificar el pueblo judío que clama contra la barbarie en el mundo entero, y el sionismo encarnado en Netanyahu y la familia Rothschild

Son la voracidad acaparadora como enfermedad antisocial.
Han sido educados en el Supremacismo absoluto de su Dios superior a toda creencia y a toda la Humanidad. Su Dios por supuesto, es el dólar.
Diariamente corrompen políticos, organizan bandas armadas, establecen los objetivos y mandan allá a sus perros de guerra, eufemismo de asesinos a sueldo del gran capital mundial.
Están tan seguros de su poder destructivo que ya se han retirado la última de sus caretas amables para llamar y organizar el exterminio de todo el pueblo palestino, de sus jóvenes y ancianos, de sus hombres, mujeres y niños.
Lo vemos todos los días pero nadie hace nada a excepción de otros pueblos de la zona que también pagan la osadía de desafiar al mismo Diablo con ataques recibidos en sus territorios de la mano de los hasta ahora impunes ejército y aviación israelíes.
El resto del mundo se sumerge en el dolor y el horror del espectáculo obsceno de las consecuencias de los ataques terroristas de las bandas armadas sionistas a toda persona árabe en los pueblos y ciudades que soportan esta barbaridad.
Hay que organizar manifestaciones, actos de denuncia clamando para que los que dicen representar a la humanidad sancionen y aislen a los genocidas.
Mientras eso no suceda, los servidores del gran capital mundial se seguirán creyendo intocables porque hasta ahora así ha sucedido.
Sin embargo hay que estar atentos al ruido de la hierba al crecer.

Hacen falta manifestaciones y actos de denuncia exigiendo que se sanciones y se aísle a los genocidas

EEUU e Israel han demostrado a las claras y sin rubor alguno que las empresas occidentales de alta tecnología son parte del aparato militar occidental, ora en conflictos USA, ora en el genocidio palestino.
Han demostrado que lo han hecho muy bien creando esos entramados.
El problema surge el día después de las explosiones de película que todo el mundo ha podido ver.
La reflexión común a lo largo y ancho del planeta es que los aparatos que compramos con aparente uso comunicativo y doméstico, que no solo pueden dar detalles de nuestra vida para cualquier uso ilegal o chantajista sino que además, convenientemente elaborados con cargas explosivas en su interior, revientan la casa y a quienes se encuentren en ese momento en ella.
Eso ha sucedido en Beirut. Miles de personas han sido atacadas con decenas de muertes y cientos de amputaciones.
¡ Gran trabajo, el del Mossad !.
Solo que el mundo no ha acabado en ese día y quienes se muestran como claros desafectos de la causa del Tío Sam saben que los sistemas de control y escuchas presentes en nuestros aparatos ya han reportado nuestro perfil a sus correspondientes corresponsales de control de la ciudadanía.
A deshacerse de los aparatos yanquis, de inmediato. Los controles de seguridad fueron pasados y a saber de qué manera y cuánto dinero se ha invertido en sobornos en este desgraciado episodio.
Nada será como ayer. Los productos de países OTAN aparecen como una fuente de peligro para cualquier persona en los países que EEUU trata de entrar arrasando todo lo que se oponga a su exigencia de dominación y vasallaje.
Un caso extremo de vasallaje sin lugar a dudas es el increíble estado de postración de la Unión Europea respecto a todos los aspectos a pesar del encarecimiento prohibitivo de la vida y la demanda de envíos de tropas y material militar a los conflictos de especial interés estadounidense.
Sucede con Ucrania y ahora además lleva a los países de la UE a participar de los ataques de EEUU e Inglaterra a Yemen y de desplazar barcos de guerra y tripulación especializada al Mar Rojo con la intención de impedir los ataque hutíes a los barcos de los estados de la agresión dantesca y genocida a Gaza que Netanyahu extiende a Cisjordania y Líbano.

Un caso extremo de vasallaje es el increíble estado de postración de la Unión Europea ante las órdenes de EEUU

Hay una necesidad urgente de no comprar producto alguno a las empresas señeras de la OTAN y/o representativas de la identidad productiva de los países de la agresión al pueblo de Palestina.
Y esto no solo por la solidaridad encomiable con las víctimas de este crimen colectivo contra la Humanidad llevado adelante por EEUU y sus palmeros habituales si no por la necesidad inmediata e inminente de preservar nuestra propia seguridad personal y colectiva.
Todo el planeta ha comprobado que hay empresas preparadas para asesinar a algunos de sus clientes. A quien se le asigne el papel de víctima lo decide la élite de la Cosa Nostra norteamericana en sociedad con el estado de Netanyahu.
Ya nadie está a salvo. Y urge crear un cordón sanitario que frene la sed de sangre de los que han creído que el mundo y quienes lo integramos les pertenece.
Esta es la segunda conclusión de la matanza palestina con apoyo de la ONU y todos los elementos de representación creados por USA a imagen y semejanza de sus intereses más inconfesables.
Es necesario un pacto mundial de ruptura con este tipo de mafias de inmediato.
Es evidente que no se trata de una decisión fácil. Se nos ha inducido a creer que vivimos en el mejor de los mundos posibles con la metáfora de las metáforas establecida por Borrell.
Hemos sido los afortunados moradores del Jardín fuera del contacto con las chusmas que trepan por nuestras paredes para acabar con nuestro bienestar.
No es así. El precio del engaño es el silencio más miserable y la complicidad con la más criminal de las actuaciones contra la población palestina elevando la apuesta de estos últimos más de 70 años de represión a la categoría de Solución Final emulando la denominación que Hitler dio al exterminio del pueblo judío.

Tras 70 años de represión, el genocidio israelí al pueblo palestino emula la Solución Final con que Hiltler definió el exterminio del pueblo judío

El pequeño gran pueblo palestino con su resistencia ha señalado al asesino ante toda la población mundial. Netanyahu, Biden, Trump, Khamala Harrys, todos y todas son sirvientes leales de quien arranca vidas por todo el planeta para convertir en realidad los cambios demográficos y territoriales que lleven a entregar tierras fértiles, agua, litio, coltán, alimentos de inmediato a la propiedad de los Rothschild y demás elementos que arrastran la palabra Humanidad por el fango envuelta en fango, sangre y silencios cómplices obtenidos a golpe de sobornos y prebendas para esas élites con las que los pueblos, tenemos muchas cuentas por ajustar.

Joseba Izaga, militante obrero.

Editorial: OTAN, 75 aniversario de un trampantojo

La OTAN cumple su 75 aniversario, el Tratado del Atlántico Norte firmado en Washingtonentró en vigor el 24 de agosto de 1949.

                En 1947 comenzó la “la guerra fría” entre los Estados Unidos de América (EE.UU.) y la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS). La doctrina Truman consideraba que el mundo estaba dividido en dos bloques irreconciliables, donde Estados Unidos defendía la democracia y la libertad frente a una URSS totalitaria y hostil a los valores occidentales.Por su parte, ya en 1925, Stalin había renunciado a extender la revolución socialista fuera de la URSS.

                El Artículo 1 del Tratado constituyente establece:

Las Partes se comprometen, tal y como está establecido en la Carta de las Naciones Unidas, a resolver por medios pacíficos cualquier controversia internacional en la que pudieran verse implicadas de modo que la paz y seguridad internacionales, así como la justicia, no sean puestas en peligro, y a abstenerse en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al empleo de la fuerza de cualquier forma que resulte incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas.

  • Los países fundadores fueron: Bélica, Canadá, Dinamarca, EE.UU., Francia, Gran Bretaña, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Portugal.
  • En 1952 su sumaron Grecia y Turquía.
  • En 1955 su adhirió Alemania.
  • En 1982 se incorporó España.
  • En 1999 lo hicieron Chequia, Hungría y Polonia.
  • En 2004 entraron a formar parte: Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y        Rumanía.
  • En 2009 se sumaron: Albania y Croacia
  • En 2017 se sumó Montenegro.
  • En 2020 se integró Macedonia.
  • Los dos últimos países en incorporarse han sido Finlandia, en 2023, y Suecia en este año 2024.

                España se incorporó el 30 de mayo de 1982, aunque el presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo anunció la integración de nuestro país en su discurso de investidura el 25 de febrero de 1981, 48 horas después del intento de golpe de Estado “el 23-F”. Tras la victoria electoral del PSOE en octubre de 1982 la movilización social contra la pertenencia de nuestro país a la OTAN forzó la apertura de un periodo de reflexión. El PSOE pasó del “OTAN, de entrada No” en campaña electoral a “Sí a la permanencia” tras el triunfo en las urnas. La reflexión desembocó en el Referendum del 12 de marzo de 1986.Hay que recordar que el Referendum tuvo una abstención del 41% y que Felipe González presionó con el Sí a la OTAN o su dimisión. El resultado fue de un 59% de los votos a favor del SI y un 43% a favor del NO.

                Estos son los antecedentes, ahora veamos la actualidad.

                Es interesante el ejercicio de tomar un mapa de Europa para ver la adhesión cronológica de los actuales 32 miembros. El resultado es un avance de la OTAN hacia el este de Europa hasta alcanzar la frontera occidental con Rusia. El Artº 1 de Tratado constituyente dice“…abstenerse en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza…”pero no parece que se cumpla este propósito, pues el hecho de que una estructura militar avance hacia las fronteras de un país que viene de una confrontación de décadas,habría que ser empáticamente incapaz para no ver en elloninguna amenaza.

                La constitución de la OTAN estuvo lugar en un mundo que hoy no existe: la confrontación de dos bloques que se lanzaron a una carrera armamentística y nuclear, acelerada por los brutales resultados del bombardeo de Horoshima y Nagasaki, por parte de los EE.UU., en 1945.

                El proceso de avance de la OTAN hacía el este ha desembocado en una guerra en Ucrania. Se ha explicado en otras editoriales de Tribuna Socialista y en distintos artículos de nuestros colaboradores, con datos, quela guerra en Ucrania es un conflicto armado en el que se disputa el control del abastecimiento energético de Europa: gas y petróleo principalmente.  Básicamente, Rusia ha pasado de suministrar el 40% del Gas Natural Licuado (GNL) en 2021, al 8% en 2023. Mientras que en 2023, los EE.UU., ha sido el mayor suministrador de GNL, alcanzando una cuota del 50% del total del GNL importado por la UE https://www.consilium.europa.eu/es/infographics/eu-gas-supply/Es evidente cual es la nación beneficiada con esta guerra.

                Putin es indefendible, un sátrapa, clave de bóveda de un Estado oligárquico en el que una minoría; heredera de la degeneración en la que devino el estalinismo, se apropió de los bienes del Estado: minería, petróleo, gas… aprovechando la etapa de transformación al sistema de mercado iniciada por Gorvachov en 1985. Putin ha invadido el territorio ucraniano y eso es un hecho, como también lo es que, desde la década de los 90, occidente y los EE.UU., en particular han ido acechando económica y militarmente al país de la revolución proletaria de 1917. Esto no significa ni por asomo que Putin sea un revolucionario, ni tenga nada en común con aquella etapa. De hecho, él se identifica más con Stolypin, ministro de Nicolás II de 1906 a 1911, un defensor de la autocracia zarista.

                En este conflicto no podemos obviar que la naturaleza del Estado ucraniano es similar a la de Rusia, cuyas consecuencias sufre la población rusoparlante de la cuenca del río Donets, desde 2014.

                Tras dos años y medio de una guerra que esta suponiendo una sangría de juventud, tanto para Rusia como para Ucrania, vemos con preocupación como la OTAN está más ocupada en alimentar la guerra que,tal como dice el artículo 1 de su tratado fundacional, en buscar la paz. Por ello, continúa con más vigencia cada día el lema “Ni Putin ni OTAN” del Manifiesto internacional contra la guerra.

                El pasado día 19 de julio, la mayoría política de la UE: conservadores,liberales,socialdemócratas yecologistas, entre otros, votaron en el Parlamento europeo a favor del envío de más armas para Ucrania, es decir, continuar la guerra, a pesar de que prácticamente todos los gobiernosfueron derrotados en las elecciones del 9 de junio ¿es que acaso el trasfondo de la guerra y sus consecuencias económico-sociales no está en el hartazgo de los pueblos de Europa y en el caldo de cultivo del fascismo ascendente?

                Entre esta mayoría no hubo ningún reproche al genocidio de Gaza.

                Estos mismos representantes son los que cuando llegan los comicios de distinto ámbito alarman a los pueblos para parar a la extrema derecha.

                Desde Tribuna Socialista nos reafirmamos en contra dela guerra y del genocidio. No nos identificamos con la política de guerra de los gobiernos europeos, instada por los EE.UU., a través de la OTAN.

                Otro elemento que hace de la OTAN un trampantojo resulta del citado artículo 1 “…resolver por medios pacíficos cualquier controversia internacional en la que pudieran verse implicadas de modo que la paz y seguridad internacionales, así como la justicia…”. Estamos a escasos días para que se cumplan diez meses del Genocidio que Israel está cometiendo en Gaza, una masacre que ha segado la vida de más de 39.000 seres humanos, gran número de ellos y ellas mujeres y niños, decenas de miles de desaparecidos-la revista científica The Lancet, teniendo en cuenta las estimaciones de muertos bajo los escombros, eleva la cifra de muertos a las 186.000 personas-, destrucción masiva de toda la franja de Gaza, incluidas escuelas y hospitales… La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional ha emitido la petición de una orden de detención contra el criminal Netanyahu, pero EE.UU., y la práctica totalidad de los países miembros de la OTAN, es decir, la OTAN de forma no declarada, continúan suministrando armamento al gobierno sionista de Israel y manteniendo relaciones económicas y diplomáticas ¿Dónde queda la búsqueda de la paz, la seguridad y la justicia por medios pacíficos?Es falso que la OTAN y sus miembros estén comprometidos con las Naciones Unidas en la resolución de las controversias por medios pacíficos, cuando apoyan a un país que lleva más de 75 años vulnerando las resoluciones de la ONU.

                Lejos de lo que dice el Tratado de la OTAN, están planteando “sus controversias económicas con China” preparando la guerra en el sudeste asiático. La presión sobre los países miembros de la OTAN para que eleven sus presupuestos para la guerra y el hecho de que para 2024 EE.UU., haya aprobado la cifra más elevada de su historia para la guerra, 886.000 millones de dólares, convierte a la OTAN en un instrumento de guerra para la búsqueda de objetivos económicos. Cuando ya no se colonizan los países para someterlos económicamente ni quedan mercados por conquistar, hay que provocar el conflicto para hacerse con el mercado.

                Bogart dijo aquello de “siempre nos quedará París”. A los EE.UU., siempre les quedará un Maine o un golfo de Tonkín.

El Comité de Redacción